martes, 5 de diciembre de 2017

DAVIDE LIVERMORE DIMITE COMO INTENDENTE DE LES ARTS

Foto de Kike Taberner

Protagonizando un bombazo informativo de esos a los que el Palau de les Arts, desgraciadamente, nos tiene acostumbrados en los últimos años, el Intendente Davide Livermore ha comparecido esta mañana en rueda de prensa para anunciar su decisión de dimitir como director artístico del coliseo valenciano, cargo que ocupaba desde enero de 2015.

La noticia nos ha pillado por sorpresa a casi todos, incluso a aquellos que, como es mi caso, llevamos tiempo vaticinando que esta dimisión se veía venir. Pero no en este momento. Sin ir más lejos, ayer compareció Livermore en rueda de prensa junto a Plácido Domingo, Ramón Tebar y Marco Arturo Marelli para hacer la presentación oficial de la ópera Don Carlo que el próximo sábado 9 de diciembre abrirá la temporada operística valenciana, sin que se atisbase el más mínimo indicio de que podía estarse fraguando esta dimisión.

Según ha afirmado el propio Livermore, la decisión podría haberse precipitado al haberse suspendido la reunión del Patronato de la Fundación Palau de les Arts prevista para hoy en cuyo orden del día parece que estaba incluida una remodelación de los órganos de gobierno, y que se dice que era el marco en el que el ex Intendente pensaba plantear su renuncia. Al verse privado de ese foro, Livermore, haciendo gala de su conocida chulería, ha decidido convocar y pagar de su bolsillo (ha mostrado la factura) una rueda de prensa para anunciar su dimisión y dar las explicaciones oportunas “a la ciudadanía valenciana que con sus impuestos mantiene en funcionamiento el Palau de les Arts”.

Quienes me conocéis sabéis que he criticado muchísimas veces a Davide Livermore por diferentes cuestiones, desde su insoportable carácter, su soberbia y egolatría, la exagerada italianización del teatro, la falta de oportunidades a muchas personas por peregrinas motivaciones, su aversión al repertorio germánico, su nula aceptación de las críticas… Pues bien, hoy después de escucharle y sin más elemento de juicio que sus palabras, he de decir que estoy completamente de acuerdo con casi todo cuanto ha dicho.

No sé cuántas oscuras motivaciones que no se hayan explicitado se ocultarán en la decisión del señor Livermore, pero escuchándole hoy no puedo sino compartir la mayor parte de sus reflexiones.

Está claro que el motivo principal gira en torno a la supuesta incompatibilidad de su cargo de Intendente, realmente de su condición de alto cargo de la administración autonómica valenciana, con su labor como director escénico en este y otros teatros. Una situación que el anterior gobierno dio por buena y se supone que debió pasar las fiscalizaciones de los servicios jurídicos autonómicos, pero que el nuevo gobierno lleva cuestionando y parece que no sabe cómo resolver. Para mí resulta evidente que el ver reflejado en el borrador del informe de auditoría de cumplimiento de la Intervención General del año 2016 esta situación como anómala y sin vías de solución, es lo que condiciona fundamentalmente a Livermore para su salida, al no querer renunciar a sus trabajos como director de escena. En este aspecto es quizás en el que menos le justifico, aunque reconozco que, como ha dicho, es una situación que se da con absoluta normalidad en la mayoría de teatros nacionales e internacionales.

Pero Livermore también ha significado que no es sólo su situación la que se pone en entredicho, sino toda la contratación artística del Palau a la que se pretende someter a criterios ajenos a lo puramente artístico y a unas condiciones y trámites absolutamente incompatibles con una gestión artística eficaz y de calidad acorde al nivel alcanzado por nuestro teatro. A eso se une la paralización y bloqueo de la relación de puestos de trabajo de la entidad, de su ajuste salarial, de las dificultades para dotar o promocionar convenientemente la plantilla interna…

Tan anómala desde el punto de vista artístico es esa situación que Davide Livermore, en un gesto no exento del aspaviento teatral que tanto le gusta, ha llegado a decir que igual lo que hay es un deseo consciente de cerrar el Palau de les Arts. Personalmente no creo que eso sea así, e incluso pienso que él tampoco lo cree, pero sí que ambos coincidimos en que si se sigue sometiendo la gestión cultural y artística de un teatro de ópera de primer nivel a los mismos criterios que el negociado de cementerios, se hace inviable dicha gestión y se aboca al teatro a su incapacidad operativa y al inevitable e injustificado estrangulamiento y desmantelamiento de sus cuerpos estables.

Ahora no tengo tiempo ni ganas para extenderme más. Ya habrá lugar para seguir comentando todo esto con mayores elementos de juicio. Espero que desde la administración autonómica y el Patronato de la Fundación se dé alguna explicación más allá de que ha sido una decisión del señor Livermore que aceptan y hasta luego Lucas. Eso demostraría que respetan a la ciudadanía que, efectivamente, como decía Livermore, con nuestros impuestos hacemos posible el funcionamiento del Palau de les Arts… y el de la propia Generalitat.

No sé qué nos esperará ahora, pero dado mi natural pesimismo y conociendo algunas mentes pensantes que por ahí pululan chupando del carro a diestra y siniestra, imagino que a mejor no vamos a ir. Al menos lo que los aficionados a la ópera, los que amamos la cultura, los que pensamos que una sociedad más culta es una sociedad más deseable, consideramos lo mejor.

Me volverán a llamar elitista y volverán a estar errados. Lo he dicho infinidad de veces, tenemos un teatro de ópera que está situado en un nivel internacional de calidad indiscutible. Seguimos teniendo la mejor orquesta y coro de ópera de España. El Palau de les Arts sigue generando turismo cultural. La Comunidad Valenciana tiene un activo cultural que sería un crimen irreparable dejar que se perdiera por la simple inutilidad de sus gestores.

Señores/as gobernantes, por favor, por una vez sean sensatos…

Señor Livermore, no sé si su decisión es irreversible, si así lo fuera, gracias por todas las cosas buenas que ha hecho, que no han sido pocas y buena suerte.

Compañeros de fatigas operísticas, estemos atentos y reaccionemos si es preciso antes de que sea tarde. 

11 comentarios:

  1. Totalmente de acuerdo. Estamos rodeados de unos políticos catetos que ignoran casi todo lo que rodea la ópera

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    1. No creo que sea problema de políticos catetos, sino de estructuras administrativa que, como bien dice Atticus, son incompatibles con una gestión cultural eficaz, artística y de nuestro siglo. La administarción no ha sabido evolucionar ni a veces entender la gestión de la cultura. Y eso es lo que hay que cambiar, proceso, por otra parte nada fácil. No obstante la incompatibilidad entre la Intendencia General y la dirección artística, en este o en cualquier otro teatro de la ópera, era algo que se debía haber resuelto hace tiempo. Y estoy convencido que se encontrará una solución satisfactoria.

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  2. Las declaraciones que han trascendido del señor Girona son lamentables y demuestran una ignorancia mayúscula no sólo del mundo de la ópera, sino de una inteligente política cultural. Creo que los aficionados y abonados del Palau de les Arts debemos hacernos oír y como dice Atticus reaccionar antes de que sea tarde. Lo hicimos frente al PP de Catalá dedicándole un inolvidable abucheo y ahora lo deberíamos hacer frente a sus sustitutos que no parecen ser más inteligentes. Tenemos por delante el estreno de la temporada y todas las funciones de Don Carlo. ¿Vendrán los responsables políticos? Los abonados sí iremos. Que nos oigan!!. Eduardo (ex votante de Compromís)

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    1. Precisamente, Eduardo, esa es la estrategia de Livermore, con la que está abusando de los políticos desde la época del PP. Anuncia una temporada (yo soy defensor de sus programaciones, en general), y cuando está en marcha los tiene pillados con sus exigencias de todo tipo. Esta vez creo que le saldrá mal. A ver que aguante tienen los dirigentes de ahora. Que busquen alguien serio y leal con el Palau y que esté cien por cien a lo que ha de estar. Una alemana, como el Liceu.

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  3. No estic d'acord Atticus. Livermore no diu més que el que l'interessa i a mitges. Que explique per quina raó la temporada de Les Arts s'ha d'ajustar al seu calendari de bolos. Bolos que fa amb produccions que li ha pagat el nostre teatre com a part del seu treball. I per les quals tornarà a cobrar com a director en altres coliseus. S'ha fet famós gràcies al treball en Les Arts. Quan jo tinga temps també faré un memorial. El problema de Livermore és que vol ser artista i càrrec públic tot en lot i vol que les lleis no se li apliquen perquè n'està per damunt. Crec que és tòxic per al Palau. Pel que cobra ell i el superstaff que s'ha muntat podríem tindre una direcció com la del Liceu. Ja tornaré a la càrrega.

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  4. Gracias por manifestar tu opinión, coincido contigo pero igual no tenemos/tengo información suficiente. En todo caso es lamentable como se ha comenzado a gestionar esta crisis, espero que se resuelva de mejor manera. Yo también soy pesimista, ideas veo pocas y paletismo mucho. Y no lo digo por si el próximo intendente es o no valenciano, algo que para mí no tiene importancia alguna, si está capacitado y es valenciano no pondré ninguna objeción, tampoco la pondré si no lo es, y espero que esto, que va a ser el meollo de la cuestión, lo comprendan nuestros gestores culturales.

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    1. Me consta que has criticado muchas veces esos absurdos huecos de programación en función del trabajo del intendente en otros teatros, algo que, como tantas veces has dicho, es inadmisible..

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    2. Hola, Maac. Res d'absurds forats. Són molt fàcils d'explicar i més per a un entés com tu en el món de l'òpera. S'obre Operabase, es clica Artistes, es posa el nom de Livermore, ix el calendari de la seua temporada, completes amb un parell de notícies, creues les dades amb la temporada del Palau... i tot està claríssim. El creuament de la temporada passada parlava sol.

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    3. Per cert, esta temporada el Palau li havia posat un altre director ajudant. I cobra com un director general de l'Adminitració. És clar, Livermore es passa mitja temporada absent de gira. Algú sap quants col.laboradors té? Si no ho sap ningú ja ho buscaré.

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    4. Los huecos en la programación de Les Arts originados por el trabajo externo de Livermore es algo que desde este blog se ha denunciado este año y el anterior. Pero eso no es lo que motiva esta situación en absoluto. Ojalá fuese ese el problema porque estaría rápidamente resuelto. Lo realmente grave en este momento, más allá de la decisión de Livermore, es el proyecto que la administración autonómica tiene para Les Arts, donde no sólo no se corrigen los obstáculos que han existido para permitir una gestión acorde al nivel del teatro, sino que se multiplican dichas trabas en medio de un proyecto que rezuma desconocimiento y desinterés respecto a la entidad cultural del Palau de les Arts.

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  5. A livermore le importa un carajo el Palacio de Las Artes. Solo le importa su carrera que hace a costa de chanchullos varios con otros teatros usando y abusando de su posición con el coliseo valenciano. Y siguen chupando cámara en todos los tinglaos donde está Domingo. SI dijo que se iba por ser una persona seria y responsable, qué hace yendo al concierto del Cor y que carajos tiene que aún decir a los trabajadores de allí? Miren el vídeo que circula de su speech de anoche. Después de todo lo que dijo de los valencianos y valencianas sigue aferrándose a los Domingo como una carrapata. Según el discursillo de Domingo que no nombró ni al Maestro Perales ni a los 30 años del Cor, parece que tendremos al Livermore en la ópera studio Placido Domingo. Que bajeza moral. Y nadie dice nada.

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