Ilustración de Gustave Doré (1867) para el cuento de Charles Perrault "La Barbe Bleue"
Estos días se ha hecho público el avance de la programación del Gran Teatre del Liceu de Barcelona para la próxima temporada 2010-2011. No voy a entrar en el análisis de la misma. Para ello os recomiendo que visitéis las entradas que han hecho al respecto en sus blogs tanto Mei como Joaquim.
He querido hacer mención hoy aquí de esa circunstancia para resaltar una de las previsiones más atractivas, a priori, de esa programación, cual es el estreno en España, en junio de 2011, de la única ópera que escribió Paul Dukas, “Ariane et Barbe-Bleue”, con la presencia de la soprano holandesa Eva María Westbroek en el papel protagonista, convirtiéndose en una cita obligada para todos los westbroekianos y amantes de la música francesa de principios del siglo XX.
La ópera en tres actos de Paul Dukas “Ariane et Barbe-Bleue”, con libreto del maestro simbolista belga Maurice Maeterlinck basado en el cuento homónimo de Perrault, fue estrenada en el Teatro de la Ópera Cómica de París el 10 de mayo de 1907, tras más de siete años de trabajo del compositor. Se trata de una obra que, pese a haber obtenido en su momento el favor del público, ha permanecido tradicionalmente demasiado alejada de los circuitos internacionales. Es evidente que no es una obra de las llamadas fáciles, pero la orquestación refinada y exuberante concebida por Dukas, con rasgos impresionistas y, a la vez, latentes influencias de Wagner, César Franck o Berlioz, resulta fascinante y es una experiencia más que aconsejable dejarse llevar por ese brillante torrente melódico.
La historia ofrece una visión diferente del cuento de Barba Azul, en la que se han querido ver referencias feministas, centrándose en Ariane, su sexta esposa, y el intento de ésta por liberar a las anteriores mujeres que permanecen confinadas. Finalmente, Ariane evita que Barba Azul sea linchado por los lugareños y le anuncia que se marcha de allí, invitando a las otras mujeres a acompañarla, pero éstas rehúsan ser liberadas y deciden permanecer junto a su opresor.
La absoluta protagonista de la obra es el personaje de Ariane, que lleva todo el peso de la misma, con un papel extenso, agotador y muy exigente vocalmente, propio para una soprano dramática de envergadura. Aquí, la Westbroek constituye en principio toda una garantía de éxito.
He querido ilustrar esta noticia con unas grabaciones de 1929 que he encontrado en Youtube de dos momentos de “Ariane et Barbe-Bleue”, en la voz de la soprano francesa Suzanne Balguerie.
Aquí podemos escucharla en el fragmento del acto I “O mes clairs diamants!”:
video de Motskov1000
Pese a que el sonido no es bueno, me ha parecido interesante, al tratarse de una voz casi contemporánea a Dukas y a que por algunos es considerada la Ariane de referencia. En 1921, Balguerie debutó en el escenario de la Ópera Cómica de París, precisamente en el papel de Ariane, obteniendo unas excelentes críticas.
Como curiosidad para los tintinófilos (entre los que me incluyo), os comento que la revista musical francesa “Diapason” publicó, en su número de marzo de 1999, un especial titulado "Tintín en la ópera". A partir de ese trabajo, que hacía mención de todos los fragmentos musicales y de ópera a los que se hacía referencia en los álbumes de Tintín, el equipo de la revista concibió el disco “Tintín y la música”, que nos permite escuchar esa recopilación musical. Y si algún fragmento musical cobra protagonismo en las aventuras de Tintín, ese es, sin duda, el aria de las joyas de “Faust” que entona permanentemente el personaje de Bianca Castafiore (el ruiseñor milanés). Pues bien, en la indicada recopilación es precisamente Suzanne Balguerie quien pone voz a la Castafiore, cantando el aria de Gounod.
Para finalizar, os dejo con Suzanne Balguerie en otro fragmento de “Ariane et Barbe-Bleue”, en esta ocasión “Ah! ce n'est pas encore la clarté véritable!”, perteneciente al acto II:
video de Motskov1000
He querido hacer mención hoy aquí de esa circunstancia para resaltar una de las previsiones más atractivas, a priori, de esa programación, cual es el estreno en España, en junio de 2011, de la única ópera que escribió Paul Dukas, “Ariane et Barbe-Bleue”, con la presencia de la soprano holandesa Eva María Westbroek en el papel protagonista, convirtiéndose en una cita obligada para todos los westbroekianos y amantes de la música francesa de principios del siglo XX.
La ópera en tres actos de Paul Dukas “Ariane et Barbe-Bleue”, con libreto del maestro simbolista belga Maurice Maeterlinck basado en el cuento homónimo de Perrault, fue estrenada en el Teatro de la Ópera Cómica de París el 10 de mayo de 1907, tras más de siete años de trabajo del compositor. Se trata de una obra que, pese a haber obtenido en su momento el favor del público, ha permanecido tradicionalmente demasiado alejada de los circuitos internacionales. Es evidente que no es una obra de las llamadas fáciles, pero la orquestación refinada y exuberante concebida por Dukas, con rasgos impresionistas y, a la vez, latentes influencias de Wagner, César Franck o Berlioz, resulta fascinante y es una experiencia más que aconsejable dejarse llevar por ese brillante torrente melódico.
La historia ofrece una visión diferente del cuento de Barba Azul, en la que se han querido ver referencias feministas, centrándose en Ariane, su sexta esposa, y el intento de ésta por liberar a las anteriores mujeres que permanecen confinadas. Finalmente, Ariane evita que Barba Azul sea linchado por los lugareños y le anuncia que se marcha de allí, invitando a las otras mujeres a acompañarla, pero éstas rehúsan ser liberadas y deciden permanecer junto a su opresor.
La absoluta protagonista de la obra es el personaje de Ariane, que lleva todo el peso de la misma, con un papel extenso, agotador y muy exigente vocalmente, propio para una soprano dramática de envergadura. Aquí, la Westbroek constituye en principio toda una garantía de éxito.
He querido ilustrar esta noticia con unas grabaciones de 1929 que he encontrado en Youtube de dos momentos de “Ariane et Barbe-Bleue”, en la voz de la soprano francesa Suzanne Balguerie.
Aquí podemos escucharla en el fragmento del acto I “O mes clairs diamants!”:
video de Motskov1000
Pese a que el sonido no es bueno, me ha parecido interesante, al tratarse de una voz casi contemporánea a Dukas y a que por algunos es considerada la Ariane de referencia. En 1921, Balguerie debutó en el escenario de la Ópera Cómica de París, precisamente en el papel de Ariane, obteniendo unas excelentes críticas.
Como curiosidad para los tintinófilos (entre los que me incluyo), os comento que la revista musical francesa “Diapason” publicó, en su número de marzo de 1999, un especial titulado "Tintín en la ópera". A partir de ese trabajo, que hacía mención de todos los fragmentos musicales y de ópera a los que se hacía referencia en los álbumes de Tintín, el equipo de la revista concibió el disco “Tintín y la música”, que nos permite escuchar esa recopilación musical. Y si algún fragmento musical cobra protagonismo en las aventuras de Tintín, ese es, sin duda, el aria de las joyas de “Faust” que entona permanentemente el personaje de Bianca Castafiore (el ruiseñor milanés). Pues bien, en la indicada recopilación es precisamente Suzanne Balguerie quien pone voz a la Castafiore, cantando el aria de Gounod.
Para finalizar, os dejo con Suzanne Balguerie en otro fragmento de “Ariane et Barbe-Bleue”, en esta ocasión “Ah! ce n'est pas encore la clarté véritable!”, perteneciente al acto II:
video de Motskov1000
Esta obra tuvo la mala suerte de que se estrenó el mismo día en el que la Salomé de Strauss se ofreció por primera vez en París. Como esta última venía precedida por el escándalo y los franceses gustan mucho de ser escandalizados, el público se decantó por la obra de Strauss y la Ariane quedó en un injusto segundo plano que no ha abandonado desde entonces. Sin embargo, es una obra bellísima. Lástima que la puesta en escena que irá al Liceu, según he oído, no le hace justicia.
ResponderEliminarNo sabía lo del disco de Tintín y la ópera, qué curioso. Espero que no se les ocurra hacer una versión cañí con Mortadelo.
La puesta en escena puede ser de salir corriendo, Titus, por lo que se comenta. Y en una obra con tanta importancia de la orquesta a mi me da miedo también la del Liceu, que a veces es como un "Don Nicanor tocando el tambor".
ResponderEliminarLo de Mortadelo molaría...
La tendré en cuenta gracias a tu instructivo post.
ResponderEliminarTal vez, como dice Titus, no fuera acertado estrenarla el mismo día que Salomé pero, aún desconociendo la que hoy nos presentas, ¿qué se puede decir de Salomé que ya no se haya dicho en lo que se refiere a innovación y exigencia musical y a audacia en el tratamiento del tema?
Salomé puede ser culpable de que otras buenas óperas hayan quedado relegadas a un segundo plano pero es culpable por derecho propio sin que el escandaloso tema suponga la causa de su éxito. Es, sencillamente, una ruptura impactante con la melodía tradicional y, es también, un "tour de force" orquestal difícil de igualar.
Gracias una vez más Atticus.
queridos amigos, no era mi voluntad asustar a nadie con mis opiniones escenográficas por otra parte tan subjetivas, en el blog de Joaquim, el montaje del señor Konwitschny, en la Ariane y bbb refleja y transmite la angustia del libreto, manteniendo durante casi toda la función a cantantes y figurantes encaramadas de un plástico semirígido del que suben y bajan a medida que lo requiere la dirección escenica...
ResponderEliminarmi problema fue que estaba pendiente de que no cayeran al suelo... quizá no sea para tanto y advertidos del evento disfruteís más que yo. saludos afectuosos
Salome es dificilmente superable Gloria, y como dices no precisamente por su audacia tematica, sino por su ruptura melodica. Si influyo o no tanto en eclipsar otras obras, seria discutible, pero el tiempo acaba poniendo a todos en su sitio y los autenticos valores acaban reconociendose.
ResponderEliminarBienvenida Pilar. Tranquila, que despues de haber visto ciertas cosas tanto en el Liceu como en Les Arts, ya casi nada nos asusta. A mi, personalmente, me da mas miedo de cara a Ariane una orquesta floja que una puesta en escena fallida. Aunque la Westbroek si tiene el dia lo puede hacer eclipsar todo.
(perdon por los acentos pero estoy escribiendo desde paris con un ordenador muy guiri)