viernes, 26 de febrero de 2010

VESSELINA KASAROVA Y LA ORQUESTA DE CÁMARA DE BASILEA


La mezzosoprano búlgara Vesselina Kasarova ofreció el pasado miércoles 24 un recital dedicado a arias de Rossini en el Palau de la Música de Valencia, acompañada por la Orquesta de Cámara de Basilea (Kammerorchesterbasel) dirigida por Giovanni Antonini, quienes en la segunda parte del concierto interpretaron la Séptima Sinfonía de Beethoven.

Lo primero a comentar es una decepción. A pesar de la política de precios de doña Mairen, de la consabida crisis y de la escasa publicidad que últimamente acompaña las representaciones musicales en esta ciudad, no me esperaba ver la sala principal del Palau con huecos. Es verdad que no eran excesivos, pero sí más de los que considero que merecía la primera actuación de Vesselina Kasarova en Valencia.

El concierto comenzó con la Orquesta de Cámara de Basilea afrontando la conocida Obertura de “La Italiana en Argel”, de Gioacchino Rossini. Una pieza que se inicia con el pizzicato de las cuerdas y la reposada melodía de los oboes, para enseguida entrar de lleno, con
viveza y alegría, en territorio puramente rossiniano, con algunas pinceladas alusivas a la música oriental remarcadas en esta ocasión por la presencia entre la percusión de un campanil turco. Las progresiones en los tiempos y dinámicas fueron muy bien marcadas por Antonini, quien demostró una perfecta compenetración con la masa orquestal y ser un gran conocedor del repertorio rossiniano. Tanto el director como los músicos, durante toda la noche dieron además la impresión de estar sumamente relajados y disfrutando de su trabajo.

Seguidamente podemos escuchar la obertura de "La Italiana en Argel" interpretada por la Philharmonia Orchestra dirigida por Carlo Maria Giulini:



Tras la obertura salió a escena Vesselina Kasarova, quien comenzó su actuación con dos arias también de “La Italiana en Argel”: “Per lui che adoro” y “Amici, in ogni evento… Pensa alla Patria”. No tuvo la búlgara en su encarnación de la Isabella de la partitura rossiniana sus mejores momentos de la noche. Le faltó trasladar esa chispa y
picardía que requiere el personaje. Vocalmente mostró desde el principio las virtudes y defectos que seguirían repitiéndose durante la velada y que son, en definitiva, los que caracterizan a esta cantante.

Tiene una voz grande, de inmenso volumen, bellísimo timbre oscuro, y con una zona grave cavernosa. Es en este territorio donde su instrumento resulta privilegiado, exhibiendo unos graves de auténtico lujo, y sólo por eso ya vale la pena escucharla. En el registro alto se movió también con solvencia, consiguiendo unos agudos fieros y potentísimos. Es en la zona media donde su canto presenta las mayores carencias, con demasiadas notas veladas y una emisión irregular, que originan una notable falta de homogeneidad entre registros. En las muy exigentes coloraturas escritas por Rossini hubo un poco de todo, desde correctas ejecuciones, a momentos donde pasó mayores apuros tendiendo a comerse notas.

Tras los fragmentos de “La Italiana en Argel” completó Kasarova su actuación con “Eccomi nal fine in Babilonia… Ah! Quell giorno ognor rammento”, de Semiramide, y “Perche turbar la calma di questo cor” de Tancredi. En ambos fragmentos me gustó más que al principio del recital, especialmente en Tancredi, donde presentó un canto más rico en matices y se aventuró por terrenos abisales consiguiendo algunos graves imposibles.

Al finalizar su actuación, la cantante fue largamente aplaudida y se vio forzada a ofrecer un bis que no debía llevar preparado, pues, tras una pequeña charla con Antonini y la orquesta, decidieron volver a interpretar el “Perche turbar la calma di questo cor” de Tancredi.

He de decir que disfruté mucho escuchándola y lo pasé realmente bien, pese a los defectos ya apuntados, compensándome con creces la posibilidad de escuchar en directo una voz como la de la búlgara, con esos graves que, desgraciadamente, hoy por hoy no son nada habituales.

A continuación podemos escuchar a Vesselina Kasarova cantando "Ah! Quell giorno ognor rammento”, de Semiramide:



La Orquesta de Cámara de Basilea, con Antonini al frente, ofreció en la segunda parte del concierto una ejecución de la Sinfonía nº 7 de Beethoven muy interesante. Si durante la primera parte dedicada a Rossini vimos a un Antonini dominador de la situación, dirigiendo la agrupación apenas con pequeños gestos, con la partitura de Beethoven se le vio mucho más desbordado, dando la impresión de que en cualquier momento la situación se le iba a ir de las manos e iba a acabar cada músico tocando a su aire. Pero afortunadamente no fue así. Impuso el italiano unos tempi velocísimos, quizás demasiado, pero el brío, fuerza y frescura que consiguió imprimir, así como un inteligente manejo de las dinámicas que propició una considerable riqueza cromática, de múltiples acentos, condujeron a un resultado final muy satisfactorio. Eso sí, convendría recomendarle a Antonini que, para futuras representaciones, intente controlar un poco su ímpetu y emoción al dirigir que le lleva a acompañar prácticamente toda la obra con su propia voz con unos “tchaaas, tchaaan” demasiado audibles.

El tema de conversación a la salida en todos los corrillos era la noticia, conocida esa misma mañana, de que el joven y prácticamente desconocido director de orquesta israelí Omer Meir Wellber será el sucesor de Lorin Maazel como director musical del Palau de Les Arts a partir de la temporada 2011-2012. Ya habrá tiempo de comentar largo y tendido sobre el tema y hacer todo tipo de elucubraciones y predicciones con mayor o menor fundamento. De momento, no me parece una buena noticia para los aficionados, aunque pone en evidencia la inteligencia de la Intendente de Les Arts (y no lo digo con segundas). Una vez descartadas, por diferentes motivos, las opciones de Muti, Chailly o Gergiev para sustituir a Maazel, la alternativa de Helga era contratar a alguien de segundo rango y esperar las críticas por no mantener el primer nivel, o apostar por un joven desconocido y presentarle como gran promesa. Con esta segunda opción se baja igualmente el nivel, pero si la cosa sale bien se habrá ahorrado una pasta importante y encima quedará como sabia visionaria, y si sale mal siempre se podrá decir que el chico es joven y necesita acoplarse, que los músicos son unos elitistas y no colaboran, etc., y seguirá ahorrándose una pasta. No, si lista es un rato… En fin, ya veremos.

Para finalizar os dejo con Vesselina Kasarova interpretando "Pensa a la patria" de "La Italiana en Argel":

miércoles, 24 de febrero de 2010

"PHIDYLÉ" de HENRI DUPARC

La Ninfa de la Fuente - Lucas Cranach, el viejo - Museo Thyssen Bornemisza - Madrid

El compositor francés Henri Duparc, quien fue calificado por César Franck como «el más dotado de mis discípulos» (suponemos que se refería al ámbito musical), estrenaba en 1889 la mélodie titulada "Phidylé", compuesta años atrás (1882) sobre unos versos de Leconte de Lisle (de sus "Poemas Antiguos").

Se trata de una hermosísima página para voz y piano (aunque entre 1891 y 1892, elaboraría una nueva versión para orquesta) que Duparc dedicó a su colega Ernest Chausson y que he decidido traer hoy al blog.

Duparc consigue mostrar en esta pequeña pieza todo su potencial compositivo en el ámbito de la mélodie, donde fue un auténtico maestro en el arte de unir, con sofisticada elegancia, música y poesía, mostrando una innata capacidad para extraer la atmósfera y el sentimiento del poema, y conseguir transmitirlo a través de la música.

Desafortunadamente para nosotros su producción fue muy pequeña (apenas 17 mélodies), sin embargo se puede afirmar que Duparc es el compositor que dota definitivamente a la mélodie francesa de un carácter propio, donde la música deja de ser un mero acompañante de la voz para convertirse en un intérprete más del sentido del texto poético.

"Phidylé" es una pieza llena de pasión, ternura, melancolía y sensibilidad, en la que nos describe, con una belleza estremecedora, toda la serenidad de un cuadro pastoral donde la placidez de la naturaleza acoge el sueño de la amada, evolucionando musicalmente hacia un clímax final, lleno de colorido, en el que el despertar de aquélla no es más que el simbólico despertar al amor.

A continuación podemos escuchar "Phydilé" en su versión orquestada e interpretada por la genial mezzosoprano Janet Baker:


video de MrRobuso

L’herbe est molle au sommeil sous les frais peupliers,
aux pentes des sources moussues,
qui dans les prés en fleur germant par mille issues,
se perdent sous les noirs halliers.

Repose, o Phidylé!. Midi sur les feuillages
rayonne et t’invite au sommeil.
Par le trèfle et le thym, seules, en plein soleil,
chantent les abeilles volages.

Un chaud parfum circule au détour des sentiers,
la rouge fleur des blés s’incline,
et les oiseaux, rasant de l’aile la coline,
cherchent l’ombre des églantiers.

Mais, quand l’astre incliné sur sa courbe éclatante,
verra ses ardeurs s’apaiser,
que ton plus beau sourire et ton meilleur baiser
me récompensent de l’attente!

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La hierba está blanda y duerme bajo los álamos frescos
en las pendientes de fuentes musgosas
que, en las praderas en flor, brotan en mil riachuelos
y se pierden bajo oscuros matorrales.

Reposa, ¡oh, Phidyle!. El sol de mediodía sobre el follaje
resplandece y te invita al sueño.
Entre el trébol y el tomillo sólo las abejas, a pleno sol,
cantan y revolotean.

Un cálido perfume se propaga a través de los senderos,
la roja flor del trigal se inclina,
y los pájaros, rozando con sus alas la colina,
buscan la sombra de los rosales silvestres.

Pero, cuando el astro inclinado sobre su curva resplandeciente,
vea apaciguarse sus ardores,
¡que tu más bella sonrisa y tu mejor beso
me recompensen la espera!

domingo, 21 de febrero de 2010

¿QUIÉN ES SILVIA?


"An Sylvia" es una de las piezas vocales más conocidas de las compuestas por Franz Schubert. Fue escrita en 1826, con texto de Eduard von Bauenfeld, quien tradujo al alemán la canción que aparecía en la escena 2, del Acto IV, de “Los dos hidalgos de Verona”, de William Shakespeare.

Este lied fue dedicado por Schubert a Marie Pachler, una pianista amante de las artes, en cuya casa de Graz siempre tenían cobijo artistas de todos los campos, entre ellos Franz Schubert.

He decidido traer cuatro versiones diferentes de este lied para poder escucharlo cantado por barítono, tenor, soprano y mezzosoprano.

Vamos a escucharlo, en primer lugar, en su versión original en alemán y en la voz del barítono Matthias Goerne:



Seguidamente, lo escuchamos de nuevo en alemán y por una voz masculina, pero en esta ocasión de un tenor, el genial Fritz Wunderlich:



A continuación podemos escuchar su versión para soprano en la voz de la irrepetible Elizabeth Schwarzkopf:



Y por último, es una mezzosoprano, Janet Baker, quien nos trae, esta vez en inglés, su versión del “Who is Sylvia”, acompañada al piano por Murray Perahia, en la Royal Opera House londinense:



Aquí os dejo el texto en inglés. No he encontrado ninguna traducción que le haga justicia, así que si alguien se anima a aportarla será bienvenida.

Who is Silvia?, what is she?, 
that all our swains commend her, holy fair and wise is she,
 the heavens such grace did lend her, that adored she might be.
 Is she kind, as she is fair?
 For beauty lives with kindness to her eyes love doth repair,
 to help him of his blindness, and being help’d inhabits there.
 Then to Silvia let us sing, that Silvia is excelling.
 She excels each mortal thing upon the dull earth dwelling,
 to her garlands let us bring.

Permitidme que dedique esta entrada a una Silvia muy importante para mí que hoy cumple 5 años. Felicidades, sobrina.

miércoles, 17 de febrero de 2010

SABINA CVILAK. MARENKA EN LES ARTS


El próximo día 26 se estrena en el Palau de les Arts de Valencia la ópera “Prodaná Nevesta” (La Novia Vendida) del compositor checo Bedřich Smetana. Cuando se anunció la programación de Les Arts para esta temporada, ya hice un pequeño post comentando los rasgos principales de esta obra, cuyo inminente estreno supondrá la primera incursión del coliseo valenciano en el repertorio operístico checo. Personalmente, hubiese preferido que ese primer contacto se hubiese producido a través de alguna de las óperas de Janáček, pero, de momento, eso es lo que hay. Espero (iluso de mí) que pronto podamos ver aquí una “Jenufa”, una “Katia Kabanová” o “La casa de los muertos”.

La producción que se presenta ahora en Les Arts proviene de The Grand Theatre & Opera House de Leeds, con dirección escénica de Daniel Slater. Parece que la puesta en escena está ambientada, como en el libreto original, en un pueblo de la región checa de Bohemia, pero en este caso en el año 1972, en la Checoslovaquia comunista, desarrollándose los hechos en la fiesta del día de la liberación, que se celebra anualmente en mayo conmemorando el fin del dominio nazi. Ya opinaremos con fundamento cuando la veamos, aunque, a raíz de su estreno, obtuvo unas críticas bastante benévolas y estuvo incluso nominada a varios premios en el Reino Unido (lo cual tampoco es decir mucho, viendo algunas cosas que se premian por ahí).

En cualquier caso, si he querido hablar hoy de “La Novia Vendida” ha sido por conocer un poco más de la soprano que interpretará el papel protagonista de Marenka, la eslovena Sabina Cvilak.

Sabina Cvilak nació en 1977 en Maribor. Estudió canto en la ciudad austriaca de Graz, donde se graduó en el año 2000, completando su formación en París, Helsinki y Viena.

Entre su repertorio encontramos la Micaela de “Carmen”, Liú (“Turandot”), Mimí (“La Bohème”), Marguerite (“Faust”), Fiordiligi (“Cosí fan Tutte”), Antonia (“Les Contes de Hoffmann”), Woglinde (“Das Rheingold” y “Götterdämmerung”), Desdémona (“Otello”) o Nedda (“Pagliacci”). Y ha debutado en algunos importantes recintos operísticos como Los Ángeles, Washington o Viena. En España, ha actuado por ahora en Pamplona (“Faust”) y Palma de Mallorca (“La Bohème").

Yo, hasta hoy, reconozco que no tenía referencia alguna de ella. Salta a la vista que atractivo físico no le falta, ahora habrá que ver su rendimiento en el escenario.

Quienes la han escuchado en directo hablan de una soprano lírica de notable expresividad dramática, con una voz cálida y limpia de importante volumen, que sabe matizar con sutileza y buen gusto, al tiempo que consigue con facilidad unos agudos cristalinos.

En los videos que os dejo a continuación aprecio algunos detalles interesantes y otras cosas que no me gustan, pero los videos no siempre hacen justicia, y menos con algunas orquestas y direcciones escénicas de paredón de fusilamiento. Así que esperaré a emitir un juicio a oír su actuación en Les Arts.

En primer lugar, podemos escuchar a Cvilak (y a un coro de tuberculosos) en 2007, en su ciudad natal, cantando el aria de Nedda: "Qual fiamma avea nel guardo" de “Pagliacci” de Leoncavallo:


video de trovatore123

Seguidamente, la vemos en un fragmento (se ve que al que grababa se le acabaron las pilas) del “Meine Lippen, sie küssen so heiss” de “Giuditta” de Franz Lehár:


video de gledaliscemaribor

Y por último podemos ver a Sabina Cvilak en 2008, como la Fiordiligi de “Cosí fan tutte” de Mozart, afrontando la terrible aria “Come Scoglio” (de imborrable recuerdo para muchos gracias a una de las geniales liguillas que organizaba el amigo maac en ese estupendo blog que ahora ha decidido cerrar. Confío en que sea por poco tiempo):


video de trovatore123

viernes, 12 de febrero de 2010

JOYCE, HUSTON Y "THE LASS OF AUGHRIM"


Una libra esterlina a cambio de cada cuento es la oferta que el editor George Russell hizo en 1904 a un joven James Joyce, de solo 22 años, por cada relato que el escritor le enviara para publicar en la gaceta “The lrish Homestead”. Poco después Joyce le entregó “Las hermanas”, “Eveline” y “Después de la carrera”, firmados con el seudónimo de Stephen Dedalus (nombre de uno de los personajes de “Ulises” y de “Retrato del artista adolescente”), aunque el editor decidió no publicarlos. Esos serían los primeros de una serie de 15 relatos que se publicaron finalmente en 1914 como una colección de cuentos titulada “Dubliners” (Dublineses), firmados ya por James Joyce.

El último y más famoso de los relatos es “The Dead” (Los Muertos), y constituye una de las obras maestras de los cuentos en lengua inglesa. La obra se desarrolla en Dublín, en el día de Epifanía de 1904, donde está a punto de comenzar la fiesta anual de las señoritas Morkan. Entre sus invitados se encuentra Gabriel Conroy, sobrino de aquellas y esposo de Gretta. Al final de la noche, mientras escucha a lo lejos la voz de uno de los invitados, Bartell D’Arcy, entonar la canción tradicional irlandesa “The Lass of Aughrim”, Gretta cae en una especie de trance y su marido descubre en ella una belleza hasta entonces desconocida. Poco después Gretta revelará a Gabriel que en su adolescencia tuvo un amante que le cantaba esa canción y que murió como consecuencia de la lluvia y el frío padecidos mientras le suplicaba que permaneciese junto a él. Gabriel medita entonces sobre el sinsentido de la vida, siendo consciente de lo lejos que ha estado siempre de lo que realmente ocupaba la mente de su esposa y que apareció fugazmente de nuevo mientras escuchaba aquella melodía.

Parece ser que la historia estaba basada en Nora Barnacle, la esposa de Joyce, a la que conoció en Dublín trabajando como camarera aunque ella era de Galway. Allí tuvo un jovencísimo amante que le cantaba “The Lass of Aughrim” y que murió de pulmonía tras una triste despedida en una noche fría y lluviosa, en la que le dijo que no quería seguir viviendo si ella se trasladaba a la capital. De ello se enteró Joyce años después quedando profundamente conmocionado, sin que el recuerdo de esta historia le abandonara nunca.En una carta escrita a Nora en 1909, Joyce le dice: “Hace una hora estaba cantando tu canción, The Lass of Aughrim. Cuando canto esta encantadora tonada empiezo a llorar y mi voz tiembla con emoción”.

El momento del relato en que Gabriel observa a su mujer, Gretta, mientras escucha desde la escalera la voz de D’Arcy cantando “The Lass of Aughrim” es narrado así por James Joyce:

“Se quedó inmóvil en el zaguán sombrío, tratando de captar la canción que cantaba aquélla voz y escudriñando a su mujer. Había misterio y gracia en su pose, como si fuera ella el símbolo de algo. Se preguntó de qué podía ser símbolo una mujer de pie en una escalera oyendo una melodía lejana. Si fuera pintor la pintaría en esa misma posición. El sombrero de fieltro azul destacaría el bronce de su pelo recortado en la sombra, y los fragmentos oscuros de su traje pondrían las partes claras del relieve. Lejana melodía llamaría él al cuadro si fuera pintor.”

(Ed. Alianza Editorial, traducción de Guillermo Cabrera Infante)

En 1987, John Huston dirige su última película “The Dead” (Los Muertos, traducida aquí como Dublineses), basada en el relato de Joyce.

Se trata de una indudable obra maestra que consigue traspasar a imágenes toda la profundidad del texto original. Huston rodó la película en silla de ruedas y con máscara de oxígeno, dando un papel fundamental en la misma a sus hijos: Tony como responsable del guión y Anjelica que lleva a cabo una extraordinaria interpretación en el papel de Gretta.

John Huston decidió que su testamento cinematográfico, rodado a las puertas de su propia muerte, fuese esta historia sobre los muertos, el pasado, los recuerdos, las pasiones ocultas y el sentido mismo de la precaria existencia.

La película finaliza con la misma frase que lo hace el libro de Joyce: "Su alma caía lenta en la duermevela al oír caer la nieve leve sobre el universo y caer leve la nieve, como el descenso de su último ocaso, sobre todos los vivos y sobre los muertos".

El tenor irlandés Frank Patterson fue el elegido por John Huston para interpretar a Bartell D’Arcy y es su voz la que se escucha en la película entonar “The Lass of Aughrim”.

Patterson fue un cantante que desarrolló gran parte de su carrera en los Estados Unidos, donde se trasladó a vivir a principios de los 80, y no sería esta su única colaboración con la industria cinematográfica, también podemos escuchar su voz interpretando canciones tradicionales irlandesas en “Millers Crossing” (Muerte entre las Flores), “Michael Collins” y “Gangs of New York”.

Para finalizar, os dejo con la secuencia del film de John Huston en la que podemos ver a Donald McCann (Gabriel Conroy) y Anjelica Huston (Gretta Conroy), mientras se escucha a Frank Patterson (Bartell D’Arcy) cantando “The Lass of Aughrim”. Podéis ver el video AQUÍ.

THE LASS OF AUGHRIM
If you'll be the lass of Aughrim
As I am taking you mean to be
Tell me the first token
That passed between you and me
O don't you remember
That night on yon lean hill
When we both met together
Which I am sorry now to tell
The rain falls on my yellow locks
And the dew it wets my skin;
My babe lies cold within my arms;
Lord Gregory, let me in.
----------------------------
LA CHICA DE AUGHRIM
Si eres la chica de Aughrim
como tú dices ser,
dime cuál fue la primera prenda
que se cruzó entre tú y yo.
Oh ¿no recuerdas
la noche en la colina
cuando nos encontramos,
aquella que ahora lamento?.
La lluvia cae sobre mis mechones rubios
y el rocío humedece mi piel;
mi hijo tiene frío en mis brazos;
Lord Gregory, déjame entrar.

domingo, 7 de febrero de 2010

MI SEGUNDA LUCIA, UN TENOR Y UN RUMOR


Ayer asistí a mi segunda “Lucia di Lammermoor” en el Palau de les Arts. En principio no tenía previsto volver a escribir en el blog sobre Lucia, pero tras escuchar de nuevo en directo a Nino Machaidze y Francesco Meli, no he podido resistirme a hacer un breve comentario sobre estos dos jovencísimos y excelentes cantantes, así como trasladaros un rumor que me llegó anoche y que confío que no se confirme.

Todos los que han podido asistir a varias de estas Lucías coinciden en afirmar que Machaidze cada día ha ido sintiéndose más cómoda en el papel, ofreciendo una mayor madurez tanto en lo vocal como en lo interpretativo.
Ayer desde luego me gustó aún más que el pasado día 31 y tuvo algunos momentos de excelente brillantez canora. Siguió eludiendo los sobreagudos no escritos del aria de la locura originando una cierta decepción entre el público que espera esa pirotecnia final, pero en conjunto su actuación fue sobresaliente. En la cadencia del aria de la locura, su conjunción con la flauta del magnífico Álvaro Octavio Díaz logró elevar los niveles de emoción al máximo, consiguiendo incluso imponer el silencio en una sala que ayer estuvo especialmente ruidosa.

Aquí podemos escuchar a Machaidze y Alvaro Octavio en la función del pasado día 26:


video de MrRobuso

En cuanto a Francesco Meli, puse especial atención a su actuación, intentando atisbar ese pasaje de registro problemático, los agudos abiertos, el legato precario, las medias voces sustituidas por falsetes y esa voz que se le iba atrás, tal y como dijo Maurizio en un comentario a mi post anterior.
Bueno, pues yo debo estar sordo o entender de música menos que Leonardo Dantés (lo cual es posible), porque no percibí nada de eso. Meli estuvo impecable. Mostrando una musicalidad y un buen gusto al cantar extraordinarios. En el dúo “Ashton! Si” entre Enrico y Edgardo, con el que se inicia la tercera parte, Meli se marcó un “t'ucciderò” antológico finalizado en un agudo larguísimo, eterno.
Tal y como comentábamos a la salida unos amigos, creo que estamos ante uno de los mejores tenores que han pisado Les Arts. Por eso no entiendo las críticas absolutamente despiadadas que recibe en algunos medios y que me hacen pensar más en celos profesionales que en reparos fundamentados.

A continuación podemos escucharle en el bellísimo “Tu che a Dio…” que cierra la obra:


Video de MrRobuso

Y el rumor que llegó ayer a mis oídos es que Elina Garanca no cantará Carmen” en el Festival del Mediterrani de este año, pese a aparecer anunciada en la programación de Les Arts.
La verdad es que ya casi echábamos de menos el baile de nombres que suele ser habitual en los repartos del recinto valenciano. Se comenta que se trata de un problema de agenda de la cantante letona, lo cual vuelve a abrir el debate acerca de cómo se cierran las contrataciones en “Casa Helga”, pero, en fin, lo dejaremos aquí de momento y confiaremos en que se trate tan sólo de un rumor que no llegue a confirmarse. Y, si se confirma, rezaremos para que no se acuerden de Voulgaridou.

Para acabar os dejo con el famoso sexteto de "Lucia di Lammermoor" “Chi mi frena in tal momento”, con Francesco Meli (Edgardo), Nino Machaidze (Lucia), Vladimir Stoyanov (Enrico), Diógenes Randes (Raimondo), Angelo Antonio Poli (Arturo), Natalia Lunar (Alisa), y la Orquestra de la Comunitat Valenciana dirigida por el marido de Elina Garanca, Karel Mark Chichon:


video de MrRobuso

lunes, 1 de febrero de 2010

"LUCIA DI LAMMERMOOR" (Gaetano Donizetti) - Palau de Les Arts - 31/01/10


Ha tenido que llegar el Palau de les Arts a su cuarta temporada para hacer sus primeras incursiones en el repertorio belcantista. El pasado mes de noviembre se estrenaba de soslayo con “La Scala di Seta” de Rossini en la pequeña Sala Martín y Soler. Y ahora se presenta en la sala principal esta “Lucía di Lammermoor” de Donizetti, un melodrama romántico con libreto de Salvatore Cammarano, basado en la novela de Sir Walter ScottThe Bride of Lammermoor”, que constituye una de las obras cumbres del belcantismo.

Dicen que nunca es tarde si la dicha es buena, y en esta ocasión ha sido muy buena, habiéndose conseguido unos resultados óptimos a todos los niveles.

La producción presentada tiene ya más de 13 años. Se trata de una coproducción del Gran Teatro de Ginebra y el Maggio Musicale Fiorentino que cuenta con la dirección artística de Graham Vick y es todo un clásico que se ha paseado ya por medio mundo.
No hay que buscar en su trabajo especiales visiones del drama. Se limita a arropar sabiamente la construcción musical con una propuesta realista y eficaz, a la que la única crítica que se podría hacer sería que ya se lleva tiempo representando y está bastante vista, pero sigue resultando estéticamente agradable y no chirría en ningún momento.
Unos paneles móviles se encargan de ir cambiando los ambientes y encuadrando la acción, sucediéndose los diferentes escenarios con naturalidad, ajustándose a lo requerido y sin despistar al espectador.
Vick plantea una puesta en escena “ecológica” dominada permanentemente por una gran luna llena, un árbol seco y la vegetación púrpura de los páramos escoceses, que se salpica de flores rojas en la escena de la locura. Los juegos de luces, sombras y colores son permanentes y consiguen una plasticidad notable.
Me pareció fallida la resolución de las luchas a espada, que parecían propias de los ensayos de una función de fin de curso de 2º de primaria, así como la escena del baile, donde el escaso espacio escénico disponible no permitía bailar ni un chotis (muy apropiado, por cierto).

Karel Mark Chichon llevó a cabo una dirección solvente, manteniendo con pulso firme la intensidad dramática y consiguiendo una gran coordinación entre foso y escena, poniendo siempre la música, como requiere el género, al servicio de las voces, cuidando en todo momento los volúmenes, aunque en algún pasaje un juego un tanto efectista de la percusión provocase cierta descompensación con los cantantes. Tal cuidado por el control rozó la monotonía sonora y se echó de menos un mayor cuidado puntual de los matices.

En cualquier caso el resultado de conjunto logrado por el gibraltareño fue muy aceptable, contando para ello con la inestimable colaboración de los sensacionales músicos de la Orquestra de la Comunitat Valenciana que volvieron a dar otra lección de impecable ejecución. Merecen reseña aparte las intervenciones del solista de cello, el polaco Rafal Jezierski; de un impresionante Álvaro Octavio con la flauta, en la cadencia del aria de la locura, aunando el manchego su virtuosismo con una perfecta compenetración con la soprano; y de la solista de arpa, la sevillana Cristina Montes, en el preludio a la aparición de Lucía en escena, consiguiendo arrancar al instrumento todo su potencial melódico. Lástima que quedasen privados de un especial y merecido reconocimiento en los saludos finales.

El Coro de la Generalitat, dirigido por Francesc Perales, volvió a dejar constancia de su empaste y homogeneidad habituales, en breves pero rotundas intervenciones.

El nivel general de los solistas vocales, todos ellos muy jóvenes, fue muy alto, con dos protagonistas de auténtico lujo.

La georgiana Nino Machaidze, a quien dediqué ya un post cuando se anunció la programación de Les Arts intuyendo que podría ser uno de los grandes nombres de la temporada, no defraudó las expectativas y enamoró a la platea con esa bellísima voz fresca y bien timbrada con la que está triunfando, a sus 26 años, en los principales recintos operísticos del mundo.
Acometió el difícil papel protagonista con arrojo desde el inicio. Se mostró muy segura en las coloraturas, sin abusar de la ornamentación gratuita, pero dando absolutamente todas las notas. Sus agudos fueron limpios, seguros y bien atacados. Mostro dominio de la técnica y del estilo, luciendo un legato de ensueño, dominio del fiato, unos glissandi fabulosos, modulando intensidades con gusto y musicalidad, y conjugando en todo momento virtuosismo vocal y expresión dramática, haciendo asomar algunos graves francamente redondos.
Estuvo fantástica en la escena de la locura, pese a haber eludido los sobreagudos, no escritos por Donizetti, pero que son ya una tradición, especialmente el mi bemol de la cabaletta “Spargi d’amaro pianto”. Machaidze sigue confirmando día a día ser una gran cantante con un futuro enormemente prometedor por delante y unas facultades que, quizás, le pidan ya empezar a despuntar en terrenos más líricos.

A continuación podemos escuchar a Nino Machaidze, en la representación del pasado día 26, cantando la cavatina “Regnava nel silenzio” seguida de la cabaletta “Quando rapito in estasi”:


video de Mr.Robuso

Francesco Meli ya sorprendió a muchos en este mismo teatro, con el “Don Giovanni” de la primera temporada, componiendo un excelente Don Ottavio. Ayer Meli demostró, una vez más, ser un grandísimo tenor y llevó a cabo, sin duda, la mejor interpretación de la noche, exhibiendo una bellísima voz en toda la tesitura, de timbre claro y radiante, que corría con elegancia, con un dominio fantástico de las dinámicas y consiguiendo un fraseo realmente espectacular.
Se movió en la zona alta con hechuras de tenorazo, atacando por derecho, salvo en el elegante falsete con el que culminó el dúo “Verranno a te sull'aure”. Su “Fra poco a me ricovero” fue extraordinaria aunque estuviese a punto de gallear en uno de los agudos. La pasión y entrega con que acometió el “Tu che a Dio” final fue el digno colofón a una encomiable actuación de un pedazo de tenor.

Aquí podemos escuchar a Meli el pasado día 26 en el recitativo y aria “Tombe degli avi miei… Fra poco a me ricovero”:


video de Mr.Robuso

El barítono búlgaro Vladímir Stoyanov compuso un Enrico convincente, más en lo vocal que en lo dramático, donde pecó un poco de “click de famobil”. Presentó una voz homogénea de noble timbre que proyectaba con facilidad y un fraseo elegante y depurado.

Diógenes Randes lució una bonita voz, grande, oscura y cálida, quizás algo falta de la fuerza en graves que se pide a un auténtico bajo. Su Raimondo, no obstante, imponía por su poderío vocal y presencia física.

Angelo Antonio Poli, como Lord Arturo, estuvo absolutamente espléndido en un corto y desagradecido papel.

La alumna del Centre de Perfeccionament de Les Arts Natalia Lunar fue una destacable Alisa, mientras que Enrico Cossutta, como Normanno fue, con diferencia, el más flojo de los solistas, resultando absolutamente inaudible en sus intervenciones de la escena primera donde, por mucho que se empeñaba en abrir la boca, su voz no se proyectaba más allá de las ridículas trencitas con las que le habían castigado en vestuario.

Un público más silencioso y contenido de lo habitual, incluso frío en la primera mitad de la obra, premió con entusiasmo finalmente a todos los intervinientes, con especial intensidad para la pareja protagonista.

Pese a los numerosos huecos en la platea que habían presidido el estreno de esta Lucía, ayer el recinto de Les Arts se hallaba prácticamente lleno, lo cual es una buena noticia que espero sea consecuencia del interés del público y no de una política generosa en invitaciones por parte de la dirección del teatro.

Otra estupenda noche de ópera la que se vivió anoche en Les Arts con una “Lucia di Lammermoor” que recomiendo sin titubeos a todo el que quiera disfrutar de un espectáculo operístico de primer nivel. Yo pienso repetir.

Os dejo con los principales artífices del éxito, Nino Machaidze y Francesco Meli, una Soprano y un Tenor con mayúsculas pese a su juventud, que interpretan en este video, grabado ayer, el final del dúo “Verranno a te sull'aure” que cierra la primera parte, con falsete de Meli incluido:


video de ValeriaValeri

Si queréis leer más y mejor sobre esta Lucía, no os perdáis las crónicas de maac y titus.