Ayer comenzó la temporada de retransmisiones operísticas en directo desde el MET neoyorquino, todo un lujo que nos permite a los comunes mortales poder seguir disfrutando a distancia de la extraordinaria programación de este teatro de ópera, donde parece que no haya llegado esa crisis que está presente en nuestra vida diaria como una espesa y asfixiante niebla que todo lo envuelve.
La brillante apertura de la temporada se ha reservado además a una de las óperas más bellas del repertorio, “Eugene Onegin”, de Tchaikovsky, con un reparto de ensueño en el que destacaba la presencia, en el papel de Tatiana, de la gran zarina de todas las Rusias, Anna Netrebko.
Hace ya varios años que los aficionados amantes de la voz de esta mujer suspirábamos porque acometiese este rol que, a todas luces, parece compuesto para ella. La primavera pasada debutó el papel en Viena y esta cita neoyorquina ha supuesto su puesta de largo oficial y la confirmación de que, tal y como algunos esperábamos, nos encontramos ante una de las mejores Tatiana de la historia. Así de claro.
Su dominio vocal y expresivo del personaje es avasallador y casi insultante. Controla cada inflexión, cada pausa, como si llevase toda su vida cantando el sufrimiento y pasión de Tatiana. En el primer acto, supo reflejar la contención, retraimiento, melancolía y ensoñación amorosa de una adolescente sin que nada chirriase, pese a haber cumplido ya los 42 años, estar entradita en carnes y esconder un torrente vocal y una extroversión dramática que pugnaban por salir al exterior como de una olla a presión. En el segundo acto dio toda una lección de interpretación con gestos, miradas y sutiles matices vocales, acabando de perfilar un personaje que, en el último acto, alcanza su madurez y permite que la Netrebko saque toda su fuerza vocal e ímpetu dramático, como así hizo en un dúo final antológico.
Si Tatiana fue referencial, no menos lo fue el maravilloso Lensky que llevó a cabo el tenor polaco Piotr Beczala. Para mí, la gran sorpresa de la noche. Lo de Netrebko, siendo grandioso, lo esperaba. Respecto a Beczala, sabía que podía también llevar a cabo una gran interpretación, pero lo de anoche fueron palabras mayores. Un cantante, al que muchas veces se le ha reprochado ser frío o poco intenso, y que ayer construyó un Lensky enormemente emotivo, electrizando el patio de butacas, tanto en los pasajes más líricos y poéticos, como en su arrebatado enfrentamiento con Onegin del cuadro primero del segundo acto, donde estuvo soberbio. Absolutamente impactantes resultaban su frescura vocal, la limpieza y mordiente de sus agudos o la luminosidad y perfección de su canto, con un uso de las medias voces elegantísimo. Si hubiese enhebrado algún pianísimo en su aria, la cosa hubiera sido ya de desmayarse.
Con semejante pareja como acompañantes, la buena labor de Mariusz Kwiecien quedó quizás en un segundo plano. No obstante, creo que su Onegin fue enormemente meritorio, pese a que el barítono polaco tenga una voz demasiado lírica. Su interpretación dramática fue estupenda y todos los matices del personaje, que quizás vocalmente no acababan de redondearse, quedaban bien dibujados, siendo su entrega irreprochable, dándolo todo en un dúo final que, aunque se veía que se le hacía cuesta arriba, culminó razonablemente bien.
Una sorpresa agradable supuso también la Olga de Oksana Volkova, apuntando algunas interesantes tonalidades de contralto y estando escénicamente a la altura de sus compañeros. Aunque más en el primer acto que en el segundo.
Muy destacables resultaron las intervenciones de Elena Zaremba y, sobre todo, de Larissa Diadkova como Filipyevna. Y hasta el repelente Triquet de turno, en este caso el tenor John Graham-Hall, estuvo al nivel que exigía el espectáculo.
El único lunar de la noche resulto el deficiente Gremin del bajo Alexei Tanovitski, muy por debajo del resto de intérpretes, tosco, de voz fea, sin la envergadura vocal que requiere el papel, con una técnica primitiva e incapaz de transmitir la más mínima emoción en un aria que es una joya. Más bien parecía que estuviese leyendo la sección de esquelas del ABC.
Gran parte del éxito de la velada correspondió sin duda a la magnífica labor de batuta de Valery Gergiev, todo un experto a la hora de dirigir Tchaikovsky, y que ayer supo generar y mantener la tensión y crear atmósferas de manera maestra, obteniendo de la orquesta un colorido e intensidad increíbles en momentos como la escena de la carta o el enfrentamiento en la fiesta entre Onegin y Lensky, y logrando unos instantes de desbordado lirismo en otros, como en esa mágica conexión con Beczala en el “Kuda, kuda”.
La puesta en escena de Deborah Warner es absolutamente clásica y muy atractiva visualmente. Muy del gusto MET y eficaz para enmarcar adecuadamente la historia. Me convenció más en la primera mitad y creo que fue claramente a menos, dejándose vencer en el último tramo de la obra por el ansia de vistosidad, aunque me pareció bastante conseguida la escena final, resuelta con una imponente fuerza dramática, pese a que la escenografía y la nevada de poliespán dejasen bastante que desear.
En la parte más positiva debe destacarse también el gran trabajo de dirección de actores y la poesía que desprendía todo el primer acto. Por el contrario, las escenas de baile y la presencia del coro se vieron dificultadas por una escenografía incómoda para el movimiento de masas.
Estas retransmisiones en pantalla grande nos ofrecen mil detalles interesantes que desde la lejanía de un cuarto o quinto piso quedan ocultos, así que, cuando tenemos la suerte de poder gozar de interpretaciones tan intensas como la de Anna Netrebko anoche, resulta un plus añadido al gran espectáculo que ya es la ópera de por sí. Pero convendría recordar que ésta ha sido concebida para ser contemplada desde un patio de butacas, de ahí que esa obsesión de los realizadores por incidir en los primeros planos, además de mostrarnos todos los problemas de cutis o dentadura de las estrellas operísticas, nos desvelan muchos de los trucos del atrezzo, rompiendo toda la magia teatral. Un punto al que también influyen negativamente esas imágenes entre cuadro y cuadro, enseñándonos cómo se prepara la siguiente escena, en lugar de vivir el asombro de encontrarnos con los distintos ambientes al alzarse el telón. Tampoco comparto el gusto por unos permanentes movimientos de cámara que, generalmente, lo que hacen es impedir que tengamos la visión de conjunto del escenario y que sólo centremos nuestra atención en lo que al realizador le parece bien.
También quisiera hacer una breve referencia al nefasto sonido que nos ofrecieron en los cines Yelmo de Valencia. Ignoro si el problema era de la emisión norteamericana o del cine, pero había partes del escenario donde se velaba un sonido que, además en general, estuvo muy desequilibrado. Algo inaceptable, sobre todo si habías pagado 23 eurazos por entrar al cine.
Pese a todo, anoche pudimos gozar de una grandísima noche de ópera. Un magnífico comienzo de temporada neoyorquina, que se vio correspondida con una numerosa asistencia de espectadores en el cine, aunque, vistos los escandalosos precios de las entradas, no sé si con propuestas con menos tirón mediático conseguirán cubrir las expectativas. Deberían planteárselo.
video de MetropolitanOpera
video de MetropolitanOpera
video de MetropolitanOpera
Absolutamente de acuerdo contigo, amic.
ResponderEliminarA Kwiecienn en el tercer acto le hibiera venido bien un poco de maquillaje, parecía incluso más niño que en el primer acto y o bien Tatiana es cegata, o es incomprensible que no lo reconozca en la fiesta del tercer acto.
Un lujazo de representación que nos hace suspirar amargamente....
Sí, Kwiecien necesitaba un poco de maquillaje y unas alzas en los zapatos...
EliminarPedazo de función digna de otros tiempos...
Un abrazo solidario en la mutua depresión
amigos, siempre nos quedará el Met..
ResponderEliminarAmén
EliminarFue fabuloso. Repetiría ya mismo...¡Puedo! :D
ResponderEliminarLeonor
Repitamos... A bajarse los enlaces
EliminarEsperaba de ti, ATTICUS, esta excelente crónica de esta maravillosa ópera rusa y sobre todo me llena de felicidad que un avezado en la materia, opine y sienta como yo cuando habla de los "TALENTOS", de esta maravillosa mujer que es ANNA NETREBKO, un total manejo de la tecnica vocal, su interpretación para trasmitirnos todos los sentimientos y que hablar de su belleza, no nos cansamos de escucharla y mirarla, es "unica".
ResponderEliminarYo también estaba esperando leer tu comentario. La verdad es que Anna Netrebko estuvo increíble. Pocos papeles habrá que le ajusten mejor que esta Tatiana.
EliminarMe da cierto orgullo que me digas que esperabas mi comentario, eres tan inmenso en todo lo que escribes!!!No se si hago bien en mencionarte y transcribir (dime si no debo) ciertos conceptos tuyos, tan certeros sobre el talento de ANNA y su interpretación de esta TATIANA dentro del Grupo que formamos mas o menos 1000 fans de todo el mundo en FaceBook , lo formo CARLOS. Esta bueno!!!
EliminarMariaAngélica, por supuesto que puedes hacer el uso que te parezca oportuno de todo cuanto encuentres en el blog.
EliminarUn beso.
Fue maravillosa y yo la estuve disfrutando todo el fin de semana.
ResponderEliminarLa retransmision fue correcta salvo algún momento que no se escuchaba o se veía un poco mal, pero afortunadamente no fue los momentos mas importantes. Lo mejor para mi la escena de la carta, el área de Lenski y el final tanto la entrada de Tatiana como el final.
Por cierto luego la gente se quejan de que hagan dos intermedios como paso aquí el año pasado con Rigoletto.
La pena es que no la pueda ver otra vez.
Rafa
El problema no es tanto que se hagan dos intermedios, como que el primero de ellos, como pasó en Rigoletto, tenga lugar sin llevar ni media hora de ópera.
EliminarEfectivamente, fue una maravillosa noche de ópera.
Y sí, la puedes volver a disfrutar:
http://www.youtube.com/watch?v=WsX5xVAYdlg
Gracias por tu comentario
Gracias por el enlace.
EliminarRafa
Gracias ATTICUS por permitir que disfrutemos una vez con este video que subiste esta maravillosa ópera Rusa!! Espero que salga en un DVD y pueda comprarla a través de AMAZÓN, como ya hice con otras, por el momento la guarde en marcadores, Un gran abrazo
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