Bernard Herrmann ha sido posiblemente el más importante compositor de bandas sonoras del pasado siglo, formando parte de lo que se conoció como “La Edad de Oro de la música en el cine”, junto a talentos como Alfred Newman, Franz Waxman, Erich Wolfgang Korngold, Max Steiner o Miklós Rózsa.
Sin embargo, su obra supone una clara ruptura con la línea clásica que hasta entonces imperaba en la industria cinematográfica (el llamado “sonido Hollywood”), comandada principalmente por Max Steiner (“Casablanca”, “Lo que el viento se llevó”), un excelente compositor, sin duda, a quien se atribuye la introducción en el score del leitmotiv o tema principal recurrente para subrayar la presencia de los personajes o los lugares, pero cuya música es fundamentalmente descriptiva y ajustada a la acción; mientras que Herrmann incorpora un tratamiento más íntimo, buscando la descripción emocional global, sin centrarse en los leitmotiv individualizados. Es el compositor de las emociones.
Herrmann se calificaba a sí mismo como compositor neo-romántico. Su música es imaginativa, temperamental y siempre provocadora de un notable impacto dramático. Construye unos sonidos coloridos y sensuales, con orquestaciones muy elaboradas y una amplia instrumentación. Es frecuente en su obra el uso del ostinato (fragmento de melodía o ritmo que se va repitiendo persistentemente en una composición).
Aparte de las bandas sonoras para el cine, trabajó para el teatro, la radio, la televisión (donde compuso la música de las series “Twilight Zone” o “La hora de Alfred Hitchcock”) y firmó diversas cantatas, sinfonías y la ópera “Cumbres Borrascosas”.
Bernard Herrmann nació en Nueva York en 1911. Su padre le inculcó el amor por la música llevándole a numerosos conciertos y óperas y regalándole un violín, lo que llevó al muchacho a decantarse por el aprendizaje y práctica musical.
En 1938 coincidió, trabajando en la radio, con Orson Welles, un encuentro que cambiaría el rumbo de su vida profesional para siempre. Fue con Welles con quien, en 1941, se introdujo en el mundo del cine, escribiendo la música para su obra maestra “Ciudadano Kane”, por la que Herrmann fue nominado para el Oscar. Curiosamente, conseguiría ese mismo año el único Oscar de su carrera por otra composición, la partitura de “El hombre que vendió su alma” (The Devil and Daniel Webster), de calidad muy inferior, a mi juicio. También con Welles, firmó la música de “El Cuarto Mandamiento” (The Magnificent Ambersons).
Aquí podemos oir el tema principal de "Ciudadano Kane":
Tres excepcionales bandas sonoras: “El fantasma y la señora Muir”, “Jane Eyre” y “Ana y el rey de Siam”, constituyen la muestra del Herrmann más lírico, desbordante de romanticismo, y contribuyeron a elevar aún más su fama y reputación en el mundillo hollywoodiense, llamando la atención de otro genio sin parangón, Alfred Hitchcock.
Aquí podemos escuchar el preludio de "El fantasma y la señora Muir":
Y el tema principal de "Jane Eyre":
video de vamfv
Nadie como Herrmann ha sabido transmitir a una partitura la angustia, el dramatismo y la emoción del cine de Alfred Hitchcock como lo hizo el neoyorquino. Desde su primera colaboración para la banda sonora de “Pero ¿quién mató a Harry?” (The trouble with Harry) en 1955, transcurrieron 11 años y 8 extraordinarias películas (entre ellas, “El hombre que sabía demasiado”, “Vértigo”, “Marnie”, “Psicosis” o “North by Northwest”) que han dejado una de las mejores y más fructíferas asociaciones director-compositor de la historia, con algunos de los momentos más sublimes de la música en el cine. En 1966, durante el rodaje de “Cortina Rasgada” (Torn Courtain), se produce el desencuentro definitivo con el director británico. Al parecer, Hitchcock rechazó la partitura porque pretendía que se incluyera un toque más moderno y cercano al pop del momento, a lo que Herrmann se negó en redondo, encomendándose finalmente el trabajo a John Addison. Fue la gota que colmó el vaso de una relación complicada de estos dos genios, ambos poseedores de un peculiar y fuerte carácter.
Aquí podemos escuchar el preludio de "North by Northwest" (Con la muerte en los talones):
Y el preludio de "Marnie":
Y aquí algunos fragmentos de la música compuesta por Herrmann para "Cortina Rasgada" y que fue rechazada por Hitchcock. Como se puede apreciar, mucho más oscura e intensa que la que finalmente firmó Addison:
video de konway87
Otra de las asociaciones profesionales de Herrmann que determinaría su definitiva consolidación en el Olimpo de la composición de bandas sonoras, fue la establecida, a partir de 1957, con el técnico de efectos especiales Ray Harryhausen, el perfeccionador y divulgador del legendario sistema Stop Motion. De esta colaboración saldrían magníficas partituras como las de “Simbad y la princesa”, “Los viajes de Gulliver”, “La Isla Misteriosa” y, sobre todo, “Jasón y los argonautas”. Herrmann encontró en estas películas, rebosantes de fantasía e innovación tecnológica, un campo perfecto para dar rienda suelta a su imaginación y romper definitivamente con los cánones más clásicos de la composición de bandas sonoras.
Podemos oir el Preludio de "Jasón y los Argonautas":
Al finalizar su relación con Alfred Hitchcock en 1966, Herrmann comienza a trabajar con François Truffaut, con quien firmaría otras dos sensacionales bandas sonoras, las de “La novia vestía de negro”, que, paradójicamente, fue considerada por la crítica el más hichcockiano de los trabajos de Herrmann, y "Fahrenheit 451", de la cual podemos escuchar a continuación su Preludio.
video de SoundtracksForLiving
La última composición de Herrmann para el cine fue el score de "Taxi Driver" (1975), donde se aparta de su línea habitual, incluyendo elementos de jazz y blues para realzar el ambiente urbano del film, con ese solo de saxo absolutamente hipnótico y sensual. Al día siguiente de finalizar la grabación de esta banda sonora, Herrmann falleció en Hollywood a los 64 años.
video de deviantrake
Sin duda uno de los momentos inolvidables de la música de Herrmann lo constituye el sonido de las cuerdas que acompaña la secuencia de "Psicosis" del apuñalamiento en la ducha. Se cuenta que Hitchcock se fue de vacaciones, quedándose Herrmann trabajando en la música del film, con una sola indicación del director: que no introdujera melodía alguna en la secuencia de la ducha, ya que prefería que el asesinato sólo se ilustrase con el sonido del agua corriendo. Cuando regresó Hitchcock, escuchó el sonido de los violines "chillando" mientras se acuchillaba a Janet Leigh, y sólo pudo mostrar su emocionada aprobación. Herrmann le comentó: "Pero Hitch, pensé que no quería ninguna música durante toda la secuencia". A lo que Hitchcock le replicó: "inadecuada sugerencia, muchacho, inadecuada sugerencia".
video de newcarscent7
video de Greengrassmusic
video de newcarscent7
Finalizo este pequeño homenaje al maestro Bernard Herrmann con este video que contiene el tema principal de una de sus mejores partituras, “Vértigo”, un auténtico compendio de las virtudes de este extraordinario compositor, que supo dotar a la banda sonora de inteligencia, sensibilidad, sofisticación y alma, elevando la composición de música para películas a la categoría de arte.
video de Greengrassmusic
Grandes películas, beneficiadas o al menos completadas por grandes bandas sonoras, evidentemente son todas las que están y no seré yo quien añada una coma a esta magnifica referencia a Herrmann, sólo recrearme especialmente en "Vertigo" con el sabor y recuerdo de los cines/terrazas de Verano en sesiones dobles con silencios carraspeados en blanco y negro.
ResponderEliminarSaludos
Me han contado que Hitchcock dejó de trabajar con él porque comenzaba a robarle protagonismo, y eso Don Alfredo no lo podía consentir, jajaja
ResponderEliminarDesde luego, uno de los más grandes. Gran semblanza, Atticus ;-)
Fantástico el post, mi enhorabuena Atticus, te ha quedado genial. Y maravilloso Herrmann, para mi gusto el mejor y más grande compositor de bandas sonoras de todos los tiempos :-)
ResponderEliminarInsuperable, Finch, me ha gustado mucho.
ResponderEliminarSólo puedo aportar a modo de curiosidad, que desde que vi "Vértigo" en mi tierna adolescencia, la música de Herrmann (o "Sr. Hombre") me ha evocado siempre el sugerente y laberíntico recogido de pelo de Kim Novak.
Y su fascinante jersey de punto.
Gracias a todos por vuestros comentarios.
ResponderEliminarNo creas, Papagena, que para genio irritable y carácter engreido al Sr. Herrmann no le ganaba ni don Alfredo. Llegó a decir que Hitchcock hacía el 60% de la película y el resto lo redondeaba él. Aquello debió ser un choque de trenes.
Pues sí, mchopin, a mi también me viene a la memoria el laberíntico peinado que, como bien sabes, no fue casual sino cargado de simbolismo.
Aunque suene a herejía hitchcockiana, a mi siempre me pareció que lo que cagaba Vertigo fue Kim Novak, a la que considero, junto a Lana Turner, una de las peores actrices que ha dado el cine mundial. Es verdad que, en este caso, su hieratismo contribuía a dar el halo de misterio al personaje.
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
ResponderEliminar