miércoles, 13 de enero de 2016

"SAMSON ET DALILA" (Camille Saint-Saëns) - Palau de les Arts - 12/01/16

Cuando el año pasado se anunció el contenido de la presente temporada operística en el Palau de les Arts, el espectáculo que mayor interés me suscitaba era la ópera Sansón y Dalila, de Camille Saint-Saëns, una obra por la que siempre he sentido debilidad y que, además, se presentaba con los alicientes añadidos de la presencia de Gregory Kunde como Sansón, la dirección musical de Roberto Abbado, en su primera ópera tras ser nombrado codirector titular de la Orquestra de la Comunitat Valenciana, y una puesta en escena de Carlus Padrissa y La Fura dels Baus que, al menos, parecía asegurar un interesante espectáculo visual.

Tras lo visto y oído anoche, y antes de empezar a repartir estopa, he de decir que yo me lo pasé muy bien, aunque los resultados fuesen menos satisfactorios de lo que esperaba.

La dirección escénica de Carlus Padrissa y La Fura dels Baus, de quienes ya hemos tenido la oportunidad de ver en este teatro su trabajo en la magnífica y exitosa tetralogía wagneriana de El Anillo del Nibelungo, y su más discutida propuesta para Les Troyens de Berlioz en 2009, ha contado en esta ocasión también con la intervención directa de la coreógrafa Zamira Pasceri, en una producción que fue estrenada en la Ópera de Roma en el año 2013.

La primera impresión que me causó es la de ser una Fura low cost, de trapillo. Un poco las cosas de siempre, pero con menor presupuesto. La escenografía no es que sea minimalista, es ninguna. Apenas unos mandalas que igual servirán de flores que para conformar las columnas del templo. Lo cual no tiene por qué estar mal pues se compensa con proyecciones y juegos de luces; pero ese vacío escénico pienso que afectó negativamente a las voces, haciendo que, cuando se encontraban más allá de la primera línea del escenario, sin un apoyo escenográfico que las recogiese y proyectase hacia la sala, tendían a dispersarse en la caja escénica y quedaban tapadas por la orquesta.

Por otra parte, la oscuridad, una vez más, fue protagonista. De verdad que no pido que aquello esté como un quirófano, pero tanta tiniebla, acaba por hartar; sobre todo si le pones al coro un pequeño foco en la frente, con muy buena idea conceptual (para representar la guía que precisa el pueblo oprimido), pero que en la platea, en contraste con tanta oscuridad, molesta. Y no digamos cuando al principio del tercer acto, con la música ya sonando, aparecen correteando por la platea unos fureros con linternas deslumbrando con toda su mala leche al respetable. Como ocurrencia teatral puede ser aceptable, pero estamos en una ópera, donde tiene que haber teatro pero al servicio de la música y las voces, y esos linternazos molestan a la gente y el ruido que hacen corriendo por los pasillos, más.

Es el problema de traspasar “la cuarta pared”. Ese es el espacio del público. Hay quien no lo tolera en absoluto, y, en cualquier caso, en una ópera hay que ser muy cuidadoso para que esa violación de las reglas no afecte al espectáculo musical que es lo principal. En el primer acto hubo otro de estos momentos, con la ubicación del maravilloso coro de ancianos hebreos bajo la platea alta. Aquí el efecto acústico me pareció muy conseguido, pero al mismo tiempo se ubicó en la platea, en la nuca de Abbado, al Viejo hebreo (que parecía más bien salido de Turandot) cantando, produciéndose una descompensación no deseada entre orquesta y voz.

Las proyecciones tienen mucho de déjà vu. Esos primeros planos en blanco y negro o las ramificaciones en rojo en la escena de la seducción, están más vistos que los capítulos de Verano Azul, y el resto de proyecciones aporta realmente poco a la trama, aunque es verdad que se dota de cierto atractivo visual a la propuesta.

El vestuario de Chu Uroz posiblemente sea algo menos horroroso de lo que es costumbre, a excepción de la patética conversión de Sansón en un ridículo Hulk de gomaespuma, lo que hacía complicado tomarse en serio al personaje. Todo el vestuario juega con el blanco y el negro, representando la dualidad y los conflictos internos. El único toque de color es el amarillo de las tarjetas de crédito oro que lleva Dalila colgando. ¿Por qué van los hebreos con códigos de barras y los filisteos con códigos QR?, pues vaya usted a saber. Como tampoco conseguí adivinar el sentido del cinturón de explosivos del Viejo hebreo, o de tantos otros detalles, como la rampa-tobongancito o esas absurdas maquinarias propias del universo de los forgendros de Forges.

Como siempre me ocurre con las producciones de La Fura, echo de menos un mayor trabajo de actores con los personajes principales, una dramaturgia que sustente los caracteres de los protagonistas, más allá de disfrazarles y envolverles de proyecciones.

Pienso que la propuesta no carece de ideas. Lo que le falta es claridad, explicación o facilidad para ser comprendidas por los que somos más bien ceporros. Algunas de las que pillé me resultaron interesantes, como el juego de cuerdas opresoras en los judíos y destinadas al placer en los filisteos, o la resolución de la escena final. Me pareció que funcionaba bien la danza de las filisteas y posterior escena de entrada de Dalila. Y me gustó el que posiblemente vaya a ser uno de los pasajes más criticados por algunos, la bacanal, con escenas de bondage y sacrificios incluidos.

Leyendo lo que llevo escrito y recordando que yo fui uno de los “puristas afrancesados” (Helga dixit) que abucheó a La Fura en Les Troyens, lo lógico es que penséis que fui uno de los que abucheó ayer a los responsables escénicos. Pues no. Les aplaudí. ¿Por qué?... aún lo estoy pensando; pero creo que por tres cosas fundamentales. Una fue ver a lo más rancio del patio de butacas abuchear a La Fura por raros. Yo siempre preferiré una producción fallida pero arriesgada y con ideas, que una repetición de moldes viejunos que no cuente nada. Otra, porque realmente, pese a todo, yo me lo pasé bien y nada me llegó a enfadar tanto como el día de Troyens. Y tercera y principal, porque creo que la producción hay que valorarla teniendo en cuenta el esfuerzo y la capacidad de respuesta que se ha tenido ante el accidente sufrido en los ensayos por Gregory Kunde, y el resultado de readaptación pienso que es positivo y muy meritorio, optando por mostrarle colgado en el primer acto, en alusión a la cercanía a Dios del personaje, y posteriormente en una plataforma deslizante, en la que incluso salió a saludar. En este apartado merece una mención muy especial el excepcional, y siempre en la sombra, equipo técnico de trabajadores de este teatro que ha hecho posible culminar esa reorientación de la puesta en escena.

Bueno, voy ya a lo musical que como me siga extendiendo van a hacer una ópera con esta crónica… O un auto de fe.

El director titular Roberto Abbado pisaba por primera vez el foso de la sala principal tras su nombramiento. Su estupenda labor en la Sinfonía Fantástica y Lélio que se ofrecieron en noviembre, puso de manifiesto un cada vez mayor acople con la Orquestra de la Comunitat Valenciana y un cierto control del repertorio francés. Anoche la dirección de Abbado presentó mayores problemas.

Personalmente, considero que el comienzo de esta ópera, con esa cuerda grave sobrecogedora y la subsiguiente intervención del coro, es uno de los momentos más emocionantes del repertorio operístico. Y ayer no funcionó. Pienso que el tempo impuesto por Abbado fue demasiado rápido. Yo lo hubiese preferido más reposado y detallista, dándole más realce a los extraordinarios contrabajos y violonchelos de la orquesta y más acorde al carácter grave de la plegaria, pero bueno, eso, al fin y al cabo, no es más que una opinión personal. Lo que no admite discusión es que en ese arranque de la obra hubo serios desajustes en el foso y de éste con el coro, como también ocurrió con el coro final. Y el equilibrio entre secciones, principalmente con los metales, no fue siempre el deseado.

Por el contrario, en los instantes más líricos, especialmente en las arias de Dalila, los tiempos se ralentizaron, en algún momento casi en exceso, pero se pudo paladear la belleza de la partitura con una orquesta pletórica, de la que, en general en todo el segundo acto, Abbado consiguió extraer todo el colorido y riqueza que atesora la página, con inteligente manejo de las dinámicas y unas maderas y arpa en estado de gracia. Y espectacular me resultó también la Bacanal, aunque saltasen todos los medidores de decibelios desde Les Arts a Albacete capital.

Pienso que no hay motivos de alarma, estoy convencido de que en las próximas representaciones se conseguirá un mayor ajuste, y aunque da la impresión de que Abbado todavía no consigue domar la orquesta completamente, sólo es cuestión de tiempo… espero.

El coro juega también en esta ópera un papel fundamental, es un personaje clave, tanto representando al pueblo hebreo como a los filisteos, y ha saber adaptar su canto y su interpretación a las diferentes exigencias del libreto. El Cor de la Generalitat es una garantía. Y ya no es que lo diga yo, está reconocido por cualquier persona con orejas que trabaja o disfruta con ellos (bueno, menos Rosa Solà y un Dj sordo de Guanajuato). Anoche volvió a estar al mejor nivel, pese a los desajustes que ya he comentado, sobre todo al comienzo, donde tuvo también influencia la dirección musical. El coro de ancianos hebreos fue sobrecogedor, deliciosa la salida de las doncellas filisteas, magnífico el coro interno del tercer acto y su rendimiento escénico y vocal en la Bacanal y en la escena final, insuperable.

Es un auténtico lujo que el tenor norteamericano Gregory Kunde, se haya convertido en cantante habitual de las temporadas de Les Arts. Y en esta ocasión tenemos que congratularnos especialmente de su debut como Sansón, ya que en uno de los ensayos se lesionó gravemente en una pierna, sin poder apoyar el pie, motivo suficiente para que cualquier cantante hubiese cancelado su participación en una ópera tan exigente como ésta. Pero su profesionalidad y la capacidad de reacción de la dirección escénica, nos han permitido disfrutar de un Sansón de primera categoría.

Es verdad que quizás no cubra adecuadamente la voz en todo el registro, que los agudos más exigentes necesiten más apoyo y apunten un cierto vibrato, pero este señor de 61 años le sigue dando sopas con honda a la mayoría del escalafón tenoril, sabiendo mostrar, pese las exigencias escénicas fruto de su lesión y de las ocurrencias fureras, todo el carácter heroico del personaje, con garra e ímpetu y con algunos agudos que eran cañonazos brillantes. También ofreció la faceta más lírica en el segundo acto, con pasión y más credibilidad que su acompañante en escena. Y en el tercer acto derrochó expresividad.

La mezzosoprano armenia Varduhi Abrahamyan, debutaba también este papel en nuestro teatro, donde igualmente se está convirtiendo en una habitual, habiendo interpretado recientemente los roles de Adalgisa en Norma y Fenena en Nabucco. Precisamente por haberla escuchado ya con anterioridad, hace tiempo que dije que no me parecía una voz idónea para Dalila. Y, tras la función de anoche lo sigo pensando, aunque sé que discrepo de la mayoría. Lo siento, no es cabezonería, creo que tiene el color, pero no el registro ni el carácter. Tiene una preciosa voz oscura, pero no graves de peso. Su timbre resulta enormemente atractivo en la zona central, pero yo la encuentro excesivamente lírica, y corta, tanto en el agudo como en el grave, donde en cuanto entraba en terreno más exigente cambiaba el color. Y, sobre todo, con carencias expresivas demasiado relevantes para un papel que, especialmente en el acto segundo, debe ser un derroche de magia y seducción vocal.

No se puede decir que estuviese mal, en absoluto. Reconozco el esfuerzo y el mérito de debutar el papel y hacerlo con gran corrección, y eso merece mi aplauso. En “Mon coeur s’ouvre a ta voix” sabía que tenía su gran momento y lo aprovechó, ofreciendo las mejores prestaciones de toda la velada, pero tanto ahí como en otros instantes líricos eché de menos más matices, regulaciones, expresividad en un fraseo que, siendo correcto, me resultó deslucido y frío. También mostró notorios problemas puntuales de afinación y en la escena final del primer acto con Sansón y el Viejo hebreo quedó inaudible.

El papel de Sumo Sacerdote se ha encomendado al barítono francés André Heyboer, a quien pudimos escuchar en una breve intervención en Lélio, de Berlioz, el pasado mes de noviembre en el Auditori. En aquella ocasión me pareció un barítono mediocre tirando a malo, pero la verdad es que, sin ser tampoco el hombre Gérard Souzay, ayer llevó a cabo una muy meritoria labor, destacando por dicción y adecuación al estilo.

Gran corrección hubo también en el resto de papeles menores, destacando el buen Abimélech de Alejandro López y, sobre todo, Jihoon Kim como Viejo hebreo.

La sala presentaba ayer más huecos que en anteriores estrenos. La ópera es menos conocida y, lamentablemente, a la gente parece que le cueste abrirse a escuchar cosas más allá de los Mozart, Verdi o Puccini básicos. No quiero ni pensar cuando llegue Britten… Se dejó ver, sonriente y amable como siempre, el conseller de cultura, Vicent Marzá. Fueron muy aplaudidos coro, orquesta y la pareja protagonista, mientras que la dirección escénica, como he comentado, cosechó división de opiniones, con, casi a partes iguales, aplausos y protestas, entre las que destacaban tímidos abucheos de algunas señoras de bien y mucha laca que se notaba que no estaban muy acostumbradas a armar bulla más allá del ruido de desenvolver y chupetear sus caramelitos o los comentarios al sonotone del marido.

Yo confiaba en una función redonda y no salió todo como pensaba, pero creo que la cosa irá mejorando los sucesivos días; y, en cualquier caso, recomiendo a todo el mundo que acuda a disfrutar de un gran espectáculo con una obra que tiene momentos bellísimos.

No quiero finalizar sin hacer una referencia al anuncio que se ha hecho recientemente de que Plácido Domingo celebrará su cumpleaños en Les Arts ocupando el podio de la orquesta el día anterior, 20 de enero, en sustitución de Roberto Abbado. Vaya por delante que ignoro cuáles son las motivaciones reales que han llevado a Les Arts a tomar esa decisión, pero, tal y como se ha vendido en prensa, todo apunta a que haya sido una concesión al capricho del señor Domingo. Y si es así, me parece impresentable.

Antes de que aparezca el tonto de turno a decir que viene a sacarnos la pasta, ya digo que estoy convencido de que esto no lo hace por dinero, en absoluto. Plácido Domingo es una figura que merece todo el respeto y reconocimiento por su carrera y por el apoyo que siempre ha dado y sigue ofreciendo a nuestro teatro de ópera. Hagámosle un concierto o gala de homenaje y que acuda el que lo desee, o démosle un videojuego de dirección para la Wii o hasta una tarjeta regalo de El Corte Inglés y que se compre lo que quiera; pero la decisión de que dirija el día 20 me parece una falta de respeto para el director titular, Roberto Abbado; para los músicos y cantantes que no tendrán tiempo de ensayar con él (tiene anunciados conciertos en Moscú y Dublín los días 14 y 17 de enero); y para el público que tenga su abono ese día o haya adquirido entrada para esa función. Porque, no nos engañemos, sin necesidad de llamar a Rappel, es fácil prever que la calidad del espectáculo mermará y a los músicos no les aportará nada. Domingo no es Barenboim, Muti o Thielemann, es un director muy mediocre, e igual que habrá mitómanos que irán a verle y le aplaudirán hasta cuando se seca el sudor, debería de permitirse la devolución del importe de la entrada a quienes se hayan visto sorprendidos con el regalo de cumpleaños y deseen cambiar su localidad para otra función.

Es cierto que la profesionalidad y valía de la Orquestra de la Comunitat Valenciana y del Cor de la Generalitat, posiblemente hagan menos estrepitosa la charlotá del día 20 y aunque allí esté el venerable maestro Domingo moviendo la batuta, ellos lleven el piloto automático de lo ensayado con Abbado. Pero eso no son formas.

Así que, ya puestos, yo propongo un homenaje a quien realmente lo merece, que son nuestra orquesta y coro. Programen una función sin director en el foso. Lo digo muy en serio. No saldrá la cosa peor.


49 comentarios:

  1. Que bien se ha despachado caballero. Tengo entrada para el 23 enero. Menos mal que mi entrada es en el primer piso para evitar linternazos, la cosa promete...

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  2. Buena crítica, como siempre. Ya veremos que nos depara la función del domingo a la cual pienso asistir.
    En cuanto a lo de Plácido, totalmente de acuerdo con tú opinión.

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    1. Pues ya nos cuentas el domingo. Espero que vaya todo mejor.

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  3. Hola, soy un DJ de Guanajuato y estoy muy ofendido por lo que dice de que no me gusta el Cor de la Generalitat, cuando no sólo me gusta sino que suelo pinchar sus grandes éxitos en mis rave sessions. Espero una rectificación. Gracias de antebrazo.

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    1. Lo lamento pero el confundido es usted. Yo me referia al Dj sordo no al gordo.
      Gracias de riñonada

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  4. Hola, soy el tonto de turno y venía a decir nosequé de Domingo, pero como que ya no hace falta. Gracias de entrepierna.

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    1. Hola hombre, pase usted, está entre iguales.
      Abrazos púbicos

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  5. Pues a mi lo de La Fura me pareció inaguantable, más de lo mismo pero chapucero y desagradable. Estoy de las pantallas de proyección hasta el gorro y de los "maltratos y colgados" hasta el colmo del mal gusto, tripas abiertas y suciedades añadidas sin sentido ni razón. Vestir a Kunde de tal manera es demencial se le quita toda su fuerza y prestancia y eso que su voz fue la única destacable. La mezzo muy floja cuando sus arias del segundo acto permiten un gran lucimiento que no tuvo. En cuanto a la maravilla musical del tercer acto se la cargó el mal gusto de la Fura. La orquesta y el coro lo mejor como siempre.
    La Fura se mereció la bronca que muchos más de los que dices les dedicamos.
    Un abrazo.
    Eduardo.

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    1. Hola Eduardo,
      No pretendía decir que los únicos abucheadores fuesen los rancios. He destacado a estos porque no son abucheadores habituales y si hubiese sido menos transgresora, según su punto de vista, aunque igual o más mala, no lo hubieran hecho.
      Hubo más o menos un 50% a favor y en contra y tanto en los que apoyan como rechazan obviamente había de todo, i cluso personas con criterio como tú.
      Un abrazo

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  6. Josep Olivé

    Por circunstancias que no vienen al caso, el año pasado fué sabático para mi en Les Arts. Vuelvo pués con ilusión y renovado ímpetu. Éste año no me quiero perder Mozart y Britten, y siento curiosidad por este Samson et Dalila con La Fura y principalmente con Kunde, a quién ya tube el gusto de disfrutar en vuestra casa con un Otello en el 2013 y un Don Álvaro en el 2014 (ambos con Mehta, creo recordar) memorables. Interés también por conocer el nivel actual de la orquesta y del coro, que durante unos años eran lo mejor en ópera en España. Éstas crónicas, completísimas, de lo que acontece en Les Arts siempre ha sido un referente para mi. El día 20 voy, así que voy a empaparme bien de lo que aquí se dice y ya volveré en su día para expresar mi opinión. (Nota: uno siempre duda de si leer una crítica antes o después de presenciar la función. Duda razonable, puesto que parece sensato intentar no ir influenciado o con alturas de listones variables en función de lo leído. Pero bueno, el intento es en vano, habida cuenta que en mi caso no puedo resistir la tentación de saber, de antemano, lo que me voy a encontrar, sin miedo alguno a que la crítica sea negativa).

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    1. Yo mismo

      Una falta que hace daño a los ojos: ..."...a quién ya tuve..."...

      Y acabo de leer lo de Domingo...y el día 20...cachis la mar!!! Opino exactamente lo mismo que tu. Pudiéndose este hombre retirar por la puerta grande y...

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    2. La crítica que hago es únicamente mi opinión personal que no pretende condicionar en absoluto la de los demás, pero sí destacar ciertos aspectos sobre los que puedan luego intercambiarse diversos puntos de vista.
      Espero que el 20 vaya todo mejor de lo que se prevé porque pienso que la orquesta y coro, que siguen siendo los de más alto nivel de España, lo merecen.
      Espero que compartas aquí tus impresiones, Josep.
      Gracias por tu comentario.

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  7. Tu crónica es muy acertada para mi, de manera que no me dejas nada que añadir, salvo darte las gracias.

    Solo me gustaría dejar una pequeña reflexión, siento -y es una observación que no circunscribo a esta ópera, sino que la hago con carácter general- que dediquemos tanto tiempo y energía a intentar entender las puestas en escena, disculpáme si te digo que hay veces que parece que estemos dando pábulo a la majadería intentando comprender lo injustificable.

    En este sentido, esta producción musicalmente está muy bien y estoy segura de que se pulirán los pequeños fallos del estreno, que por otra parte parecen siempre inevitables. Animo a todos a venir, yo iré al menos dos veces más y encantada. Es una belleza esta ópera y disfruté muchísimo escuchándola en Les Arts.

    Enhorabuena y gracias

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    1. Como bien sabes, porque estuviste, ayer fueron mejor las cosas en lo musical, sobre todo en cuanto a la dirección de Abbado que, especialmente en el segundo acto, me pareció soberbia.
      Disculpada estás en cuanto al tiempo que se dedica a las puestas en escena. Pero la polémica creada pienso que merecía un análisis más detallado. Y yo, particularmente, soy de los que piensa que esta producción tiene ideas, igual hasta demasiadas, aunque desde luego no muy originales.

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    2. Sí, totalmente de acuerdo.

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  8. Como siempre empiezo, ayer 14 asistí a la segunda representación de Samson el Dalila.
    Fue una representación de contrastes indudables. Contrastes entre la maravillosa obra y una puesta en escena que, como mínimo, era sorpredentemente irregular.
    La gran escena que abre la obra fue un auténtico martirio para mis retinas. Me tuve que poner mis gafas de sol de nivel 4 que, por suerte, llevaba conmigo.
    Si ya odio los leds de luz blanca, que me enfoquen con ellos a la cara con decenas de linternas manos libres fue el remate, y eso que estaba en platea alta.
    Qué descanso cuando la escena se transformó ya al final del acto y el remate con el aria "printemps qui commence". El final del primer acto y el segundo fueron maravillosos. Sí, prefiero oscuridad y minimalismo a estrambóticas proyecciones y brillos que distraigan de lo importante. El detalle de las muchachas ( y muchachos ) flor me pareció muy wagneriano y tuvo momentos bellos, aunque al final resultó un poco abusivo..
    En cuanto a las apariciones del viejo hebreo ( curioso, no molesto ) y el coro en la parte trasera sonando maravillosamente bien, nada que objetar. Las de los figurantes corriendo por la platea con las malditas linternas, para mí, sobra.
    Del cinturón de explosivos, mejor me callo.
    Pero vayamos a los musical, Kunde no fue el maravilloso Otello de 2013, pero sus resultados, teniendo en cuenta las circunstancias, muy buenos.
    Abrahamyan, la que fuera una maravillosa Adalgisa y algo más discreta Fenena, fue, a mi modo de ver, lo mejor de la noche. Aunque parece que se mueva mejor en el terreno neobelcantista, su actuación me pareció sensual y evocadora y sus medios vocales sobresalieron por encima de todos.
    En cuanto al resto del elenco, nada que añadir a lo comentado por Atticus.
    El trabajo del coro, sin dudas, hay que aplaudirlo. Igual que la orquesta, estuvieron de lujo.
    En cuanto a lo comentado a la dirección del "nepote" Abbado, yo no encontré los tiempos excesivamente rápidos en la escena inicial o lentos en las partes más líricas. Quizás un tempo más lento en la primera escena podría resultar pesante por su duración y más rápido en arias como la aludida "printemps.." y la de "mon coeur.." le restaría belleza.
    También es verdad que no puedo comparar con el estreno al que no asistí. Igual se han corregido sabiamente las cosas. Ahora sólo falta que apaguen las linternas.
    En cuanto a lo del día 20, pues lo siento por los que tengan entrada y me alegro de no haber sido afectado.
    Un abrazo y espero que lo disfruten.
    Lluís

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    1. Pues coincidimos bastante. Salvo en Abrahamyan y la orquesta.
      Como estuve anoche en la sala te puedo decir que los tempi de Abbado fueron muy similares a los del estreno, aunque hubo muchos menos desajustes. Mejoró muchísimo su dirección, pero sigo pensando que preferiría un tempo más reposado al inicio. La lentitud de las arias no me parece mal, pero se roza que caiga la tensión. En eso Maazel era un maestro, en jugar siempre en el borde, estirando y estirando, sin que se desplomase.
      A Abrahamyan la aplaudo porque creo que hace una buena labor, pero sigo pensando lo mismo. Hay agudos que no da o corta, en los graves abre la voz porque no llega y cambia color, y desafina en los mismos pasajes todos los días. Y no es capaz de apianar o regular. Baja de vez en cuando el volumen, que no es lo mismo.
      Dicho eso, es cierto que la belleza de su timbre y sus buenas intenciones hacen que el resultado final de conjunto sea bueno.
      Gracias por tu interesante comentario, Lluis.

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    2. En mi opinión es un papel que no se ajusta a su voz,es una mezzo corta cuando el papel es para soprano dramática.
      Un abrazo.
      Eduardo.

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    3. La ópera se escribió para estrenarla una Mezzo y es interpretada por voces más contraltadas que tirando a sopranos. Nunca he escuchado que fuera para soprano dramática.
      Otra cosa que me he dejado en el tintero es la escena de la bacanal. Más ordinaria y vulgar no podría ser. Desde luego que meten al coro en unos bretes..
      Gracias Atticus por tu blog como siempre
      Abrazos

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    4. Tienes razón pero una de las mejores versiones que yo conozco de esta ópera es la de Waltrud Meier que se mueve entre mezzo y soprano dramática, de ahí mi comentario. En cuanto a la escena de la bacanal no puedo estar más de acuerdo, de un pasaje maravilloso a uno de los momentos peores de la obra en El Palau...
      Un abrazo.
      Eduardo.

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  9. Con decir esto ya podría terminar: de acuerdo con Atticus en prácticamente todo.
    Pero...sigo.
    La Fura: he visto muchos de sus espectáculos, teatrales y operísticos desde los años 80; y en cada nueva ocasión desde hace tiempo, y con el paréntesis de la tetralogía de Wagner (lo digo con pena porque me gustaban mucho) demuestran una falta de creatividad alarmante, repetición de soluciones, abusos, desconcierto. La propuesta de este Samson me resultó confusa, quizás con demasiadas pretensiones filosóficas ininteligibles. Me gustó mucho el inicio, a pesar de los deslumbres por las linternas. Las flores...,vale, pero el baile que las seguía me pareció de mala función escolar (no había bailarines, sólo figurantes) La seducción de Dalila (con el aria más famosa sonando) fue burda y cualquier cosa menos sensual; la sustitución del baile de la bacanal sí pudo ser acertada, pero no creo que estuviera bien ejecutada; y el final, la "caída" de esas columnas de mármol-papel me pareció patético, justo lo contrario a lo que debía ser, algo fuerte, instantáneo que nos deja sin respiración y nos predispone al aplauso. En fin...

    Con algunos problemas ya narrados por Atticus, la dirección, la orquesta y el coro fueron para mí lo mejor de la noche, rozando por momentos la perfección, y estamos hablando de música, por tanto lo más importante.
    Respecto al coro, que he criticado otras veces por "gritón" (creo que lo ha sido y mucho la temporada pasada), aquí, como en Macbeth, estuvo soberbio. Cosa que también ha apuntado la señora Solà en ambas ocasiones. Por supuesto que no siempre hay que coincidir en una apreciación, pero no creo que se haga un favor a nadie si se omiten esas críticas cuando uno las considera adecuadas; al contrario, eso debe ser un toque de atención, y por lo visto esta temporada está funcionando. He visto una grabación del Real de Madrid, de 1999, con el entonces "Cor de Valencia" y allí como aquí ahora está perfecto.

    La voz que más me impresionó fue la del bajo, el viejo hebreo, de una profundidad que me encogió. El resto pienso que cumplió justito.
    Y los protagonistas: creo que ambos están faltos de volumen para una obra con una orquestación tan poderosa. A Kunde hay que aplaudirle que no cancelara en su estado; pero sabemos que él puede dar más.
    Abrahamyan tiene una voz preciosa, pero le falta dramatismo, garra, es fría como el Cáucaso; creo que se rompía en algunos agudos y que cambiaba las vocales en los graves para abrir más el sonido y hacerlo algo más fácil para ella. Fue para mí, y es la mayor discrepacia con Atticus, una decepción el aria "mon coeur s'ouvre à ta voix..."
    Y con todo ceo que fue una función aceptable en conjunto; teniendo en cuenta las dificultades presupuestarias para contratar primeras figuras ya nos podemos dar por moderadamente satisfechos; y congratularnos de que el excelente nivel de la orquesta no se haya perdido en estos últimos años de desastre económico-político.
    He leído alguna crítica en papel y he alucinado: Todo perfecto ¿?

    Y ¿cuando va el público valenciano a "aprender" a toser o a desenvolver los caramelos? Hay fortes siempre, no hace falta hacerlo en el momento más delicado del aria más sensible; existe el CODEISÁN comprimidos para evitar la tos (que yo me tomé porque fui con un trancazo de aupa); pero esto sí que no parece tener solución ni en Les Arts y en el Palau de la Música.

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    1. Estoy de acuerdo con tu crítica a La Fura pero creo que eres generoso al hablar de "demasiadas pretensiones" me parece que lo que les pasa es que se han quedado secos. Lo del cinturón de explosivos de mal gusto, sacado de todo contexto y poco oportuno.
      Un abrazo.
      Eduardo.

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    2. Juan, por supuesto que la crítica constructiva es positiva y puede ayudar a crecer al coro e incluso la crítica es libre aunque sea injusta. Pero lo de Rosa con el Cor ha ido mucho más allá y casi parecía una manía personal. Y a diferencia de lo que dices, es verdad que en su cronica de Sanson ha puesto bien por primera vez en mucho tiempo al Cor GV, pero en su extensa critica de la ópera Macbeth, donde para bien o para mal, tiene el coro un papel protagonista, ni lo mencionó
      http://valenciaplaza.com/minimalismo-radical-en-la-escenografia-de-macbeth
      Es como si hago la critica de Sanson y no hablo de Varduhi.
      En fin, allá cada uno con lo que escribe, pero haciendo crítica oficial en un medio de prensa se debería ser más cuidadoso.
      Gracias por tu comentario y por tomar Codeisan.

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  10. Evidentemente hay puntos de vista distintos. Rosa Solà fue, desde sus críticas musicales, una de las defensoras de la continuidad del Cor de Valencia (ahora de la Generalitat)cuando estaba en duda su existencia.
    Yo personalmente pienso que es un buen coro, que tienen, además de buen hacer musical, gran capacidad dramática, actúan además de cantar; pero también creo, es mi percepción de aficionado, que necesitan algún revulsivo, algún cambio que los haga ir hacia arriba. Son muchas las ocasiones en que creo que se han pasado de volumen hasta llegar casi al grito; y no estoy seguro si fue en Maror, creo que sí, donde su actuación fue realmente mala (también es cierto que esa ópera no daba para mucho.
    (Por cierto, ¿sería posible que pusieras la letra uno o dos puntos más grande? Me dejo la vista leyéndote y leyendo los comentarios de los demás. Gluuupppp, perdona por el atrevimiento, a fin de cuentas es tu blog)

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    1. Pues lo de la letra creo que debe ser de tu configuracion de vista en el dispositivo tuyo porque está escrito en letra tamaño normal y con el tipo de letra que se veía más grande...
      Aunque esto de blogger es bastante kk
      Lo de Maror del coro bastante bien salió con Galduf moviendo la batuta...

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    2. OK. Gracias por la respuesta; intentaré ver si lo arreglo en mi ordenador, es como sale sin haber tocado nada, y no es que no se lea, es sólo que cuesta.
      Venga, hasta el próximo...

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  11. Pues yo veo que seguimos teniendo un muy buen nivel general, y además mejorando de función en función, como era de prever. Musicalmente tengo poco que aportar a lo que bien describes en tu crónica. En cuanto a la escena, que a mí ni me gusta ni me disgusta, sino todo lo contrario...pero lo prefiero al cartón-piedra usual. Un término medio siempre es lo más virtuoso. Lo mas chocante me pareció al final (ATENCIÓN: SPOILER) cuando todos los aplastados tienen que levantarse para retirarse del escenario y también aparecen unos por detrás recogiendo las columnas caídas..., vamos que te cortan el rollo de forma tajante. Saludos

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    1. A mí, sinceramente, la escena según la he ido viendo me ha disgustado menos; y yo también la prefiero a un decorado de cartón piedra y nulas ideas.

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  12. Hola,
    La función del domingo 17 fue musicalmente maravillosa, en mi humilde opinión. En el dueto archiconocido me puse a llorar de la emoción (no me pasaba desde hace tiempo en el Palau). Eso sí, cerré los ojos porque la belleza de la música y las voces no me concordaba con lo que veía. También me encantó la bacanal, disfruté mucho mirando la orquesta, ventajas de estar en la cuarta planta. Desde el segundo acto pasé bastante de la escenografía. Todo no puede ser perfecto!
    Un saludo.

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    1. Gracias por dejar tu comentario Doretta. Si surgió la emoción todo cobra sentido.
      Un saludo

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  13. Pues a mi lo más grave me ha parecido la absurda y rocambolesca producción de la Fura, a la que podemos conocer pero que esta vez ha patinado de principio a fin con un movimiento escénico que no aportaba nada y hacía ininteligible una historia tan poco inspirada como Sansón. Kunde, al que ya respetaba como cantante, desde hoy se merece aún más elogios, porque yo les hubiera dejado ahí plantados con sus patochadas. Y Plácido, y coro y cualquier artista debería haber hecho lo mismo. Antes hubiera preferido una bacanal de desnudos, tipos con metralletas y demás genialidades, que al menos sería transgresor y no tan insulso. Lo del sacrificio más lamentable no pudo ser. Gracias como siempre Atticus por tu sabia crítica.

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    1. Lamento que te haya desagradado tanto la propuesta escénica. Pienso que tiene muchos aspectos que merecen reproche, pero también positivos. Sobre todo la capacidad de respuesta a la inmovilidad de Kunde.
      Yo también hubiera preferido un punto más transgresor.
      Gracias por dejar tu opinión.

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    2. La verdad es que encontraron la solución para que cantara...y le marearan. Porque todas las veces que le movían el código de barras en mitad de una escena (y no solo para las entradas y salidas), hasta cuando no cantaba, era ganas de tocar un poco las narices. Afortunadamente Valencia siempre merece una visita, sobre todo después del goce gastronómico en un conocido restaurante italiano de Ruzafa. Ha sido una pena no verte esta vez por Les Arts, pero volveré pronto me parece.

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  14. ¡Hola!. El domingo 17 pudimos disfrutar de nuevo de una gran ópera, tengo que decir que me encantó, pero en algunos momentos faltó la emoción. Si, ese estremecimiento que te pone los pelos como escarpias solo lo pude apreciar en cortísimos y contados momentos, seguramente no sería mí día porque tengo que admitir que el Coro estuvo sublime y la Orquesta excelsa, Kunde y Vardhui, en su línea, pero a veces les faltó chispa. En cuanto a la Fura, comentar que tuvo momentos realmente singulares y bonitos, extraños y nefastos; el presupuesto manda, pero no creo que tuviera lugar el abucheo que les llovió al final, aún me acuerdo del escenario cuando se representó “Don Giovani”, aquello si que fue de pena, y sin embargo nadie se inmutó. Por cierto, todos los baladros hacia la Fura procedían de las primeras filas de platea, seguramente al resto, una inmensa mayoría, no nos pareció del todo tan irreverente.
    En fín, para gustos colores.
    Y para finalizar, agradecer de nuevo a Atticus todas las críticas que nos publicas en el blog, aparte de ser un erudito en el tema, el hecho de desmenuzarnos cada representación nos ayuda nos ayuda un poquito más a un gran intercambio de opinión y visualización de cada obra.
    P.D.: Me gustaría nombrar a MIREIA MARI, una joven soprano valenciana que se intenta abrir camino en éste, nada fácil, mundo de la lírica. El otro día realizamos una fiesta con motivo de un gran aniversario y la contratamos, nos interpretó: Brindis (La Traviata), Casta Diva (Norma), La Habanera (Carmen), Un vel di vedremo (Madama B.), O mio babino caro (Gianni Schicchi), Canción a la luna (Rusalka), etc. He de decir que estuvo magnífica, y creo que el pequeño comentario que pongo merece la pena. Espero me perdones por éstas cuatro líneas, pero creo que la actuación mereció muchísimo la pena y ella que te lee se alegrará. Un saludo.

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    1. Empezando por el final, no hay nada que perdonar. Ojalá Mireia tenga una carrera exitosa. Hay muchisimos/as cantantes jóvenes de una calidad muy alta que únicamente necesitan oportunidad de demostrar sus cualidades. El Palau de les Arts, a través del Centre Plácido Domingo, debería ser más receptivo a los jóvenes de la tierra, sobre todo si la calidad de lo que ofrece en el Centre no es mucho mayor.
      Coincido contigo en que la dirección de Jonathan Miller de Don Giovanni fue algo vomitivo, sólo superado en idiocia y vacuidad por el inefable Saura y su Carmen.

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  15. Lo que tiene Plácido es emoción, él respira con la música, y tiene buen feeling con los músicos de la orquesta. 

    Y para mi, era musicalmente mejor en muchos aspectos como conexiónes y tempos y los rubatos que quería hacer (aunque no era perfectamente pulido). Plácido puede bailar, es sensual.  Él tiene la música dentro y aunque no es perfecto como director (tampoco hay muchos buenos que pueden trasmitir el feeling de la música) los músicos conectan con su espíritu y a veces tocan mejor porque él te hace sentir.

    Los cantantes cantaban mas, y mejor hoy también. No se si los cantantes sentaban más cómodo con Plácido, pero me daba la sensación que tenían más "tiempo" para cantar, más espacio y más fuerza.

    No podría haber ido mejor. Tenemos suerte que él esta aquí, y perdonamos las pequeñas cosas porque cuando él esta con su repertorio, te hace sentir, te deja respirar y disfrutar el desarrollo de una frase.

    Hoy, él me hacía sentir contento ser músico.

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    1. Desde luego, si algo no puede reprochársele a Domingo es su musicalidad. Yo no estuve en la función de ayer, así que no puedo opinar. Me han trasladado comentarios positivos y otros me han hablado de bastante descontrol.
      Yo también estoy contento de que Plácido siga presente en Les Arts, aunque le prefiero fuera del foso.

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  16. Ayer pude disfrutar de la función con Plácido Domingo. Quizás me sirviera entrar con las prevenciones lógicas después de lo leído, pero el Señor Domingo lideró a unos músicos y cantantes sensacionales de un modo que me hizo sentir la belleza de la música de Saint Saëns como no me esperaba.
    No voy a insistir en la orquesta, que ayer me pareció estar especialmente bien, que ya es decir. Tampoco en el coro y los cantantes; todo queda ya dicho.
    Tan contento estaba que hasta me gusto gran parte del trabajo de la Fura. Creo que es un acierto cambiar el ballet por las escenas de tortura y abusos sobre el pueblo sometido, aunque estoy de acuerdo en que recurrir a las imágenes de bondaje es algo inapropiado, porque no hay sometimiento por placer en el argumento, es abuso de poder sin elección.
    No me gustó lo que parecían unos acomodadores sacando de la sala a una pareja. Demasiado ruido y distracción que no aporta nada.
    Me gustaron la figuraciones con forma de flores durante los amoríos de Dalila en su terreno.
    Lo de las columnas quedó muy pobre. No es que yo tenga necesidad de decorados de peplum, aunque casi estemos en fallas, pero realmente debería haber logrado un efecto mejor para lo que es el final de la ópera.
    Bueno, pues me encontré con un regalo que no esperaba.
    Gracias por este blog y por sus valiosísimas criticas.
    Por cierto, por primera vez estuve en la semi-clandestina conferencia previa y no había suficiente espacio para las aproximadamente sesenta personas presentes.
    Saludos.

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    1. Gracias a ti por trasladarnos tus opiniones.
      Me he reído con lo de la charla semiclandestina. es verdad que parece que la hagamos a escondidas, pero no hay manera de conseguir que Les Arts ponga carteles indicativos de dónde se realiza.
      El espacio es muy pequeño, pero no hay mejor alternativa. El Aula Magistral es grande, pero está en otro nivel y exige salir a la calle, lo que acabando la charla 15/20 minutos antes del comienzo de la representación, no es operativo.
      Son los problemas de la arquitectura onanista que sólo va dirigida a autosatisfacer al autor ególatra, sin pensar en la funcionalidad de la construcción.
      Un saludo

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    2. Se podría , y debería, escribir una tesis doctoral sobre los desmanes calatraveños, sobre la falta de funcionalidad de muchos de sus edificios y puentes, como el de La Academia de Venecia. Como consuelo de tontos podemos quedarnos con que no somos los únicos; no hay ciudad medio importante que no tenga un puente de este tipo, todos casi iguales, o un edificio público casi inservible (exagerando un poco). Aquí en Les Arts hay mucho espacio desperdiciado, soluciones imposibles, por ejemplo en los baños de las distintas plantas...
      En fin, no escribo yo la tesis; pero sí, es un acierto llamar a esto "arquitectura onanista", ¡qué menos!

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  17. Josep Olivé.

    Esta espléndida obra de Saint-Saënts, Samson et Dalila, es una mezcla de ópera, oratorio y drama wagneriano. Que nació prevista originalmente como oratorio es bien palpable en el primer y tercer actos. Que tiene influencias del drama wagneriano lo atestigua cierta utilización de leitmotivs y la continuidad dramática y musical desarrollada en el segundo acto. Puesto que algún wagneriano no habrá salido de su asombro en lo que acaba de leer diré que es evidente que sin la impresionante y arrebatadora pujanza musical del insuperable inventor de la cosa. Y que es ópera también esta bien claro por su formato. Lo que ocurre es que este tipo de obras que presentan estas características siempre son complicadas de escenificar. Obra de parecidas características en lo que toca al oratorio es la "Damnación de Faust" y bien que se salió La Fura con ella en Salzburgo, en una producción que me gustó muchísimo (en DVD). Fué en sus inicios operísticos y todo fué lloverle producciones a raiz del gran éxito a escala mundial. Por el contrario, un drama de dimensiones wagnerianas como unos "Les Troyens" galácticos en Les Arts fué un fracaso mayúsculo, no me gustó nada de nada. Y ayer tuve sensaciones que iban de un lado a otro: desde la decepción y cierto hastío, hasta la total aceptación y satisfacción por lo que veía. No me parece mal lo de las linternitas, lo que me parece muy mal es que se insista tanto en ellas hasta obligar a cerrar los ojos y ocuparse de la música. No me parecen mal las videoproyecciones, hasta cuando se abusan de ellas. No me pareció nada mal la solución de la bacanal, me gustó muchísimo, hasta que se reproduce un sacrificio que me repugnó. O sea, anduve de la aceptación al rechazo (y viceversa) de lo que estaba viendo sin solución de continuidad. No fué la mejor Fura. Tampoco la peor. Y no ver tanta maquinaria como la que habitualmente usa ya fué, para mi, un aspecto positivo.

    Kunde espléndido, y eso que se le notaba "tocado". Sin embargo Abrahamyan fria como el trencadís azul de la sala, sin graves (y eso que su timbre voz aparentaba tenerlos). Posee buena voz de mezzo, incluso parece ir sobrada de fuerza, pero caramba, es poco musical, de pocos matices. Una Dalila tiene que arrasar como una Salomé y no noté que eso ocurriera. Muy bien el bajo Jihoon Kim como viejo hebreo, y qué lástima que su rol sea tan corto. Impresionante el coro, sobre todo en el tercer acto. Impresionante. En cambio, en el coro de lamentaciones inicial del primer acto lo encontré frio y destemplado, con final algo crispado. Fué durante su primera intervención. Ya digo, luego, y hasta el final, fué el coro lo mejor de la representación. Muy bien también la orquesta, me gustó mucho, aunque los contrabajos no sonaran como deben sonar en el estremecedor inicio. Además dirigió muy bien a Plácido Domingo. Y no se me enfaden los "dominguistas" porque Domingo no hacía otra cosa que clavar los ojos en la partitura y más bien parecía eso, que marcaba el compás que le dictaba...la orquesta. No aprecié desbarajustes, ni fallos en tensión, y era obvio que la orquesta casi casi podría ejecutar esta partitura sola.

    En definitiva, Valencia, Les Arts y "Samson et Dalila" bien merecen una misa, que aunque no fuera concelebrada si fué satisfactoria en su globalidad. Solo una sugerencia para una nueva representación de esta magnífica ópera: dos entreactos moderados, en lugar de uno largo. La tensión argumental creo que lo aconseja.

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    1. Gracias por tu magnífica crónica, la cual comparto absolutamente, salvo en lo referente a Domingo que, como no estuve el día 20, me abstengo de opinar; pero me ha encantado eso de que la orquesta dirigió muy bien a Domingo.
      Y como buen wagneriano que me considero, no sólo no me asombro sino que defiendo la clara influencia de Wagner, especialmente en el acto II. Saint-Saëns en esos años era un convencido wagneriano... y se nota.
      Un saludo, espero que vuelvas pronto.

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    2. Próxima estación: Idomeneo. :-)
      Un saludo.
      Josep.

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  18. Como se nota que Usted ha pasado de afrancesado a subvencionadp

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    1. Querrá usted decir subvencionador, porque entre el dinero que me dejo en entradas y el tiempo y trabajo que ofrezco gratuitamente a Les Arts, creo que soy yo quien subvenciona.
      Gracias por dejarme ver que no soy quien dice mayores bobadas en el blog.

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    2. Hay muchas maneras de subvención y sumisión, y sin duda en su caso se aprecian leyendo las entradas de hace unos años, cuando le daba caña a Helga y ahora que hay motivos más que suficientes para mostrar preocupantes dudas sobre lo que se nos ofrece, se nos ha vuelto sumiso y condescendiente.
      El trabajo nunca es gratuito

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    3. El trabajo de todos los componentes de la Asociación Amics de l'Òpera i de les Arts de la Comunitat Valenciana es absolutamente gratuito y eso no admite discusión ni insinuaciones de ningún tipo. Menos aún en relación con un blog como el mío que ni siquiera tiene publicidad.
      Respecto a la sumisión que usted menciona, le puedo decir que no es lo que piensa el Intendente Livermore, que no está precisamente contento con muchas de mis opiniones. Lo cual por cierto me importa un bledo.
      En relación con la crónica de Sansón hay quien me ha dicho que había sido demasiado duro con La Fura, y usted que soy sumiso. Como siempre he hecho desde que empecé a escribir en el blog, lo único que he hecho es manifestar mis particulares impresiones, que, en este caso, no me parece que puedan calificarse precisamente de condescendientes; pero en fin, es su opinión, y la respeto.
      ¿Ve?, hasta con usted soy condescendiente... será que me hago mayor.

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  19. Querido anónimo: no escribo para defender a Aticcus ya que es mayorcito. Es una falta de respeto su comentario. Pertenezco a la asociación Amics de l'Òpera i de les Arts de la Comunitat Valenciana y el trabajo que se realiza es altruista y no responde ante NADIE. Yo no voy de anónima, estaría bien saber quién es usted. No voy a poner, porque no soy de la junta directiva, todos los problemas que está teniendo la asociación para realizar tanto charlas como coloquios. Así que "desde el respeto y la tolerancia" no tiene ni idea de lo que está diciendo. Ah! También soy integrante del Cor de la Generalitat y me hubiera gustado más leer una crítica a la función más que un ataque al que hace las crónicas.

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