Esta mañana, por
fin, tras una espera demasiado larga, condicionada supongo por cumplir todos
los formalismos derivados de los cambios en los órganos de gobierno de la
Fundación Palau de les Arts, se ha dado a conocer en rueda de prensa el
contenido de la temporada operística 2018/2019 en el teatro valenciano. La
presentación ha corrido a cargo de la recientemente nombrada presidenta del
Patronato de Les Arts, Susana Lloret, del secretario autonómico de Cultura, Albert Girona y de la secretaria artística del teatro, Liviana
Caporale. Parece que el próximo día 13 será Ramón Gener quien haga
la presentación oficial al público en el propio teatro.
La sensación con
la que me quedo después de conocer las previsiones para la temporada próxima es
de decepción. Es verdad que hace apenas mes y medio, tras la dimisión de Biondi
que ponía la guinda a la de Livermore de diciembre, y con la inacción de
la conselleria de Cultura, yo era de los que pensaba que no iba a haber
temporada alguna, así que quizás lo más sabio sería decir que ya nos podemos
dar con un canto en los dientes y tirar una mascletà. Pero el ser humano es así
de egoísta, no puedo evitar manifestar que no me parece una temporada para seguir intentando estar entre los teatros de primer nivel. Habrá que ser
paciente y tomarlo como una temporadita de transición; como bajar un año a
segunda división para coger fuerzas y reconstruir un equipo que pueda optar al
siguiente a jugar la Champions (este ejemplo futbolero lo pongo por si me lee
alguna lumbrera de la conselleria o del IVAC, que sepan de qué hablo).
Lo siguiente que
hay que dejar muy claro es que el nuevo equipo de gobierno de Les Arts no tiene
la más mínima responsabilidad, ni para lo bueno ni para lo malo, que pueda derivarse
de esta programación. Es un paquete bomba que se han encontrado en el despacho
del ex intendente, quien andaba cerrando esta programación cuando se marchó y
ha habido que acogerse a la misma si queríamos tener algo. Y no sólo eso,
intuyo que además la estampida de Biondi en abril habrá hecho modificar
también más de una previsión, con lo que al final ha quedado una temporada con
bastante poco sentido a mi juicio, aunque posiblemente resulte muy atractiva al
neófito o pueda llevar a Les Arts a nuevos públicos que respondan a la llamada
de títulos muy populares; pero desde luego no creo que tenga el más mínimo
tirón fuera del territorio autonómico. Veo muy difícil que se vaya a viajar a
València a propósito para ver óperas híper representadas, con un par de
excepciones.
Pero bueno, es lo que hay.
La pretemporada,
que otros años se ha caracterizado por ofrecer oportunidades a jóvenes
cantantes, empieza a lo grande el 17 de octubre, nada menos que con Turandot, de Puccini, con el
protagonismo previsto de la soprano norteamericana Jennifer Wilson, inolvidable
Brünnhilde de nuestro añorado Anillo, y el incombustible
clik de Famobil Marco Berti que será Calaf
por tercera vez en este teatro. Estarán acompañados por Miren Urbieta
como Liú y Abramo Rosalen como
Timur. La producción es la misma ya
vista, revista y requetevista en Les Arts, la de las banderitas, ideada por el
cineasta Chen Kaige y que para algunos aficionados siempre estará ligada
a la entrañable despedida del maestro Mehta de Les Arts en 2014. Me
parece bien que si se repone un título en pretemporada se procure aprovechar
una producción propia, aunque no sé si tiene mucho fuste repetir por ¡¡cuarta!!
vez esta Turandot. En la dirección
musical se anuncia a Alpesh Chauhan, que parece que Rajoy esté
comiéndose un polvorón caducado, pero no, es el nombre de un joven director británico.
Están previstas seis funciones en la sala principal durante el mes de octubre. Espero que, igual que en años anteriores, se ofrezcan las localidades a precios
populares.
La temporada
operística propiamente dicha se inaugurará el 1 de diciembre con una nueva producción
del Palau de les Arts y el Festival de Ópera de Macerata de La flauta mágica, de W.A. Mozart.
Se anuncian cinco funciones más los días 4, 7, 9, 13 y 15 de diciembre. La
dirección escénica correrá a cargo de Graham Vick y la musical del
alemán Lothar Koenigs, ex director de la Welsh National Opera, y que no
sé si estaba previsto ya en las meninges de Livermore o ha sustituido en
los planes a Biondi. En el reparto nos encontramos con un hombre
bastante querido en Les Arts, el tenor ruso Dmitry Korchak, como Tamino, quien estará acompañado por Mariangela
Sicilia (Pamina), Mark Stone
(Papageno), Tetiana Zhuravel (Reina de la Noche) y Wilhelm
Schwinghammer (Sarastro). No está
mal, pero no creo que tenga la relevancia que debería tener la producción de apertura
oficial de la temporada.
Enero vuelve a
estar en blanco de óperas, algo que ha sido habitual durante la intendencia del
señor Livermore, quien aprovechaba este mes, de máxima actividad
operística en todo el mundo, para dejarnos colgados mientras él se iba a
presentar producciones suyas por ahí fuera.
Si esta temporada
la “rareza” verdiana ha sido Il Corsaro,
la próxima le toca el turno a I
Masnadieri, que podrá verse los días 6, 9, 12, 15 y 17 de febrero de 2019,
en una coproducción del teatro San Carlo de Nápoles y La Fenice veneciana, con
dirección escénica del milanés Gabriele Lavia y dirección musical de Roberto
Abbado. Tampoco sé si estaría inicialmente previsto Abbado o es otra
sustitución de Biondi. En el reparto previsto se encuentran Fabio
Sartori, Artur Rucinski, Dominick Chenes, Roberta Mantegna o Michele
Pertusi. Con todos los Verdi interesantes que aún quedan por ver en
este teatro (Falstaff, Ballo in maschera, Ernani, Attila…) estos Masnadieri no es que me entusiasmen
especialmente, pero bueno, al menos es la única ópera nueva que oiremos en Les
Arts este año.
Los días 22, 24,
28 y 31 de marzo llegará una de las cosas que más me motiva del próximo año
(por título y director), la Iolanta
de Tchaikovski, con dirección musical de Henrik Nánási quien,
otra temporada más y esto es una excelente noticia, regresa a Les Arts. La dirección escénica será de Mariusz Trelinski en una producción del Teatro Marinski. En el reparto
aparecen los nombres de Alexander Roslavets, Gevorg Hakobyan y Boris
Pinkhasovich, pero tampoco se dice nada sobre quiénes asumirán los papeles
de la pareja protagonista. Esta es una ópera en un acto que apenas llega a las
dos horas y que es frecuente programarla en programa doble con otra ópera
corta. No parece que vaya a ser el caso de Les Arts.
En abril, los días
11, 14 y 18, con función didáctica el 16, volverá la zarzuela a Les Arts con La Malquerida, de Manuel Penella,
en una coproducción del Palau de les Arts y Teatros del Canal de Madrid que se
representará en la sala Martin i Soler por miembros del Centre Plácido Domingo. La dirección escénica se encomienda a Emilio
López, antiguo colaborador de Livermore en numerosas producciones y
de quien ya pudimos ver la Madama
Butterfly de la pretemporada actual. El director musical será el
sabadellense Santiago Serrate.
Como parece que
menos de dos Verdi por temporada debe ser pecado livermoriano, en mayo
(días 11, 14, 17, 19 y 22) vuelve a Les Arts Rigoletto. Esta vez en la conocida producción de ABAO y el San
Carlos de Lisboa con dirección escénica de otro habitual en Valencia, Emilio
Sagi. En la dirección musical vuelve a aparecer anunciado Roberto Abbado
y en el reparto aparece, no sabemos cuánto tardará en cancelar, Leo Nucci quien compartirá el papel protagonista con Vladimir Stoyanov, Gilda será la napolitana Maria Grazia Schiavo y el Duca Celso Albelo. Si al final viene Nucci ya pueden empezar las funciones pronto para dejarle bisar hasta que cierren el parking.
La temporada
finalizará con el que, de antemano, se presenta como su plato fuerte, Lucia di Lammermoor, de Donizetti,
en una coproducción de la Opéra de Monte-Carlo y el New National Theatre de
Tokio, con dirección de escena de Jean-Louis Grinda y musical de… a ver
si lo adivináis… sí, Roberto Abbado, que después de lo poco que se ha
prodigado la presente temporada, a la próxima va a chupar foso como un galeote. El
reparto de esta Lucia es el que
genera a priori mayor interés, con el protagonismo de la pareja formada por la
soprano Jessica Pratt y el tenor chino Yijie Shi, a quienes
pudimos ver el año pasado en el estupendo Tancredi
que cerró temporada. Junto a ellos estará otro cantante que se prodiga bastante
últimamente por Les Arts, el bajo Alexánder Vinogradov. Hay previstas
seis funciones los días 22, 25, 28 y 30 de junio y 3 y 6 de julio de 2019.
Y hasta aquí el
programa operístico. Una ópera en pretemporada y cinco en temporada, más una zarzuela
en la Martin i Soler. Más o menos como este año. Se anuncia un recital de Lang Lang el 23F. Además tendremos conciertos
con la presencia de batutas como Plácido Domingo, quien vuelve a anunciar concierto pre navideño con el Cor de la Generalitat además de un recital de ópera y zarzuela. Otros directores presentes serán Ramón Tebar, Takács-Nagy, Óliver Díaz, Roberto Abbado, Miguel Ángel Gómez Martínez, Jordi Bernàcer, Pablo Rus, Gustavo Gimeno y Christopher Franklin. Y también nos castigarán con el
consabido ballet, en esta ocasión El lago
de los cisnes con una compañía de Kazajistán, algo que francamente no
alcanzo a comprender.
Como decía al
comienzo, después de haber estado más convencido que nunca de que, esta vez sí,
Les Arts se iba definitivamente al hoyo, encontrarse ahora con una temporada
anunciada con Turandot, Flauta Mágica, Masnadieri, Iolanta, Rigoletto y Lucia, debería ser motivo de satisfacción. Si además de eso se
trata de óperas que, casi con toda seguridad, van a dar muy buenos resultados
en taquilla; y si encima se perciben algunos gestos y comportamientos en los
nuevos gestores de Les Arts que animan a ser optimistas respecto a la evolución
de los acontecimientos en los próximos meses, parece que debería acabar esta
entrada justo al contrario de como la empecé, manifestando mi incondicional alegría
ante el anuncio de la temporada. Pero no puedo evitar sentirme un poco decepcionado.
Las temporadas de
Livermore siempre han tenido un par de títulos súper populares que se unían a otras obras menos conocidas y a
incursiones en todo el repertorio, desde el barroco al siglo XX. Este año
tenemos 4 títulos de los más populares del repertorio (Turandot, Flauta, Lucia y Rigoletto) y dos menos
conocidas, aunque una de Verdi y otra de Tchaikovski. Y de esas
seis, cinco ya se han representado en Les Arts, únicamente Masnadieri es novedad. Por supuesto, para evitar sarpullidos y náuseas del ex intendente, ni Wagner, ni Strauss ni nada que huela a germánico más allá de Mozart. Este año ni el repertorio francés tiene presencia, sólo el ruso con Iolanta y el resto, aparte de la Flauta, ópera italiana. Y por lo que respecta a la variedad de
estilos o periodos compositivos, La Flauta
es de 1791, pero el resto son de 1835 (Lucia),
1847 (Masnadieri), 1851 (Rigoletto), 1892 (Iolanta) y 1926 (Turandot).
Poca diversidad.
Ya sé que algunos
me estarán poniendo a parir por mirar con lupa una programación de emergencia
para salvar el tipo, lo siento. Desde luego si Livermore no hubiera
dimitido y nos estuviera presentando ahora esta temporada os aseguro que mi
tono sería muchísimo más duro. Esperaba que el armazón que estuviera montando
fuera más interesante de lo que ha acabado siendo que casi me ha recordado al programa de una compañía búlgara itinerante. Confiaba en que hubiera dejado algún otro Britten apalabrado, o incluso, iluso de mi, que se hubiera acordado de que este año se conmemora el centenario del nacimiento de Leonard Bernstein y tuviéramos una Candide, por ejemplo. Aunque Bernstein parece que tendrá presencia en el concierto que dirigirá Christopher Franklin.
En cualquier caso
no quisiera transmitir mal rollo. Me lo tomaré como una temporada de transición
y de hacer caja, y creo que podemos tener cierto optimismo en que el nuevo
equipo gestor va a hacer lo posible por sacar esto adelante con ideas nuevas.
De momento el que se vaya restableciendo una cierta estabilidad con una
temporada anunciada, es muy positivo. Ahora habrá que ver cómo evoluciona la
elección de director artístico y musical porque de ello sí que dependerá decisivamente
el futuro de nuestro teatro.
Efectivamente un año más sin Wagner.De las programadas para mí, Rigoletto, Iolanta y sobre todo la Lucía por volver a escuchar en directo a Jessica Pratt, que desde que cantó aquí el maravilloso Tancredi no ha dejado de cantar por todo el mundo con gran éxito. Saludos.
ResponderEliminarVicente Llevantis.
La Lucia es en principio la única que presenta un nivel alto y cierto atractivo.
EliminarIolanta y Masnadieri por lo infrecuente y poco más.
Nucci atraerá su público, pero no está ya para muchos trotes, ir a verle es ir ya al show más que nada.
Pero bueno, nos confortará pensar que al menos seguimos vivos.
Hola, Atticus. Un comentari molt encertat. Temporada de transició, convencional i de pocs riscos. Potser, per excepció i vist com estem, siga una virtut. Una òpera russa és un canvi que s'agraeix. La temporada podria completar-se i guanyar volum amb alguna altra producció digna en la sala Martín i Soler. No sé, una obra contemporània. O una obra fàcil de muntar, com ara Mozart i Salieri, que atrauria gent per la seua relació amb el film Amadeus. Bé, no dic més, que no vull programar-li la temporada al futur director o directora del PdlA. Una abraçada.
ResponderEliminarLa entrada de Iolanta es satisfactoria. Una Turandot para el gran público y la Lucia con buen reparto también. Pero falta compensación y equilibrio y algún detallito hacia el repertorio actual, continuar con Britten, en fin, posibilidades había muchas sobre el papel sin caer en este ópera para dummies...
EliminarHahaha! M'has dit dummy? Per l'obreta de Rimski-K? Això requereix una explicació.
EliminarJo també haguera volgut que continuàrem amb Britten, però ens hem guanyat que no el programen. Sé dels teus esforços, i ni t'imagines els meus, per a omplir Peter Grimes. I sobraven entrades per a aquella meravella. Ara, Berlioz està per vendre al 50%. Necessitarem un director/a amb molta personalitat i criteri per a no caure en l'espiral d'empobriment cultural a canvi d'èxit de taquilla. Això sí que acabaria destruint el Palau, no la renúncia d'este o aquell personatge. Una abraçada.
Per cert, pareix que era veritat que Abbado no es duia bé amb Livermore. Ara la seua participació ja és el titular de veritat.
ResponderEliminarCreo que es una temporada en la que sin duda han ido a asegurar por las circunstancias del momento. No sé cuántos cambios habrán hecho respecto de la idea original, pero resulta increíble que no haya absolutamente nada de barroco. En fin, Lucia y Iolanta salvan un poco la temporada. Esperemos que en la siguiente arriesguen bastante,bastante más y tengamos algo germánico, ruso, otro Britten...
ResponderEliminarYo confío en que la próxima temporada tenga al menos algunos guiños a los aficionados que nos saquen de este aeiou y se marque un poco la línea de la nueva dirección. Pero lo principal será contar con un nuevo director artístico. A partir de ahí veremos.
EliminarCreo que la protagonista de la ópera rusa es Lianna Haroutounian, un lujo. Y la verdad,está temporada echaré de menos a Kunde, una gran perdida
ResponderEliminarSí, Haroutounian aparece ahora anunciada... Buena noticia
EliminarPodrás verlo y oírlo en el Palau de la Música el 9 de febrero con La canción de la Tierra de Malher
Eliminarvaga del cor dies 20 i 24.
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