jueves, 30 de julio de 2009

FRANCIS POULENC. Tres canciones


L'Anniversaire - Marc Chagall (1915)

Hoy vuelvo a traer al blog tres canciones francesas, en esta ocasión del gran compositor parisino Francis Poulenc (1899-1963), quien, pese a desarrollar con éxito su actividad en todos los campos de la composición, en el de la “mélodie” es considerado uno de los maestros, sobre todo desde el fallecimiento de Gabriel Fauré (1845-1924), pese a que algunos de sus contemporáneos pensaban que era algo antiguo y carente de interés. El propio Poulenc manifestó: “Me gustaría saber por qué se considera este género pasado de moda. Por el contrario creo que mientras haya poetas podrán componerse canciones”.

La primera canción que quería traer es “Violon”, un tema perteneciente al ciclo de canciones “Fiançailles pour rire”, con textos de la poetisa Louise de Vilmorin. Podemos escucharla en la voz de la soprano Elly Ameling, acompañada al piano por Dalton Baldwyn:


video de AmelingElly

VIOLON (1939)
Couple amoureux accents meconnus
Le violon et son joueur me plaisent.
Ah! J’aime ces gémissements tendus
Sur la corde des malaises.-
Aux accords sur les cordes des pendus
À l’heure où les lois se taisent
Le coeur en forme de fraise
S’offre à l’amour comme un fruit inconnu.
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Pareja amorosa de acentos desconocidos
el violín y su violinista me cautivan.
¡Ah! Me gustan estos gemidos tensos
en la cuerda del malestar.
Con los acordes en las cuerdas de los ahorcados
a la hora donde las leyes se callan
el corazón en forma de fresa
se ofrece al amor como un fruto desconocido



De nuevo tenemos aquí a la holandesa Elly Ameling, en esta ocasión acompañada al piano por Rudolf Jansen, en una delicada interpretación de "C'est ainsi que tu es”. Se trata de la segunda canción de las tres que componen el ciclo denominado “Métamorphoses”, también sobre poemas de Louise de Vilmorin:


video de Schubert958

“C’EST AINSI QUE TU ES” (1943)
Ta chair, d’ âme mêlée,
Chevelure emmêlée,
Ton pied courant le temps,
Ton ombre qui s’étend
Et murmure à ma tempe.
Voilà, c’est ton portrait,
C’est ainsi que tu es,
Et je veux te l’écrire
Pour que la nuit venue,
Tu puisses croire et dire,
Que je t’ai bien connue
-----------------------------
ASÍ ES COMO TÚ ERES
Tu cuerpo, mezclado de alma,
enredada melena,
Tu pie recorre el tiempo,
Tu sombra que se extiende
y murmura en mis sienes.
Si, este es tu retrato,
así es como tú eres,
y yo quiero escribírtelo
porque la noche se acerca,
para que puedas creer y decir,
que te conozco. (Traducción: Assai)

Por último, podemos escuchar la popular “Les chemins de l’amour”, una preciosa melodía a ritmo de vals (valse chantée) compuesta sobre un poema del dramaturgo Jean Anouilh, en la voz de la francesa Veronique Gens acompañada al piano por Roger Vignoles:



LES CHEMINS DE L’AMOUR (1940)
Les chemins qui vont à la mer
ont gardé de notre passage
des fleurs effeuillées et l'écho sous les arbres
de nos deux rires clairs.
Hélas des jours de bonheur,
radieuses joies envolées,
je vais sans retrouver traces dans mon coeur.
Chemins de mon amour,
je vous cherche toujours.
Chemins perdus, vous n'êtes plus
et vos échos sont sourds.
Chemins du désespoir,
chemins du souvenir,
chemins du premier jour,
divins chemins d'amour.
Si je dois l'oublier un jour,
la vie effaçant toute chose,
je veux dans mon coeur qu'un souvenir repose
plus fort que l'autre amour.
Le souvenir du chemin
Où, tremblante et toute éperdue,
un jour j'ai senti sur moi brûler tes mains.
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Los caminos que van al mar
han guardado, de nuestro paso
flores deshojadas y el eco, bajo sus árboles,
de nuestra risa clara.
Lejanos días felices,
radiante alegría desvanecida.
Marcho sin encontrar su rastro en mi corazón.
Caminos de mi amor,
os busco todavía.
Caminos perdidos, ya no existís
y vuestros ecos han enmudecido.
Caminos de la desesperanza,
caminos del recuerdo,
caminos del primer día,
Divinos caminos de amor.
Si un día he de olvidarle,
pues al fin la vida todo lo borra,
quiero que en mi corazón un recuerdo permanezca
más fuerte que el otro amor.
El recuerdo del camino
donde, un día
trémula y del todo abandonada,
sentí sobre mí arder tus manos.

martes, 28 de julio de 2009

CLAUDE DEBUSSY. Tres canciones

Una buena opción para refrescar un caluroso día de verano puede ser disfrutar de tres preciosas canciones de Claude Debussy (1862-1918) en la voz de tres estupendas cantantes.

En primer lugar podemos escuchar "Fleur des blés", sobre un poema de André Girod, cantada por la soprano francesa Veronique Gens acompañada al piano por Roger Vignoles:



"Fleur des Blés"
Le long des blés que la brise
Fait onduler puis défrise
En un désordre coquet,
J'ai trouvé de bonne prise
De t'y cueillir un bouquet.
Mets-le vite à ton corsage,
Il est fait à ton image
En même temps que pour toi...
Ton petit doigt, je le gage,
T'a déjà soufflé pourquoi:
Ces épis dorés, c'est l'onde
De ta chevelure blonde
Toute d'or et de soleil;
Ce coquelicot qui fronde,
C'est ta bouche au sang vermeil.
Et ces bluets, beau mystère!
Points d'azur que rien n'altère,
Ces bluets ce sont tes yeux,
Si bleus qu'on dirait, sur terre,
Deux éclats tombés des cieux.


A continuación, podemos disfrutar de la bellísima "Nuit d'étoiles", con texto de Théodore de Banville, interpretada por Diana Damrau, acompañada del jovén arpista francés, solista de la Filarmónica de Viena, Xavier de Maestre:


video de Lilith89ibz

"Nuit d'Étoiles"
Nuit d'étoiles, sous tes voiles,
Sous ta brise et tes parfums,
Triste lyre qui soupire,
Je rêve aux amours défunts.
La sereine mélancolie
Vient écloreau fond de mon coeur,
Et j'entends l'âme de ma vie
Tressaillir dans le bois rêveur.
Je revois à notre fontaine
Tes regards bleus comme les cieux;
Cettes rose, c'est ton haleine,
Et ces étoiles sont tes yeux.


Por último, escuchamos a la soprano inglesa Maggie Teyte cantando en 1944 "Beau Soir", sobre un poema de Paul Bourget:



"Beau Soir"
Lorsque au soleil couchant les rivières sont roses,
Et qu'un tiède frisson court sur les champs de blé,
Un conseil d'être heureux semble sortir des choses
Et monter vers le coeur troublé.
Un conseil de goûter le charme d'être au monde,
Cependant qu'on est jeune et que le soir est beau,
Car nous nous en allons comme s'en va cette onde,
Elle à la mer, nous au tombeau.
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Cuando los ríos son de color rosa al sol poniente,
y un tibio escalofrío recorre los campos de trigo,
el consejo de ser feliz parece salir de las cosas
y subir hasta el corazón turbado.
Un consejo de gustar del encanto de estar en el mundo,
mientras que se es joven y la tarde es bella,
porque nos iremos como se va esta onda,
ella al mar, nosotros a la tumba.

miércoles, 22 de julio de 2009

GUSTAV MAHLER. Canciones de un camarada errante


Gustav Mahler compuso su ciclo de cuatro canciones “Lieder eines fahrenden Gesellen” (Canciones de un camarada errante) entre 1884 y 1885, en la ciudad alemana de Kassel, donde, a los 24 años, había asumido la dirección musical del Königliches Theater. Allí parece ser que se enamoró perdidamente de una soprano local, Johanna Richter, quien fue su inspiración en la composición de este ciclo.

En unas cartas dirigidas a su amigo Fritz Löhr durante estos años, Mahler le habla de sus sentimientos por esta joven, aunque se abstiene de mencionarla por su nombre, y le cuenta que las canciones están dedicadas a ella, “son –decía- como si un compañero errante, que ha tenido un infortunio, saliera a recorrer el mundo caminando”.

Mahler no hizo público que él mismo había sido el autor de los textos, ya que, según confesó años más tarde, se sentía un tanto ridículo debido a la sencillez e inocencia de los poemas.

Los “Lieder eines fahrenden Gesellen” no se estrenaron hasta 1896, sin embargo muchas de sus melodías fueron utilizadas en su revolucionaria Sinfonía Nº1, “Titán”, a la que Mahler no quería llamar Sinfonía, se dice que por respeto a Beethoven, sino "Symphonische Dichtung in zwei Teilen" (Poema Sinfónico en dos partes), la cual fue estrenada el 20 de noviembre de 1889 en Budapest.

Hoy quería traer al blog dos de estas canciones, la segunda y la cuarta del ciclo, que son precisamente las que más aportaron musicalmente a su primera Sinfonía.

En primer lugar, podemos escuchar a Dietrich Fischer-Dieskau en 1968, acompañado al piano por Leonard Bernstein, interpretando magníficamente "Ging heut morgen übers Feld" (Esta mañana caminé por el campo) cuyas notas podremos encontrar en el primer movimiento de la Sinfonía nº 1:



"Ging heut morgen übers Feld" (Esta mañana caminé por el campo)

Esta mañana caminé por el campo
cuando el rocío cubría cada brizna de hierba.
El alegre pinzón me dijo:
"¡Eh! ¿No te parece? ¡Buenos días! ¿No te parece?
¡Tú! ¿No te parece bello el mundo?
¡Pío! ¡Pío! ¡Bello y brillante!
¡Cuánto me gusta el mundo!
"También, las campanillas en el campo,
alegremente y de buen humor,
tocaron con campanas ¡ding, dong!
su saludo matutino:
"¿No es bello el mundo?
¡Mundo bello! ¡Ding, dong! ¡Bello!
¡Cuánto me gusta el mundo!
"Y después, bajo la luz del sol,
el mundo de repente comenzó a brillar.
¡Los sonidos y el color revivieron
bajo la luz del sol!
¡Flores y pájaros, pequeños y grandes!
¡Buenos días! ¿No es bello el mundo?
¡Eh! ¿No creéis que es bello el mundo?
"¿Ahora también comenzará mi felicidad?
¡No, no la felicidad que yo quiero
jamás podrá florecer!


Y a continuación, la última canción del ciclo: "Diezwei blauen Augen von mein Schatz" (Los ojos azules de mi tesoro), que se reproducirá en el tercer movimiento de la “Titán”. La podemos escuchar en la versión que nos dejaron, en 1990, el barítono americano Thomas Hampson y la Wienner Philharmoniker dirigida, otra vez, por Leonard Bernstein:


video de alissoncfr

"Diezwei blauen Augen von mein Schatz" (Los ojos azules de mi tesoro)

Los ojos azules de mi tesoro
me han llevado a otro mundo más grande.
¡Tuve que dejar
este entrañable lugar!
¡Oh, ojos azules! ¿Por qué tuvisteis que mirarme?
Salí a caminar en la noche tranquila
en lo profundo del monte oscuro.
Nadie vino a despedirme.
¡Adiós! ¡El amor y la tristeza son mi única compañía!
Ahí, junto al camino, hay un tilo.
¡Y ahí por vez primera encontré el descanso en el sueño
!Bajo el tilo que nevaba
sus flores sobre mí.
¡No supe cómo la vida continuaba,
y todo estaba bien otra vez!
¡Todo! ¡Todo, el amor y la tristeza
y el mundo y el sueño!

lunes, 20 de julio de 2009

"MAN ON THE MOON"


Hoy se cumplen 40 años de la llegada del hombre a la luna. Con motivo de tal efemérides he querido traer aquí una interesante rareza.

Se trata de la ópera "Man on the Moon", compuesta expresamente para el medio televisivo, con música de Jonathan Dove y letra de Nicholas Wright, que se emitió en la cadena británica Channel 4 en el año 2006.

Lamentablemente no he podido conseguir más que de un par de videos de esta curiosa obra. Aquí podemos ver la obertura y primeras escenas de “Man on the Moon”:



La historia se centra en Buzz Aldrin, uno de los astronautas que formaba parte de la tripulación de la nave Apolo XI que se posó el 20 de julio de 1969 sobre la superficie lunar. Aldrin fue quien pilotó el módulo lunar y la segunda persona en caminar por la luna. En la ópera se narra la dolorosa peripecia de este hombre desde que fue seleccionado para la misión, su fama tras la aventura del alunizaje y, sobre todo, cómo estos hechos afectaron a su vida personal y familiar conduciéndole a la separación de su matrimonio y al alcoholismo. Es una obra de apenas una hora de duración que cuenta con un reparto encabezado por dos notables cantantes como son el barítono Nathan Gunn y la soprano Patricia Racette en los papeles de Buzz y Joan Aldrin.

Jonathan Dove ha compuesto numerosas óperas como “Las Aventuras de Pinocho” recientemente editada en DVD, y algunas de ellas para televisión, como esta “Man on the Moon” o “When She Died... (Death of a Princess)” la que dedicó en 2002 a la muerte de la Princesa Diana de Gales. Para acabar os dejo con otro vídeo de esta curiosidad:

 

viernes, 17 de julio de 2009

"PRODANÁ NEVESTA" (La Novia Vendida). Bedřich Smetana


Una de las propuestas más interesantes dentro de la programación prevista en Les Arts para la temporada 2009-2010, aparte por supuesto de “Les Troyens”, es la primera incursión del coliseo valenciano en el repertorio checo, de la mano de Bedřich Smetana (1824-1884) con su ópera más conocida: “Prodaná Nevesta” (La Novia Vendida).

"La Novia Vendida", estrenada en el Teatro Provisional de Praga el 30 de mayo de 1866, donde fue dirigida por el propio compositor, es la segunda ópera de Bedřich Smetana, tras “Braniboři v Čechách” (Los Brandemburgueses en Bohemia), la primera ópera escrita íntegramente en checo. Como en ésta, el libreto es de Karel Sabina, escritor y periodista checo que fue uno de los principales dirigentes del movimiento revolucionario de ese país en 1849. Sin embargo, mientras “Los Brandemburgueses en Bohemia” era una obra patriótica y seria, “La Novia Vendida” es una comedia ligera y optimista, ambientada en el campesinado checo, con una trama sencilla destinada al puro entretenimiento, reflejo de las esencias del folklore popular. De hecho, el propio Smetana reconoció que escribió esta ópera como reacción a aquellos que le acusaban de ser demasiado wagneriano y no ser capaz de escribir algo más ligero, y procuró que su música tuviese un carácter popular, que “sonase” a checo, dado que la trama reflejaba la vida del pueblo.

Durante los tres años que empleó Smetana en su composición, la obra, concebida inicialmente como una opereta, sufrió hasta cuatro revisiones y ampliaciones diferentes hasta adoptar su actual configuración.

Quizás sus fragmentos más conocidos sean las danzas y, sobre todo, su brillante y trepidante Obertura, que fue compuesta bastante tiempo antes que el resto de la obra y suele ser pieza habitual de conciertos sinfónicos. En ella no aparecen leitmotivs referidos a personajes o situaciones concretas que luego se repitan, sino que tan sólo se escucharán posteriormente referencias melódicas a este inicio en algunas intervenciones aisladas del Coro, pero, pese a ello, marca de forma inequívoca el espíritu de la obra y posiciona el estado de ánimo del espectador. De ahí que, en ese sentido, se la haya comparado con la Obertura de “Le Nozze di Figaro” de Mozart.

Seguidamente podemos escuchar la Obertura de “La Novia Vendida” en la interpretación de la Berliner Philharmoniker dirigida por Mariss Jansons:


video de MahaKrisna

La historia se desarrolla en un pueblo de Bohemia durante el siglo XIX. Narra, en tono jocoso, las peripecias de la ingenua y alegre campesina Marenka, quien sufre por haber sido prometida en matrimonio con Vasek, al que no conoce, el hijo medio estúpido y tartamudo de Micha, un hombre rico, mientras que ella ama a Jenik, un honesto y pobre joven aldeano. Jenik, es en realidad también hijo de un primer matrimonio de Micha, pero huyó de casa por desavenencias con su madrastra. Ante la propuesta del casamentero para que renuncie a Marenka, Jenik aparenta aceptar la situación a cambio de un pago de 300 florines, con la condición de que Marenka sólo pueda casarse con un hijo de Micha. Marenka se siente traicionada por su amado Jenik y sus amigos piensan que ella ha sido vendida, pero al final la verdad y el amor resplandecerán.

Los personajes están bien definidos dentro del espíritu desenfadado de la historia, adquiriendo una especial relevancia, además de la pareja protagonista, el casamentero Kezal y el bobalicón Vasek, auténticos conductores de la comicidad en la obra.

Desde su estreno, la obra se ha venido representando regularmente en la República Checa, donde siempre ha gozado de gran popularidad y sus habitantes la consideran parte esencial de su cultura nacional.

Es la única de las óperas de Smetana que ha traspasado sus fronteras de origen para formar parte del repertorio de los teatros internacionales. La primera vez que se representó fuera de su tierra natal fue en 1871, en el Teatro Mariinsky de San Petersburgo, no volviendo a exportarse hasta 1892, cuando llegó a Viena y comenzó realmente su reconocimiento por el público y críticos internacionales, aunque representándose en idioma alemán. En 1894 Gustav Mahler introdujo la obra en Alemania. Tras el nombramiento de Mahler como director de la Staatsoper de Viena, “La Novia Vendida” pasó a formar parte del repertorio habitual de la compañía. De nuevo sería Mahler quien la introduce con éxito en Estados Unidos, en 1909, al ser nombrado director del antiguo Metropolitan de Nueva York. Cuentan las cónicas que, el día del estreno, Mahler ordenó interpretar la Obertura entre los actos I y II para que pudiese ser escuchada por los rezagados. A España no llegaría hasta 1924, cuando se estrenó en el Liceu de Barcelona.

Seguidamente podemos escuchar a la eslovaca Lucia Popp interpretar el aria del acto III "Ten lásky sen" (mi sueño de amor), en la que canta lamentándose por la traición de su amado y pensando lo feliz que hubiese sido su vida junto a él:


video de Glenmed

Ahora se anuncia que llegará a Valencia en abril, en una producción de The Grand Theatre & Opera House de Leeds, con dirección escénica de Daniel Slater, de quien ya hemos visto en Valencia sus montajes de “Esponsales en el Monasterio” y “L’Arbore di Diana”, y musical de Tomáš Netopil. En principio nada bueno augura que se haya elegido para la presentación en Valencia de la ópera al director checo Tomáš Netopil (alias “sosopil”), especialista en aburrir auditorios. Esperemos que al ser una obra de su tierra le entre la vena patriótica, y la morriña le insufle un poco de espíritu a su dirección musical.

En cuanto a los intérpretes, los previstos para los principales papeles, hasta que Helga se saque a la Voulgaridou de la manga, son: la eslovena Sabina Cvilak como Marenka, el checo Aleš Briscein como Jenik, el veterano bajo ruso Vladímir Matorín como Kezal, y Vicenç Esteve como Vanek.

Acabo con el bonito dúo entre Jenik y MarenkaVerne Milovani”, de la escena II del acto I, en este caso interpretado por el tenor checo Peter Dvorský (ojito al peinado setentero) y la soprano eslovaca Gabriela Beňačková, mientras se dicen: “Nuestro amor no será destruido por ninguna presión. Hemos jurado y prometido que seremos fieles el uno para el otro”. Ahí es :


video de Scarpios

domingo, 12 de julio de 2009

NINO MACHAIDZE. La Lucía de Les Arts.


Dentro de la descafeinada programación del Palau de Les Arts para la próxima temporada, sobre todo en cuanto a repartos se refiere, uno de los mayores atractivos, en todos los sentidos, será, si Doña Helga respeta por una vez los repartos anunciados, la presencia de la joven soprano georgiana Nino Machaidze en el personaje principal de “Lucia di Lammermoor” de Donizetti, donde participará junto a Francesco Meli, Vladimir Stoyanov y Diógenes Randes, en una coproducción del Maggio Musicale Fiorentino y el Grand Théâtre de Genève, con dirección de escena de Graham Vick y musical de Karel Mark Chichón (el señor esposo de Elīna Garanča).

Nino Machaidze nació en Tbilisi (Georgia) en 1983, donde comenzó sus estudios de canto. En 2005 entró en la Accademia del Teatro alla Scala, tras ganar el primer premio del concurso “Leyla Gencer Vocal Competition”. En el coliseo milanés interpretó diversos papeles como Lauretta de “Gianni Schicchi”, la Despina de “Così fan Tutte” o la Musetta de “La Bohème”. Su éxito más importante lo obtuvo en 2007 como la Marie de “La fille du regiment” de Donizetti, que ese mismo año protagonizaría también en Roma.

Aquí podemos escuchar a Machaidze como Marie, cantando "Salut a la France" en La Scala en 2007:


video de gugufencer

Pero su salto definitivo a la fama internacional llegó en el verano de 2008, cuando fue llamada a Salzburgo para sustituir a Anna Netrebko en el papel protagonista de “Romeo y Julieta” de Gounod, junto a Rolando Villazón.

Tras la archifamosa “Traviata” de Salzburgo en 2005 de la pareja Netrebko-Villazón, se esperaba la vuelta de ambos en ese “Romeo y Julieta” del que se iba a comercializar también el correspondiente DVD. Finalmente, el avanzado estado del embarazo de Anna Netrebko motivó la sustitución de la rusa, tanto en escena como en el DVD. Desde Salzburgo se lanzó toda una campaña de promoción de la georgiana, incidiendo en su buena voz, juventud y belleza, viniendo a presentarla como “la nueva Netrebko”.

A continuación podemos verla en Salzburgo en 2008, como Julieta, cantando "Je veux vivre":


video de parsifalito

Mucho más allá de la evidencia de la felina y carnal belleza de esta Angelina Jolie de la ópera, Nino Machaidze es una excelente cantante, especialmente de repertorio belcantista, que presenta una bonita voz, un legato espléndido y un poderío importante en la zona aguda. Todavía tiene mucho camino por delante y mucho que perfeccionar, recordemos que comenzó a cantar profesionalmente hace apenas 3 años, pero es indudable que nos encontramos ante un instrumento con claras posibilidades de futuro. Esperemos que la vorágine mediática no la lleve a desperdiciar en pocos años su carrera y sepa centrarse en el repertorio que mejor se adapte a su voz, respetando la evolución natural de la misma, sin dejarse embelesar por los cantos de sirena de los especialistas en crear artistas de usar y tirar. Es significativo como asistimos cada vez con más frecuencia a la presentación en teatros de primer nivel de jóvenes cantantes, generalmente de buen ver, que no tienen todavía detrás una carrera consolidada y que a las primeras de cambio triunfan en esos recintos donde antaño tan sólo llegaba un artista como culminación de su carrera profesional.

De momento entre los próximos proyectos de Machaidze, están “La Fille du Regiment” en el Liceu y el debut en el Metropolitan de Nueva York y la Ópera de París como la Gilda de “Rigoletto”. Además de esa Lucía en Les Arts donde confiamos en verla y juzgar su rendimiento en directo.

Para finalizar, la escuchamos precisamente en el papel de Lucía cantando “Regnaba nel silenzio” en el Teatro Verdi de Salerno en mayo de este año:


video de TomGilfird2009

miércoles, 8 de julio de 2009

"IL BARBIERE DI SIVIGLIA" (Gioachino Rossini) - Royal Opera House - Londres 04/07/09


Con más retraso del deseado, comienzo está crónica del “Barbiere” londinense cuando ya casi todo se ha dicho y escrito sobre el estreno del pasado día 4, no sólo por el gran éxito obtenido, sino sobre todo por el insólito gesto de pundonor y profesionalidad de esa enorme artista que es Joyce DiDonato, que fue capaz de seguir en escena más de dos horas con el peroné roto, cantando y actuando al máximo nivel. Ella misma lo cuenta en su blog con un sentido del humor increíble.

El hecho en cuestión se produjo cuando en la segunda escena del acto I, poco después de cantar excepcionalmente la Cavatina “Una voce poco fa”, la americana, corriendo con tacones por el escenario, resbaló cayendo sobre la pierna derecha. Se levantó enseguida sin que aparentemente hubiese tenido consecuencias el incidente, pero unos minutos más tarde pudo verse como Joyce cojeaba ligeramente e intentaba no apoyar su pie derecho en el suelo. Al final del acto apareció en escena apoyada en un bastón y me temí lo peor. Mis temores aumentaron cuando tras el descanso un empleado del ROH salió al escenario y para sorpresa de todos anunció que, efectivamente, DiDonato se había lesionado y tenía fuertes dolores, pero que había decidido cantar hasta el final. El público celebró la decisión con cerrados aplausos. DiDonato entró en escena en el acto II sujetándose en una muleta adornada con un floripondio rosa a juego con su vestido. Curiosamente, en el libreto la primera frase del personaje de Rosina en este segundo acto no podía ser más apropiada: tras descubrir a su amado Lindoro disfrazado, da un pequeño grito de sorpresa y cuando el tutor le pregunta: “¿qué te ha pasado?”, Rosina responde: “E' un granchio al piede” (es un calambre en el pie), lo que motivó las carcajadas del público y una gran ovación. A partir de ahí, DiDonato prosiguió su actuación con cierta dosis de improvisación respecto a los movimientos en escena y la complicidad de todos sus compañeros, sin que en ningún momento se transmitiese la sensación de que lo que ocurría en escena no estaba planificado. En el momento en que Rosina descubre que Lindoro es en realidad Almaviva, se cae al suelo de la impresión, y así lo hizo Joyce, contando luego con la discreta ayuda de Flórez para reincorporarse mientras continuaba actuando sin disminuir la excelencia de su canto.

Es obvio que una persona con rotura de peroné tiene fuertes dolores, si a eso le añadimos el movimiento de una actuación escénica durante dos horas, con tacones y teniendo que cantar Rosina en un teatro de ópera de primer nivel, lo conseguido por DiDonato tiene un mérito excepcional.

Pero es que además la profesionalidad y el arrojo de la americana ha ido mucho más allá, al haber decidido ésta mantener su participación en las próximas representaciones, escayolada y en silla de ruedas, adaptando la escenografía a la nueva situación. Estoy deseando leer los comentarios de esas funciones para ver cómo se ha conseguido integrar en la obra la lesión de la bravísima Joyce.

Dejando a un lado la anécdota de la noche, el espectáculo del que pudimos disfrutar fue realmente espectacular. Todos los que intervinieron: Pappano, la Orquesta, el Coro, los solistas, parecían especialmente motivados y rindieron al máximo, brindándonos una noche de absoluto ensueño.

La producción presentada es una reposición de la ya estrenada en el recinto londinense en 2005, con dirección escénica de Patrice Caurier y Moshe Leiser, decorados de Christian Fenouillat y vestuario de Agostino Cavalca. El primer acto se desarrolla en una especie de proscenio con un fondo dominado por una gran luna en cuarto creciente, un árbol y con el balcón de la ventana de Rosina a la derecha completamente enrejado potenciando así la idea de reclusión de la joven, un concepto que aparece mucho más reforzado en la siguiente escena, donde la habitación de Rosina es como una caja, sin puertas ni ventanas, las cuales sólo aparecen cuando tiene que entrar o salir algún personaje y vuelven a ocultarse con paneles corredizos. Al final del acto primero el efectismo de la puesta en escena alcanza su punto álgido, cuando todos los intérpretes y el Coro cantan al unísono el “Mi par d'esser con la testa”, quejándose del mareo y aturdimiento por tanto ruido, y la habitación entera comienza a tambalearse de arriba a abajo y de derecha e izquierda cada vez con más brío. En conjunto me pareció una escenificación interesante, sin propuestas especialmente innovadoras, carente quizás de algún elemento que la hiciese visualmente más atractiva, pero que dio una visión distinta dentro del respeto a la idea original, resultando efectiva y adecuada.

La dirección musical de Antonio Pappano fue magistral. Desde el mismo comienzo de la Obertura consiguió emocionar, enganchar anímicamente con el patio de butacas, como si estuviese lanzando un invisible cable a cada espectador diciéndole: “vamos a estar conectados estas 3 horas sin que puedas apartar tu atención”. Ya desde ese inicio se vislumbró la propuesta de un Rossini vivo, lleno de fuerza y delicadeza a la par, con un asombroso uso de las dinámicas, alejado completamente de lecturas planas o rutinarias para cubrir el expediente. La ovación que premió el final de la Obertura fue algo sentido y hacía presagiar el festín músico-vocal que íbamos a disfrutar.

El Coro también ofreció un rendimiento óptimo. En su triple papel músicos-soldados-policías se mostró compacto y tuvo un comportamiento escénico soberbio cuidando sus movimientos a pesar del reducido espacio y aportando la dosis de humor requerida a las escenas en las que intervinieron.

El elenco vocal reunido en Londres para este “Barbiere” es inmejorable.
Pietro Spagnoli era el Figaro de repuesto, tras la cancelación hace ya tiempo de Simon Keenlyside de todas las funciones. El italiano cumplió con creces las expectativas y compuso un Figaro de gran nivel, con una dicción perfecta y una expresividad y naturalidad mayúsculas. Para ser redondo, tan sólo le faltaría a su voz un poco de más empaque.

Juan Diego Flórez confirmó su condición de ser extraterrestre, producto de algún extraño cruce entre la raza humana y alguna ignota civilización, allende nuestra galaxia, mucho más desarrollada físicamente. Sus facultades canoras son abrumadoras y su técnica perfecta. No creo que haya en la actualidad ningún Almaviva como el peruano. Superó todas las coloraturas diabólicas del personaje con esa aparente facilidad con la que todo lo canta Flórez, que se permite incluso seguir sonriendo mientras va subiendo cada vez más el listón de las exigencias de forma imperceptible. Su “Ecco, ridente in cielo”, nada más salir a escena, dejó ya al público completamente noqueado por la perfección y elegancia de la emisión y la chispa humorística de su actuación. La voz del peruano no es una voz grande, sin embargo el día 4 se imponía sin dificultad sobre la orquesta y llenaba por completo cada recodo del teatro. Sus habituales virtudes ya conocidas se pusieron de manifiesto en cada una de sus intervenciones. Una exquisita musicalidad, legato perfecto, una línea de canto bellísima, fraseo impoluto, un control del fiato que sólo puede tener origen en una insólita respiración anal… El momento culminante de la velada (lesiones aparte) fue sin duda el antológico “Cessa di più resistere” con que nos obsequió Flórez, un fragmento que suele ser eliminado de muchas producciones por los tenores por su excesiva dificultad. Aquí el peruano bordó de nuevo las coloraturas y finalizó con una nota larguíiiiiisima, que provocó una auténtica histeria colectiva en el público que interrumpió la representación durante casi 5 minutos de aplausos, bravos y peticiones de bis. Personalmente nunca había asistido en directo a una situación similar. En ese tiempo, Nucci se hubiera marcado dos o tres propinas.

Podemos escuchar aquí a Flórez cantar el "Cessa di più resistere" hace unos años. Si queréis saber como lo hizo el día 4 podéis hacerlo en el blog de Mei:


video de seapoeg

Joyce DiDonato, como ya he dicho, se convirtió en la protagonista de la noche por motivos ajenos a su canto, pero eso no quiere decir que su canto no mereciera protagonismo por sí mismo, todo lo contrario. La mezzosoprano americana ofreció una magistral Rosina, temperamental y emotiva. Hizo gala de un instrumento cálido y sumamente expresivo que supo ornamentar con maestría al trabajar las coloraturas. Su amplio registro, con un centro aterciopelado, sólidos agudos y graves consistentes le permiten afrontar las diferentes facetas del personaje con brillantez. Magnífica estuvo en “Una voce poco fa”, con un derroche de expresividad vocal e interpretativa. Su actuación dramática, pese a la lesión, fue impecable, llegando en la escena de la tempesta a arrojar un armario al suelo a pesar de llevar la muleta en una de sus manos.

Aquí podemos ver a la de Kansas cantando "Una voce poco fa" en 2007. Si queréis saber como sonó el otro día podéis hacerlo también en el blog de Mei:


video de Oneguin65

Alessandro Corbelli compuso un muy notable Don Bartolo, excelente en el aspecto bufo del personaje y mostrando un gran dominio de la rapidez en la dicción que le permitió realizar una magnífica “A un dottor de la mia sorte”. Puso la nota de humor de la noche cuando, mientras el público no dejaba de ovacionar a Flórez tras “Cessa di più resistere”, sacó el reloj para consultar la hora con gesto de “a ver cuando acabáis”.

Inmenso estuvo también el veterano Ferruccio Furlanetto como Don Basilio. Con un look tétrico mezcla entre Alice Cooper y La Bruja Mala del Este, demostró poseer aún una voz profunda, enorme, y clarísima con la que se marcó una “Calunnia” espectacular, finalizando subido en pie sobre los brazos de una silla ante el temor de los presentes de que se agotasen ese día las existencias de muletas en el ROH.

Jennifer Rhys-Davies, como Berta, abusó quizás un poco de la exageración bufa, pero cumplió más que dignamente con su papel, como también lo hizo el jovencísimo Changhan Lim en el breve papel de Fiorello.

El resultado final: un éxito apoteósico con un público completamente enloquecido, que cuando ya no podía gritar más acompañaba la ovación con pateos en el suelo. Yo nunca había visto al público británico tan pasionalmente entregado a unos artistas y eso creo que da idea de la magnificencia de lo vivido.

En definitiva, entre esta noche mágica del “Barbiere”, la estupenda “Traviata” del día anterior, y el insuperable “Anillo del Nibelungo” del mes de junio, hemos vivido últimamente unas jornadas operísticas que permanecerán imborrables en nuestra memoria. Ahora, viendo la programación de Les Arts para la próxima temporada, es inevitable sentirse un tanto decepcionado. Es lo que tiene estar tan mal acostumbrado. Volvemos a la realidad.

lunes, 6 de julio de 2009

"LA TRAVIATA" (Giuseppe Verdi) - Royal Opera House - Londres 03/07/09


Mientras mi querida Helga Schmidt aprovechaba, tras un injustificable retraso, para hacer un adelanto de la descafeinada programación de la próxima temporada de Les Arts, la cual se ha hecho oficial hoy en la página web del teatro, yo iniciaba una nueva visita al ROH, en esta ocasión para aprovechar el fin de semana asistiendo al estreno de “El Barbero de Sevilla” con Juan Diego Flórez y Joyce DiDonato el sábado, y previamente, el viernes, a “La Traviata” con un reparto de lujo: los veteranos Renée Fleming y Thomas Hampson en los papeles de Violeta Valery y Giorgio Germont, y el joven maltés Joseph Calleja como Alfredo Germont.

La producción presentada es añeja, data de 1994 en lo que supuso el lanzamiento internacional de Angela Gheorghiu, que estuvo acompañada en aquel entonces por el bisador Leo Nucci y un insoportable Frank Lopardo, dirigidos en lo musical por Sir Georg Solti. Periódicamente al ROH le gusta desempolvar este montaje y presentarlo con nuevos protagonistas (por cierto, la última fue la Netrebko).

Se caracteriza por una dirección escénica de Richard Eyre absolutamente clásica y tradicional, pero sin que eso constituya un elemento negativo, al menos para mí. No aporta nada nuevo a la historia, pero es adecuada para la construcción narrativa de la misma, y siempre prefiero eso a un Giorgio Germont vestido de nazi o una Violeta drag-queen. El movimiento escénico está muy cuidado y resulta fluido pese a la acumulación de personajes que se produce en alguna escena. Los decorados vistosos, la pertinente iluminación y el deslumbrante vestuario diseñado por Bob Crowley, contribuyen al favorable resultado del conjunto.

En cuanto a la dirección musical, Antonio Pappano condujo con maestría a la extraordinaria Orquesta del ROH ofreciendo una peculiar lectura de la partitura verdiana, con unos tempi muy rápidos que enfatizaban perfectamente el desarrollo dramático de la primera parte de la obra, si bien en la segunda yo eché de menos una mayor dosis de contención velocípeda, aunque es cierto que pese a todo, la carga lírica no disminuyó y Pappano supo extraer espléndidamente cada matiz de la partitura. Especialmente relevante fue el comienzo del acto III donde la sensibilidad orquestal alcanzó su culminación. Al comenzar el segundo acto los músicos lo hicieron despojados de sus chaquetas, pese a que en la sala la temperatura era de lo más agradable. Ignoro el motivo.

El Coro funcionó a la perfección y tan sólo hay que reprocharle un pequeño desajuste con la orquesta al final del primer acto.

Renée Fleming salió a escena con un tobillo vendado en un fatídico augurio de lo que nos esperaba al día siguiente con DiDonato. Con 51 años declarados, la americana demostró encontrarse en un estado vocal sensacional. Nunca he creído que el papel de Violeta sea especialmente apropiado a su voz, especialmente en el primer acto, y sigo pensando lo mismo después de haberla escuchado en directo. No obstante, demostró estar dispuesta a asumir todavía riesgos y, lo que es más importante, a superarlos con brillantez. En “Sempre Libera” pasó algunos apuros con las rápidas coloraturas, pero solventó la papeleta muy dignamente, con el apoyo fundamental de una depuradísima técnica y una actuación dramática sensacional. A partir del segundo acto encontró un terreno mucho más propicio para sus cualidades, y su voz cálida y rica en matices se fue mostrando más firme y segura, al tiempo que fraseaba con enorme gusto y hacía ostentación de su espectacular dominio de las dinámicas ofreciendo unos pianissimi majestuosos. Su “Teneste la promessa… addio del passato” electrificó la espina dorsal de todos los asistentes. La capacidad dramática de Fleming es envidiable y supo dotar a Violeta de toda la carga emotiva que requiere el personaje. Demostró en todo momento ser una actriz extraordinaria, cuidando hasta el más pequeño detalle (impresionantes sus toses) y gestos sin perder su línea de canto.

Thomas Hampson estuvo fabuloso. Conoce de memoria el personaje y sabe exprimir cada detalle del mismo. Proyectó el americano con potencia una voz que se mantiene fresca, matizando con muchísima elegancia. Toda su actuación desprendía sentimiento. Sus dúos del segundo acto con Fleming fueron majestuosos en lo vocal y lo interpretativo.

Joseph Calleja fue un muy convincente Alfredo. No había tenido ocasión de escuchar al maltés en directo. Su voz respecto a recientes grabaciones parece haber adquirido un color más oscuro y un ligerísimo vibrato de fondo que suena natural y no molesta. Derrochó volumen y fuerza a raudales, sabiendo matizar también cuando fue preciso. Hizo ostentación de un fiato muy importante que favoreció un impecable legato. Sus agudos fueron limpios y bien atacados. En el debe de su actuación quizás haya que reseñar su faceta actoral, aunque con dos monstruos interpretativos al lado como la pareja norteamericana no quedar demasiado en evidencia ya fue un logro.

El resto del reparto estuvo a un nivel muy digno. Me gustó especialmente la Flora de Monika-Evelin Liiv.

La única nota discordante en ese buen nivel general la puso Richard Wiegold, que fue un pésimo Doctor Grenvil. Su voz es profunda y de bello timbre, pero no lograba proyectarla más allá de sus gafas, siendo absolutamente inaudible en todas sus intervenciones. Su comportamiento actoral no fue mejor, mostrando todos los defectos de la Escuela de los Pinochos, con menos movilidad que la momia de Lenin.


Al finalizar, cerradas ovaciones para los tres protagonistas, Pappano y la orquesta, de un público que se mostró respetuoso cuando debía serlo (me impresionó el silencio que reinaba en el acto I) y sumamente entusiasta al premiar a los intérpretes.

Tras la función Renée Fleming se mostró, como siempre, atentísima con los fans que la importunamos y firmó todo lo firmable y posó para todos los pesados con su mejor gesto.

Por último, os dejo un video de Renée Fleming en la Opera de Los Ángeles en 2006 interpretando el 'Addio del passato':


video de LadyArmide

jueves, 2 de julio de 2009

"EL ANILLO DEL NIBELUNGO" EN VALENCIA


Hemos asistido estos días a un importantísimo hito en la historia musical de esta ciudad. No se trata ya del simple hecho de que sea la primera producción por un teatro español de la tetralogía wagneriana completa y que se represente repetida en dos ciclos en un mismo año. Sobre todo, la importancia de lo vivido reside en el soberbio nivel musical que se ha ofrecido, digno de los mejores teatros de ópera del mundo, Bayreuth incluido. Y quien me conoce puede dar fe de que no peco precisamente de chauvinista.

Una producción tan cuidada, aunque pueda ser discutible, con una orquesta sonando así de bien, con unas voces tan idóneas, rindiendo todos al límite mismo de la perfección, obliga a retrotraernos muchos años atrás, a famosas producciones que no voy a mencionar expresamente para evitar ser tildado de exagerado, para encontrar algo semejante.

Esa misma opinión ha sido prácticamente unánime tanto en la prensa nacional e internacional, como en los distintos foros y blogs operísticos de la red, y, sobre todo, ese ha sido el veredicto del numeroso público que ha asistido a las representaciones, en número creciente según iba avanzando el ciclo y aumentaba el rumor de lo que se estaba cociendo en el coliseo valenciano. Habituales de Bayreuth, asociaciones wagnerianas y melómanos en general del mundo entero, han encontrado en este “II Festival del Mediterrani” un punto de referencia que esperemos pueda consolidarse en futuras temporadas y festivales, y sea tan sólo el principio del paciente, pero inexorable, avance del Palau de Les Arts para colocarse por derecho propio entre los principales teatros de ópera del mundo.

Pero ello exige que se hagan las cosas bien. Que lo vivido estos días no se vea convertido dentro de poco en un espejismo que haga pensar en que ha sido más bien producto de la confluencia favorable de los astros, que de un trabajo concienzudo y serio. Yo sinceramente pienso que el éxito de este “Anillo del Nibelungo” no ha sido fruto de la casualidad. Creo que se ha llevado a cabo una gestión ejemplar desde Les Arts y que el empeño de personas como el propio Zubin Mehta, Carlus Padrissa, Justo Romero y, por supuesto, la otras veces por mí denostada Helga Schmidt, han llevado el barco a buen puerto, mereciendo en esta ocasión, sin reparos, nuestro más sincero aplauso y nuestros ánimos para continuar por este camino.

Sin embargo, de momento no parece que, en lo que a la temporada próxima se refiere, se esté empezando con buen pie cuando, metidos ya en julio, aun no se ha hecho público su contenido, con el consecuente trastorno para músicos, cantantes y coros que no pueden programar todavía sus fechas, y para un público que quizás opte por planificar su asistencia a otros recintos en los que sí se ha informado hace tiempo de la programación. No sabemos a que se debe ese injustificable retraso. Quizás el problema sea Maazel, especialista en trastocar agendas, y que tras su “ahora me voy, ahora me quedo” puede haber contribuido a demorar el cierre de la programación. Pero lo que es evidente es que no ha existido una gestión mínimamente previsora y la imagen que se está dando al exterior no es buena. Muchos asistentes a las funciones de estos días me preguntaban por los espectáculos previstos para el año que viene, manifestando su deseo de programar futuras visitas. Se podía haber aprovechado el éxito de público del Festival del Mediterrani, sobre todo foráneo, para que se hubieran podido marchar de la ciudad conociendo ya la programación de la próxima temporada. Pero no ha podido ser.
No obstante, quiero dejar claro que prefiero un cierto retraso en el anuncio de la temporada próxima que el patético baile de repartos y la desinformación que padecimos la pasada.

Para consolidarse como un teatro de nivel no sólo hay que tener una buena programación. Hay que demostrar madurez en la gestión y respeto al público en general y al abonado en particular. Y de momento, en ese terreno Les Arts ha flaqueado bastante.
En cualquier caso, hoy me había propuesto hablar de lo bueno. Del espléndido Festival del Mediterrani que hemos vivido.

Tampoco quiero reincidir demasiado acerca de lo ya comentado cuando escribí sobre el estreno de “Der Götterdämmerung” o las dos funciones de “Die Walküre”. Tan sólo esbozar algunos rasgos generales.

Respecto a la puesta en escena de Carlus Padrissa y La Fura dels Baus ha variado poco en estos ciclos completos respecto a las anteriores entregas anuales. Tan sólo algunos pequeños detalles, por lo general a mejor, pero que no varían el enjuiciamiento que pueda hacerse de su concepción escénica. Ya he venido diciendo que a mi, en conjunto, me gusta y me parece acertada, aún reconociendo que se prima en exceso lo puramente visual sobre lo escénico y que esa propuesta visual a veces es excesiva, especialmente en las dos últimas entregas, con demasiadas proyecciones, gente en escena, movimientos de decorado y ruidos que acaban distrayendo al espectador de lo realmente importante que es la música y el canto. La espectacularidad escénica es innegable y su adecuación y respeto a la obra wagneriana muy importante, aunque haya detalles que no me gustan (la boda y el pistoletazo del Ocaso, el bailarín de breakdance de "Siegfried"...). El último día agradecí especialmente en “Der Götterdämmerung” que se decidiese suprimir, no sé si voluntaria o involuntariamente, el momento gratuito en que Siegfried (Lance Ryan) tenía que cantar colgado boca abajo cual jamón de Jabugo.

La Orquesta de la Comunitat Valenciana ha rendido nuevamente estos días a un nivel máximo. No es cuestión de seguir exagerando, pero es evidente que en cuanto adquiera un poquito más de madurez, y con la renovación de Maazel es fácil que así ocurra, puede ser toda una referencia en el panorama internacional. A mí me siguen maravillando los infinitos matices que despliega una sección de cuerda espectacular.

La dirección de Zubin Mehta ha resultado controvertida. Yo me reafirmo en que me ha gustado. En su lectura de la partitura wagneriana ha primado lo lírico y se ha desenvuelto con especial comodidad en los fragmentos orquestales donde ha desarrollado toda su brillantez. Quizás ha resultado algo plana, pero no me ha parecido aburrida o desprovista de sentimiento, y me parece un lujo que hayamos podido contar con una batuta de esta categoría.

El Coro apenas tiene ocasión de lucirse en la tetralogía, pero en la última jornada el masculino lo hizo con creces, mostrando un empaste y una potencia asombrosos.

Sobre los solistas vocales, lo primero que hay que resaltar es el grandísimo nivel de la práctica totalidad de los intervinientes, algo casi insólito hoy en día, y que posiblemente constituya el principal motivo del éxito de este “Anillo”.

Como vengo repitiendo hasta hacerme pesado, mi gran descubrimiento de estos días ha sido Eva-Maria Westbroek que ofreció en las dos representaciones de “Die Walküre” una Sieglinde majestuosa, desbordante de expresividad, con una voz y una presencia escénica de las que es imposible no enamorarse.

Del milagro de Plácido Domingo ya hablé sobradamente. Tan sólo cabe volver a agradecerle su profesionalidad y la lección de musicalidad y fuerza dramática que exhibió, especialmente en el segundo acto.

Jennifer Wilson ha creado también una Brünnhilde sin parangón en el panorama actual. Su dominio de los agudos no tiene rival, pero este año ha mostrado además una singular delicadeza y matización cuando era preciso (inolvidables sus últimos actos de la primera “Die Walküre”, el segundo “Siegfried” y el último “Götterdämmerung”). Aunque sé que hay divergencias al respecto, a mí me ha emocionado esta mujer y he visto cómo evolucionaba a mejor durante estos días. Dada su juventud, estoy seguro de que estamos ante una cantante con un importante futuro por delante.

El veterano Matti Salminen ha asombrado a propios y extraños con la frescura vocal que conserva, su profunda voz sigue inundando la sala y su dominio de las tablas y su capacidad dramática han contribuido a que hayamos presenciado unos excelsos Hagen, Hunding, Fasolt y Fafner.

Otro finlandés, Juha Uusitalo, ha creado un Wotan con poderío, habiendo mejorado muchísimo respecto a años anteriores. Sus “Die Walküre” han sido soberbias, exhibiendo una gran resistencia y un fraseo intencionado y sentido de gran calado emocional. Me ha gustado menos como “Caminante”, pero me ha parecido un grandísimo Wotan.

Lance Ryan me disgustó bastante en el “Götterdämmerung” del 30 de mayo, pero ha ido mejorando notablemente. Su timbre y nasalidad siguen afeando su canto, eso sí, pero alcanza con facilidad los agudos, aunque tiende a abrir las vocales, y se ha mostrado sobrado de volumen y resistencia. Ha sabido dosificar perfectamente sus fuerzas en las funciones y su “Siegfried” fue sencillamente muy bueno, yendo de menos a más para acabar en un acto tercero descomunal, mostrando además una capacidad interpretativa notable. Sus Ocasos han sido más flojos, pero en conjunto hemos tenido un Sigfrido más que aceptable.

Franz-Joseff Kapellmann fue un Alberich sobresaliente en “Das Rheingold”, y notable en “Siegfried” y “Götterdämmerung”.

El resto de los intérpretes ha brillado también a un gran nivel: Anna Larsson, Catherine Wyn-Rogers, Daniela Denschlag, John Daszak, Silvia Vázquez, Gerhard Siegel...

Como decía antes, hemos vivido un “Anillo del Nibelungo” digno de Bayreuth. Esperemos que podamos disfrutar de experiencias igual de satisfactorias antes de que dentro de 4 años vuelva esta tetralogía a Valencia.

Anoche mientras Mehta suspendía en el aire la batuta suavemente y la orquesta acometía la nota final de “Götterdämmerung”, que se iba extinguiendo progresivamente, un nudo se hizo en nuestras gargantas y una profunda emoción por lo visto y escuchado estos días se mezclaba con la tristeza por pensar que ya había terminado este momento mágico que hemos tenido la suerte de disfrutar aquí, al sur del Rhin.

Para finalizar podemos escuchar el final de "Der Götterdämmerung", con Kirsten Flagstad en una grabación en directo en La Scala bajo la dirección de Wilhelm Furtwängler:


video de maxlorenz24