El pasado sábado tuvo lugar la inauguración del V Festival del Mediterrani en el Palau de les Arts de Valencia, con el estreno de la ópera "Il Trovatore", de Giuseppe Verdi. La presencia en la sala de la Reina doña Sofía obró de nuevo el milagro de que a los politiquillos de esta Comunidad, de repente, les apasione la ópera y nos obsequien con su asistencia. La alcaldesa Barberá, el president Fabra, el presidente de les Corts, el ministro García Margallo o la, incomprensiblemente no cesada ni dimitida todavía, Delegada del Gobierno, se dejaron ver junto a otros más habituales en el recinto como la Consellera de Cultura Lola Johnson, la presidenta del Palau de la Música o el vicealcalde Grau. Y todos ellos, por supuesto, como moscas a la miel, rondando a la esposa del regio cazador de elefantes, mientras un desmesurado dispositivo de seguridad impedía, a veces con malos modos, el normal deambular de los aficionados por los espacios de Les Arts.
Dicho esto, quiero dejar claro que me parece muy bien que la Reina visite el teatro que lleva su nombre y ojalá que viniese más si su presencia puede entenderse como un guiño de apoyo a nuestro recinto operístico en estos complicados momentos que se viven, con gran incertidumbre sobre lo que nos pueda deparar el futuro. La lástima, como siempre, fue la eterna ausencia del ministro de cultura, pues hubiera sido una buena ocasión para que hubiera comprobado personalmente cómo, pese a los recortes motivados por la crisis, más los recortes extras de su gobierno, este teatro lleva a cabo una programación operística de primer rango, sin necesidad de cantantes de relumbrón, y contando con la mejor orquesta de foso y coro que hay actualmente en España, lo que debería llevarles a replantear su política actual de reparto manifiestamente injusto de las ayudas públicas.
Y es que la función del sábado creo que es de las que crean afición. Tuvimos la ocasión de disfrutar con una orquesta y un coro en estado de gracia, rindiendo a un nivel inmejorable; junto a un elenco de cantantes solistas muy homogéneo, donde todos cumplieron con nota alta sin que hubiera ninguna nota especialmente discordante y llegando en algún caso a entrar de lleno en terrenos de lo excelente; y con una dirección de escena que, mayoritariamente, gustó.
Precisamente, la dirección escénica corrió a cargo del dramaturgo, director de cine y ex director del Centro Dramático Nacional, Gerardo Vera. Para ser tiempos de crisis y después de haber padecido algunas porquerías como la “Carmen” de Carlos Saura o el “Don Giovanni” de Jonathan Miller, la propuesta de Vera, sin ser tampoco la bomba, a mí me convenció. Creo que puede considerarse efectiva y no especialmente discordante y, al menos, denotaba un trabajo de dramaturgia que, independientemente de que pueda gustar más o menos, creo que convierte en injustos los aislados pero ruidosos abucheos que obtuvo al finalizar, aunque se debe reseñar que el aplauso fue la respuesta mayoritaria.
Cuando yo leí que la misma escenografía servirá para acoger, además de este “Trovatore”, la “Medea” que se estrenará el próximo día 12, me temía lo peor y los espacios vacíos a lo Saura o la inmovilidad escenográfica a lo Miller vinieron a mi memoria, pero, lejos de eso, la propuesta de Vera cuenta con un componente escenográfico elaborado, complementado estupendamente con la iluminación de Juan Gómez Cornejo. Los videos creados por Álvaro Luna, algunos más conseguidos que otros, acabaron de dotar a la obra de un marco escénico que considero adecuado, de carácter intemporal, en el que los diferentes ámbitos en los que sucede la acción quedaban suficientemente descritos. Los gitanos aparecen como refugiados sin rumbo en un ambiente de opresión política, en medio de un entorno que podría representar cualquier ciudad en tiempos de guerra, con el fuego casi siempre presente, directamente o a través de las proyecciones.
Quizás la vertiente donde más parecía flaquear el trabajo de Vera fue en una dirección de actores que, especialmente en el caso de los movimientos del Coro y de la pareja protagonista, hubiera admitido un punto más de creatividad. Pero, en conjunto, creo que, pese a todo, nos encontramos ante un buen trabajo escénico.
En lo musical, Zubin Mehta dirigía por primera vez en Les Arts una ópera de Verdi y no me defraudó en absoluto. Es sabido que el maestro indio domina esta partitura y ahí están para atestiguarlo sus grabaciones, algunas de ellas, como la registrada con Domingo y Pryce, claro referente de la página verdiana. Mehta condujo la Orquestra de la Comunitat Valenciana sin ningún tipo de alarde ni pretensión exhibicionista, muy ajustado en los tiempos, manteniendo la tensión y adecuado en estilo, con un control preciso y equilibrado de las diferentes secciones musicales, con una percusión inspiradísima y la flauta de Álvaro Octavio haciéndonos vibrar es su particular diálogo con la soprano en “D'amor sull'ali rosee”. Hacía mucho tiempo que yo no asistía al estreno de una ópera en Les Arts donde se apreciase en la primera función tal ajuste y precisión en el foso y de éste respecto a las voces, así como un control tan cuidado del volumen de la orquesta, en un recinto cuya acústica suele favorecer que los cantantes se vean tapados con cierta frecuencia por los músicos. Desde mi punto de vista, el maestro Mehta desarrolló un fantástico trabajo de batuta y supo inundar la sala de puro aliento verdiano.
El Cor de la Generalitat, dirigido por Francesc Perales, estuvo espléndido en una obra en la que tiene un especial protagonismo, y, pese a que la dirección escénica en ocasiones le impuso un excesivo estatismo, ofreció en lo musical un rendimiento sobresaliente, brillando como en sus mejores noches.
Jorge de León debutaba el papel de Manrico. Si no me equivoco en las cuentas, es la séptima ópera que canta en este teatro el tenor tinerfeño, siendo el cuarto papel que debuta en Les Arts (tras el Turiddu de “Cavalleria Rusticana”, el Cavaradossi de “Tosca” y el Rodrigue de “El Cid”), todos ellos muy exigentes y el de Manrico no lo es menos. Claramente, De León fue de menos a más, con un comienzo de ópera en el que dio la impresión, no sé si real o mera apreciación mía, de cierto nerviosismo y rigidez, para irse progresivamente arriba y brindarnos una segunda mitad de ópera colosal, brillando especialmente en una “pira” antológica que hizo venirse abajo el teatro con un aluvión de bravos más que merecidos, y de ahí en adelante sólo fue a mejor, deslumbrando con una zona aguda y sobreaguda resplandeciente, llena de brillo y mordiente.
La soprano italiana María Agresta fue una excelente Leonora, para mí lo mejor de la noche. Pudimos ver en escena a una cantante joven, pero que mostró indudables rasgos de gran soprano verdiana. Presentó Agresta una voz luminosa, clara, de amplio registro y muy homogénea, con una pulida línea de canto y un exquisito uso del legato y las medias voces, consiguiendo enhebrar algunos pianísimos y filados espectaculares. Su buena dicción y la fuerza e intención de su fraseo completaron una actuación sensacional. Su juventud nos hace ilusionarnos con que todavía tiene mucha carrera por delante y tiempo para perfeccionar aún más las grandes condiciones vocales que ya presenta.
Bien, aunque a mi juicio jugando en otra división, estuvo también Ekaterina Semenchuck como Azucena, mostrando una gran expresividad, aunque por momentos rozase la sobreactuación con algún alarde de tintes veristas. Pese a que se echó de menos una mayor rotundidad de auténtica mezzo en la zona más grave, su actuación debo de calificarla de muy notable, con una voz fresca, limpia y algún agudo realmente brillante y sorprendente.
Quienes asistieron al ensayo general de este “Trovatore” me comentaron que no les había gustado demasiado, por ser generosos, el Conde de Luna del italiano Sebastián Catana. Afortunadamente, para el estreno del sábado fue sustituido por el barítono onubense Juan Jesús Rodríguez, teniendo el detalle los eficientes señores de Les Arts de informar del cambio en el reparto ¡tras el descanso!, supongo que después de escuchar por los pasillos durante el intermedio algunos comentarios, como los que yo oí, acerca de lo mucho que estaba gustando Catana, el cual me consta que estaba en una pizzería cercana levantándose unas cervezas. Oficialmente se ha dicho que la causa de la sustitución ha sido la indisposición del cantante italiano, si bien las noticias que a mí me han llegado hablan de un cambio de última hora ante el pobre rendimiento de Catana en los ensayos. Confío en que, si es así, el cambio se mantenga en las próximas funciones y no sólo haya sido una artimaña para evitar las críticas negativas del estreno ni castigar las reales orejas de doña Sofía de Grecia.
Y es que Juan Jesús Rodríguez llevó a cabo una actuación muy meritoria, sobre todo teniendo en cuenta que tuvo apenas 24 horas para incorporarse al equipo, demostrando un gran sentido del declamar verdiano y fuerza interpretativa, siendo muy ovacionado en su aria.
Tampoco creo que se pueda reprochar nada al Ferrando del bajo chino Liang Li, mostrando poderío cuando fue preciso, y dejándonos expectantes respecto a las prestaciones que pueda ofrecer en este mismo Festival del Mediterrani como el Rey Marke de “Tristan e Isolda”, un compromiso, sin duda, de mayor envergadura.
Muy destacable, como siempre, Ilona Mataradze, esta vez en el breve papel de Inés, corriendo muy bien la voz y con solvente presencia escénica.
Y muy correctos estuvieron también Leonard Bernad, Jesús Álvarez y, sobre todo, Mario Cerdá, quien se marcó un precioso detalle, regulando, en su fugaz intervención.
Al finalizar, hubo grandes ovaciones para todos los artistas, que fueron especialmente intensas para la pareja protagonista, y para Juan Jesús Rodríguez y Zubin Mehta, por parte de un público que casi llenaba el recinto, salvo en los pisos más altos, donde se apreciaban huecos.
No quisiera finalizar mi crónica sin reseñar dos cosas que me llamaron la atención. La primera, fue la coincidencia de Helga Schmidt en el palco junto a la Consellera de Cultura Lola Johnson. Justo antes de apagarse las luces mantenían una apasionada (lo intuyo por sus ostensibles gestos) conversación que, igual trataba sobre la repoblación de angulas en la Albufera, pero que me hizo desear fervientemente poder haber escuchado lo que allí se decía.
La segunda circunstancia que quería comentar fue el bochornoso espectáculo de ver en el intermedio a la jefa de protocolo de Les Arts acompañando a la Reina doña Sofía, con el pinganillo puesto e intentando arrancar, cual cutre regidor de concurso televisivo, el aplauso del público que por allí se encontraba. Por cierto, sin ningún éxito.
Bueno, pues hasta aquí esta crónica en la que quería dejar constancia de la que fue sin duda una muy buena noche en la ópera, aunque no cantase Lasparri, y que me lleva a hacer un llamamiento público para que todos los aficionados a la música que puedan se acerquen en los próximos días a Les Arts, porque vale la pena.
AQUÍ podéis leer también la imprescindible crónica de Maac.
video de PalaudelesartsRS
video de PalaudelesartsRS
Atticus, eres un fenómeno, no te has dejado nada. No puedo estar más de acuerdo con tus apreciaciones.
ResponderEliminarHa sido un espectáculo magnífico. Jorge de León cada vez me gusta más y Juan Jesús Rodríguez fue toda una revelación. Por lo demás en todo de acuerdo con el autor de este blog, al que felicito.
ResponderEliminarPero no todo fue alegría, claro. De vergüenza solo pensar lo que nos ha debido de costar la visita de la ¿todavía esposa? del ciudadano Borbón. Tanta policía, tanto guardia de mala leche... los políticos de pacotilla alardeando como gallinas pintadas... dan asco.
Y lo peor, a la salida. Al cruzar la avenida con el semáforo en verde para los peatones, la comitiva pasó arrollando. El coche de la municipal que encabezaba a todos esos mangantes, nos pasó a medio metro y encima obligando a que la gente se detuviera... se ve que tendrían alguna urgencia. O es que habrán nacido por otro sitio?
Y la pelotería de los aplausos a la real consorte... de pena, lo mismo que el patético viva que alguna paniaguada le soltó al final. País...
Me alegro de leer que todo ha ido tan bien en lo musical y en lo escénico. El tema de los políticos y la consorte real también me alegra porque lo cuentas con gracia, pero en el fondo es más bien triste. Sobre todo lo de la encargada de protocolo intentando iniciar un aplauso entre el público. Por lo visto, tuvo tanto éxito como los abucheadores a la hora de despertar la adhesión del respetable.
ResponderEliminarGracias por la crónica, Atticus. Yo también me lo pasé muy bien.
ResponderEliminarSiempre que voy a ver y escuchar alguna ópera, al día siguiente espero con ganas vuestras opiniones (Atticus, Maac y Titus) por reforzar lo que sentí y pensé cuando estaba en la sala. Casi siempre de acuerdo. Yo también disfruté "Il trovatore". Percibí emoción por parte de todos los que participaron. Y eso que al principio no me gustó Jorge de León que, teniendo un timbre adecuado, no controló su potencia ni empastó con María Agresta. Pero estoy de acuerdo en que a medida que iba pasando la obra, su voz iba encontrando su sitio . Una noche importante para los que nos gusta la ópera con la esperanza de que el Palau continue en esa línea (no hace falta presupuestos enormes sino gusto por hacer las cosas bien).
ResponderEliminarEstuve el Sábado en "Il Trovatore", una representación de altísimo nivel. Hay que congratularse porque en estos tiempos de crisis se siga ofreciendo en Les Arts espectáculos de tanta calidad. Supongo que nuestros incultos políticos que llenaron todos los palcos de honor alrededor de nuestra Reina, tomarían buena nota y dejarán de una vez el acoso y derribo del Palau. Agradecer a su Majestad, cuya sensibilidad cultural es incuestionable, su presencia y apoyo a nuestro teatro.
ResponderEliminar"Il Trovatore" fue magnífico. Una gran representación. Extraordinario Zubin Metha, una grandísima dirección, la orquesta, ¡qué bien volvió a sonar después de los numerosos desajustes de Plácido Domingo en "Le Cid"! y el Coro. Metha, orquesta y coro, a un nivel auténticamente excepcional. ¡Qué gozada!. El reparto, de altísimo nivel y muy equilibrado. Jorge de León estuvo en su línea, iendo de menos a más. Flojo en los dos primeros actos, por su ya conocida línea de canto (como no "aprenda a cantar" corre el serio peligro de perder su preciosa voz en pocos años), y muy bien en el tercero y cuarto. Cantó muy bien "In quella pira" (técnicamente no es difícil en contra de lo que muchos creen), con su interminable nota final, que provocó los aplausos del mismísimo Zubin Metha. María Agresta es una soprano de bellísima voz y altísimo nivel, sin llegar a ser excepcional. Una "Leonora" muy adecuada, que cantó muy bien. Una voz adecuada a su papel. No así Ekaterina Semenchuk, que cantó bien pero, para mi gusto, su voz no se acopla a "Azucena". Hace falta una voz más grave. La suya, en muchos pasajes, sonaba más a soprano que a mezzosoprano. Gratísima sorpresa Juan Jesús Rodriguez, un gran barítono que interpretó muy bien al "Conde de Luna", con el mérito de haber llegado a Valencia la víspera. Una voz a tener muy en cuenta para próximas temporadas y quizá para esta ya que apostaría que vá a cantar las 5 funciones que quedan de "Il Trovatore" y que a Sebastián Catana lo mandan a casa por su bajo rendimiento, salvo que el dinero lo impida. Muy bien "Ferrando" de Liang Li un muy buen bajo que dejó un muy buen sabor en espera de su "Tristan und Isolde". Muy bien todos los coprimarios, con especial mención a Ilona Mataradze otra soprano a seguir para próximas temporadas. Joven, vive en Valencia y canta muy bien. ¿Por qué no probar un primer papel en estos tiempos de crisis?.
Me gustó mucho la producción muy trabajada en su conjunto (puesta en escena, iluminación, vestuario y movimiento de actores) y no comparto en absoluto el injustificado abucheo de dos que siempre tienen que llamar la atención. No se puede abuchear a quien trabaja y esta producción estaba muy trabajada. Si no te gusta, te callas, no aplaudes y punto.No les secundó nadie.
En fin, una extraordinaria ópera estupendamente representada e interpretada, a un nivel que ya quisieran para sí muchos teatros del mundo.
Curioso que compartieran asiento Dña. Helga y la Consellera de Incultura. No sé qué hablarían ya que no tienen nada en común. Helga es una magnífica directora musical (administrativamente es otro cantar) pero la Consellera aún no sé ni cómo la nombraron ni cómo sigue ahí. En fín, no quiero ser más crítico. Fue una noche estupenda, un grandísimo Verdi, al que voy a volver. Este "Il Trovatore" vale muy mucho la pena y funciones como la del Sábado justifican mi afición a la ópera. Fue simplemente deliciosa y se la recomiendo a todo el mundo. Hay muchas entradas sin vender y dos horas antes se consiguen con un 50% de descuento. Cualquier buen aficionado no debe dejar pasar esta oportunidad.
Un aficionado a la ópera.
Maac: No sabes cuanto me alegra en esta ocasión coincidir contigo, ya que tú eres el experto en Trovatores.
ResponderEliminarAnónimo: Totalmente de acuerdo en lo que comentas sobre el impresentable comportamiento de esta gente. Eso sí, yo firmaría ya mismo que la reina volviese a todas las funciones, aunque nos generase molestias, sólo por ver como la corte de pelotas se ve obligada a tragarse dos tristanes en versión concierto sin rechistar.
Titus: Espero verte pronto por aquí y conocer tu opinión de este Trovatore.
Lo de la corte de los milagros, ni aunque lo cuente Chiquito tiene gracia.
Arian: Fue una lástima no vernos, aunque, por lo que he leido por el blog de maac, sí que te escuché... jajaja...
Amparo: Gracias por tu comentario. Ojalá el Palau de les Arts continuara en esta línea: buenas voces, inmejorable orquesta y coro, y producciones decentes. Esa es la mejor garantía de futuro. Ahora es el momento de que el público responda también llenando el teatro.
Aficionado a la ópera: Gracias por dejarnos como siempre tu interesante crónica. Coincidimos completamente.
Lamentablemente yo no tengo tanta confianza en que ni este Trovatore haga recapacitar a estos políticos que no aprenden ni a garrotazos.
Me gustaría que tuvieses razón y que la sustitución de Catana por Rodríguez permaneciese las próximas funciones.
Yo también volveré y espero que la gente se anime y acabe llenando el teatro estos días. La ocasión lo merece.
El señor Atticus me va a disculpar que haga un inciso a modo de continuación de lo expresado en el blog de Maac. Espero que no le moleste que me tome la libertad.
ResponderEliminarAl Aficionado a la ópera que no quiere dar la cara en ninguno de los dos blogs, hay que decirle que tanto trabaja el que canta, como el que enseña, opera o informa en un telediario. Le aseguro que todos los que hacemos algo, lo hemos logrado por méritos propios y evidentemente, no nos abuchean, no. Pero si no se hace lo que se pide, se nos echa. A lo mejor el día que a alguien le tengan que quitar un riñón, el cirujano se equivoca y termina matando al paciente, pero como estaba todo muy bien pensado (falló en el último momento, fue un lapsus), mejor nos callamos o le braveamos.
Le saluda nuevamente, el borrego de turno y le informo que seguiré abucheando cuando considere oportuno.
Arian: No hay nada que disculpar, puedes tomarte la libertad de escribir lo que consideres oportuno.
ResponderEliminarY por supuesto me parece muy bien que abuchees a quien consideres que se lo merece, pues tan lícita reacción del público debe ser el abuchear como el bravear
Yo de lo que soy experto es de entrar al teatro, sentarme y escuchar.
ResponderEliminarBueno, maac, admitiré tu modestia... pero se te olvida que además de sentarte y escuchar, eres también experto en poner orden con aquellos que no dejan escuchar...
ResponderEliminar¡Qué ganas de ver un Trovatore como el que describes!. Hace un par de años tuve que soportarlo por un desgraciadamente desafinado Marco Verti y una Cedolins esforzadísima. Es una ópera bellísima que tendré que revisar en dvd. Se aceptan sugerencias.
ResponderEliminarSaludos Atticus y gracias por esta crònica canónica. ¡Lo qué sabes!
Glòria: Pues nada, anímate a una escapada a este Trovatore que vale la pena. Y no digamos si lo comparamos con Il Desafinatore de Barcelona que tuvimos la desgracia de presenciar hasta por TV.
ResponderEliminarEn DVD hay todo un clásico que es el de karajan con Domingo, Kabaivanksa, Cossotto y Cappuccilli.
Recientemente ha salido el del Metropolitan con Radvanovsky (excelsa), Marcelo Álvarez, Hvorostovsky y Zajick.
Volví a "Il Trovatore" el pasado Lunes. Mi impresión fue exactamente la misma que el día del estreno, con alguna matización. Es difícil encontrar un "Il Trovatore" de este nivel. Metha, la orquesta y el Coro estuvieron sensacionales. La mejor del reparto, sin duda, María Agresta, una soprano de altísimo nivel. Lo peor, Sebastian Catana, un barítono mediocre que sigue cantando el "Conde de Luna" porque no hay dinero para mandarlo a casa y sustituirle como se hizo, excepcionalmente, el primer día. Destacar que nadie abucheó nada y que el público dió sobradas muestras de desconocer "Il Trovatore" al aplaudir constantemente a destiempo. Metha se volvió una vez, en otra ocasión hizo un gesto como diciendo "ahora podeis aplaudir" y en otra ocasión tuvo que parar la música y esperar a que terminara con sus aplausos un público que nunca esperó a que terminara la música para aplaudir. Me dieron la noche. Supongo que muchos compraron las entradas a mitad precio a última hora y en su vida habían estado en una ópera. Una pena para una representación de altísimo nivel.
ResponderEliminarUn aficionado a la ópera
Aficionado a la ópera: Yo he vuelto hoy a "Il Trovatore". Coincido contigo en que se han repetido las buenas sensaciones del estreno con la excepción de Catana. Decir que es mediocre creo que es ser muy generoso. Es un barítono malo, sin paliativos. No hay punto de comparación con el buen papel que hizo Juan Jesús Rodríguez el día del estreno.
ResponderEliminarMe parece una absoluta vergüenza que le ocultaran de los oídos reales en la primera función alegando indisposición, cuando estaba el señor Catana en un establecimiento cercano poniendose morado de pizza y cervezas, y luego nos lo suelten aquí poniendo el punto negro en un reparto muy notable.
A la mayor parte del público le ha dado igual, eso es verdad, porque incluso le han braveado.
Bueno, entonces veo que los que dan la noche son también los que aplauden a destiempo y cuando no deben. Y luego me dan lecciones de cómo debo actuar, ¡terminada la función y en los saludos finales!.
ResponderEliminarTambién se decía que los tributos a Juan Jesús eran desmedidos. Pues escuchen a Catana.
Gracias Atticus, por la reseña de la segunda función.
Que pesadito el señor Arian. Hijo, su abucheo no ha sido secundado, ha sido injustificado e incluso mal educado. Punto. Siempre tendrá usted que sacarlo a relucir a cada post? Ya lo hemos captado. Gracias.
ResponderEliminarUna puntialización. Que el señor Catana se ponga morado de pizza y cerveza no impide que estuviera indispuesto vocalmente. El día del estreno, según me informaron de fuente fidedigna, estuvo en el teatro y una vez iniciada la función, se hechó para trás al no tener plena capacidad VOCAL para cantar. Lo que sí coincido plenamente es que no es mediocre. Es sencillamente malo.
Simplemente puntualizar a "tenor di grazia" que el día del estreno el Sr. Catana, que desconozco dónde estaba ni cómo estaba, no cantó ni una sola nota de la ópera. No salió al escenario para nada. Su sustitución estaba anunciada desde el día anterior en la página web del teatro. Me temo que su informante le ha contado, lo cuál es cierto, que la sustitución se anunció por megafonía antes de empezar el III acto, con lo que entiendo el mal entendido, aunque si su amigo se hubiera fijado y escuchara un poco las voces, se habría dado cuenta que seguía cantando el mismo barítono que al inicio de la ópera y que en ese instante no había habido sustitución alguna. Quede claro para evitar confusiones. El día 26 de Mayo, el Sr. Catana no cantó "Il Trovatore" en el Palau de Les Arts. Ni una sola nota.
ResponderEliminarUn aficionado a la ópera
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarMi mujer y yo fuimos ayer al T. y fue realmente emocionante: espectacular. No vamos mucho a la ópera pero ayer fue algo grandioso. ANÉCDOTA: en un momento en q la orquesta 'calla' y canta alguien, un chelo (el + próximo al director) hacía el remo con el arco como si estuviera en una canoa, cogía el instrumento como una guitarra.... otras veces hablaba con gestos con el 1r violín así como cosa d chistes.... Zubin Mehta tuvo q reconvenirle con gestos juntando las manos como rogándole q dejara d hacer el imbécil. ¿No es 'pa' matar al del chelo? Yo creo q allí estaban todos en serio y no toca ese tipo de actitud... pero ya véis q lo he calificado de 'anécdota'......
ResponderEliminarENHORABUENA POR EL BLOG. Una pasada. El de 'maac' tb'.
Como dice Aficionado a la Ópera, Catana no llegó a cantar en el estreno y la decisión de que no lo hiciese fue tomada poco más de 24 horas antes del mismo, teniendo que venir urgentemente Juan Jesús Rodríguez.
ResponderEliminarDe que Catana estaba bebiendo cerveza y comiendo pizza el día del estreno, doy fe, que lo vieron mis ojitos. Por supuesto que eso no es incompatible con que vocalmente pudiera estar indispuesto, aunque después de escucharle me parece que la indisposición vocal es innata.
javillaplana: Bienvenido al blog y gracias por tu comentario, espero contar con tu participación en más ocasiones. Lo que comentas del cello solista no es habitual. Tendría el día tonto. El ambiente de concentración, seriedad y trabajo que se respira en esa orquesta es proverbial, no siendo incompatible con "el buen rollo" que es evidente que existe entre los músicos.
Nosotros fuimos este viernes pasado a la última representación.
ResponderEliminarFue magnífica en todos los sentidos y coincido plenamente contigo en todo lo que dices.
Eso sí, alguien dice más arriba que "la pira" no es tan difícil como dicen... yo sólo diré que en ninguna grabación ni en directo he escuchado una "pira" igual: cuando parecía que había dado todo, suelta el "MI" de alarmi y sigue aún más...
Aunque me coman los cancerberos de la ópera: ni a Pavarotti le oí nada igual.
Saludos y enhorabuena por lo dels amics de la opera.
Yo no voy a entrar a valorar la mayor o menor dificultad de "la pira", Peritoni. Lo que sé es que he escuchado a muchos tenores ilustres estrellarse o trampearla, y De León, aunque la haya bajado medio tono, ha hecho unas representaciones de grandísimo nivel.
ResponderEliminarGracias por tu comentario