viernes, 2 de enero de 2009

EL INTERCAMBIO (Changeling) (Clint Eastwood)



Clint Eastwood nos cuenta la historia, basada en hechos reales, de Christine Collins (Angelina Jolie), cuyo hijo desaparece. Unos meses después la policía le entrega un chico que aseguran que es su hijo, pese a que la propia madre no le reconoce como tal, empezando a partir de entonces el calvario de esta mujer para averiguar que ha pasado con el muchacho, enfrentándose a la corrupta policía de Los Ángeles.
Esta misma trama en manos de cualquier director menos avezado podría no haber pasado de ser un lacrimógeno y soporífero telefilme de sobremesa. Sin embargo, la dirección precisa de Eastwood consigue captar la atención del espectador durante más de dos horas cargadas de fuerza narrativa y progresión dramática, en esta durísima historia sombría y violenta.
El director californiano, a sus 78 años, vuelve a dar una lección de cómo ser brillante sin innecesarios barroquismos visuales. Es el triunfo de la sencillez, del clasicismo deudor de John Ford, basado en algo tan simple, y complicado a la par, como colocar la cámara donde debe estar y saber narrar una historia mediante imágenes, eligiendo los planos en función de lo que se quiere transmitir.
Una portentosa dirección artística y un cuidado vestuario contribuyen de forma capital al buen resultado final, logrando trasladarnos a los últimos años de la década de los 20 en la ciudad de Los Ángeles.
El consistente y bien construido guión de J. Michael Straczynski, flaquea a la hora de matizar los perfiles de los personajes, definiendo unos malos crueles y despiadados sin ápice alguno de humanidad y unos buenos angelicales sin aristas.
El propio Eastwood firma una banda sonora con un leitmotiv demasiado reiterativo, pero que instrumenta y versiona con eficacia en función del momento dramático de la historia.
Angelina Jolie, pésimamente doblada, es el centro de la película. En torno a ella se construye la narración, exagerando quizás su sufrimiento en exceso, sospecho que para favorecer su candidatura al Oscar. En cualquier caso, la actriz realiza un trabajo serio, demostrando ser capaz de componer sólidos personajes dramáticos, aunque abuse de la lágrima y el moco suelto.
Un amanerado John Malkovich cumple con solvencia en su agradecido papel de pastor presbiteriano denunciante de la corrupción policial, y Amy Irving, como compañera del psiquiátrico, brilla especialmente pese a la brevedad de su papel.
Un importante trabajo de Eastwood que, sin alcanzar el nivel de sus obras maestras, tiene todo el sabor del buen cine y el sello inconfundible de uno de los más grandes directores de nuestros días.

3 comentarios:

  1. Anónimo6/1/09 13:41

    Querido Atticus:
    Me parece muy acertada tu crítica a esta película, sobre todo en lo que se refiere al pulso firme del director para dar el ritmo preciso a una historia que, en otras manos sería un triste serial de llorar y llorar.
    Pedro.

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  2. Pues el domingo la estuve viendo y estoy de acuerdo en que el buen hacer de Eastwood (uno de los pocos grandes de verdad que siguen vivos) se deja ver a lo largo de la peli, pero... no creo que eso la salve de ser un telefilme de sobremesa. Creo además que es excesivamente truculenta sin necesidad (el caso de esa madre es suficientemente doloroso sin necesidad de loco del hacha, niños en el corral o sangre salpicando), de hecho creo que el asesino y todas las secuencias en las que aparece, especialmente la de la ejecución, sobran. Me molesta la truculencia innecesaria (en la muy truculenta Mystic River, por ejemplo, era imprescindible para comprender al personaje de Tim Robbins, y en la poética y maravillosa Million Dollar baby sencillamente era parte de la historia), y no me parece qu un genio como Clint la necesite. Además, hay demasiados tópicos de telefilme (la reclusa que se hace coleguita y le explica todo, los electroshocks, en fin...)

    Angelina Jolie sale guapísima, el estilo años 20 le favorece mucho, aunque le sigue haciendo falta un buen cocido. Nada que objetar a su interpretación, aunque tampoco creo que pase a los anales del cine. Un placer ver a John Malkovich en acción, como siempre, y me gustó mucho el capitán corrupto también. El asesino, el pobre, no se lo cree ni él.

    Vamos, que una decepción total, espero que en su próximo trabajo, que creo que ya se ha estrenado en EEUU, este monstruo del celuloide vuelva al nivel estratosféico al que nos tiene acostumbrados.

    Besos cinéfilos :-)

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  3. Bueno, pues voy a coincidir contigo más de lo que te piensas.
    Estoy de acuerdo en que es innecesariamente truculenta en algunos momentos y son, básicamente, los que mencionas: la ejecución, las escenas del corral y la violencia hospitalaria. Cosa que no ocurría, como bien apuntas, en otras de sus obras tan violentas o más, pero donde ayudaba a dotar de sentido la historia y los perfiles de sus personajes. Eso, junto a la forzada y permanente lágrima de Jolie y la despreocupación por componer los personajes de forma más sólida, es lo que alejan esta película de las obras maestras de Eastwood. Sin embargo la maestría cinematográfica y narrativa de Clint rebosa permanentemente durante todo el metraje.
    Por lo que me han comentado quienes la han visto, en "Gran Torino" sube de nuevo el listón.

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