viernes, 30 de abril de 2010

EL "SIMON BOCCANEGRA" DE DOMINGO EN LA SCALA


Que Plácido Domingo a sus 70 (presuntos) años siga cantando en los escenarios, ofreciendo un rendimiento óptimo, es toda una heroicidad, y sobre todo algo muy poco común en estos tiempos en los que la moda parecen ser los tenores kleenex, de usar y tirar, con carreras meteóricas en las que logran llegar, en medio de un gran revuelo mediático, a los principales teatros del mundo en un corto plazo. Casi tan corto como suele ser luego el tiempo que la voz les aguanta sana.

Que además Plácido Domingo lo haga menos de dos meses después de haber sido sometido a una complicada operación para extirparle un pólipo canceroso en el colon, es algo que roza lo sobrenatural.

Y que, encima, esa reaparición en los escenarios sea nada menos que en La Scala, el templo operístico por excelencia, cantando Verdi, y ante uno de los públicos más exigentes del mundo, eleva el reto del tenor madrileño a cotas difícilmente igualables, resultando realmente increíble.

Para que pudiésemos creerlo, ayer tuvimos la ocasión de verlo y escucharlo en directo, gracias a la retransmisión a cines de toda Europa, que se llevó a cabo desde el Teatro alla Scala de Milán, de la representación de “Simon Boccanegra” de Giuseppe Verdi, con el principal aliciente de asistir a esta vuelta a los escenarios del incombustible Domingo.

La producción presentada cuenta con una puesta en escena, dirigida por Federico Tiezzi, que no me convenció en absoluto. Se inclina por una concepción clásica “ma non troppo”. Así que intercala algunos toques escenográficos presuntamente modernos, junto a un vestuario tradicional y una rutinaria dirección de actores que, en algún momento, se notaba forzada, al existir contradicciones entre el planteamiento escénico y el libreto; y al final le sale un pastiche, bastante atractivo en cuanto a plasticidad (gracias sobre todo al, aunque un poco kitsch, deslumbrante vestuario de Giovanna Buzzi), pero profundamente vacío respecto al fondo, sin que aporte nada, y sin que ni siquiera acabe de resultar un vehículo adecuado que no incomode el desarrollo del drama.

Lo que podía haberse quedado en una dirección escénica simplemente sosa y olvidable, alcanza por méritos propios la calificación de majadería nivel 3 en la escena final, donde, de repente, el coro aparece con vestimentas de principios de siglo XX, tras haber estado toda la obra con vestuario del siglo XIV, y, para completar la soplagaitez, un espejo baja al escenario y la sala se ve reflejada en él (vaya, esto me suena… igual ya se le había ocurrido antes a alguien). Se ve que este año la tendencia primavera-verano de los directores de escena viene marcada por el “momento espejo”. Aquí, al igual que ocurre en “La Traviata” que está representándose en Les Arts, el espejo y las memeces finales lo único que consiguen es distraer al espectador en los momentos de mayor intensidad dramática de la obra.

De cualquier modo, la dirección artística fue algo muy secundario. Quien atraía toda la atención era Placido Domingo y su nueva incursión en terrenos baritonales. Y Domingo hizo su Boccanegra. Si alguien esperaba enjuiciarle comparándole vocalmente con otros Boccanegra, examinándole como barítono dramático, la crítica era fácil. Él no es barítono, es un tenor cantando un papel de barítono atenorando el mismo. Es evidente que sus graves no son propiamente de barítono, sino de un tenor con un centro que continúa siendo amplio y contundente y con un buen registro grave. Y es verdad que su voz no siempre sonaba natural, especialmente en las zonas más bajas. Hay quien pueda cuestionar esto, pero no seré yo. Este señor, que tanto ha hecho por el mundo de la ópera, se ha ganado el derecho, a estas alturas de su vida, a pisar los escenarios cantando los papeles que le apetecen, aunque no sean propiamente de su cuerda. Y si además, como es el caso, el resultado final es muy positivo, aunque se aleje de la estricta ortodoxia, yo no tengo reproche alguno que efectuar.

Llegó Domingo (qué menos) un tanto fatigado al final y en algún momento dejo entrever también algún problema de fiato, pero todo eso se compensaba sobradamente con un canto exquisito (especialmente en las partes más líricas de la partitura), una mayúscula expresividad, un fraseo memorable que ajustaba a sus condiciones físicas sin que se viera afectado el discurso, logrando aguantar las tremendas exigencias que los lentísimos tiempos de Barenboim imponían y, sobre todo, haciendo derroche de su imponente presencia escénica con una interpretación majestuosa llena de fuerza e intensidad.

Lo mejor de la noche, junto a la exhibición de superpoderes de Domingo, fue la excepcional soprano alemana Anja Harteros, que, como diría el amigo Joaquim, merece un reclinatorio para ella solita, para celebrar a la mejor Amelia que he escuchado en mucho tiempo, recordándome por momentos (y no fui el único) a algún nombre tan ilustre que hasta me causa pudor exteriorizarlo. Ya me sorprendió muy agradablemente en el “Lohengrin” de Munich con Kaufmann, y ayer dio toda una lección de canto, con una voz muy homogénea, consistente y redonda en todos los registros, con unos graves bellísimos en los que no perdía el color y unos agudos limpios, brillantes, potentes y bien atacados. Y todo ello adornado con un recital absoluto de matices, marcándose unas medias voces y pianísimos estremecedores.

Ferruccio Furlanetto compuso un destacable Fiesco. Se nota que los años no pasan en balde, pero el veterano bajo italiano, aun no teniendo sus graves la fuerza y rotundidad de antaño, llevó a cabo una encomiable labor. Por eso me pareció insultante y vergonzoso el abucheo que recibió al final por parte de un sector del Loggione milanés, absolutamente injustificado.

Massimo Cavalletti, sin embargo, obtuvo una de las grandes ovaciones de la noche, pese a que su Paolo me pareció simplemente correcto. Su voz tiene un bonito color baritonal, pero su canto fue irregular, con algún problema incluso de afinación y llegando a gallear en un momento dado.

Fabio Sartori, a quien no había escuchado anteriormente, me sorprendió muy positivamente cantando el papel de Adorno que tantas veces ha interpretado Domingo. Sartori presentó una voz brillante, lírica, muy rica en armónicos, fraseó con mucho gusto y aunque algún agudo le quedó un poco estrangulado, su actuación fue muy notable.

La dirección musical corrió a cargo de Daniel Barenboim, quien recibió sonoros abucheos al salir a escena en el segundo acto y supongo que al final. Digo que “supongo” porque la pésima realización de la retransmisión (nefasta toda la noche) decidió omitir los saludos del director y la orquesta. Barenboim ofreció una lectura reposada, detallista y muy intimista de la partitura. Es verdad que no sonaba muy verdiana, pero a mí me resultó enormemente atractiva. Unos tiempos lentos, saboreados con deleite, caracterizaron su ejecución, a mi juicio bellísima, aunque no fuese muy italiana, de ahí las protestas de un sector milanés que quizás se sintió mancillado en su condición de guardián de las esencias verdianas.

Muy destacable fue la labor de los cuerpos estables scaligeros, donde el Coro mostró un empaste y control de las dinámicas sobresaliente, aunque presentase algunas carencias en lo actoral, con unos soldados que parecían más clicks de Famobil que fieros combatientes.

Enorme ovación final para Domingo no escuchándose esta vez los aislados abucheos que hubo en el estreno.

Veremos cual es el próximo reto del Maestro, se dice que quiere interpretar el papel de Rigoletto en Mantua. Pues muy bien, como si quiere cantar “Boris Godunov”. A este paso le veremos con 80 años cantando la Olympia de “Los Cuentos de Hoffmann” o la Reina de la Noche. Da igual, lo que hace falta es que podamos seguir disfrutando muchos años de un artista y un ser humano de los que ya no quedan.

31 comentarios:

  1. Estupendísima crónica con la que coincido absolutamente.

    Disfrute muchísimo con este Simón absolutamente personal y conmovedor que nos regaló Domingo. Has clavado las características de su voz, pero y a pesar de todo, yo le doy un bravo sin reservas. Me emocionó verlo llegar tan fatigado y no obstante echando el resto hasta el final. Si señor, así se hace.

    Anja Harteros me pareció una Amelia de reclinatorio absoluto, y todo un descubrimiento para mi. Como te comenté -y esto no deja de ser una apreciación absolutamente personal y no me da ningún reparo decirlo- a mi por momentos su voz me recordo a una Callas joven, impresionante. De reclinatorio papal. A mi me faltaron "Brava", encontre parcos los aplausos que le dedicó un público de la Scala que me imaginaba que sabría apreciar la excelencia.

    Lo de Furlanetto incomprensible, no se mereció en absoluto el abucheo, a pesar de las apreciaciones tan exactas que tu has hecho sobre tu voz, a mi verlos a los dos en el duo que empieza Simón diciendo:

    "Quiero respirar el aire del cielo abierto.
    ¡Qué alivio! ¡La brisa marina! El mar!...
    ¡Su vista me trae recuerdos de gloria
    y de actos sublimes!
    ¡El mar!... ¡El mar!..."

    Me conmovió absolutamente. Eran dos auténticas leyendas en fase de prórroga mostrando no obstante un esplendor vocal realmente sorprendente.

    Te agradezco mucho la crónica y también la compañia. Disfrutamos todos de una tarde de cine estupenda y de un Simón que será sin duda irrepetible.


    Grazie mille Sr. Finch!

    ResponderEliminar
  2. Ufff, y cómo lo cuentas...

    Chapeaux por Domingo, es muy grande.

    ResponderEliminar
  3. Estoy prácticamente de acuerdo en todo lo que dices.A mí me emociona más el Simón de Domingo que el de Cappuccilli o Nucci.Su voz no es de auténtico barítono como la de Leonard Warren,cierto.Pero su musicalidad es intachable y el estilo verdiano está ahí siempre presente.Pero a todo ello hay que añadirle el sentido que sabe dar a su discurso dramático bastante superior a los antes mencionados.No soy un fan incondicional de Domingo y en bastantes roles encuentro que ha sido superado por otros cantantes pero por esa misma regla de tres si en un rol me llega más que otros lo digo. La producción me pareció nefasta,sin ideas y totalmente anodina,con los cantantes mirando repetidamente al director.Si seguimos representando La Opera así esto se acaba...Cantantes aparte una función así no crea a mi entender ni un solo nuevo aficionado.Bravísima Anja Harteros como Amelia.Muy curiosa la reacción del público braveando a un solo correcto Fabio Sartori y abucheando a unos magníficos Ferruccio Furlanetto y Daniel Barenboim.Muy acertada por consiguiente la decisión de eliminar los aplausos de la transmisión.De esta forma se eliminó el minuto de gloria esperado por un par de loggionisti que querían cargarse al maestro.Me parece una solución magnífica.

    ResponderEliminar
  4. De acuerdo en todo. Sin embargo a mi Sartori, a pesar de la voz, no me emocionó para nada,cosa que si lograron Domingo, Harteros y Furlanetto, así como Barenboim. Siento no ser más técnica. Me gustó haber podido ver a Domingo haciendo lo que le apetecía hacer, aunque no sea de barítono en el sentido estricto del término. Lo que sí me pareció fue muy cansado...tampoco me extraña, claro.
    Muy buena crónica y muy bien explicada, como es habitual.

    ResponderEliminar
  5. Anónimo1/5/10 14:28

    Muchas gracias por tu crítica, tan interesante, como siempre. Sin duda, Domingo ya hace tiempo que entró con letras de oro en la historia de la música. A mí siempre me ha emocionado cuando lo he escuchado, incluso ya de mayor y en papeles wagnerianos por más que haya quien no le dé cuartel. Es un auténtico fenómeno.

    Quisiera decirte, Atticus, que ahora comprendo tus palabras sobre Maazel en Les Arts. Yo vi primero la Traviata (que me gustó) y después, La vida breve/ Cavalleria rusticana, donde se superó a sí mismo, especialmente en Cavalleria. Solo pensar en el Intermezzo (que fue aplaudido a rabiar, público en pie) ya me pone la piel de gallina. En su actuación del domongo pasado, Maazel llegó a la perfecció absoluta. Si mi modelo para Cavalleria era Karajan, ahora lo es Maazel. Una pena que se vaya y que vaya a ser sustituido por un joven director que el otro día demostró estar muy por debajo del actual director en un concierto que dio en la sala superior del Palau de les Arts, aunque también hay que decir que la pésima acústica de esta sala contribuyó al desastre de la experiencia.

    Un cordial saludo.

    Rex.

    ResponderEliminar
  6. Pretender que el nuevo director de Les Arts esté al nivel de Maazel no es que sea demasiado, es absurdo, Rex, perdona que te lo diga así, pero así es como lo pienso, tiene TODO por demostrar.
    Respecto a Domingo, vale, bien, caprichito. Se lo puede permitir, es un artista enorme, pero NO ES BOCCANEGRA y si hay que juzgar las interpretaciones por el curriculum, mal vamos. Es un lujo escucharlo porque el estado vocal es envidiable, pero en La Scala es casi un insulto a Verdi, lo siento pero yo lo veo así. A otro no se lo hubiera permitido NADIE. Sin acritud, como decía aquél. Un BUUUU muy grande para Domingo por la desfachatez y un BRAVO muy grande por su inteligencia: $$$$. Y yo prefiero a Cappuccilli de todas todas.

    ResponderEliminar
  7. me da mucha rabia haber hecho un comentario que me salió bordado y que se ha perdido, con lo cual intentaré repetir, pero la inspiración divina viene una vez y no más.
    Se me pasó esa la retransmisión en los cines de este Simon, señal inequívoca que me inetresaba relativamente poco. Harteros y poco más.
    Ya comenté después del MET, que el Simon del MET, que Domingo que se sale de todos los retos posibles, de forma mefistófelica, no me parece Simon. Si juzgamos simplemente por la emoción, aspecto tan primordial como subjetivo, al ser personal e intransferible, no tengo nada que objetar a lo que comenta Dandini, pero si hemos de tratar a Domingo y su Simon, como a todos los demás cantantes que se enfrentan con un rol, entonces la conclusión es la misma, después de haberle escuchado en la prima (por la RAI) donde fue injustamente abucheado.
    El no posee el centro baritonal necesario (no confundir con su voz abaritonada), ni la zona grave necesaria para afrontar las partes más intensas de la escena del Consiglio, por no poseer, no tiene el legato necesario para aguantar las amplias frases que Verdi exige siempre a sus voces (por algo se habla de las voces verdianas). A domingo le queda el arte (que es casi todo) y la sabiduría que le da su larguísima vida artística, añadida a su sobrenatural fuerza y resistencia, tenemos pues, un caso extraordinario que lo sitúa en la cima, si no es que es el cantante más grande de la historia (ya, ya, Joaquim dixit, pero ahí queda).
    Barenboim no me parece un director apropiado para interpretar las sutiles negruras del Simon. Acércaros una vez más a Abbado para entender la diferencia, simplemente os basta con escuchar el crucial prólogo o la introducción sugerente a la barcarola de Amelia, para notar el abismo de sonoridades y atmósferas que separan al italiano del argentino, mucho más ruidoso y rotundo, en definitiva agotador.
    El Fiesco de Furlanetto casi es un Fiasco, perdonad el chiste, pero el gran bajo italiano ya no puede con un rol de esa magnitud.
    Sartori es un cantante con medios, pero la mediocridad del canto le aleja de ser un primo tenore.
    Lo que más me interesaba era la AMelia de Harteros. El dia de la transmisión radiofónica cantó Ailyn Perez, que me pareció inetresante a ratos, pero para nada una cantante para la Scala, claro que se trataba de un sustitución y por otro lado, la Scala ha dejado de ser el referente de años, donde sus espectáculos, sobretodo verdianos, eran inigualables.
    En fin, Domingo puede hacer lo que quiera. En Rigoletto volverá a triunfar y si se propone el Boris, lo hará. Inicialmente estaba escrito para barítono (Putilin lo grabó con Guergiev), simplemente con que se acoja con eso es suficiente, o sea que mejor, si quiere ponerle un reto m´ñas complicado que no imposible, puedes proponerle el Sarastro.

    ResponderEliminar
  8. Assai: Realmente la compañía fue tan buena como el espectáculo, y la merienda mejor aún. Tienes razón respecto a la respuesta del público a Harteros. Demasiado fría para la exhibición de canto que dio la alemana. Incomprensible desde mi punto de vista el agravio comparativo con Cavalletti. Me ha encantado lo de "leyendas en fase de prórroga".
    Peritoni: Lo cuentes como lo cuentes Domingo, efectivamente, es muy grande.
    Dandini: Discrepo de ti radicalmente respecto a las puestas en escena. La del sujetillo este, Tiezzi, es un pestiño, y hay auténticos desafueros por esos mundos de Dios, pero creo que con la ópera no acaban ni estos indocumentados. Aun con los montajes vomitivos de Bieitos SA, el poder mágico de la música y del espectáculo operístico es más fuerte que el de sus diarreas mentales. Evidentemente montajes así no crean aficionados, pero cantantes así, sí, y músicas así, también. Respecto a la retransmisión, por una parte estoy de acuerdo en que está bien no dar cancha al cafre, pero si estás ofreciendo un espectáculo en directo debes respetar su desarrollo e igual que dejas los aplausos y bravos injustificados a Cavalletti, debes ofrecer el abucheo a Barenboim, por injusto que sea.
    María Teresa: Domingo estaba cansado, desde luego, pero ese cansancio no se reflejaba en su actuación. Aunque el nivel de exigencia vocal no sea comparable, yo le vi pasarlo mucho peor el año pasado La Valquiria.
    Rex: En cuanto a Welber soy de la opinión de que hay que esperar y ver. Si pretendemos juzgarle a las primeras de cambio comparándole con Maazel, no hace falta ni dejarle coger la batuta. Ya ha perdido el partido. Que Helga nos lo venda como el niño prodigio del atril es otra historia, pero él no es culpable de que este teatro haya sustituido a un director de primerísima por un joven prometedor.
    ¿Es una lástima que sustituyan a Maazel?. Sin duda, sí. ¿Es una pena que sea Wellber su sustituto?. Ya veremos.
    Maac: En cuanto a Wellber, estamos de acuerdo.
    Respecto a Boccanegra, no.
    No pretendo decir que se haya de juzgar a Domingo por el curriculum, ni mucho menos. Pero sí que ese curriculum permite que se le pueda admitir el "caprichito", por supuesto sujeto al juicio del público, y a la hora de hacer esa valoración, al menos yo, no lo haré con el libro de la ortodoxia verdiana en mano, sino con el termómetro de mi escalofrío dorsal. Y ese me dio positivo.
    ¿Es un insulto a Verdi que Domigo cante Boccanegra en Milán?. No creo. Al menos no mayor que interpretar a Wagner en Bayreuth con cantantes con parkinson vocal y montajes dignos de paredón.
    No creo que el tema de domingo/boccanegra sea de inteligencia $$$. Si quiere pasta fácil, tiene mil maneras de conseguirlo más cómodas que meterse un Simón entre pecho y espalda.
    Joaquim: Por supuesto que Domingo tiene muchas carencias como Boccanegra, pero no muchas más que barítonos oficiales que sin embargo no consiguen hacerte erizar el vello del antebrazo más que de miedo.
    Coincido respecto a Abbado. No hay color, pero sin ser un Verdi de libro, la versión de Barenboim me gustó. No como el Simón de mi vida, ni mucho menos, pero sí como otro Simón diferente.
    Creo que si, en cuanto a puestas en escena, estamos abiertos a ver a Don Giovanni con la camiseta del Barça o una Salomé vestida de hija de Zapatero, sin que se levanten de la tumba los libretistas, también podremos admitir visiones diferentes de las partituras, sin que las tengamos que denostar por salirse de lo ortodoxo, sobre todo cuando puedan emocionarnos.
    Lo de Furlanetto, siendo cierto lo que dices, no creo que justificase el sonoro abucheo del Loggione.

    Gracias a todos por vuestros comentarios y perdonad la extensión del mío

    ResponderEliminar
  9. Quítale $$$$ y llámalo EGO, me es lo mismo. Aunque no me olvidaría de los $$$, mantener a la mayoría de aficionados pendientes de unas funciones de Boccanegra cuando ya no puedes con Otello -él mismo lo ha dicho- no es moco de pavo. Y al final eso es lo que fue Domingo: Otello Boccanegra, sin embargo su Siegmund, con todos los apuros que quieras -más apurado que en Les Arts había estado el año anterior en el Liceu y en versión concierto- es otra cosa.
    No sé si lo he soñado, ¿te suenan unas declaraciones de Wellber en las que decía que una de las cosas que más le gustaban de su nuevo puesto era la posibilidad de colaborar con Domingo? Aquí tenemos un Boccanegra de producción propia para reponer.

    ResponderEliminar
  10. Si no hay barítonos para Boccanegra no se hace Boccanegra, aunque alguno encontraríamos por ahí. Si seguimos esta regla apaga y vámonos, ya que cualquiera podrá cantar todo, por capricho acomodaticio o falsedad musical.
    A Domingo no le quitará nadie de un escenario, aunque tenga que terminar cantando el Boris, como ya hemos comentado, ya que el no se conforma con segundas partes o comprimarios de lujo como se estilaba antes en el MET, él ha nacido para protagonista y si para eso hay que ir adaptándose al medio o mejor aún el medio adaptarse a él, pues será así.
    SE ha terminado el tenor, ahora tenemos un tenor acabado que canta de barítono sin serlo, mejor decir Plácido Domingo cantante y como cantar sabe, pues adaptemos los oídos `para su Rigoletto,o lo que sea, sea abre un sinfín de posibilidades para un cantante sin fecha de caducidad.
    Este ya no me interesa, aunque sea un cantante de reclinatorio.
    Yo me voy a escuchar ese Figlia de Cappuccilli que me estremece hasta el tuétano.

    ResponderEliminar
  11. Yo en esto estoy con Maac y con Joaquim, excepto cuando Joaquim dixit lo que dixit.

    ResponderEliminar
  12. Anónimo2/5/10 01:52

    Maybe it's $$$$, maybe it's EGO, and maybe it's just not giving a shit what endless purist pontificators think. If people took career advice from these they'd last 5 days instead of 50 years. A big 'WHO CARES' would do the trick.




    Carla

    ResponderEliminar
  13. Siempre me da la sensación de que en la Ópera pesa más el bagaje histórico-cultural que realmente las sensaciones que nos produce un espectáculo.Es como si existiera un freno a los sentidos o una voz de la conciencia que nos indicara el camino correcto(Jiji).Con esto no quiero negar la importancia de la información pero darle un papel excesivamente preponderante nos anula el dejarse llevar por la música y la historia que estamos oyendo-presenciando.Por cierto alguien cree que Leo Nucci o Thomas Hampson dos grandes frecuentadores del Boccanegra tienen una voz más baritonal(diga lo que diga mi fuente de información)y transmiten mayor emoción que Plácido Domingo?

    ResponderEliminar
  14. Anónimo2/5/10 12:29

    Hola Maac:

    Yo no "pretendo" que el nuevo director de la Orquestra de la Comunitat Valenciana "esté a la altura de Maaazel", nunca he dicho eso como parece que usted me atribuye; es más, pensar que alguien pueda pensar eso, y perdone que se lo diga así, pero es lo que pienso, es algo más que absurdo...

    Maazel es uno de los mejores directores de las últimas décadas. Que una persona tan joven como la que va a sustituirle pueda "estar a su nivel" es metafísicamente imposible, como es natural.

    Sencillamente, me lamentaba yo del hecho en el sentido de que vamos a salir perdiendo en el inevitable cambio que, por diversas razones, va a producirse. Maazel ya está mayor y no puede durar eternamente en el cargo, además tiene otros compromisos y su caché quizá no sea asumible en tiempos de crisis por unos poderes públicos que han despilfarrado tanto y que nos han endeudado hasta las cejas.

    En cuanto a Domingo,me he limitado a manifestar mi admiración por este señor, añadiendo que hay quienes no le dan cuartel haga lo que haga. Se trata de gustos y cada cual es libre de admirar a quien quiera por muchos defectos que otros le puedan señalar.

    Un saludo.

    Rex.

    PD. El joven director al que estamos haciendo referencia ya ha "demostrado" lo que es capaz de hacer al menos en una sala de conciertos, como es la superior del Palau de les Arts. Ya comenté que, debido al mal diseño del lugar, la acústica es horrible y que eso influye lógicamente. Desde mi punto de vista (y de de otros muchos aficionados, incluyendo la crítica que he leído - léase Brotons en Levante - fue un desastre. Esperemos un cambio para bien porque, si no, me temo que los huecos que se pueden observar en el edificio de Calatrava van a aumentar de tamaño los días de conciertos y representaciones.

    ResponderEliminar
  15. Hola Rex, perdona si interpreté mal la frase "un joven director que el otro día demostró estar muy por debajo del actual director".
    Respecto al joven director lo mejor será ir andando y viendo porque Il corriere de la sera llegó a hablar de él como uno de los futuribles de La Scala -eso fue por diciembre- y en Italia están encantados con su manera de dirigir Verdi, eso sí, por el momento, que yo sepa, sólo en Italia. Viendo su agenda se puede apreciar que estaba entrando en el circuito internacional y en teatros de prestigio, digo yo que algo tendrá, por lo menos un enchufe de tres pares. Si lo que se ahorran en Maazel sirve para mejorar en contrataciones de cantantes, que no lo sabemos porque como es costumbre de la casa todavía no se sabe la programación de las próximas temporadas, también sería una opción loable, en este caso no estaríamos hablando de la próxima temporada, que todavía está Maazel, afortunadamente, sino de la siguiente.
    Respecto a las críticas que se le han hecho no sé qué pensar, no hay más que tirar de hemeroteca ir leer lo que Brotons -que no sé que número de compás se le atravesó esta vez- ha dicho de Maazel en algunos conciertos, que otros digan que se mueve mucho -esto me hace mucha gracia- o que, dado que se ha ensayado más de lo habitual, el resultado está adulterado, no me lleva a ninguna conclusión, sobre todo sabiendo lo que dijo de la Cavalleria de Maazel, la crítica de El País tampoco se ha mojado mucho, más en serio me tomo tu opinión de simple aficionado.
    Concluyendo, la incertidumbre es muy grande, espero, por nuestro bien, que no nos defraude.
    Un saludo.

    ResponderEliminar
  16. Anónimo2/5/10 15:36

    No hay nada que perdonar, Maac. Es cierto que aún es pronto para juzgar. Personalmente, lo que deseo como abonado es que el nuevo director haga su labor lo mejor posible y que nos haga disfrutar de la orquesta y coro de que disponemos, que son excelentes y que nos han hecho pasr excelentes veladasen numerosas ocasiones.

    Lo que lamentablemente no tiene remedio es la superflua sala, llamada Auditori Superior, cuya acústica es horrible. Afortunadamente, tenemos la Sala Iturbi.

    Un cordial saludo.

    Rex.

    ResponderEliminar
  17. Maac: El Otello Boccanegra me pareció tan emocionante, que no me importaría que protagonizara una reposición en Les Arts. Eso sí, a ser posible con Harteros en lugar de Gallardo.
    No recuerdo haber leído esa referencia de Wellber a Domingo, pero por mí, encantado de que piense en traerle.
    Estoy de acuerdo en que las críticas a Wellber leídas en prensa fueron bastante "raras", y no pueden servirnos ya para juzgarle, antes siquiera de que ocupe el foso dirigiendo una ópera.

    Joaquim: Yo no propugno que aquí de repente valga todo y que todos canten de todo, pero creo que Domingo a estas alturas se lo puede permitir sin que tengamos que gritar ¡Anatema!. Luego podrá gustar o no, y si, como es el caso, encima gusta, yo me quedo sin argumentos para reprocharle nada.

    Titus: Lo bueno, si breve, dos veces bueno.

    Carla: Welcome to my blog. His long and outstanding career can not be questioned now, especially if he sings as well as Thursday.
    Thank you for your comment.

    Dandini: Absolutamente de acuerdo con lo que dices. A tu pregunta yo contesto: no.

    Rex: Tu opinión, como dice maac, sí has escuchado a Wellber en directo, es más valiosa que lo que se pueda decir en prensa, pero en cualquier caso habrá que esperar para juzgarle a escucharle dirigir en el foso una ópera de peso. Posiblemente Aida sea la ocasión.
    La acústica del Auditori es indigna hasta de casal de falla.

    ResponderEliminar
  18. He buscado y he encontrado estas declaraciones de Wellber:

    "Aunque no quiso comentar los títulos de las primeras óperas que dirigirá en el Palau de les Arts, Omer Wellber ha afirmado que "elegir una opera depende de los cantantes. Si tiene un buen cantante para un rol específico me gustaría programar ese título. En todo caso, no tiene sentido programar una ópera y que luego la hagan cantantes de nivel medio."

    "“Conocí a Domingo -cuenta Wellber en su cita con El Cultural- en Berlín, durante su debut como barítono del Simon Boccanegra. Entonces hablamos de la posibilidad de trabajar juntos en Washington, y parece que terminaremos coincidiendo en Valencia”.

    ResponderEliminar
  19. Gracias por la aportación, maac. No tiene desperdicio.

    Que pueda venir Domingo a Les Arts no es precisamente una mala noticia. Ya veremos.

    Dice el amigo Wellber que "no tiene sentido programar una ópera y que luego la hagan cantantes de nivel medio". Me temo que en Les Arts acabará tragándose sus palabras si se repite lo que ha venido sucediendo hasta ahora, donde ya teníamos mucha suerte si eran de "nivel medio" los sustitutos de los inicialmente anunciados.
    Pues no le queda nada que aprender a este...

    ResponderEliminar
  20. Sólo un apunte: Si los abucheadores de Les Troyens érais "puristas afrancesados" según Helga y ahora resulta que los que no nos tragamos al Domingo barítono somos "purist pontificators", ¿quién es la única persona que está en ambos grupos? Joaquim, guardián de las esencias operísticas.

    Ahora, a mi título de Imperator podré añadir el de Pontifex. ¿Qué será lo siguiente? ¿Presidente de escalera, acaso?

    ResponderEliminar
  21. ¡PASO PALABRA!
    Cedo el título de Gurnemanz para quien lo quiera tomar.
    Por cierto, ¿Habéis visto el montaje de la Fura en la Expo de Shangai? Más de lo mismo.
    Si me invitan a Shangai, PROTESTO.

    ResponderEliminar
  22. Summum Pontifex: Enhorabuena por tu nombramiento y bienvenido al club purista, del que habremos de nombrar Dux a nuestro querido Joaquim, aunque reniegue, porque queda claro que otra cosa no será, pero purista, por los cuatro costados.

    Purista Joaquim: No he visto las tribulaciones de Padrissa en China, pero ya me imagino a los orientales colgados cual patos laqueados y con prótesis paqueteras.
    Ojito con las protestas, que allí tienen más mala leche que Helga y te sacan los tanques... con Padrissa encima.

    ResponderEliminar
  23. Vamos a ver, ahora resultará que soy el Purista de la colla?
    Un purista con limitaciones monteverdianas?, un purista al que le gue le gusta Villazón?, un purista carrerista?, que inclusio le gusta muchísimo los Verdi de la Caballé? (eso ,lo pongo a ver si te asalta el Manuel David que me tiene hasta los mismísimos), un purista que flipa con Kaufmann, un purista que empieza a estar harto de Don Zubin Mehta (menuda pífia el Die Frau ohne Schatten del Maggio Fiorentino), en fin.

    ResponderEliminar
  24. Ya no hay puristas como los de antes.

    ResponderEliminar
  25. Joaquim: ¡Tú eres un impostor!. ¡Te infiltraste en los puristas para desactivarnos!... y yo que pensaba otorgarte el título de Gran Abucheador Pontifex et Gabachois...

    ResponderEliminar
  26. Gabachois of course o mejor, bien sûr, pero el Pontifex lo dejo para el Benedictus.
    Por lo que respecta a la frase titusiana de "Ya no hay puristas como los de antes", pues claro, tampoco hay Simones, no nos ibamos a quedar I Puristani solos perdutos y abandonatos, ¿no?

    ResponderEliminar
  27. Ahí me has dado, Joaquim... touché.
    Pero no digas muy alto lo de Puristani, no se vaya a acodar alguno de Puritani y JDF y entonces sí que la liamos.

    ResponderEliminar
  28. Genial, yo no puedo hacerte una crítica sobre músicos y música, tan sólo puedo decir que tiene que ser impresionante escuchar en directo.

    Desde los mares de Extremadura, un abrazo.

    ResponderEliminar
  29. Bienvenida al blog, Mimí. Aquí lo tienes para comentar cuanto quieras.
    Realmente escuchar y ver en directo a un artista tan dramáticamente implicado como Domingo, es toda una experiencia.
    Un abrazo

    ResponderEliminar
  30. ¡Qué buen rato me habéis hecho pasar! y cuánto siento la ausencia al cine el día de la representación. Enhorabuena Att.

    ResponderEliminar