
La Ninfa de la Fuente - Lucas Cranach, el viejo - Museo Thyssen Bornemisza - Madrid
El compositor francés Henri Duparc, quien fue calificado por César Franck como «el más dotado de mis discípulos» (suponemos que se refería al ámbito musical),
estrenaba en 1889 la mélodie titulada "Phidylé", compuesta años atrás (1882) sobre unos versos de Leconte de Lisle (de sus "Poemas Antiguos").
Se trata de una hermosísima página para voz y piano (aunque entre 1891 y 1892, elaboraría una nueva versión para orquesta) que Duparc dedicó a su colega Ernest Chausson y que he decidido traer hoy al blog.
Duparc consigue mostrar en esta pequeña pieza todo su potencial compositivo en el ámbito de la mélodie, donde fue un auténtico maestro en el arte de unir, con sofisticada elegancia, música y poesía, mostrando una innata capacidad para extraer la atmósfera y el sentimiento del poema, y conseguir transmitirlo a través de la música.
Desafortunadamente para nosotros su producción fue muy pequeña (apenas 17
mélodies), sin embargo se puede afirmar que Duparc es el compositor que dota definitivamente a la mélodie francesa de un carácter propio, donde la música deja de ser un mero acompañante de la voz para convertirse en un intérprete más del sentido del texto poético.
"Phidylé" es una pieza llena de pasión, ternura, melancolía y sensibilidad, en la que nos describe, con una belleza estremecedora, toda la serenidad de un cuadro pastoral donde la placidez de la naturaleza acoge el sueño de la amada, evolucionando musicalmente hacia un clímax final, lleno de colorido, en el que el despertar de aquélla no es más que el simbólico despertar al amor.
A continuación podemos escuchar "Phydilé" en su versión orquestada e interpretada por la genial mezzosoprano Janet Baker:

Se trata de una hermosísima página para voz y piano (aunque entre 1891 y 1892, elaboraría una nueva versión para orquesta) que Duparc dedicó a su colega Ernest Chausson y que he decidido traer hoy al blog.
Duparc consigue mostrar en esta pequeña pieza todo su potencial compositivo en el ámbito de la mélodie, donde fue un auténtico maestro en el arte de unir, con sofisticada elegancia, música y poesía, mostrando una innata capacidad para extraer la atmósfera y el sentimiento del poema, y conseguir transmitirlo a través de la música.
Desafortunadamente para nosotros su producción fue muy pequeña (apenas 17

"Phidylé" es una pieza llena de pasión, ternura, melancolía y sensibilidad, en la que nos describe, con una belleza estremecedora, toda la serenidad de un cuadro pastoral donde la placidez de la naturaleza acoge el sueño de la amada, evolucionando musicalmente hacia un clímax final, lleno de colorido, en el que el despertar de aquélla no es más que el simbólico despertar al amor.
A continuación podemos escuchar "Phydilé" en su versión orquestada e interpretada por la genial mezzosoprano Janet Baker:
Confieso que me pierdo con esta pieza, no soy capaz de seguir el hilo.
ResponderEliminarPero hombre, Imperator, usted que no se pierde ni con Edgar Varèse ni con Feldman (Morton, no Marty), ¿cómo me puede decir que se pierde con el pobre Duparc?... ja, ja...
ResponderEliminarDe todas formas, para no perderse con estos franceses lo mejor es ir dejando miguitas de foie de canard...
Con los franceses me suelo perder. Debussy, por ejemplo, intuyo que me gusta, pero en realidad no tengo ni idea porque cuando lo escucho estoy más perdido que Andy y Lucas en una biblioteca. No soy un purista afrancesado como tú, por eso a mí Helga me quiere.
ResponderEliminarPues si quieres seguir ganando puntos con ella no olvides que hoy es San Justo...
ResponderEliminarA mí me ha encantado esta Phidylé. Me parece una composición de una sensibilidad enorme y me gusta mucho esa explosión final.
ResponderEliminarTambién es verdad que he ido tirando escargots para no perderme, je,je,je.
Atticus, bonjour.
ResponderEliminarVraiment délicieux, avec ou sans foie gras de canard qui nous guide.
Atticus:
ResponderEliminarYo soy muy amante de las chansons pero coincido con Titus: Te piertes en éllas como si el compositor hubiera decidido diversos inicios de una melodía que nunca deja terminada. Así que, hace años, asumí que tomaría estas canciones tal y como me vinieran, como ráfagas de música cercanas al susurro y a una intimidad que no exige coherencias convencionales. No hay ritornello. Pues bueno.
Agradecida por el post.
Toujours avec foie, Joaquim, tojours avec foie.
ResponderEliminarEt je vois que vous êtes un "puriste gabachois" comme moi, mon ami... Oh, la, la...
Gloria: Tienes toda la razón. Esta música lo único que pide es eso, dejarse llevar y sentirse arrullado por la belleza melódica.
Pues de la advertencia de Brangäne a esto no hay más que un paso.
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