martes, 13 de abril de 2010

"LA TRAVIATA" (Giuseppe Verdi) - Palau de les Arts - 10/04/10


El pasado sábado tuvo lugar en Les Arts el estreno de la última de las óperas de la temporada 2009-2010 y la que más demanda de entradas había generado. “La Traviata” de Giuseppe Verdi es posiblemente la ópera más popular del repertorio italiano y suele ser escogida como acercamiento al género de los no iniciados. Eso motiva que sea realmente complicado conseguir entradas incluso cuando, como es el caso, el reparto vocal no sea especialmente conocido.

Pese a estar vendida la totalidad del aforo hubo algunos huecos en platea y, por supuesto, en esos palcos reservados para invitaciones que, ni con "La Traviata", consiguen que las posaderas VIP se dignen llenarlos, mientras el público aficionado tras horas de espera haciendo cola se queda con la frustración de no conseguir entrada.

La coproducción presentada del Arena Sferisterio de Macerata y la Fundación Pergolesi Spontini de Jesi, cuenta con la dirección artística de Henning Brockhaus y escenografía de Josef Svoboda.

Esta puesta en escena, conocida popularmente como “La Traviata de los espejos”, se caracteriza por el gran panel de espejos en ángulo de 60 grados que cubre la totalidad del fondo del escenario, reflejándose en él tanto lo que ocurre sobre el mismo visto desde arriba y detrás, como el suelo cubierto por telones pintados que son los que van creando los diferentes ambientes en los que se desenvuelve la trama.

Estéticamente resulta impactante, generando unas composiciones visuales atractivas que, sin embargo, sólo consiguen su efecto pleno vistas desde el patio de butacas.
Aunque siempre es arriesgado intuir qué narices quieren decir los directores de escena con sus más o menos osadas propuestas, parece que en este caso el espejo simbolizaría la doble moral de la sociedad. En la última escena, mientras la vida de Violeta se apaga, un foco ilumina directamente la platea y el panel de espejos se eleva hasta un ángulo de 90 grados, reflejando así no sólo lo que ocurre en el escenario, sino también el foso y el patio de butacas. Como me comentaba la amiga Assai, posiblemente se tratase de aludir a la vigencia del mensaje y a que todos nosotros formamos también parte de esa sociedad de doble moral. No sé si será así o no, pero en cualquier caso ese concreto momento escénico me pareció un error descomunal, por cuanto la luz sobre las butacas y el reflejo de los espectadores lo único que hace es distraer a estos en el intenso final.

Por otra parte, la dirección de actores es de una vulgaridad y sosería aplastantes y se concentra especialmente en coros y figurantes, dejando a los solistas en muchas ocasiones perdidos en escena, tiesos como palos. Especialmente significativo fue en este sentido la llegada de Giorgio Germont en el acto II y su posterior dúo con Violeta, un momento crucial de la obra, en el que hubo menos movimiento que en un museo de cera.

En el terreno musical, tras haber quedado maravillados con la reciente lectura de “Cavalleria Rusticana” llevada a cabo por Lorin Maazel, había gran expectación por ver “La Traviata” que nos brindaba el Maestro. Y el resumen de lo vivido sólo lo puedo expresar con una palabra: decepción.

Hubo numerosos desajustes entre foso y escena, la orquesta se mostraba desacompasada, la sección de cuerda no acababa de sonar como siempre lo hace… pero, sobre todo, Maazel daba la impresión de estar cumpliendo una rutinaria obligación, muy alejada de la intensidad que vive y transmite en las representaciones de Cavalleria (como en la del domingo sin ir más lejos, a la que tuve también la suerte de asistir). Fuere por lo que fuese, el caso es que la varita mágica de Maazel parecía haber sobrepasado el plazo hasta medianoche concedido por su hada madrina y haberse vuelto a trocar en vulgar batuta, porque la emoción no llegaba a la sala.
El archifamoso brindis fue un cúmulo de despropósitos entre el berreante Grigolo y una orquesta que parecía perderse. Y un momento musical tan propicio para haber vivido alguna genialidad del Maestro como es el preludio del acto III, fue ejecutado correctamente, pero con alarmante frialdad.
En Cavalleria el uso de los tiempos y las intensidades que hace Maazel puede ser discutible, pero es coherente con el conjunto de la lectura que efectúa. En “La Traviata” hubo unos pocos chispazos inconexos, pero que no acababan de encender la emoción: algunos pianísimos exagerados sin venir a cuento, paradas en seco de la orquesta, y un final “alla Maazel”, rotundo y explosivo, pero que después de lo escuchado quedó como un simple acto de exhibicionismo.

Quiero pensar que el decepcionante resultado fue fruto de unos insuficientes ensayos y que con las sucesivas representaciones irán subsanándose muchos defectos.
Dicho todo lo anterior me gustaría dejar claro que la ejecución musical ofrecida por la Orquesta de la Comunitat Valenciana fue correcta, pero con lo mal acostumbrados que nos tiene Maazel, esperaba mucho más y encontré una Traviata muy normalita.

El Coro de la Generalitat volvió a ofrecer un excelente rendimiento, aunque también fuesen apreciables algunos puntuales desajustes con el foso.

La rusa Hibla Gerzmava fue la encargada de asumir el rol protagonista, tras caerse del cartel Marina Rebeka sin previo anuncio ni explicación alguna por parte de los ineptos gestores administrativos de Les Arts, en una muestra más de incapacidad e indecente menosprecio al público.
Gerzmava fue sin ninguna duda la gran sorpresa y la triunfadora de la noche. En el primer acto tuvo un inicio inseguro y alguna dificultad con la coloratura, aunque solventó el “Sempre Libera” con nota alta. En los actos segundo y tercero, posiblemente más adaptados a su voz, dio una auténtica lección de canto. No tiene Gerzmava una voz especialmente bella, presentando algunos sonidos demasiado fijos, pero cantó con un gusto exquisito, matizando y derrochando toda la emoción que se le echaba de menos al foso. En el concertante del final del segundo acto estuvo sencillamente perfecta y su "Addio del Passato" estuvo cargado de delicadeza.

Vittorio Grigolo fue un nefasto Alfredo. Grigolo tiene una voz que podría ser bonita si el amigo supiera cantar, pero no es el caso. Toda la noche parecía empeñado en imitar los histriónicos recursos de Villazón, pero sin tener las cualidades que pudiera tener en su día el mejicano. Absurdos golpes de glotis, estentóreos berreos, deficiente técnica respiratoria, graves inexistentes, agudos abiertos y un horrísono fraseo, fueron todo su bagaje musical. Este es un cantante que, si de verdad quiere dedicarse a esto, debería cuidar su voz, estudiar mucho y centrarse en el repertorio operístico que mejor se ajuste a su vocalidad, en lugar de andar por ahí haciendo bolos como crooner guaperas, dándole igual cantar Verdi, rancheras o el himno de la Legión.

Gabriele Viviani compuso un Giorgio Germont vocalmente apocado, con demasiadas carencias en el registro grave, lo que no contribuía a hacer demasiado creíble el papel, como tampoco lo hacía el burdo maquillaje y el traje "tres tallas más" que parecían más propios de una función fin de curso. Cantó con gusto y suma corrección, pero no parece ser éste el papel que mejor se adapta a sus condiciones vocales, requiriendo una voz de mayor peso.

Volvió a destacar, esta vez en el pequeño papel de Annina, la excelente cantante del “Centre de Perfeccionament Plácido Domingo” María Luisa Corbacho.
Otra cantante del “Centre de Perfeccionament”, Ekaterina Metlova, fue una Flora Bervoix discreta. El resto de comprimarios estuvieron correctos, y muy notable fue la actuación de los bailarines Ricardo Sánchez, Esther Jiménez y Laia Salvador.

El público asistente al estreno fue un ejemplo de lo contagiosa que debe ser la tisis. Mientras Violeta tosía en escena con discreción casi inaudible, aunque su vida se extinguía consumida por la enfermedad, algunos ocupantes del patio de butacas, pese a parecer bien sanotes ellos, tosían y carraspeaban con sonoro alarde por encima del volumen de las trompas.

Al finalizar hubo entusiastas aplausos para todos los participantes, especialmente para una emocionada Gerzmava, y tan sólo se escucharon unos escasos y aislados abucheos entre muchos bravos al saludar Grigolo.

En definitiva, una Traviata aceptable, normalita, pero que a quienes esperábamos mucho más de Maazel, nos ha resultado bastante decepcionante. Espero que en las sucesivas representaciones mejore la cosa. Como tengo previsto acudir a la última, si mi impresión varía prometo contarlo.

De momento, finalizo esta entrada con el "Addio del passato" de Anna Netrebko en "La Traviata" de Salzburgo en 2005:


video de omraamm
Podéis leer también la estupenda crónica de Titus
Y otras opiniones diferentes en las críticas publicadas en La Razón, El País, Las Provincias y Levante.

29 comentarios:

  1. Saludos. Os invito a un blog musical dedicado a un excelso coro de niños; espero que os guste. Gracias.

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  2. Curioso: la dirección de Maazel la han puesto por ahí por las nubes, pero lo que tú dices coincide plenamente con lo que yo escuché ayer en la filmación de la Scala de hace dos años donde el maestro dirigía a la Gheorghiu. O sea, una dirección más bien rutinaria, escasa de creatividad y con un final rotundo un tanto de cara a la galería. Yo voy este finde, así que ya dejaré mis impresiones por ahí.

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  3. Estupenda crónica Sr. Finch con la que coincido. Acostumbrados como nos tiene Maazel a la excelencia esta Traviata me pareció de trámite, como dijo alguien inteligente: funcionarial.

    Espero que esta impresión cambie en las sucesivas representaciones y se confirme aquello de que por lo común la función de estreno no es siempre la mejor y Maazel vuelva a emocionarnos como él sabe hacerlo.

    Incidir en lo que tu ya has dicho respecto de las entradas de protocolo. Me parece que en un tiempo como el actual los responsables de la administración de los fondos públicos, deberían de dar una lección de coherencia y de sentido común, limitando las entradas de protocolo al mínimo imprescindible. Queda bastante feo que mientras se habilita una segunda fila lateral y se cuelga el cartel de no hay entradas en la web permanezcan vacias muchas butacas. Sus ocupantes en algunos casos llegaron en el segundo acto y otros decidieron irse al comenzar el tercero, dando un curioso y lamentable espectáculo ¿Tiene sentido invitar a la ópera con dinero público? ¿Y más todavía a invitados que dejan patente que no les gusta la ópera? ¿Dónde está el interés general en esta actuación, si es que hay alguno?

    Como tu has puesto de manifiesto la duplicidad de los espejos no tiene el mismo efecto desde platea que desde le paradis. Desde las alturas "todo" se ve doble dando una cierta sensación de confusión a la saturación barroca en forma de collage de clásicos cuadros eróticos. No entiendo qué significa el juego del doble en la historia, si vuelve a ser el evidente desde luego qué poca imaginación, qué pena.

    Sobre el reflejo del público y de la orquesta la lectura que te comenté fue la más obvia y por lo tanto si es esa, el recurso utilizado me parece poco elaborado y como he dicho antes carente de imaginación y de sutileza. Su efecto, por contra, no es precisamente el mejor ya que todos inevitablemente nos despistamos con la jugada de vernos reflejados, restando atención a la música que es, a mi juicio, lo más importante.

    Es una pena lo de Grigolo, siempre que lo veo, da una lección de histrionismo, y en este caso no parece muy acorde con un personaje tan pusilánime como Alfredo, ni con ninguno supongo. Su mal gusto para cantar, su tendencia al grito, y su absoluta falta técnica, qué quieres que te diga que con cada ocasión que lo escucho no consigue que cambie mi opinión acerca de él.

    Estoy de acuerdo con tu valoración de las voces. A mi esa desconocida Hibla de apellido imposible me pareció con diferencia lo mejor de la noche y supongo que irá a más en las sucesivas representaciones por los inevitables nervios del estreno, porque material tiene, como nos dió ocasión de comprobarlo con su desarrollo y progesión en la interpretación de un personaje tan difícil y temperamental como el de Violetta.

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  4. ...Pues estamos bien,
    espero (y deseo) que como con los vinos, gane con el tiempo.
    ¿Habrá pasado suficiente, el sábado que me toca?

    Ah! ...la crónica en tu línea, ya nos tienes acostumbrados.
    Y yo que iba a pedir un Bis para Maazel...

    Abrazos

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  5. Euterpe: Bienvenida al blog. Hace tiempo que tuve oportunidad de conocer, por medio del blog de Joaquim, In Fernem Land, tu espacio dedicado al Coro de Niños de Tölz, el cual por supuesto recomiendo a todos los amantes de la música.
    Y de paso me voy a permitir recomendar tu otro blog:
    http://viviraciegas.blogspot.com/
    todo un ejemplo para muchos de nosotros.

    Fernando: Ya he visto que hay quien pone a Maazel por las nubes en esta Traviata, así que igual fue una mala noche mía y no de él. Aunque es verdad que el grupo de amigos que coincidimos allí tuvimos sensaciones similares.
    A mi me dio la impresión de que se había ensayado poco y que Maazel estaba allí un poco cumpliendo una dirección de "turno de oficio", sin ilusión, como si fuera un trámite que no le hiciese mucha gracia pero tenía que cumplir. Todo lo contrario que en "Cavalleria".
    Pero por supuesto que admito poder estar equivocado y que todo sea un error de apreciación mío, y en cualquier caso, para gustos los directores, digo colores...

    Assai: En lo referente a la obra coincidimos absolutamente, y me encantó escuchar tu opinión en el primer entreacto porque llegué a él un poco preocupado acerca de mis sensaciones respecto a Maazel y la orquesta, pero al menos vi que no era el único. De hecho creo que a ti te gustó aun menos que a mi.
    En cuanto a lo que comentas de las invitaciones, también estoy totalmente de acuerdo contigo. Siempre ha de haber un margen para compromisos que pueden surgir, pero esa cantidad de butacas vacías noche tras noche, mientras hay gente que se queda sin entrada, es indignante. Y en tiempos de crisis, más. Si redujesen a la mitad las invitaciones, sacaran a la venta esas entradas y reforzasen el coro, ganarían sus arcas y el espectáculo, y nadie se vería fastididado porque, total, los invitados no van.

    Alfredo: No te veas condicionado en absoluto, todo es cuestión de gustos. Y como ya he dicho igual el problema es mío. Además yo estoy convencidísimo de que en las próximas funciones, sobre todo en aquellas donde ya no cante el voceras Grigolo, el espectáculo mejorará. Y como sabemos de todo lo que es capaz el Maestro, en cualquier momento nos levanta esta traviata.

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  6. ¿Algo huele a podrido en La Traviata de Maazel? ¿Más o menos que en Boccanegra?

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  7. Yo he pensado lo mismo que maac, tu descripción de esta Traviata me recuerda al Maazel de las primeras temporadas, que siempre daba una de cal y otra de arena y al final la cosa quedaba algo deslavazada, como pasó con el Boccanegra o con la Carmen.

    Por otra parte, sobre el tema de las butacas VIP, dado que los patrocinadores del Palau tienen que tener ciertos privilegios y a todos nos conviene que sea así pues su aportación económica es importante, la solución sería pedirles que confirmen su asistencia y, de no ser así, sacar sus butacas a la venta a última hora como hacen otros teatros. Pero claro, si estamos hablando de un teatro donde todavía no se sabe cuando saldrán a la venta las entradas del Festival del Mediterràni, que todavía no ha anunciado su próxima temporada a pesar de estar en las funciones finales de la presente... como para encima meterles prisas.

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  8. Ayer la cosa no fue mejor. El primer acto fue, simplemente, infame.
    La estrategia estaba clara desde el principio de la temporada: con la Traviata se llena el teatro, y de gente que no va habitualmente a los espectáculos, por lo que su grado de exigencia es menor. Con cuatro duros se puede hacer, por tanto, el espectáculo más exitoso de la temporada. No sé que me horrorizó más del primer acto, si la actuación de tenor y soprano o los bravos entusiastas al acabar el mismo. Al final la cara de circunstancias de una orquesta que sabe que ha hecho de lo peorcito del año y recibe los vítores más efusivos posibles, lo dice todo.
    Para los que todavía no han ido, aviso a navegantes: suenan móviles, toses impúdicas en los momentos más inoportunos y la gente comenta las jugadas a viva voz como si estuviera en el cine viendo Terminator. Habrá que soportarlo con resignación, todo sea por crear afición y que alguno de los neófitos se atreva a repetir el año que viene con algún título no tan popular... ai, las!

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  9. Y no será que la Traviata, no le va al maestro Maazel?. Hay muy pocos directores capaces de hacer diana en todos los repertorios.
    En cualquier caso iba a decir que no le va Verdi, pero no es cierto, compré un Falstaff en directo desde Viena, que es formidable.

    La versión discográfica para la Decca, de La Traviata dirigida por Maazel, de hace ya muchos años (Lorengar, Aragall, Fischer-Dieskau), no la recuerdo especialmente estimulante que digamos.
    Como le comentaba a Assai el otro día, desearía que en Les Arts se programara un Tristan und Isolde dirigido por Maazel. Estoy seguro que sería una experiencia inolvidable.
    Excelente e ilustrativa crónica, que como es habitual en la casa, está adornada con el toque Finch, que tanto se agradece.

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  10. Maac: Yo no tuve ocasión de ver en su día el Boccanegra, pero por lo que he oído debió ser algo parecido.

    Titus: Efectivamente, la sensación era de pastiche. Momentos rutinarios (la mayoría) se mezclaban con concretos instantes en los que se estiraban los tiempos o las intensidades hasta el límite, pero al faltar la unidad del conjunto quedaban como meros exhibicionismos.
    El tema de las invitaciones no creo que esté referido a los patrocinadores. Por lo que sé, la mayoría de patrocinadores ya tiene su cupo no de invitaciones sino de abonos. Pero, sea cual sea el destino de los palcos fantasma, estoy de acuerdo en que, al menos, podrían sacarse a la venta el último día las que no vayan a ser utilizadas. Otros lo hacen. Bien es verdad es que estos no saben ni copiar.

    Efests: Me ha encantado lo de Terminator... Estaba claro que con La Traviata arrasaban taquilla, pero lo que no entiendo entonces es por qué se la encargan a Maazel si éste no tiene especial motivación para hacerlo. Con Netopil (que Dios guarde muy lejos) hubiera bastado, y más baratico.

    Joaquim: Me alegra leer que has visto un Verdi formidable dirigido por Maazel, porque mi primer pensamiento fue que no le había pillado el punto el Maestro a Verdi en general.
    Las Traviatas de Maazel que circulan por ahí es verdad que no son nada del otro mundo, pero también habíamos visto Butterflys o Cavallerias normalitas y luego aquí nos había dejado patas arriba, por eso esperábamos también alguna genialidad. Pero parece que la extraviada no es lo suyo...
    Lo del Tristan me da miedo. Habiendo escuchado a Barenboim...

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  11. Tengo la sospecha de que el Palau no pide a los maestros tal o cual título, sino que más bien son estos los que ofrecen a la directiva escoger entre los que le apetecen dirigir. Me refier a los maestros famosos, claro, Maazel y Mehta. Quizá la excepción sea Vida Breve, que me consta Maazel ha tenido que aprenderse para la ocasión porque Jelga se lo pidió. De lo que me alegro mucho, por cierto, a tenor de los resultados presuntamente espléndidos conseguidos.

    En cuando a Traviata, no conozco la versión con Lorengar, pero alguien de quien me fio mucho me dijo que la dirección de Maazel valía poco, y que asimismo la del DVD de La Fenice con Ciofi resultó bastante fallida. Hoy o mañana veré ese último DVD: si confirmo que es igual de relativamente flojo que el de la Scala con la Gheorghiu de 2007, parecerá claro que, sencillamente, Maazel no acierta nunca con Traviata. Otra cosa es que le encante dirigirla.

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  12. Atticus:
    Repetirme y repetirte o al revés: una crónica excelente. Vi en el cine la Traviata de Scala y no me disgustó si bien a Maazel, en quien confío, me pareció rutinario y sólo correcto.
    Gracias por habernos puesto a Netrebko. Me encanta el aria y su versión es maravillosa. Incluso he conseguido olvidar lo mal que se mueve en escena.
    Saludos.

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  13. Sr. Finch usted que lo sabe todo. He intentado leer alguna crítica musical sobre la Traviata y no he encontrado ninguna. Estoy segura de que algo he debido de hacer mal, porque un amigo me dijo que la prensa la había puesto bien.
    En la Cavalleria hubo división de opiniones. Bueno, es sólo una curiosidad, me sorprendió muchisimo ese aluvión de aplausos y bravos el día del estreno. Y esa enfermedad obstructiva pulmonar del público por esa profusión de toses.
    Por cierto que también me extrañó como ha comentado alguien -parece que no fue un solo caso- como una señora comentaba con su santo esposo las mejores jugadas como si estuviera en el futbol o en el cine, ajena absolutamente a las miradas que le dirigíamos.

    No sé si Maazel dirigiría un Tristan inolvidable, pero si tú lo dices, Joaquim, seguro que tendrás fundamento. Parece que Barenboim ha monopolizado esta obra, al menos en mi modesta opinión. En cualquier caso, supongo que tendría la ventaja de que no habrían problemas de entradas agotadas. Si algo me ha quedado es que entre los gustos de los VIP's de Valencia -suponiendo que quepa este termino- no se encuentra por lo general Don Ricardo.

    Acabo de leer un email de una amiga que me decía que la Traviata que escuchó ayer le decepcionó mucho.
    Sigo esperando que no se confirme la tendencia. Maazel es mucho Maazel para mí. Y no sé, me dió la sensación de que era consciente de que no había hecho algo extraordinario en la Traviata, aunque esta apreciación mía tiene mucho de inexplicable, seguramente.

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  14. Fernando: Lo lógico es que Mehta o Maazel elijan el repertorio, pero la, a mi juicio, apatía de Maazel el otro día, es lo que me llevó a pensar que pudiera haber sido una imposición.

    Glòria: La Netrebko cantando esa Traviata compensa cualquier cosa, hasta a Villazón.

    Assai: Ya me gustaría a mi saber algo.
    Yo la única crítica que he visto ha sido la de Gonzalo Alonso en La Razón, ciertamente benévola:

    http://www.larazon.es/noticia/9819-una-traviata-para-el-recuerdo

    Los neumólogos y otorrinos valencianos deben estar saturados de trabajo por lo que se oye en Les Arts.
    Y hablando de oir, en el estreno de Traviata llegué a escuchar hasta 5 móviles. La culpa no es de Les Arts, pero no estaría de más que recordasen antes del comienzo la obligación de apagarlos.
    ¿VIP's de Valencia?... que yo sepa hay uno en el Centro Comercial Saler, otro en Ruzafa y otro en la Gran Vía, ¿no?

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  15. Acabo de ver la Traviata de Maazel de 2004 en La Fenice, por cierto con una soberbia puesta en escena de Robert Carsen. Pues bueno, aquí la dirección de Maazel sí me ha gustado: sigue sin sonar muy a Verdi, o al menos así a mí me lo parece, pero comparada con la de 2007 resulta más lenta, más paladeada, más atenta al matiz expresivo, e incluso ofrece algunos interesantes detalles de creatividad.

    A este Maazel no hay quien lo entienda, lo juro.

    Por cierto, en La Fenica hay cabaletta del barítono, en La Scala no. ¿Y en el Palau?

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  16. Gracias por el link ahora lo leo, pensaba que algo hacía mal y que debería de haber alguna crónica, qué cosas.

    Me ha encantado lo de los VIP's, te revuelves en un ladrillo Sr. Finch, qué gracia tienes. Por cierto, yo sólo tenía censados dos- ViP'S claro- qué barbaridad hay, es que lo sabes todo. Enhorabuena!

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  17. Si, en Les Arts también hay cabaletta del barítono, y bien canutas que se las pasó el pobre, persiguiendo todo el rato a la orquesta pero sin llegar a alcanzarla.
    Maazel ya estuvo bastante "chimpunero" en Butterfly pero reconozco que allí me encantó, vuelve a estar chimpunero en La Traviata y eso ya no lo entiendo tanto. En cualquier caso se consiguen momentos de gran belleza con unos tiempos "personalizados", yo diría que la segunda función mejoró en el aspecto orquestal respecto a la primera, también es posible que yo me vaya acostumbrando y cogiéndole el gusto pero, salvo los detalles "chimpuneros" anteriormente mencionados, me gustó.
    El tema del público en Les Arts es increíble, el día del estreno mucho traje oscuro y mucha corbata listada y luego se oye a un individuo carraspear desde la otra punta del teatro ¡¡¡Eso es educación, si señor!!!
    Comprendo que es volver a hablar de lo de siempre pero es que te duele especialmente si además estás recién llegado del N de Europa, de escuchar una ópera que dura más del doble que La Traviata y en la que no oyes toser a nadie de forma indisimulada y que además percibes una identificación absoluta del público con la obra. No es que no tosan, es que no respiran ¡¡eso es ópera!!
    ¿Para cuando un avisador para el cierre de móviles antes del comienzo de la función en Les Arts? En el Liceu es alarmante la cantidad de móviles que se cierran cuando suena ese aviso y que por lo tanto estaban funcionando hasta ese momento, cosa que, por cierto, tampoco pasa en el N de Europa puesto que los móviles ya están apagados desde que se entra en el teatro. Es excesivamente elemental, o debería serlo.
    Pd. Dedicatoria especial a mis vecinos de la fila de atrás de la última función: El preludio del último acto Verdi no lo escribió para que "vuecencias" puedan "comentar la jugada" con su vecino/a. También es ópera, aunque "no canten". De veras, y además con una enorme carga dramática, basta escucharla para percibirlo.

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  18. Fernando: Estoy casi seguro que sí, pero no podría jurar que se cantara el "No, non udrai rimproveri". Creo recordar que sí, pero como tampoco estaba siendo de poner los pelos de punta, pues no me ha quedado el recuerdo.

    Alvaro: Me alegra leer que la segunda te gustó más.
    Lo de los ruidos ya lo hemos comentado muchas veces. Entre la mala educación y que el teatro no avise a los tontos, pues vamos apañados.

    Bueno, sigo encontrando críticas a cada cual más elogiosa con Maazel. Así que asumiré que el problema fue mío. Eso sí, que no me acabó de gustar es un hecho.

    http://www.elpais.com/articulo/Comunidad/Valenciana/Final/descabellado/elpepuespval/20100415elpval_14/Tes

    http://www.lasprovincias.es/prensa/20100412/culturas/alla-espejo-20100412.html

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  19. Me he dado cuenta que los enlaces que puse en mi comentario de ayer no han salido bien así que he incluido en el post los enlaces a las críticas que he visto en prensa.

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  20. A juzgar por los comentarios me alegro de haberme visto forzado a cambiar mi turno de abono del día del estreno por la función del día 27, a unos amigos. Espero que para entonces la obra esté más en consonancia con lo que se espera y confiemos en que el otro tenor, Francesco Demuro esté mejor que lo que he leído en varias críticas en internet. Respecto a lo de los que asistimos en los estrenos, creo que las críticas a las corbatas y trajes negros serían como mínimo tan aceptables como las que pueda hacer yo a quienes van en vaqueros o chandal, cosa que por cierto nunca ví en La Scala u otras catedrales de la Opera. Estoy totalmente de acuerdo con las críticas a las invitaciones de protocolo que quedan vacías o se regalan a gente nada aficionada.Pero mezclar eso con los que pagamos nuestro abono y nos gusta ir vestidos con el respeto que creemos merece la ocasión es confundir churras con merinas. Os aseguro que me molestan tanto las toses inoportunas y los ruidos de bolsos como a ustedes, aunque vista traje oscuro y corbata. En fin, ya os contaré la función del 27. La Cavallería fue magnífica y espero que la última función de Maazel que le vea en Valencia no me defraude.

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  21. Alex: Opiniones sobre esta Traviata hay para todos los gustos. Lo importante es que vayan corrigiéndose defectos y el día que vayas pases una buena velada operística.
    Metiéndome donde no me llaman, como suele ser habitual en mí, me atrevo a decirte que has malinterpretado el comentario de Álvaro. No creo que en ningún caso esté criticando a quienes vayan vestidos de una u otra forma. Lo digo porque le conozco. Más bien se refiere al hecho de que cargos públicos y gente de un cierto nivel social que hacen ostentación de su condición, que suelen ser mayoría las noches de estreno, tengan luego un comportamiento muy incorrecto en la sala.

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  22. Yo estuve en La Traviata ayer domingo. Me pareció un soberano coñazo, sobre todo por la dirección de Maazel.

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  23. Pues en este caso, Fernando, lamento la coincidencia de impresiones. Pensaba que igual iba mejorando.

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  24. Seré breu, que ja s'han dit moltes coses. Jo hi vaig anar ahir, diumenge. Em va agradar tot molt, des de l'escenografia, a l'orquesta, el cor i els solistes. Això sí, el tema de l'espill de l'escena em va marejar un poc al principi fins que m'hi vaig acostumar.

    Si he de destacar alguna cosa, l'acte III seria la meua elecció. Em va emocionar des de la part orquestral amb què comença fins a la fi, tot en conjunt, però especialment el treball de la soprano del rol titular. L'única pena és que tan sols dure mitja hora. Me'n vaig quedar amb ganes de més.

    Evidentment, esta és la meua opinió, discutible, com totes.

    Sempre he procurat fugir de les estrenes: solen ser més cares i el nerviosisme fa acte de presencia. Pense que és millor acudir a una altra representació, quan la cosa estiga més rodada i s'hagen pogut resoldre els problemes que s'hagen pogut prtesentar.

    Una altra cosa a tenir en compte és que en alguns casos teníem dos cantants per a alguns rols i un pot fer-ho millor que l'altre.

    Ja vorem què tal La vida breve i Cavalleria rusticana...

    Una cordial salutació,

    Rex.

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  25. Gracias por dejarnos tus impresiones, Rex. Celebro que te gustase.
    Yo confío en que, en el caso del tenor, el segundo reparto sea mejor que el primero y Demuro lo haga mejor que Grigolo (lo cual no es difícil).

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  26. Hola. Me encanta cómo lo cuentas. Yo el otro día en Cavalleria no pude evitar que los ojos se pusieran tontamente brillantes cuando vi y escuché el intermezzo: qué grande es Maazel.
    Por eso espero esta última ópera que nos queda del abono con impaciencia, porque aunque es ópera maría es una de mis favoritas (soy un tanto drama queen), y me alarmas con tu comentario, creo que hasta ahora nunca me ha decepcionado el maestro, no es que yo sea un entendido en música pero sí recuerdo a Netopil y a Domingo dirigiendo, por ejemplo, y sé apreciar las diferencias...
    Mi día es el 27, el penúltimo, esperemos que le haya cogido el "tranquillo".
    Un saludo

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  27. Peritoni, bienvenido. No era mi objetivo crear alarma, sino contar mis impresiones, que luego pueden diferir radicalmente de las que puedas tener tú cuando vayas.
    A mí Maazel en Cavalleria/Vida me entusiasmó. Reconozco que muchas veces busca el efectismo, pero en esas obras le encuentro una muy coherente construcción musical de conjunto, en las que desprende una belleza enorme. Sin embargo, en Traviata percibo momentos puntuales efectistas, pero que al carecer, a mi juicio, de unidad, se quedan en mero exhibicionismo, y el resultado de conjunto me resultó correcto, pero no destacable, y eso no es habitual en Maazel.
    En cualquier caso el peor de los Maazel es infinitamente mejor que el más brillante(?) Netopil. De hecho creo que van a proponer que esté tipificado en el Código Penal comparar Maazel con Netopil.

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  28. Vengo ahora mismo de la Traviata:
    ¡¡te habías quedado corto!!
    Mi chico en el primer descanso se quería marchar. Claro que él es músico y tiene más oído que yo. Aún así ha sido todo un despropósito: hasta el coro no ha llegado a la altura.
    Lo peor de la noche, ella, la Gerzmava esa. Qué timbre de voz más poco agradable, que poca gracia en la poca coloratura que hay, que manera de comerse sílabas y al director ni puto caso: la orquesta por un lado y ella por otro.
    Y ni siquiera teníamos a Grigolo, jajajajaja, era el segundo, o debía decir segundón.
    Es la primera vez en mi vida que escucho una Traviata sin que me emocione lo más mínimo. Y cómo han aplaudido al final los muy cretinos...
    Por cierto, que como me abstraía del desatino me ha dado tiempo a contar que no pasan más de quince segundos sin que alguien tosa, carraspee o estornude, sólo ha faltado que alguien se tirara un pedo!
    Pero si a una señora se le han caído las pulseras por el suelo y han rodado por el patio de butacas!

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  29. Lamento que no hayas sacado mejores impresiones que yo, Peritoni.
    Yo en el segundo Alfredo, el tal Demuro, confiaba que fuese algo mejor que Grigolo, pero por lo que cuentas, tal para cual.

    Lo del público es de nota. Y tuviste suerte, en una de las Cavallerias hubo quien también saco el pedo a pasear.

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