viernes, 13 de diciembre de 2013

"MESSA DA REQUIEM" (Giuseppe Verdi) - Palau de les Arts - 12/12/13

Cuando se anunció oficialmente el contenido de la programación de la temporada operística 2013/2014 en el Palau de les Arts, hubo dos previsiones que me atrajeron especialmente. La primera fue la esperada reposición de La Valquiria con el maestro Mehta al frente. Y la segunda, que me ilusionaba aún más si cabe, era el regreso de Riccardo Chailly a Valencia con la Messa da Requiem de Giuseppe Verdi, tras el éxito obtenido la temporada pasada con una Bohème y una Novena de Beethoven que quedarán para siempre grabadas en nuestra memoria entre los mejores momentos vividos en este teatro.

La desilusión vino cuando, apenas tres días antes de la primera de las funciones previstas, se anunciaba oficialmente que Chailly cancelaba su participación debido a una bronquitis aguda, comunicándose que su sustituto sería el también milanés Carlo Rizzi (por cierto, si no me equivoco, Carlo Rizzi era también el nombre de uno de los personajes de El Padrino, en concreto el marido de Connie).

A pesar del desencanto que nos produjo a muchos el saber que no íbamos a poder disfrutar de la maestría de Riccardo Chailly, hay que reconocer que la sustitución podría haber sido mucho peor y que se ha buscado a un director que garantizaba unos mínimos de calidad.

Siempre nos quedará la duda de saber qué hubiera pasado si hubiese dirigido Chailly. Sospechamos, tras los resultados de la Novena del pasado año, que el genio del milanés nos hubiese ofrecido una versión personal, cargada de matices, tensión y contrastes, obteniendo unos deslumbrantes sonidos de la orquesta. Pero no lo sabemos, y además sería profundamente injusto pretender comparar a Rizzi con lo que no ha sido.

Ayer tuvo lugar la primera de las dos funciones previstas de este Requiem y lo primero que me gustaría dejar claro es que, aunque quizás faltase esa chispa de magia que surge de las grandes batutas, lo cierto es que, desde mi punto de vista, Carlo Rizzi llevó a cabo un trabajo excelente, absolutamente impecable, ejemplo de profesionalidad y buen hacer, sobre todo teniendo en cuenta que, según él mismo confesó, hace escasos días que le trasladaron el encargo de asumir la sustitución de Riccardo Chailly.

Tras el fiasco verdiano del pasado fin de semana con La Traviata de La Scala, ayer sí tuvimos una lectura de Verdi que me sonó a Verdi. El maestro Rizzi ofreció acentos remarcados y unas transiciones perfectamente hilvanadas. Hubo claridad de líneas, naturalidad en la exposición  y un uso ejemplar de las dinámicas, solventando con pulcritud artesanal el equilibrio entre orquesta y voces.

En Lacrimosa supo transmitir toda la belleza y emoción que requiere la página, pese a no contar con un cuarteto de lujo pero sí eficiente. Las sucesivas apariciones del Dies Irae estuvieron cargadas de dinamismo y fuerza, ofreciendo además distintos matices en cada una de ellas. Me resultó muy interesante también el subrayado de los timbales en el Confutatis. Todos estos detalles evidencian una labor de dirección detrás, que dista mucho de ser un simple trámite para atender un encargo de última hora. Hubo implicación y resultados eficaces.

La Orquesta de la Comunitat Valenciana respondió con una entrega absoluta y un magnífico rendimiento y todas las secciones tuvieron intervenciones destacadas. Desde la expuesta prestación de las trompetas en el Tuba mirum que se resolvió con enorme solvencia, hasta las brillantísimas ejecuciones de Pierre Antoine Escoffier al oboe, las siempre acertadas apariciones de fagots, flautas o clarinetes, o la celestial entrada de los violonchelos al comienzo del Ofertorio.

El Cor de la Generalitat, tal y como esperábamos, nos brindó otra de sus grandes noches, pleno de intensidad expresiva, refinamiento y riqueza de matices, mostrándose majestuoso, suplicante o delicado según los requerimientos de la partitura. Toda una lección para los que siguen insistiendo en que este coro sólo sabe cantar en forte. Ejemplar me resultó ayer su articulación y dicción, y recordaré especialmente ese mágico y estremecedor susurro del Libera Me, o la fuga subsiguiente extraordinariamente regulada. 

En cuanto a los solistas vocales, Verdi escribió con gran exigencia para cuatro voces poderosas que además fuesen ejemplo de su estilo, requerimientos que actualmente hacen muy difícil encontrar un cuarteto equilibrado. Si a esa dificultad natural le añadimos las penurias económicas actuales, la empresa parece casi imposible y nos contentamos con obtener unas dignas prestaciones. Y ayer pienso que las obtuvimos.  

Los retos de la parte de la soprano en esta partitura son especialmente diabólicos. La soprano italiana Carmen Giannattasio no convenció a muchos, pero yo creo que debe valorarse su esfuerzo. Mostró un timbre lírico, esmaltado, en una voz grande y con cuerpo que, en la zona grave, aunque resultase corta, alcanzaba casi resonancias de mezzosoprano, lo que, unido a los cambios de color del instrumento en los diferentes registros, hacía complicado a veces identificar en la distancia si cantaba ella o la mezzo. En la vertiente positiva destacaría que, en todo momento, procuró dotar de variedad a su fraseo, modulando y regulando, aunque en los pianísimos se pasease siempre al borde mismo del quiebro de la voz. Tuvo alguna nota calada y las subidas al agudo no siempre eran ortodoxas, pero ya digo que mi valoración general pese a todo es positiva.  

La mezzosoprano Verónica Simeoni cantó con una corrección casi matemática, pero su línea me resulto plana, fría y a mí no llegó a transmitirme emoción en ningún momento. La voz no parecía especialmente grande y sus graves fueron poco sonoros. 

Del tenor Giorgio Berrugi destacaría un timbre incisivo, color atractivo y que sonaba muy italiano y ajustado en estilo. Fue una lástima ese agudo tan estrangulado y una zona grave completamente desguarnecida.

El bajo chino Liang Li me causó una gratísima sorpresa en el Tristan e Isolda de 2012. Ayer estuvo correcto, como sus compañeros, pero poco más. Faltó rotundidad en sus graves y fueron problemáticas todas las subidas al agudo. Eché de menos una mayor modulación del sonido y del color y una lectura algo menos tosca.

El público llenó prácticamente el infecto Auditorio, posiblemente atraído en gran parte por el tirón del finalmente ausente Riccardo Chailly, y, tras sonar las últimas notas, prorrumpió en una fuerte ovación, dedicando los bravos más entusiastas al Cor de la Generalitat, si bien no se vivió la locura colectiva de otras noches, como, por ejemplo, la de la última presencia de Chailly en el podio. El comportamiento de los presentes, al menos en mis alrededores, no fue muy ejemplar. Me costó bastante concentrarme en la representación gracias a varios de mis vecinos. Desde el mastuerzo que pareció buscar el efecto trompeta en sus toses durante los pianísimos orquestales del inicio, hasta la señora que batió el record mundial de desenvoltura de caramelos a cámara lenta, sobrepasando de largo los cinco minutos de manipulación, o la joven a la que no sólo le sonó el móvil, sino que devolvió la llamada y se puso a hablar y, por si no había bastante, continuó guasapeando y comentándolo con su vecino desde el inicio del Kyrie hasta poco antes del Ingemisco, momento en que alguno de sus colindantes no aguantó más y les llamó al orden.

Pese a la decepción inicial por la ausencia del maestro Chailly y todas las incidencias y carencias que haya puesto de manifiesto en esta crónica de urgencia, la experiencia fue enormemente positiva. De hecho, yo ahora mismo me voy a  repetir y recomendaría a todo el que todavía esté a tiempo que acuda a disfrutarlo.

Después de esto ya sólo nos queda esperar hasta febrero a que se reanude la programación. Malos tiempos para la lírica.

17 comentarios:

  1. Ayer salí muy contento de Les Arts aunque hoy me ha gustado más, quizás mi cambio de ubicación en la sala tiene algo que ver (ayer estaba en la "zona maldita"). El coro y la orquesta han estado espeluznantes, tanto en los ff como en los pppp (que se oían perfectamente, bravi!). No sabemos lo que hubiera hecho Chailly pero lo que hemos oído me ha parecido excelente (en cuanto a orquesta y coro). Lo de los solistas es otro cantar (nunca mejor dicho). Mención especial para el modelazo que lucía hoy la soprano. Como dice una amiga mía: el mal gusto no es sólo cuestión de gustos, realmente existe y hoy lo hemos podido comprobar. Personalmente ninguno de los solistas me ha parecido que estuvieran a la altura del resto, me han gustado mucho más la mezzo y el tenor que la soprano (modelitos al margen). El bajo me gustó cuando cantó en Les Arts el Rey Marke y creo que también me gustaría como Gran Inquisidor (tiene un imponente color oscuro) pero pienso que para el Requiem hace falta una voz más dúctil.

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    1. Los solistas estuvieron a un nivel muy inferior al de orquesta y coro.
      Mi experiencia en dos días consecutivos escuchando la misma obra en dos zonas distintas de ese establo bautizado como Auditori, fue completamente distinta.
      En fallas deberían aprovechar y pegarle fuego.

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  2. A partir de hoy ya podemos ir desempolvando los dvds y los cds, se acabó la ópera en directo en Valencia (esperemos que temporalmente)
    :-(

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  3. Alvaro ¿puedes explicar mejor este último comentario? ¿Se acabó la opera en directo?
    Aunque después de utilizar "espeluznante" como un adjetivo positivo no se yo... espero que se te erizaran los pelos pero de gustito...

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    1. Entiendo que Álvaro quiere decir que de aquí a febrero ya no hay ópera, y que, como tan mal están las cosas por Les Arts, espera que el parón no sea definitivo.

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    2. Si, a eso me refería.

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  4. Coincido prácticamente en todo lo comentado. La Orquesta y el coro estuvieron fabulosos y la dirección de lo más solvente y verdiana. No sabemos que hubiera sido con Chailly. Los solistas, pues eso, un poco por debajo. La soprano hizo un final forzado en la primera parte del Liberame bastante desagradable, por lo menos en la actuación del viernes 13 que es la que presencié. Una pena que Mª José Montiel no hubiera estado en el lugar de la mezzo, ya que está haciendo el Requiem con Chailly por otros lares. Me parece que Riccardo se nos puso malo cuando le nombraron director de La Scala para sustituir a Barenboim.
    Muy justa la ovación para el coro, que encontré muy equilibrado en las cuatro voces, pero tendría que haberse repetido cuando hizo levantar a la orquesta. No fue nada justo.

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    1. María José Montiel podía haber cumplido excepcionalmente con la parte de la mezzo, aunque actualmente también está de baja por una lesión.
      Yo pienso que no ha tenido nada que ver el nombramiento de Chailly con su ausencia, pero cuando hablamos de Les Arts cualquier cosa puede ocurrir...

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  5. Estuve en las dos funciones y me pareció que Rizzi hizo una versión estupenda del Requiem, encontrando el equilibrio entre lo litúrgico y lo operístico que tiene la obra. Que Verdi estuviera presente ya me pareció todo un logro. Los solistas cumplieron, y lo que es más importante en este auditorio, se les pudo escuchar.
    Me gustaría que aclaraseis las zonas buenas y malas que tiene este auditorio en el tema acústico...yo siempre he estado en la zona de anfiteatro (mi abono en esta sala es la fila 28).
    Me pareció escuchar algún rumor sobre la posible negociación con Rizzi como próximo director musical...¿Sabes algo de esto?.

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    1. Cuanto más arriba y más lateral, peor es la acústica.
      Hacia la fila 10-15, centrado, es el lugar ideal. La percepción de estar en una zona a otra es radicalmente diferente.
      Lo de la negociación con Rizzi pienso que no es cierto, pero... ojalá. Creo que no sería una mala opción, ni mucho menos.
      Lo que sí es verdad es que hace años fue un muy firme candidato al lugar que ocupa hoy Yaron Traub al frente de la orquesta de Valencia y diferencias con la dirección del Palau de la Música frustraron la operación..

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    2. Yo solo te puedo decir que en el anterior Requiem que dirigió Maazel estuve en el fondo, casi en la última fila, y a René Pape no se le oía nada. Por cierto que la soprano y mezzo que trajo Maazel en aquella ocasión,tampoco me gustaron demasiado.

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  6. Las diferencias que tuvo Rizzi en el Palau de la Música no fueron con la dirección, sino con los músicos directamente.
    Vieron las orejas al lobo y enseguida lo descartaron como sustituto, ya que deciden los maestros de la orquesta, y no les apetecía mucho tener al frente a alguien exigente en cuanto a calidad y trabajo.
    En cuanto a Rizzi en Les Arts, me parece a mi que no... el puesto está reservado a Plácido Domingo, lamentablemente.
    Me jugaría una paella.

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    1. El problema con Plácido puede venir en el terreno económico. Hoy por hoy el teatro tiene muy complicado pagar un alto caché a ningún director, e imagino que traer a Domingo costará lo suyo.
      Ignoro si las diferencias con Rizzi partieron de los músicos, desde luego lo que dices, conociendo el percal, tiene todo su sentido, pero me consta que hubo un enfrentamiento, posiblemente derivado de ese, con la dirección del palau.

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  7. Argh! Plácido no por favor: aunque parezca imposible me parece nefasto dirigiendo.
    Atticus ¿tendremos reseña de L'Incoronazione di Dario? Yo estuve allí y me gustaría saber tu opinión.

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    1. Pues de momento no puedo hacer reseña de Dario porque no pude ir al estreno. Veremos si puedo acudir el jueves.

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  8. Les Arts cerrada por amenaza de ruina. Qué verguenza

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  9. y lo peor está por llegar.... al tiempo y no falta mucho.

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