martes, 26 de enero de 2010

EL "WERTHER" DE JONAS KAUFMANN EN PARÍS


Una fiesta local que cae en viernes y Jonas Kaufmann en París cantando “Werther” de Massenet, eran dos circunstancias que, coincidiendo en el tiempo, resultaban demasiado tentadoras como para dejar pasar la ocasión, así que el pasado día 23 acudí a la Ópera de la Bastilla para asistir por primera vez a escuchar en directo al tenor alemán.

La producción presentada cuenta con la dirección artística del director de cine francés Benoit Jacquot, quien ha debutado en París con esta producción que ya estrenara en el Royal Opera House de Londres en 2004. Se trata de una puesta en escena de corte clásico, donde la acción se desarrolla en la época original del libreto y que aporta poca innovación conceptual, pese a que estéticamente es enormemente atractiva. No se trata de una propuesta recargada ni ampulosa, consiguiendo su objetivo dramático con simplicidad, al tiempo que alcanza algunos momentos de enorme belleza visual que me hicieron recordar la obra pictórica del danés Vilhelm Hammershøi.

La iluminación de Charles Edwards y André Diot es pieza clave del montaje y, aunque en algún momento resultó un tanto efectista (como en la súbita inundación lumínica que acompañó la invocación de Werther “et toi, soleil, viens m'inonder de tes rayons!”), consiguió impregnar la obra del tono adecuado, especialmente en los dos últimos actos. La escenografía de Edwards es sobria, apenas con los elementos imprescindibles para enmarcar la trama, pero sumamente eficaz, dejando grandes espacios libres que potencian el protagonismo de los cantantes y hace que en ellos se concentre toda la atención.

La procedencia cinematográfica de Jacquot se deja traslucir en una cuidadísima dirección de los movimientos de los actores y un acertado uso de los espacios. Muy llamativa resulta la escena final donde, tras escucharse el disparo suicida del protagonista, vemos a éste al fondo del escenario en su habitación, la cual se va acercando lentamente hasta quedar situada sobre la boca del escenario, en una curiosa simulación teatral de un travelling cinematográfico.

La dirección musical corrió a cargo del francés Michel Plasson, un experto en el repertorio operístico galo, quien tiene en su haber una magnífica grabación deWerther” en 1979, que considero de absoluta referencia, con la Orquesta Filarmónica de Londres y Alfredo Kraus en el papel protagonista. Plasson comenzó acusando una cierta morosidad, con algún problema incluso de sincronización entre el foso y los cantantes, pero enseguida el veterano director, pese a moverse en tiempos lentos, encontró el pulso de la obra y ofreció una lectura muy interesante, en la que potenció la faceta más melancólica y fatalista, con algunos detalles espléndidos, como el extraordinario preludio del IV acto y, en general, la hondura y fuerza expresiva que consiguió imprimir a la partitura, especialmente en los dos últimos actos.

La Orquesta de la Ópera Nacional de Paris funcionó a la perfección, logrando unas sonoridades precisas y depuradas, con ocasión para el lucimiento de los solistas de saxo y cello (¡magníficos los cellos!). Reconozco que, desde que la Orquesta titular de Les Arts nos tiene tan “mal” acostumbrados, son pocas las agrupaciones que consiguen sorprendernos, pero en este caso he de admitir que los parisinos tuvieron un óptimo rendimiento.

Jonas Kaufmann era el protagonista indiscutible del evento. Yo acudí con cierta prevención a mi primer encuentro con el tenor alemán, recelando un tanto de su adecuación a un personaje que siempre he identificado con voces de timbre más luminoso. Pero, tras escuchar a Kaufmann, sólo puedo decir que quizás su creación se parezca poco a otras precedentes, pero desde luego demostró que él es Werther.
Kaufmann hizo gala de sus mejores virtudes, entre las que sobresale su infinito abanico de matices con que maneja su voz oscura y abaritonada, consiguiendo transmitir toda la carga emocional del atormentado personaje, desde la desbordada pasión amorosa al dolor y desesperación de su renuncia, a base de expresividad vocal y exquisitas modulaciones, y no con desgarros veristas, sin que su exquisita línea de canto se resienta en ningún momento, acompañando todo eso, además, con su imponente presencia escénica y sus inmensas dotes como actor. Su primera intervención fue una extraordinaria “O nature, pleine de grâce” que ya apuntaba por dónde iba a ir la cosa. Rotundo y conmovedor el “Un autre est son époux!” del acto II. El “Lorsque l’enfant revient d’un voyage”, excelso. Y profundamente arrebatadora la pasión con que cantó su dúo del acto tercero, finalizando en un beso que casi asfixia a la Koch. Estuvo maravilloso en todas sus intervenciones, implicado en su papel desde el comienzo, con toda la intensidad y sensibilidad que es capaz de ofrecer Kaufmann en un escenario, demostrando en todo momento la inteligencia musical y dramática que le han llevado a estar situado en lo más alto del escalafón actual.
Cuando un cantante hace creíble los, muchas veces increíbles, personajes que interpreta, y consigue transmitir con su voz todas las emociones que viven esos personajes, entonces todo lo secundario deja de tener importancia, porque la magia de la ópera ha hecho acto de presencia.

Sophie Koch fue una magnífica Charlotte. Su voz, de centro bello y ancho con sobrado volumen, se movió en la zona aguda con incisiva autoridad. Quizás le faltase un punto de redondez en los graves, pero su dicción perfecta, excelsa musicalidad y derroche de expresividad, compensaron con creces cualquier carencia.

Ludovic Tézier, como Albert, conquistó al auditorio con su voz tersa y bien colocada, belleza tímbrica, homogeneidad de registros y perfección y control de la emisión.

La Sophie que compuso Anne Catherine Gillet, fue todo un descubrimiento para mí. La joven soprano belga asumió el rol con total desparpajo y madurez estilística, en una soberbia interpretación dramática y vocal, mostrando una voz limpia, con estrecho y agradable vibrato, muy segura en los agudos, que adornó con unas portentosas matizaciones, consiguiendo transmitir toda la dulzura e inocencia del personaje. Pude conversar brevemente con ella a la salida y estaba francamente emocionada por el éxito cosechado.

Muy notable fue también la actuación de Alain Vernhes como Le Bailli. Y más que correctos estuvieron Andreas Jäggi, como Schmidt, y Christian Tréguier como Johann.

Dentro del buen tono general hay que destacar también el coro de niños de la Ópera Nacional de París, tanto por sus voces, como por su desenvoltura escénica.

El público, que abarrotaba la inmensa sala de la Opera de la Bastilla, estuvo correctísimo en todo momento, y se agradeció que las toses y ruiditos de rigor no hiciesen ostensible acto de presencia rompiendo la magia de la noche. Para ser sincero, sí que un momento se escucho brevemente y a lo lejos el maldito ni no ni no - ni no ni no ni de la sintonía de Nokia, pero fue la excepción en un recinto que acogía a casi 3.000 espectadores.

De hecho, ni siquiera los aplausos interrumpieron ni una sola vez la representación, pese a que motivos hubo, y sobrados, para haberse dejado llevar por la emoción. Lejos de ser un indicio de frialdad o descontento con el espectáculo, lo interpreté como respeto ante la magnífica construcción musical que se estaba llevando a cabo entre el foso y el escenario, pues al acabar cada uno de los actos la explosión de aplausos y bravos era atronadora, y por supuesto al finalizar la función se desató la locura, sobre todo, con la salida de Herr Kaufmann, que cosechó una de las mayores cataratas de bravos que yo he escuchado.

Una fantástica experiencia este “Werther” de Kaufmann que podrá seguirse hoy, martes 26 de enero, gratuitamente por internet a partir de las 20.30 horas en las webs de Arte , Medici.tv y de la Ópera Nacional de París. Os aconsejo que no os lo perdáis.

 

17 comentarios:

  1. Gracias por la estupenda crónica, me alegro de que el viaje haya valido la pena; a mí no me gusta mucho el fragmento este de "Un autre es son epoux!" cantado por Kaufmann, no sé el resultado al escuchar la ópera completa, es un cantante que, por lo que pude apreciar en la Carmen de La Scala, resulta muy convincente en escena, pero en mi vida me pondría a escuchar una grabación de su Werther a palo seco -al menos por lo que he escuchado en Youtube-, me suena demasiado baritonal. Su Don José la verdad es que me gustó por lo que tu dices, la capacidad para transmitir los sentimientos del personaje de una manera profunda.
    Me queda una duda sobre la proyección de la voz, parece ser que los que lo han escuchado en directo dicen que corre muy bien por el teatro, y otra duda que tengo es si esa sensación abaritonada -que en el fragmento de Werther que has puesto me parece exagerada- también se tiene al escucharlo en directo y si la voz brilla en algún momento -en Carmen me dio la impresión de que sí-. Igual algún día me acostumbro pero es un timbre que se me resiste bastante, sobre todo en Werther, aunque debería esperarme a escucharlo completo.

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  2. Atticus, que pena no saludarnos, porque juzgando por la foto estuvimos a pocos pasos!! y me alegro que disfrutaste de la funccion. Que te guste Kaufmann , a pesar de la prevencion ;-))) me alegra tambien. Suele sorprender gratamente, si. A fin de cuentas el tono de su voz es cosa de gusto personal, su manera de cantar e interpretar es otra cosa totalmente distincta. Pero yo creo que la noche del 23 fue especial por el conjunto, orchestra, director, todos los cantantes. pocas veces se consigue tal armonia... celestial ;-)))) La proxima a ver si nos decimos hola, me encantaria :-)

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  3. No te puedes hacer idea de la envidia que me das ni de lo mucho que me alegro que lo disfrutaras :)

    Gracias por la foto grande ;)
    Mañana (hoy ya) estaré pegada con loctite a la TV, jejeje. La grabación ya la tengo rayadita..ahora solo me falta ponerle gestos ;) Y eso que a mi no me gustaba el Werther...

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  4. Una vez más una estupenda crónica. Mientras la leía me sentía talmente en Bastille sumergida en la atmosfera de la brillante representación con sintonía de nokia incluida.
    La escenegrafía tal como la describes resulta tremendamente atractiva y en especial el travelling final. Siento no haber ido y así de paso te hubiera saludado en los "couloirs".
    Sólo puedo aportar que mi única audición en directo del galán bávaro fue haciendo a Des Grieux con Dessay. Estuvo entregado y actor pero su "En fermant les yeux" le obligó a un extraño falsete que recordaba -con perdón- un grillo persistente. Sin embargo lo que le he oído y visto en cd y dvd me ha gustado mucho y creo que su Don José con Antonacci es francamente insuperable. Sus incursiones en las arias de Wagner prometen imprescindibles representaciones de algunas de las óperas del maestro alemán.
    Atticus: Celebro que lo pasarás bien porque además París fue tu escenario -casi nada- y nos has dejado compartir con tu habitual savoir faire una velada a recordar.
    Gracias.

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  5. Maac: Si yo escuchase "a palo seco" el fragmento posiblemente opinase lo mismo que tú. De hecho ya digo que fui con bastante prevención porque no me cuadraba un Werther tan abaritonado (aunque exista una versión para barítono).
    Desde luego en el teatro su timbre sigue siendo oscuro y abaritonado, pero sí alcanza momentos en que refulge.
    La voz también corre mucho mejor de lo que yo en principio esperaba. Evidentemente no es un vozarrón, pero se proyectó suficientemente en un recinto tan inmenso como La Bastille, y te aseguro que sus gloriosos pianissimi se escuchaban en el 2º piso.
    Su timbre es el que es y puede gustar o no, a mi no me desagrada, pero en cualquier caso cuando se consigue transmitir sentimientos con la maestría que él lo hace, a mí el resto me importa poco.

    Hariclea: Totalmente de acuerdo contigo respecto a la voz de kaufmann y su capacidad interpretativa. A mí también me hubiera gustado saludarte. A ver si la próxima contactamos.

    Kenderina: Pues a mí el Werther sí me gustaba y lo que no tenía claro es si me iba a gustar el Werther de Kaufmann, pero, sí, vaya si me gustó...

    Glòria: En París siempre se pasa bien. Si además se tiene la suerte de poder escuchar una función como la del otro día, ni los Nokia consiguen romper el encanto.
    Estoy de acuerdo en que su José es insuperable hoy por hoy, y que en el repertorio wagneriano tiene mucho que decir.

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  6. ¡VAYA SUERTE AMIGO!
    Felicidades por todo.
    Me conformaré con la transmisión de mañana, que ya es mucho.
    Bravo!

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  7. Fantástica crónica. Escucharé o veré esta noche Werther sin falta. Si no se estropea, creo que Kaufmann puede ser uno de los grandes tenores de comienzo de siglo. Muchas gracias otra vez por la crónica.

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  8. Me alegro mucho de que lo disfrutases, aunque tengo las mismas dudas que maac acerca de si yo lo habría disfrutado. Seguro que en vivo gana mucho.

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  9. Paris, bien vale un Kaufmann.

    Como siempre magnífica crónica, a lo tonto he llegado a la conclusión que las informaciones que dais tu, Maac, Titus, etc. de las óperas, son más completas, minuciosas y extensas que las que dan en los periódicos los que cobran, ...porqué será?

    Abrazos

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  10. Una función espléndida.A mí me gusta muchísimo Werther y Kaufmann me entusiasma.No es una voz de color clásico pero es muy distintiva y nada hiriente aunque lo más importante es su desbordante talento musical e interpretativo.Unos amigos mios de Barcelona estuvieron en esta misma función y me contaron que encontraron la dirección de Plasson algo falta de carácter.

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  11. Joaquim: Ahora que las has visto en Arte, soy yo quien te felicita, pues ya he visto en tu blog que has sacado el reclinatorio a pasear.

    Fedora: De acuerdo contigo, aunque creo que ya es uno de los grandes tenores de comienzo de siglo.

    Titus: Aun conociendo tu poca atracción por la voz de Kaufmann, puedo atreverme a decir que en directo te hubiera conquistado un poquito su interpretación.

    Alfredo: Incluso diría que Kaufmann bien vale un París.
    Lo de los críticos puede que sea porque ellos tienen limitaciones de espacio, y nosotros damos aquí la brasa sin contención, entrando además los lectores a decirnos cuánto le gusta el rollo que metemos...

    Dandini: Totalmente de acuerdo en que lo importante en Kaufmann es su talento interpretativo que hace que todo lo demás quede en un segundo plano.
    Yo, respecto a Plasson, no puedo decir que su dirección careciese de carácter. Creo que sí lo tuvo. Potenció la faceta sensual y melancólica, con unos tempi lentos que al principio le costó un tanto ajustar con la escena, pero que alcanzaron toda su fuerza y sentido a partir del tercer acto.

    Gracias a todos por vuestros comentarios.

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  12. Fantástica crónica Atticus. La verdad es que también me hubiera gustado poder disfrutar de este Werther en directo, pero me tuve que conformar con verlo a través de internet. Kaufmann estuvo impresionante en todos los aspectos, vocalmente y escénicamnete, sabiendo transmitir perfectamente todas las emociones del personaje. Maravilloso.

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  13. Llego bastante tarde a esta fantástica crónica, Atticus. No sabes como disfruté este "Werther" la primera vez que lo escuché, pero a la segunda, fue aún mejor. Sí que es cierto que la voz de Kaufmann me chocó al principio para cantar Werther que quizás es un role que lo asocio a voces mucho más ligeras, pero lo cierto es que no me desagrada en ambsoluto el timbre más que broncíneo de Kaufmann y sus dotes como actor son realmente geniales.
    Contribuye quizás la fantástica dirección de Benoît Jaqcuot que te da la sensación de que no estás viendo una ópera, sinó una película con esas aproximaciones de la cámara a los cantantes.

    Esta dirección alcanza su mejor punto en el cuarto acto, que es absolutamente GENIAL, tanto dirigido como cantado. Este acto final siempre me ha resultado pesado, pero con esta representación he descubierto un acto lleno de fuerza y contenido romántico digno de ser escuchado una y otra vez.

    Estoy de acuerdo con Fedora: la de Kaufmann es y será una de las voces importantes en los años que vienen. Qué ganas tengo de escucharlo en directo...

    Por cierto Atticus, estupenda crónica. Grácias por compartirla.

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  14. Gracias a ti, Brunilda, por compartir tus impresiones en el blog.
    Kaufmann acabará siendo un Werther referencial, aunque sus mayores posibilidades las vea en terrenos wagnerianos.

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  15. Estoy completamente de acuerdo contigo, Atticus!

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  16. Anónimo5/2/13 12:06

    Atticus, he visto mil veces el video entero (que rápidamente me compré) de esta opera. Descubrí a Kaufmann en You Tube hace un año (2012) en la célebre "Pour quoi me réveiller" y me quedé enganchada para siempre. De esta ópera me gusta la puesta en escena, me encanta Sophie Koch que está tan magnifica como Kaufmann, la orquesta, las dotes de ambos como actores. Sencillamente sublime. Los actores secundarios, todos maravillosos. Últimamente he visto al completo (la tengo en el ordenador i no ceso de mirarla) el Lohengrin de Kaufmann el 7 de diciembre de 2012 en La Scala i Kaufmann está sencillamente soberbio. Wagner le va muy bien a su voz. La voz de Kaufmann, a veces controvertida, a mi me parece soberbia, dulce y muy potente, libera los agudos con una facilidad pasmosa. No has de sufrir con él como con otros, que no llegan. En definitiva, es mi tenor favorito con diferencia. Nada que ver con Kraus, al que le he oido un Werther francamente malo para mi gusto. No se si has hecho alguna crónica de Kaufmann en Lohengrin de La Scala. Me gustaria mucho leerla. Hasta otro dia. Un abrazo.

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    Respuestas
    1. Bueno, a mí me gusta también mucho Kaufmann, especialmente cantando Wagner, pero creo que Kraus ha sido el mejor Werther de la historia de la ópera. Posiblemente la grabación que pillases fuese de sus últimos años donde presentaba ya carencias, aunque la técnica y la belleza del canto seguían siendo irreprochables.
      Sobre el Lohengrin de La Scala escribí aquí:

      http://elblogdeatticus.blogspot.com.es/2012/12/el-lohengrin-de-la-scala.html

      Un saludo.

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