lunes, 20 de febrero de 2012

"NORMA" (Vincenzo Bellini) - Palau de la Música - 18/02/12


El pasado sábado tuvo lugar en el Palau de la Música de Valencia la representación en versión concierto de la célebre ópera de Vincenzo Bellini, “Norma”, a cargo de la formación Europa Galante bajo la dirección de su titular Fabio Biondi. El principal aliciente de esta versión estribaba en la recuperación que se ha hecho de la partitura original y su interpretación con instrumentos de la época.

Reconozco que suelo ser bastante poco amigo de estas versiones “historicistas”, lo cual, unido a un elenco solista del que confieso que no conocía a ninguno de sus integrantes, me hacían desconfiar bastante del resultado final. Pero, como tantas otras veces, me equivoqué de cabo a rabo y el público asistente pudo disfrutar de una extraordinaria tarde de ópera.

Muy lejos de las sonoridades ásperas y rígidas que esperaba, esta "Norma" dirigida por Fabio Biondi, aun presentando matices distintos a los habituales, siempre consiguió que brillase la genial partitura de Bellini con muchísima inteligencia melódica y con algunos detalles sonoros excelentes, aunque otros fuesen más discutibles, como la inclusión de un pianoforte que, a mí particularmente, me chocaba bastante.

La dirección de Biondi fue tremendamente vivaz, cargada de fuerza, marcando con enorme precisión las entradas al coro y a los solistas, y haciendo un cuidadísimo uso de las dinámicas que doto a su lectura de múltiples matices. Fabio Biondi es un hombre al que da gusto verle dirigir en directo. Se palpa claramente su amor por la música y cómo transmite esa misma pasión a los músicos y cantantes que están a su cargo, extrayendo de ellos todas sus capacidades interpretativas.

Así ocurrió con los músicos de la orquesta Europa Galante, todos ellos muy jóvenes, que tuvieron un comportamiento ejemplar, con unas trompas en estado de gracia y unas maderas impecables.

Otro tanto podría decir de la Coral Catedralicia, cuya excelente actuación merece una especial reseña. A la agrupación dirigida por Luis Garrido ya había tenido ocasión de escucharla en este mismo recinto, no hace demasiado tiempo, con dos obras como la Tercera Sinfonía de Gustav Mahler y “Diálogos de Carmelitas” de Poulenc, habiendo alabado en ambas ocasiones la calidad de la agrupación, pero en esta ocasión los resultados han ido bastante más lejos, ofreciendo un rendimiento inmejorable, con perfecto ajuste, empaste y compensación en todas sus cuerdas, y con unos tenores que brillaron como nunca.

Como ya dije antes, yo no había escuchado anteriormente a ninguno de los cantantes elegidos en esta ocasión para interpretar los papeles solistas, y ni siquiera había oído hablar de ellos, lo cual me parece imperdonable después de haber contrastado la calidad de alguna de las cantantes que intervinieron.

Por ejemplo, la soprano Katia Pellegrino, que me gustó muchísimo. Hizo frente a un papel tan exigente como el de Norma con una fuerza expresiva brutal, consiguiendo salir indemne de todos los retos que la partitura presentaba, llegando al final de la obra sin la más mínima señal de desfallecimiento. La voz no es especialmente bonita, pero sí muy homogénea y de sobrado volumen. Estuvo excelente en los pasajes más líricos, ofreciendo una rica paleta de matices con gran sensibilidad; solventó las dificultades de la coloratura con precisión y agilidad; enhebró algunas frases bellísimas a base de buen legato y control del fiato; y en la vertiente más dramática ofreció poderío interpretativo con el que suplía las posibles carencias que puntualmente asomaron. Y todo ello con un ajuste en estilo y una ‘italianidad’ irreprochables.

Fuimos muchos los que comentamos a la salida cómo era posible que no hubiésemos oído antes hablar de una cantante de este nivel, muy superior desde luego a algunas y algunos mediocres que son habituales en muchos recintos operísticos europeos.

Sobresaliente fue también la actuación de la mezzosoprano Lucia Cirillo como Adalgisa, quien mostró una voz ancha, de enorme volumen y bellísimo timbre, algo ajustada en la parte aguda, pero siempre exhibiendo un exquisito sentido belcantista, con un fraseo ligado y muy intencionado, y un ajuste perfecto en sus dúos con Norma.

No tan bien rodaron las cosas con los intérpretes masculinos. El alemán Ferdinand von Bothmer fue un Pollione bastante decepcionante. Es un tenor lírico-ligero de agradable timbre, pero estuvo bastante lejos de ofrecer lo que se espera del personaje, pasando muchos apuros y quedando permanentemente tapado por orquesta y coro, además de lucir menos expresividad que un maniquí de Zara.

Tampoco anduvo muy fino el ruso Nikolai Didenko como Oroveso, falto de rotundidad y peso vocal, aunque en su intervención final mostrase un poco más de contundencia.

Muy correctos en sus breves intervenciones se mostraron Gian Luca Zoccatelli, como Flavio, y Gemma Bertagnolli, como Clotilde.

Al finalizar la obra, grandes ovaciones para todos por parte de un público entusiasmado que prácticamente llenaba la sala. Mención aparte merecen las dos señoras que tuve la desgracia de que instalasen sus posaderas en los asientos situados inmediatamente detrás del mío, quienes durante toda la tarde nos obsequiaron con todo el repertorio de sonidos habituales en estos casos: comentarios en voz alta, caramelitos envueltos en quilos de ruidoso celofán, toses, bostezos, utilización del programa a modo de abanico, ronquidos (sí, ronquidos)… sólo faltó el móvil, pero a cambio tuvimos la oportunidad de conocer su crítica musical a mitad de “Casta Diva”: “qué fino canta esta chica”.

La presidenta del Palau y Concejal de Cultura del Ayuntamiento de Valencia, Mayrén Beneyto, volvió a tener el bonito detalle de llegar al recinto en coche oficial, supongo que para que veamos que, como estamos en crisis, no malgasta su ajustado sueldo en taxis.

Bueno, pues una vez más en esta temporada una ópera en versión concierto nos ha proporcionado una magnífica velada musical. Espero que si nuestra amiga Helga Schmidt lee o le leen esto, no lo interprete como una alabanza de este tipo de representaciones y nos siga cargando la temporada con óperas en concierto, porque, sinceramente, para eso no hacía falta el derroche de Les Arts y ya teníamos el Palau de la Música, por cierto con una acústica infinitamente mejor que la del Auditorio del monstruo de Calatrava, donde sigue empeñada nuestra Intendente favorita en castigarnos programando representaciones.

Sobre esto mismo habla también maac en la estupenda crónica que ha hecho de esta “Norma” y que podéis leer aquí.

4 comentarios:

  1. Gracias por el enlace. Cuando menos te lo esperas salta la liebre. Estamos de a cuerdo, y esta vez parece que al 100%.

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  2. Aticus:

    Como decímos en Asturias....vayz voz más guapa la de la Cirillo.

    Un abrazo.

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  3. parece que Celso Albedo con actuara en Thais, hasta cuando hay que soportar tanta tomadura de pelo, tengo las entradas compradas para ver a Celso, y hoy me entero que no va a actuar , donde voy a reclamar para que me devuelvan el importe , porque esto no es fuerza mayor es tomadura de pelo

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  4. Tienes razón, RAF, y, como siempre, el teatro valenciano no ha dado la más mínima explicación ni nota de prensa alguna al respecto, demostrando un desprecio absoluto al público.
    Es una tomadura de pelo en toda regla, pero no te devolverán el dinero.

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