miércoles, 6 de mayo de 2009

RAFAL BLECHACZ - Palau de la Música - 05/05/09


El pianista polaco Rafal Blechacz, a sus 23 años de edad, se ha convertido en todo un referente de la interpretación de música para piano, especialmente de la compuesta por su compatriota Fryderyc Chopin.

Saltó a la popularidad en 2005, al ganar el prestigioso Concurso Internacional de Piano Chopin de Varsovia, consiguiendo, por votación unánime, el Primer Premio y los premios a la mejor interpretación de polonesas, mazurcas, sonatas y conciertos, quedando desierto el segundo premio ante la incontestable calidad del galardonado.

Ha grabado con Deutsche Grammophon un más que notable CD dedicado a los 24 Preludios de Chopin, y recientemente ha sacado al mercado otro de Sonatas de Haydn, Beethoven y Mozart, que no he tenido aún la ocasión de escuchar.

Rafal Blechacz ofreció ayer un emocionante concierto en la Sala Rodrigo del Palau de la Música de Valencia, dentro del ciclo de 'Cámara y Solistas Internacionales' del auditorio valenciano, con un programa dedicado principalmente al compositor polaco.

Comenzó su actuación, no obstante, con el 'Concierto italiano' de Johann Sebastian Bach, compositor del que Chopin era un enamorado. Nada más iniciar los primeros compases, ya mostró la elegancia, majestuosa digitación y milimétrica precisión que caracterizarían la velada. Una ejecución técnica impecable, nada exhibicionista pero que distaba mucho de ser fría, combinando con aparente sencillez las endiabladas velocidades del Presto final con la íntima profundidad del Andante. Lástima que en este bellísimo segundo movimiento, toda la sutileza interpretativa del polaco se viera mancillada por un par de terroristas de la tos, el moco sorbido y el estornudo feroz, no sé si fruto de la gripe porcina, pero, dado el marrano comportamiento de sus autores, pudiera ser. Y eso que el comportamiento del público de ayer en el Palau de la Música fue infinitamente más respetuoso que en otras ocasiones y recintos.

Limpió el teclado y sus manos, Blechacz, con mimo, en un gesto que repetiría antes de iniciar cada pieza, y se adentró en territorio mozartiano con la 'Sonata en si bemol mayor KV570' del salzburgués. Aquí Blechacz confirmó su técnica prodigiosa y su fuerza interpretativa, sin embargo fue el único momento del recital en que se intuyeron ciertos atisbos de frialdad.

Las 'Variaciones en si bemol menor op. 3', del también polaco Karol Szymanowski, fueron fluyendo en un torrente de notas progresivamente creciente en intensidad emotiva, y, pese a su dificultad de ejecución, Blechacz ofreció una lectura profunda y conmovedora, llena de matices, de esta bellísima pieza, resultando un apasionado final para la primera parte del recital.

Y lo mejor no había llegado.
La segunda mitad estuvo dedicada íntegramente a Chopin, y Blechacz demostró por qué se le considera un especialista en la interpretación de la música de su compatriota.

La 'Balada en la bemol mayor op.47 nº 3', es una pieza de una belleza tremenda, en la que Blechacz hizo gala de una profunda madurez musical, impropia de sus escasos 23 años, y manejó el instrumento con una elegancia y pulcritud mayúsculas.

En los '2 Nocturnos op. 62’, compuestos en los últimos años de vida de Chopin, se aprecian rasgos que claramente apuntan una evolución hacia el futuro impresionismo musical. Aquí y en las '4 Mazurcas op.17' que abordó a continuación, el lirismo en la ejecución del intérprete alcanzó cotas extremas, sin alardes gestuales, acariciando nuestros oídos con la sensibilidad y poesía que lograba extraer de cada nota en su inmaculado y elocuente fraseo, logrando cautivar definitivamente a un público que mantuvo, esta vez sí, un monacal silencio emocionado durante la actuación.

Aquí podemos escuchar a Blechacz interpretando el primero de los 2 Nocturnos de la opus 62:


video de maxiczekos

Tras limpiar el teclado una vez más, acometió, por último, la 'Polonesa Heroica en la bemol mayor op.53', una pieza épica en la que son habituales los excesos entusiastas, casi histriónicos, de algunos intérpretes, sin embargo Blechacz mantuvo el tempo y volumen precisos en otra ejecución impecable, rotunda y pulcra a la vez, inundando de nuevo la sala de emoción a través de su inteligente lectura de la partitura y no del patriótico aporreo del instrumento.

Una larguísima y merecida ovación, con numerosos bravos, premió al sonriente Blechacz, que se vio obligado a saludar reiteradamente y obsequió finalmente al público con el Scherzo de la ‘Sonata para piano nº 2 en La mayor Opus 2 nº 2’ de Ludwig van Beethoven, en un bis lleno de gracia y viveza.

Música la de ayer de la, mal llamada, fácil. Escuchada mil veces, eso sí. Pero, por eso mismo, resulta mucho más meritorio conseguir conmover al auditorio como lo hizo ayer este jovencísimo polaco, al que también se le veía disfrutar con su interpretación, y que está llamado a ser, si no lo es ya, toda una estrella.

Para finalizar, podemos ver aquí a Blechacz interpretando la Polonesa Heroica op. 53 de Chopin, por supuesto tras secar sus manos y el teclado:


video de cwai731

4 comentarios:

  1. Pues por si no has tenido bastante y quieres verlo again, el viernes 8 repite en la Iturbi...a ver qué nos depara la orquesta de Valencia, siempre es una incógnita.

    Paul Daniel, director
    Rafal Blechacz, pianoABONO 8
    L. van Beethoven, La consagración del hogar, obertura en do mayor, op. 124. Concierto nº 4para piano y orquesta en sol mayor, op. 58; B. Britten, Sinfonía de Réquiem, op. 20. Variaciones y fuga sobre un tema de Purcell, op. 34

    Por cierto, eso de limpiar el teclado no lo entiendo muy bien. Qué cosas, si hay algo que siempre me parece que está relimpio y megarefulgente es el piano, Ay, esas estupideces qué poco me gustan. Hay que hacerse notar ex-post nunca ex-ante, bueno, al menos en música a mi me parece que debería de ser siempre así.

    Gracie mille!

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  2. Anónimo7/5/09 00:15

    "terroristas de la tos, el moco sorbido y el estornudo feroz" jamás se podría haber definido mejor, eso en la Iturbi se diluye pero en una sala con 300 personas hubiera sido un detalle que se hubiera señalado al delincuente de la butaca 25 fila 11.
    Por lo demás,gran concierto,no salí defraudado,con los años se convertirá en uno de los grandes( sino no lo es aun, al menos el Chopin),estoy convencido.

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  3. Gracias por tu información, Assai,
    encantado de leerte. Sí, tenía noticia de la nueva actuación de Blechacz, pero hoy tengo otros planes. No me importaría volverle a ver para escuchar cómo se comporta con orquesta (aunque sea la de Valencia, como bien dices, siempre imprevisible). Me pareció un chico fantástico.
    El tema de la limpieza del teclado creo que se deberá más a un tic o a una enseñanza académica introducida machaconamente (seca siempre el teclado y las manos antes de cada actuación), que a una pose.
    Es verdad, anónimo visitante, que en una sala pequeña como la Rodrigo y en un concierto de un instrumento solista, cada ruido se veía amplificado enormemente, y hubo varios sujetos que no tenían excusa en su emulación del grito de Tarzán con toses. Dignos de expulsión. Pero en general si que aprecié un comportamiento más educado que otras veces en la sala Iturbi o ni digamos en Les Arts.
    Yo desde luego soy partidario de que, a aquellos que hacen ostentación de su mal comportamiento y peor educación en una sala de conciertos, se les debería, al menos, prohibir la entrada en la reanudación.

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  4. O darles un buen par de collejas, que seguro que se les pasa la tos al instante.

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