viernes, 30 de enero de 2009

CLAUDIA MUZIO. LA OTRA DIVINA

El próximo día 7 se cumplirá el 120 aniversario del nacimiento de Claudia Muzio, una soprano italiana que compartió éxitos y escenarios con las mayores figuras operísticas de su época (Caruso, Lauri Volpi, Rosa Ponselle, Gigli), pero cuya figura no ha trascendido con la misma fuerza que sí lo hicieron sus colegas, habiendo sido injustamente olvidada con el paso del tiempo.

Nació el 7 de Febrero de 1889 en Pavía. Su primer papel profesional fue el de Manon, de Massenet, en Arezzo, iniciando a partir de entonces una exitosa carrera de 25 años. En 1916 debuta en el Metropolitan cantando Tosca junto a Caruso, convirtiéndose desde entonces en figura habitual del coliseo neoyorquino. Sólo un año después del estreno absoluto de la obra en Milan, interpreta Turandot en Buenos Aires junto a Lauri Volpi y Rosetta Pampanini.

Fue una auténtica diva de su época, siendo apodada como “La Divina Claudia”, obteniendo sus principales éxitos en papeles como Tosca, Violetta (Traviata), Manon, Aida, Norma, Desdémona (Otello) o Santuzza (Cavallería Rusticana).

Su divismo artístico y éxito profesional contrastaban con un carácter apocado y retraído y una vida personal desgraciada. Con una grave enfermedad cardiaca, sus últimos años fueron testigos de un deterioro físico que le imposibilitaba permanecer en escena el tiempo de representación de una ópera. Finalmente, el 24 de mayo de 1936, falleció a los 47 años en Roma, en el Albergo Majestic donde residía, en soledad, enferma y sumida en la miseria económica, teniéndose que hacer cargo de los gastos del entierro su amigo el gran tenor Lauri Volpi. Siempre se especuló con que la causa real de la muerte fue el suicidio.

No fue la de la Muzio una voz prodigiosa, por contra presentaba una evidente delgadez y una constatable dificultad para el agudo, afirmándose que no llegaba más allá del Si4, sin embargo su imponente fraseo, la suavidad y exquisita fluidez en el canto y su capacidad dramática, compensaban con creces sus carencias.
Aquí la escuchamos cantando "La Mamma Morta" de Andrea Chenier


Video de reduxmisc
Existen pocos registros sonoros de la voz de la Muzio, especialmente de su etapa de plenitud, correspondiendo la mayoría de las grabaciones disponibles a sus últimos años, donde la decadencia vocal ya se hace evidente, si bien permanece incólume su principal cualidad, cual fue su excepcional capacidad expresiva y dominio de los matices que llenaba de sentimiento todas sus interpretaciones. Se llegó a decir que no hubo mejor interpretación del “Addio del Passato” de La Traviata que la que logró la Muzio en 1935, apenas un año antes de morir. En ella logra utilizar sus limitaciones físicas (falta de fiato y apreciable vibrato) como recursos dramáticos, haciéndonos sentir plenamente la amargura y desesperanza de esa Violetta que es consciente de la soledad afectiva y la inminencia de su muerte, como posiblemente también lo fuese entonces la propia Claudia Muzio.


A continuación os dejo esa famosa grabación del "Addio del Passato" de 1935.

Video de A7sogno

7 comentarios:

  1. Este "Addio del Passato" pone los pelos de punta. Una grandísima cantante.

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  2. Esta Violetta, se muere, está enferma... y todo lo transmite con la voz. Sin una imagen que nos incremente el sentido dramático del aria, para mí tiene mucho valor. Es verdad que tiene carencias, pero si a mi me transmite tanta emoción como lo ha hecho, me parece sensacional. Gracias, no la había oído nunca.

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  3. Es admirable la capacidad de transmitir emociones con la voz que demuestra esta mujer. Cuántas sopranos actuales pese a chorros de voz impresionantes y muecas a cascoporro son incapaces de insuflar a su actuación esta fuerza dramática...

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  4. gracias! wish i knew more spanish, but just from the photos, i like yours as well

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  5. Claudia Muzio, una voz única, una artista descomunal. Gracias por recordarla.

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  6. Ella y Monserrat únicas en la lectura de la carta "Teneste la promessa".
    Fue realmente única y las angustias de su vida las tradujo en canto.

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  7. Ella y Monserrat únicas en la lectura de la carta "Teneste la promessa".
    Fue realmente única y las angustias de su vida las tradujo en canto.
    Gracias por recordarla.

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