domingo, 2 de junio de 2013

"OTELLO" (Giuseppe Verdi) - Palau de les Arts - 01/06/13

Jornada grande la de anoche en el Palau de les Arts. Muy grande. Se recuperaron sensaciones que hacía bastante tiempo que no se vivían con tal pasión. Posiblemente haya que retrotraerse a aquellas míticas jornadas del Anillo  wagneriano para encontrar algo similar en cuanto a emociones.

Todo hacía presagiar que podíamos asistir a una importante noche de ópera, como así finalmente fue. Una obra maestra como “Otello”, un reparto solvente, un coro y orquesta de la casa con posibilidad de lucirse, y todo ello con el maestro Mehta como director, eran unos mimbres muy esperanzadores. Es verdad que no todo fue perfecto, ni mucho menos, pero el resultado final fue enormemente satisfactorio y supuso una inyección de esperanza ante el futuro de un teatro que se encuentra al límite de la supervivencia y que, en jornadas como la de anoche, demuestra que no tiene nada que envidiar a nadie (salvo las aportaciones económicas que otros reciben) y que vale la pena apostar por mantener este imprescindible activo cultural que tenemos.  

La ocasión para demostrarlo era inmejorable. La asistencia al evento, como en años anteriores, de la esposa oficial del jefe del Estado español, trajo consigo, como también es costumbre, la habitual corte de pelotas y chupafotos, entre los que se encontraba el impresentable ministro de cultura con apellido de eructo. Algunos quisieron ver en la asistencia de este sujeto una señal que demostraría que el Estado va a implicarse más en el apoyo al teatro valenciano. Permitidme que confiese mi escepticismo, aunque ojalá sea así.  De cualquier modo, el interés no se demuestra viniendo a hacerse fotos con la reina o a comerse una paella, sino corrigiendo el año próximo la injusticia flagrante que sufre la ópera en Valencia desde los presupuestos estatales, no sólo ya recibiendo mucha menos aportación que los otros dos principales recintos españoles, sino sufriendo además un mayor recorte que aquellos.

La presencia de la reina y de autoridades civiles y militares varias, volvió a dar lugar a un penoso espectáculo, con arcos de detección de metales en los accesos a Les Arts, enormes colas al sol, cientos de miembros de seguridad con pinganillo impidiendo el paso de personas sin entradas a las taquillas donde muchos tenían que recogerlas, ascensores inhabilitados y múltiples molestias más. Si así se creen que van a aproximar el pueblo a sus gobernantes, andan errados, sin hache y con hache.

En la puerta de Les Arts un grupo de trabajadores del teatro manifestaba, bajo un férreo control policial, su silenciosa protesta ante la situación de incertidumbre que siguen viviendo. La llegada a la Consellería de Cultura de María José Catalá supuso un esperanzador cambio de talante y se puso de manifiesto una mayor tendencia al diálogo. El problema es que el tiempo ha ido transcurriendo y todo se ha quedado en buenas palabras y ninguna concreción, mientras los rumores de severos recortes de personal siguen sobrevolando el auditorio.

Pero bueno, dejo ya la crónica social, aunque daría para una tesis, y entrando en el análisis de lo que ocurrió a nivel artístico, comenzaré por decir que la dirección escénica que firma Davide Livermore creo que hay que juzgarla desde las concretas circunstancias en las que se ha creado. La penuria económica del Palau de les Arts dificultaba alquilar una producción externa que, ya simplemente con los gastos de seguros o traslados, se comería el presupuesto disponible. Echar el resto en una creación propia de envergadura tampoco era posible, lógicamente, así que se ha optado por una producción nueva basada fundamentalmente en juegos de iluminación y proyecciones y una escena única en la que se desarrollan los cuatro actos.

Con esa premisa de que nos encontramos ante una creación low cost, hay que decir que, desde mi punto de vista, la cosa funcionó razonablemente bien. La acción, como decía, se desarrolla en un mismo espacio de forma circular con el centro móvil, que se dice inspirado en el Globe Theatre shakesperiano. La propuesta de Livermore es, pese a su aparente innovación formal, decididamente clásica, sin que plantee ninguna lectura paralela. Ni falta que hace. Hay un inteligente uso de los medios disponibles, siempre respetando escrupulosamente la coherencia con el libreto, con un trabajo notable en la dirección de actores.

Hubo momentos que me parecieron más conseguidos, como la escena de la tormenta inicial, el “credo” de Yago o ese “Dio mi potevi” con Otelo y Yago como dos personajes paralelos. Menos acertados me resultaron los cursis almendros en flor de la escena del jardín o el absurdo video proyectado durante la muerte de Desdémona, absolutamente discordante con el resto de la propuesta escénica. Horrendo me pareció el surtido de pelucas de colores, con ese Lodovico-Pumuky o el coro con ridículas crestas rosas, totalmente faltos de sentido, alcanzando su culminación con una Emilia que parecía salida del universo Star Wars y un Yago medio zombie, estéticamente deplorables.

En cualquier caso, la propuesta de Livermore es, en conjunto, visualmente muy atractiva y positiva, y se adapta bastante bien al drama sin entorpecer su desarrollo, mereciendo ayer el unánime reconocimiento del público asistente al finalizar la función.

En el apartado musical, el maestro Zubin Mehta llevó a cabo una dirección caracterizada por unos tiempos lentos que en el último acto se ralentizaron hasta extremos inauditos. Se recreó enormemente en los momentos más líricos, contando para ello con la baza de una pareja protagonista que aguantaba, sin ahogarse ni perder el legato, ese chicle que Mehta estiraba con una lentitud Maazeliana.  Eso hizo que se alcanzasen momentos de gran belleza en los que se extrajeron mil matices de la orquesta, aunque la tensión dramática pudiese resentirse ocasionalmente. Estuvo Mehta permanentemente pendiente de los cantantes, ajustando siempre la orquesta para lograr el justo equilibrio entre escena y foso. La dirección del complicado concertante del tercer acto fue todo un ejemplo de maestría con la batuta.

Pese a los ligeros desajustes que son propios de cualquier estreno, la Orquesta de la Comunitat Valenciana tuvo un excelente rendimiento que puso de manifiesto que seguimos contando con una agrupación de primer nivel, cuyo futuro no deberíamos consentir que se ponga en peligro por la estulticia de gestores culturales incapaces. Entre algunos momentos inolvidables surgidos anoche del foso de Les Arts destacaría el maravilloso sonido de las cuerdas en pianísimo en el acto IV, los excelentes contrabajos acompañando la entrada de Otelo en la alcoba en la escena final, las eficaces intervenciones de las trompetas, tanto de la orquesta como de la banda interna, o una extraordinaria Ana Rivera en el corno inglés al inicio del IV acto.

Y si hablamos de excelencia artística y de necesidad de asegurar su continuidad, otro tanto podría decirse del Cor de la Generalitat. No creo que haya una mejor forma de celebrar su XXV aniversario que exhibiendo su enorme valía en una obra tan exigente y a la vez tan propicia para ello como esta. Estuvo rotundo y poderoso en todas sus intervenciones y fue un protagonista más del drama. Una vez más, bravo a todos ellos y a su director Francesc Perales.

Tras varios anuncios, rumores, cancelaciones y cambios de reparto, fue el veterano Gregory Kunde el encargado de asumir el papel del moro veneciano. Cuando supe el otoño pasado que el tenor norteamericano iba a debutar, a sus casi 60 años, el papel de Otelo en Venecia, yo fui de los que pensaba que sólo su larga carrera justificaba una empresa que parecía tener más de capricho de tenor en su etapa final que responder a las condiciones de su voz. El instrumento de Kunde no parecía, a priori, propicio para acometer con éxito semejante aventura, tratándose de un cantante que comenzó de contraltino rossiniano y con papeles de lírico-ligero. Pero su debut veneciano nos sacó a muchos de nuestras dudas a base de puro canto. No será el más verdiano de los Otelos, quizás sea un moro sui generis, sin duda, pero es un Otelo excelente.

Básicamente se pudo disfrutar ayer de un Otelo cantado y muy bien cantado. Me atrevo a decir que no creo que hoy día haya un tenor que pueda cantarlo mejor. A años luz de los típicos berreadores que muchas veces suelen buscarse para el papel. Kunde dio muestra de una inmensa inteligencia, consiguiendo que la veteranía no sea un inconveniente sino una virtud, solventando sus carencias con sabiduría y musicalidad. Es obvio que tiene limitaciones, principalmente los de una voz que en terrenos centrales y graves se vuelve más mate y pierde mordiente. Eso hace que intente ensanchar artificialmente el centro, dejando aparecer un feo vibrato, pero en cuanto sube al registro agudo, la luminosidad y brillo son deslumbrantes y sus agudos punzantes y auténticos cañonazos. Impresionante fue su “Esultate” o el “Ora e per sempre addio”.

Kunde mostró volumen e hizo correr la voz con suficiencia, imponiéndose a la orquesta, y logró que su canto se adaptase con flexibilidad a las exigencias de la partitura, no sólo en los pasajes de forza, sino también en los fragmentos más líricos, luciendo una variada gama de matices que tantas veces quedan eludidos por vozarrones que luego son incapaces de plegarse en los momentos más delicados, como el sublime dúo del primer acto, en el que tanto Kunde como Agresta ofrecieron un auténtico recital de belleza musical. Demostró además el norteamericano ser un cantante valiente, honesto y con una entrega vocal y escénica total. Todo un lujo.

Y no menos lujo supuso el poder volver a disfrutar en el escenario de la soprano María Agresta, quien hace un año nos cautivase con su Leonora de “Il Trovatore”. Fue una Desdémona soberbia, impregnada de espíritu verdiano por arrobas y con un uso de las medias voces y los reguladores ejemplar. En el IV acto hizo una absoluta exhibición de musicalidad y delicadeza, logrando unos sonidos etéreos, auténticamente celestiales, que  parecían quedarse flotando en la sala e iban diluyéndose lentamente.

Carlos Álvarez completaba el trío protagonista, encarnando de nuevo, tras el largo periodo en el que su enfermedad le ha tenido apartado de los teatros, a un personaje emblemático en la carrera del barítono malagueño, como es el de Yago.

Es evidente que Álvarez no ha recuperado al cien por cien sus prestaciones. Ha perdido volumen, la voz es más clara y en los agudos pasó algún apuro, pero afrontó el papel por derecho, con valentía, llevando a cabo además una actuación escénica sensacional que, en su pelea con Otelo del acto segundo, a punto estuvo de costarle romperse una pierna. Su lamentable caracterización, desgreñado y vampírico, no consiguió que nos despistáramos de lo verdaderamente importante, que es el canto. Y Álvarez exhibió su bellísimo timbre baritonal, ejecutando un inmaculado fraseo verdiano, increíblemente incisivo y expresivo, sabiendo transmitir toda la maldad de uno de los personajes más malvados de la historia de la ópera. En los saludos finales, cuando el teatro prorrumpió en bravos, rompió a llorar emocionado y nos hizo emocionarnos a todos los que salimos esperanzados con el retorno de un enorme cantante que, seguro, todavía va a hacernos disfrutar muchas más noches con su arte.

El Cassio del argentino Marcelo Puente estuvo en líneas generales correcto, aunque su voz no me pareció especialmente atractiva. Mucho más me gustó el rendimiento de Cristina Faus en un papel complicado como el de Emilia, brillando en el cuarteto. Muy bien el Roderigo del siempre eficiente Mario Cerdá, y no me gustó el Lodovico de Misha Scheloianski. Correctos el resto de comprimarios.

La sala principal de Les Arts presentó un lleno casi total y el público se mostró más silencioso que en otras ocasiones. En el cuarto acto, con la orquesta en pianísimo, el silencio era total y sólo se hacía notar el ruidoso sistema de ventilación del recinto. Bueno, eso hasta que a un imbécil le sonó el móvil ¡en dos ocasiones!, pero Desdémona estaba ocupada rezando y no se pudo poner. Al finalizar, ovación de gala con el público puesto en pie, absolutamente enloquecido, como en las grandes noches.

Siempre tengo que hacer alguna queja antes de acabar, así que hoy le va a tocar a los responsables de programar las funciones a las 8 y hacer dos descansos, originando que la gente saliese a las 12 de la noche. Me parece un disparate, aunque se haya disfrutado tanto como algunos lo hicimos ayer.

Pese a los indecentes horarios, la fiesta musical se pudo culminar con una cena en compañía de buenos amigos, en la que se aprovechó para celebrar el primer aniversario de Amics de l’Òpera i de les Arts de la Comunitat Valenciana.

Quedan tres funciones más y todavía hay entradas. Dejar pasar este “Otello” es un delito imperdonable que merece ser castigado con reposiciones de “El barbero de Sevilla” del pasado marzo con todo su cast al completo.

 
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27 comentarios:

  1. Comparto las buenas sensaciones que tanta falta nos hacían a los aficionados de Les Arts, aunque para que todo fuese perfecto yo eché en falta algo más de intensidad en la batuta. La puesta en escena no está mal, excepto por el ridículo look de zombies, vampiros y pumukys y algún detalle suelto, como el vídeo del asesinato.

    Como siempre, un placer saludaros, aunque fuese brevemente.

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    1. Yo no aprecié esa falta de intensidad que algunos habéis puesto de manifiesto, aunque la lentitud de Mehta era propicia para ello.
      Demasiado breve nuestro encuentro. A ver si a la próxima hay más tiempo.

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  2. Gracias por compartir tus impresiones, con las que estoy muy de acuerdo. Personalmente me quedo con la dirección de Mehta, que me pareció absolutamente genial en los dos últimos actos. El primero me convenció bastante menos, y no solo por él.

    Muy original la idea del regista de cambiar a Yago por el profesor Severus Snape:

    http://www.fanpop.com/clubs/severus-snape/images/17377169/title/ss-dh-wallpaper-wallpaper

    Por cierto: eso que dices de que la voz de Carlos Álvarez suena ahora más clara, ¿no podría ser que ya no mete tanto la gola como hacía antaño para aparentar un instrumento menos lírico de lo que realmente es? Me dio esa sensación.

    Por cierto, de muy mal gusto tu comparación del apellido del ministro con un eructo. Un acto tan humano, sano y necesario como el de regüeldar (recuérdese las reflexiones de Don Quijote a Sancho sobre el uso del término latino frente al griego) no se merece ser comparado con el señor Wert.

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    1. Jajaja... lo de Snape es cierto, y un poco Grima lengua de serpiente de El Señor de los Anillos, también.
      http://www.fotolog.com/erpuma/27404403/
      Respecto a la claridad de la voz de Álvarez, lo que parece evidente es que ha cambiado su técnica de emisión.

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  3. Comparto tu entusiasmo y con las turbulencias que agitan a nuestro emblemático teatro, me parece muy loable el esfuerzo y la implicación de todos sus integrantes y responsables para poder ofrecer un espectáculo de este nivel...como tu dices muy bien, es un auténtico delito perderse una nueva oportunidad como esta de volver a disfrutar de una estupenda velada de ópera...emoción y placer a partes iguales.

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    1. Es casi un milagro que en las circunstancias actuales se haya podido programar un espectáculo de este nivel.
      Así que agradecidos hemos de estar a quienes lo han hecho posible.
      Un abrazo

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  4. Yo no puedo estar de acuerdo con la dirección de Mehta, pero bueno, no vamos a ponernos de acuerdo en eso.
    Para mi la demostración de aquí estoy yo y dirijo como nadie se ha atrevido hasta ahora, el concertante del tercer acto, no puede ir en detrimento de la acción, esa morosidad en ese preciso momento es a más de anti teatral, anti musical.
    Kunde ya tiene 62, si no voy errado y en cuanto a las aportaciones dinerarias, corrígeme si estoy equivocado, pero el Ministerio no está metido en el Patronato de Les Arts, no? o al menos hasta ahora, Creo que leí en en el blog de maac que la Generalitat quería el control absoluto de las cuentas y eso que son los mismos con collares distintos.
    En los otros dos teatros como los Poltergeist, los tenemos metidos hasta la cocina.
    Ya sabes que nos lo pasamos como siempre, chanchi piruli, a ver que temporada nos organizáis para que sea ineludible haceros varias visitas al año. Crucemos los dedos para que así sea.

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    1. Ya... con Mehta no nos pondremos de acuerdo, ni falta que hace. Cada uno tuvimos las sensaciones que tuvimos y eso no se puede cambiar.
      Kunde tiene 59 según dicen.

      En lo del Ministerio tienes razón. Yo soy de los que denunciaba, cuando aquí se le negaba la entrada al Estado en les Arts por tener diferente color político que la Generalitat, que así no se podía exigir contribución económica si luego no se dejaba controlar el destino de ese dinero.
      Posteriormente se ha ofrecido al Estado que entre en los órganos de gestión y han aceptado. Pero ni se formaliza ni se aumenta la aportación.
      Y llegan los recortes y aquí el porcentaje de recorte es todavía mayor que en los otros dos recintos. y eso creo que no es justificable ni con poltergeist.

      Ojalá haya una temporada medianamente interesante el año que viene. Y, si no, ya nos las apañaremos para vernos con cualquier excusa.

      Un abrazo, amics

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  5. Anónimo3/6/13 01:10

    ¡Dios mío!¿Ese es Carlos? Pobre mío, cómo me lo "desarreglan" siempre, en figuración, ¡qué susto! Me alegro que lo disfrutaseis, tal como lo leí esta mañana a Joaquim y espero que todas las funciones mejoren. Me encanta Kunde y hubiera deseado estar ahí, así que ese poquito de la ópera ya me muestra algo de lo que fue. Sobre Mehta y sus direcciones: véase la "Forza" con (el pobre) Licitra, Stemme y Carlos Álvarez; no me pareció nada verdiana...Y por la orquesta (la de Viena) no era. Plana, plana, plana...A veces se sale y otras, va a lo esencial ¡Un saludo! Leonor

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    1. A mi la dirección de Mehta de este "Otello" no me pareció plana en absoluto. Sé que ha habido a quien le ha gustado más (a mi) y a quien menos (Joaquim), pero su dirección fue minuciosa y muy contrastada, con unos pasajes líricos en los que se recreó contando con la baza de la maravillosa voz y técnica de la Agresta y la gama de matices que supo ofrecer Kunde.
      La pintica de Carlos, lamentable. Pero su saber decir verdiano fue espectacular y llenó de emoción la sala.
      Creo que si puedes venir a alguna de las tres funciones que quedan lo pasarás muy bien.
      Un beso

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    2. Anónimo4/6/13 20:41

      Una puntualización, tan sólo: me refería a su "Forza" vienesa, no a su "Otello" valenciano del que sólo puedo ver y escuchar estos fragmentos. Ojalá pueda ir y disfrutarlo, merece la pena, me doy cuenta. Un saludo atento. Leonor.

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    3. Sí, sí, ya había entendido que te referías a esa Forza que yo tengo también en DVD. Yo quería precisar que este Otello no me pareció plano, para nada. Es un Verdi no habitual en Mehta, pero desde mi punto de vista muy interesante
      Ojalá puedas acercarte.
      Besos

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    4. Anónimo7/6/13 21:57

      Comprobaremos in situ. Saludos. Leonor.

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    5. Estupendo. Te gustará.

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    6. ¡FAN-TÁS-TI-CO!
      Me maravilló.

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    7. Me alegro muchísimo. Fue una noche mágica. De las que tardan mucho en olvidarse.
      Siento no haberte podido conocer personalmente.
      Besos

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    8. Viaje relámpago. Espero encontrarte en esos viajes-encuentros y te invito a un "sombra" ¡Gracias por "picarme", me encantó Mehta, por cierto! ¡Besos!

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  6. Lo mejor es que todavía quedan tres :-) :-) :-) :-) :-):-) :-) :-) :-) :-)
    Maestro, gracias por traernos a Kunde y por dar la cara frente a la panda (la Administración), no le harán caso pero, de corazón, GRACIAS.
    Estuve siguiendo con los prismáticos a la solista de corno inglés en el solo del IV acto y hubo un detalle muy bonito: en las últimas notas Ana Rivera no le quitaba ojo al Maestro que debió hacerle algún gesto de felicitación al acabar ya que a ella se le iluminó la cara con una sonrisa que me contagió inmediatamente. Preciosa música y preciosa interpretación. Pelos de punta una vez más.
    Mañana otra función :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-)

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    1. Ya sólo quedan dos... La de hoy ha sido magnífica. Kunde ha estado todavía mejor que el día del estreno.
      Que gozada de funciones.
      Vamos a tener que dar gracias por aquel TIMO que gritabas tú cuando canceló Antonenko... jajaja...

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  7. Menudo calentón pillé. Esto es como las victorias pírricas del Atlético (y las de antaño del Valencia) cuanto más has sufrido más disfrutas después ;-)
    Por si alguien no se ha enterado aún: el MAGNÍFICO Cor de la Generalitat Valenciana (Cor de València) celebra su cumple este viernes en Les Arts, hay que ir a cantarles el cumpleaños feliz. Es nuestro y es MUY bueno, tenemos que defenderlo.
    ;-)

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  8. frankopolo6/6/13 18:55

    ¡Vaya par de Otellos que llevo! Me queda un tercero (y ahí dicen que va la vencida, no quiero ni pensarlo) Para uno como yo que, aparte de Les Arts prácticamente no ha visto nada, esto es auténtica Champions League (de la buena no como aquella de Zapatero.) Kunde, Älvarez (en la segunda función me pareció mucho mejor), Agresta y nuestra orquesta y coro con Mehta al frente sobresalientes, y todos los demás notable alto (hasta al peluquero, venga un dia es un dia) Saludos.

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    1. Lo del peluquero lo dejaremos en cuarentena, que esas crestas...
      A mi tanto Kunde como Álvarez me gustaron más todavía el segundo día. Y esperemos que siga mejorando, si es que ello es posible...
      A ver si nos vemos en el próximo

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  9. Anoche estuvimos en OTELLO y la verdad, fue fantástico. Me he reído mucho leyendo tu crónica cdo cuentas lo d las crestas dl coro. Tb' es para ver con unos prismáticos las peluquitas q les encasquetaron a los niños d la escolanía, q se cascan 4 horas allí para cantar un ratito. NO sé si en la partitura se especifica q sean voces blancas d niño.

    Aparte de este comentario, un compañero de mi mujer comentaba no sólo el alto nivel musical del coro sino q tb' es capaz de representar cualquier papel con soltura, decisión y gran profesionalidad.

    Te preguntaría por esta ópera de Verdi.... parece que no ha quedado para el recuerdo (siendo casi 4 horas de música) ninguna melodía popular, pegadiza (el AVEMARíA del final?) de esta ópera.... ¿se trata de alguna ópera 'diferente' de Verdi en cuanto al tratamiento musical?. Mi mujer y yo recordamos partes de La TRaviatta, de La Bohème, de alguna otra, pero de ésta....Igual es una pregunta tonta, Atticus. Perdona si es así Y ENHORABUENA POR EL BLOG.... es una pasada.

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    1. Hola Xavi, gracias por tu comentario.

      La de ayer fue una de las noches grandes de Les Arts, salió todo redondo.
      Que yo sepa, sí es un coro de niños lo que está previsto que cante con el coro en el acto II.
      Tienes razón respecto al coro, su nivel musical es de primera fila mundial, y no exagero, y además su comportamiento actoral es espléndido, absolutamente profesional. Infinitamente mejor que muchos cantantes que han pasado por aquí.

      Preguntas tontas no hay ninguna. Efectivamente, dentro de la evolución de la producción de Verdi, Otello, junto a Falstaff, se caracteriza porque los números musicales cerrados desaparecen prácticamente, quedando fundidos en una continuidad dramática la palabra y la música, en la línea ya apuntada por Wagner. Lo importante ya no es la exhibición virtuosa del cantante, sino el drama en su conjunto, y la música no se limitará a acompañar a las voces sino que el sonido de la orquesta se une a ellas para potenciar los momentos dramáticos y los estados de ánimo y perfiles psicológicos de los personajes.
      Hay bastantes trozos populares, pero con entidad para formar parte de recitales o grabaciones, sobre todo la canción del sauce y el Ave María de Desdémona. Y en menor medida el Credo de Yago.
      Un saludo

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  10. Asistí a Otello, representación del día 11.
    Lo primero indicar que absolutamente nada que ver con las óperas de la temporada. Esto era otro nivel.
    Lo segundo, el montaje. A mi entender y en general, es acertado y sobrio pero muy bien ideado. Me gustó mucho. Lo de los atuendos es algo más discutible, pero como estaba en platea alta y no tengo visión de águila... pues eso.
    El comienzo fue un poco desconcertante, Mehta salió a la hora en punto (más o menos) y sin saludar a los aplausos acometió la partitura con todo ímpetu. No sé si es que no estaría de buen humor. Me extrañó porque estaban unas cuantas cámaras repartidas por la sala..
    No tuve la sensación de falta de nervio en ningún momento. Quizás en los dúos se recreo un poco como intentando Wagnerizar la obra, pero poco más a mi entender.
    En el primer acto, la aparición de Otello resultó espectacular, no sólo escénicamente sino por su atronadora voz y su presencia. Tengo que decir que toda la escena del principio con el coro no es de lo que más me gusta de Verdi. Para mí el de Busetto no acierta con esa especie de imitación del Holandés del de Leipzig.
    Tampoco me gustó el movimiento del coro en la escena que emborrachan a Cassio. Pero eso es "peccata minuta" respecto a lo importante.
    Y lo importante: Kunde cantó un Otello excepcional. Hubo momentos en que me recordaba a Domingo, y cuando oscurecía la voz, a del Mónaco. Agresta hizo una Desdémona de lujo. Si tuviera el metal de una Tebaldi hubiéramos llegado al cielo. Álvarez completó la soberbia tríada capitolina. Aunque el malagueño tuvo un comienzo del segundo acto un poco flojo, por suerte fueron unos minutos pasajeros y el dúo final, además de ser escénicamente impresionante, fue algo increíble. El teatro enloqueció y no fue para menos. Yo creo que me quedé con la boca abierta hasta el comienzo del tercero después del segundo descanso.
    Del resto del elenco nada que reprochar. El coro y la orquesta fabulosos. La típica escena de concesión de Verdi al público con los niños no la atendí pues estaba recriminando a una pareja a mi espalda que no paraban de hablar, hacer fotos y discutir sobre el manejo de la susodicha máquina. A esto añadir un sonoro móvil en el final del primer acto justo cuando Desdémona está diciendo "Amén risponda", vamos que lo oyeron hasta en el buffet. Como siempre, vergüenza ajena, de eso no se libó esta excepcional representación.
    Al final aplausos enloquecidos y Mehta con cara de felicidad a pesar de estos horarios mata personas.
    Un lujo

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    1. Lluis, efectivamente, en comparación con el resto de temporada (exceptuando quizás la dirección de Chailly) esto ha sido como pasar de 2ª división a Liga de Campeones.
      El inicio a oscuras, sin partitura y apresurado de Mehta se ha producido todos los días incluyendo el estreno. No es que ayer estuviese con prisas o malhumorado.
      Su dirección, respecto al primer día ha agilizado tiempos y transmitido mucha más tensión y fuerza dramática.
      Los movimientos del coro en el fuoco y en el jardín, no están muy inspirados. Supongo que la forma y desnivel de la escenografía y la cantidad de gente en escena no permite mucho más que mover las manos.
      Con las comparaciones que haces de Kunde con los dos grandes Otellos, junto a Vinay y Vickers, de la historia, lo dices todo. Este es un GRANDISIMO Otello.
      Ya estoy esperando ansioso el DVD que se esté grabando.
      Saludos

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    2. Sí, claro. Me refería exclusivamente a las óperas. La 9ª de Chailly no iba en el lote.
      Saludos

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