martes, 17 de septiembre de 2019

PREMIOS HELGA DE ORO 2019. LAS CANDIDATURAS


Aunque tengo este blog últimamente casi muerto, voy a intentar hacer un pequeño esfuerzo antes de que el día 27 de septiembre se inicien las representaciones de la próxima temporada operística 2019/2020 en el Palau de les Arts, para acudir a mi cita anual con los premios Helga de Oro, con los que pretendo que los lectores del blog, mediante votación, designen lo que más les ha gustado de entre lo que se ha visto y escuchado en Les Arts la temporada anterior.

Vuelvo a recordar, como siempre, que yo soy el único responsable de que las tres candidaturas preseleccionadas en cada una de las diferentes categorías, sean las que son, así que comprendo que pueda haber opiniones dispares en algunos apartados, pero he efectuado la preselección atendiendo únicamente a mi personal y discutible criterio con lo que a mí me ha parecido lo mejor en cada una de ellas. Ha habido apartados en los que lo difícil ha sido llegar a encontrar tres candidaturas y otros en los que la dificultad ha sido tener que dejar sólo tres finalistas.

La encuesta para que podáis votar y elegir a los premiados de la temporada 2018/2019, se encontrará disponible al final de la presente entrada hasta las 18:00 horas del próximo lunes 23 de septiembre. Ya sabéis que podéis votar a todas o sólo a alguna de las categorías y, dentro de ellas, hacerlo a uno o varios candidatos, aunque la idea es que se haga únicamente a uno.

Este año las candidaturas finalistas a los premios Helga de Oro 2019 son:

Mejor dirección escénica
El primero de los trabajos que me gustaría proponer es el llevado a cabo por el polaco Mariusz Trelinski para la producción del Teatro Mariinsky de San Petersburgo de la Iolanta que pudimos ver la pasada primavera y que fue objeto de una puesta en escena que tuvo alguna cosa discutible, pero que quisiera destacar por su contenido simbólico, su buena dirección actoral y la creación de una atmósfera muy adecuada a la fábula contenida en el libreto, con una fuerza visual importante. También quiero traer aquí la buena labor del valenciano Emilio López para la coproducción del Palau de les Arts y los Teatros del Canal de La Malquerida, ambientándola en México y con aires de telenovela, con una interesante iluminación y gran fluidez y sentido en el movimiento escénico y trabajo con los actores; y, por último, el muy buen trabajo de Jean Louis Grinda en la coproducción de la Opéra Monte-Carlo y el New National Theatre de Tokio de la Lucia di Lammermoor que cerró la pasada temporada, de gran impacto estético, ajuste al libreto y brillantez visual.

Mejor dirección musical
Estaba claro que con la sobrecarga de trabajo que tuvo la pasada temporada, el ya ex director musical titular de la casa, Roberto Abbado, iba a protagonizar claramente esta candidatura. Los tres trabajos de dirección orquestal que quiero proponer como finalistas son los que personalmente más me gustaron a mí. El primero fue el ofrecido por Roberto Abbado para una obra poco habitual, como es I masnadieri, y al que supo imprimir pulso verdiano y tensión narrativa, al tiempo que cuidaba escrupulosamente las voces. El segundo de mis elegidos es el húngaro Henrik Nánási que, como suele ser habitual en él cada vez que viene a Les Arts, volvió a deslumbrarnos, esta vez en Iolanta, con una espléndida labor de batuta que puso de relieve, con brillantez orquestal, todo el cromatismo y belleza musical de Tchaikovsky. Y el tercer nombre propuesto es nuevamente el de Roberto Abbado, esta vez por su trabajo en el foso en Lucia di Lammermoor, su última intervención como titular de nuestra orquesta y que fue un más que digno colofón a su trayectoria en Valencia que, al menos en cuanto a los resultados musicales obtenidos, sólo puede calificarse de muy positiva.

Mejor Tenor
En este apartado he tenido algunas dudas, pero finalmente los tres nombres que propongo son los siguientes: el del ruso Dmitry Korchak que, en aquella polémica Flauta mágica que inauguró la pasada temporada, supo imponerse a todos los desmanes y ocurrencias escénicas, componiendo un Tamino al que quizás le faltó un punto de refinamiento, pero que estuvo cargado de belleza y pureza vocal; el segundo de los candidatos, también ruso, supuso para mí una de las grandes sorpresas de la temporada, el jovencísimo Valentyn Dytiuk nos asombró en Iolanta con un poderío vocal imponente en un papel complicadísimo como es el de Vaudemont; y, por último, el chino Yijie Shi  que, en Lucia di Lammemoor, conquistó a la platea como ya hiciese hace dos años en Tancredi, con una voz no precisamente bella, pero con una autoridad y entrega vocal irreprochables, yendo en las sucesivas funciones de menos a más.

Mejor Bajo/Barítono
En esta categoría esta vez me ha costado dejar sólo en tres candidatos la elección, porque ha habido cuatro o cinco actuaciones dignas de reseña, pero bueno... Empezaré recordando al barítono polaco Artur Ruciński, quien en I masnadieri ofreció una lección de canto verdiano, control del fiato y legato, con una fuerza expresiva mayúscula, asumiendo el papel de Francesco, uno de los personajes más antipáticos de la historia de la ópera. El veterano Leo Nucci, como era previsible, protagonizó el primer bis de Les Arts montando su particular show, pero independientemente de ese discutible bis, es innegable que brindó una noche memorable de sentido verdiano y entrega dramática componiendo un Rigoletto que ya es absolutamente indisociable del barítono italiano. Y por último traigo a todo un habitual en estos premios, el bajo ruso Alexánder Vinogradov, que con la rotundidad de su voz volvió a conquistar al público valenciano, en esta ocasión como Raimondo en Lucia di Lammermoor.

Mejor soprano
En este apartado os propongo elegir entre: la italiana Mariangela Sicilia, quien fue otra de las pocas cosas salvables de La flauta mágica que abrió la temporada, con una Pamina elegante, conmovedora y llena de sensibilidad que consiguió hacer brotar la emoción en medio del estropicio general; otra italiana, Maria Grazia Schiavo, fue una muy relevante Gilda en Rigoletto, de voz cristalina, que resolvió con sobresaliente todas las dificultades del papel y aguantó con profesionalidad el show de Nucci y sus bises; y cierra la terna la gran Jessica Pratt que obtuvo un merecidísimo éxito con una Lucia di Lammermoor extraordinaria, impartiendo una clase magistral de bel canto que será muy complicado borrar de la memoria.

Mejor mezzosoprano
En esta categoría me ha costado llegar a componer una terna final, aunque creo que las tres cantantes que he seleccionado llevaron a cabo unas muy relevantes interpretaciones. La crevillentina Sandra Ferrández fue una excelente Raimunda en La Malquerida, mostrando una bellísima voz, firme y segura, de dicción impoluta y con un trabajo actoral conmovedor, de matrícula de honor; la georgiana Nino Surguladze, pese a la brevedad del papel de Maddalena en Rigoletto, enamoró por el atractivo timbre oscuro de su voz y la sensualidad que supo imprimir al personaje; y finalizo con otra de las sorpresas de la temporada, como fue la jovencísima rusa Olga Syniakova, alumna del Centre Plácido Domingo, y que como Alisa, en Lucia di Lammermoor, aguantó los dúos con la Pratt sin desentonar en absoluto, con una enorme presencia vocal y belleza canora.

Mejor espectáculo de la temporada
En este apartado, como siempre repito, se trata de premiar aquella producción que, valorada en su conjunto (dirección escénica, musical y solistas), nos haya parecido la ópera más redonda y equilibrada de las que pasaron por Les Arts. Mis candidatas de 2019 a este premio son: Iolanta, Rigoletto y Lucia di Lammermoor.

Pues nada, hasta aquí las candidaturas que he seleccionado este año. Ahora os toca a vosotros votar. Para hacerlo creo que os pedirá iniciar sesión en Google. Gracias por vuestra participación.


ACTUALIZACIÓN A 22/09/19: SE CIERRAN LAS VOTACIONES 24 HORAS ANTES DE LO PREVISTO. PRÓXIMAMENTE EN ESTE BLOG OFRECERÉ LAS EXPLICACIONES PERTINENTES.



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