Escuchando a Eileen Farrell en el post que dediqué recientemente a la “falsa” ópera de Bernard Herrmann “Salammbô”, me ha apetecido seguir disfrutando de la espléndida voz de esta cantante norteamericana y vuelvo a traerla al blog.
Farrell fue una cantante bastante atípica, que llegó al mundo de la ópera desde la radio y que posteriormente centró su carrera más en recitales y salas de grabación que en los teatros de ópera. Su extraordinaria voz la convirtió en su momento en una de las intérpretes wagnerianas referenciales y, sin embargo, jamás llegó a representar en escena una ópera de Wagner. Diferentes causas confluyeron en que se produjese este hecho, pero la propia Farrell apunta dos: que ella misma pensaba que su voz podría quedar dañada si se entregaba de lleno al repertorio wagneriano y que consideraba que, existiendo intérpretes en activo como Birgit Nilsson, ella no podría nunca competir al mismo nivel.
Yo discrepo radicalmente de esta apreciación y, aunque es cierto que la competencia escénica en aquellos años era terrible (Nilsson, Varnay), Eileen Farrell podía haber aportado muchísimo y tenía sobradas facultades para haberse mantenido en la primera línea del canto wagneriano. Baste escuchar algunos de los registros que existen, como este Liebestod de “Tristán e Isolda”, grabado en 1951 junto a la New York Philharmonic Orchestra, dirigidos por Victor De Sabata:
De cualquier modo, hoy quería mencionar aquí otra vertiente distinta de la polifacética Farrell, cual es la de sus incursiones en el repertorio del swing, el jazz o la canción popular, terrenos en los que también sobresalió.
No estamos aquí ante la típica cantante de ópera que en un momento dado tiene la tentación de grabar temas de música ligera, limitándose a hacer un impropio alarde de agudos y trinos, sino que Farrell ofrece lo mejor de su voz, pero con una adecuación estilística, un buen gusto y una musicalidad impecables.
Eso es lo que realmente me ha impresionado. Normalmente estamos acostumbrados a escuchar a divos/as de la ópera que se permiten el capricho de grabar algún disco con incursiones en territorios del pop o del jazz, pero cuando les oímos reconocemos inmediatamente que se trata de cantantes de ópera haciendo algo que no es lo suyo. Con Farrell no ocurre eso.
Si comparamos su voz como Isolda del video anterior, con los que incluyo a continuación, parece que estemos escuchando a dos cantantes completamente distintas.
En primer lugar, podemos oír a Farrell en 1961, acompañada de Luther Henderson y su Orquesta, interpretando el tema de Van Heusen y Cahn “The second time around”:
En el siguiente video, acompañada de la misma Orquesta, interpreta “My funny Valentine” de Rodgers y Hart:
Y por último, os dejo con Eileen Farrell llevando a cabo una soberbia interpretación del tema “But not for me”, compuesto por George e Ira Gershwin originariamente para el musical “Girl Crazy”, y que posteriormente ha sido objeto de innumerables versiones. Dicen que Farrell declaró en una ocasión que esta era su canción preferida. No sé si será cierto, pero desde luego la canta como si lo fuera:
Farrell fue una cantante bastante atípica, que llegó al mundo de la ópera desde la radio y que posteriormente centró su carrera más en recitales y salas de grabación que en los teatros de ópera. Su extraordinaria voz la convirtió en su momento en una de las intérpretes wagnerianas referenciales y, sin embargo, jamás llegó a representar en escena una ópera de Wagner. Diferentes causas confluyeron en que se produjese este hecho, pero la propia Farrell apunta dos: que ella misma pensaba que su voz podría quedar dañada si se entregaba de lleno al repertorio wagneriano y que consideraba que, existiendo intérpretes en activo como Birgit Nilsson, ella no podría nunca competir al mismo nivel.
Yo discrepo radicalmente de esta apreciación y, aunque es cierto que la competencia escénica en aquellos años era terrible (Nilsson, Varnay), Eileen Farrell podía haber aportado muchísimo y tenía sobradas facultades para haberse mantenido en la primera línea del canto wagneriano. Baste escuchar algunos de los registros que existen, como este Liebestod de “Tristán e Isolda”, grabado en 1951 junto a la New York Philharmonic Orchestra, dirigidos por Victor De Sabata:
De cualquier modo, hoy quería mencionar aquí otra vertiente distinta de la polifacética Farrell, cual es la de sus incursiones en el repertorio del swing, el jazz o la canción popular, terrenos en los que también sobresalió.
No estamos aquí ante la típica cantante de ópera que en un momento dado tiene la tentación de grabar temas de música ligera, limitándose a hacer un impropio alarde de agudos y trinos, sino que Farrell ofrece lo mejor de su voz, pero con una adecuación estilística, un buen gusto y una musicalidad impecables.
Eso es lo que realmente me ha impresionado. Normalmente estamos acostumbrados a escuchar a divos/as de la ópera que se permiten el capricho de grabar algún disco con incursiones en territorios del pop o del jazz, pero cuando les oímos reconocemos inmediatamente que se trata de cantantes de ópera haciendo algo que no es lo suyo. Con Farrell no ocurre eso.
Si comparamos su voz como Isolda del video anterior, con los que incluyo a continuación, parece que estemos escuchando a dos cantantes completamente distintas.
En primer lugar, podemos oír a Farrell en 1961, acompañada de Luther Henderson y su Orquesta, interpretando el tema de Van Heusen y Cahn “The second time around”:
En el siguiente video, acompañada de la misma Orquesta, interpreta “My funny Valentine” de Rodgers y Hart:
Y por último, os dejo con Eileen Farrell llevando a cabo una soberbia interpretación del tema “But not for me”, compuesto por George e Ira Gershwin originariamente para el musical “Girl Crazy”, y que posteriormente ha sido objeto de innumerables versiones. Dicen que Farrell declaró en una ocasión que esta era su canción preferida. No sé si será cierto, pero desde luego la canta como si lo fuera:
¡Que bueno! Tienes razón, a mi por lo general no me acaban de convencer los cantantes de ópera puestos a cantar otro tipo de musica, por eso que comentas: la voz suele ser excesiva para según que temas. en este caso, efectivamente no es así. Ese "But not for me" es una delicia.
ResponderEliminarGracias por traerlo.
María Teresa: A mí no me gustan tampoco las aventuras extraoperísticas de los cantantes, salvo muy escasas excepciones, porque suelen estar fuera de estilo, forzadas y suenan falsas y pretenciosas.
ResponderEliminarFarrell es otra cosa. Suena como tiene que sonar, o mejor.
Me alegra que te haya gustado.
Cuatro cortes distintos que parecen cantados por cuatro diferentes intérpretes. Realmente la divina Farrell era camaleónica, en el mejor sentido de la palabra.
ResponderEliminarIndiscutible Isolda; dulce baladista en "The second time around" (canción que adoro); jazzista improvisadora en "My funny valentine" y vocalista contundente en "But not for me".
A mi donde más me gusta es en el solo de "Babes in arms" (1937) "My funny valentine" que cantaba Mitzi Green con sólo 16 años mirando una foto de su pretendiente ("valentine", aunque no se llamaba Valentine), en el reparto original.
En "But not for me" está estupenda, pero ay!, aún no ha nacido nadie que lo cante como lo cantaba Judy Garland. Y lo curioso del caso es que lo estrenó Ginger Rogers, con una voz desastrosa, en 1930. Cuando yo ví a la Rogers en "Mame", en 1969, ya había aprendido a cantar y qué bien lo hizo entonces, pero en los años 30 y 40 del pasado siglo no.
Durante el tiempo que Ethel Merman compartió el cartel con la Rogers en "Girl cracy", siendo ella la segunda de a bordo, tuvo el honor de concluir el primer acto con dos canciones seguidas: "Sam and Delilah" y "I got rhythm" que la catapultó a la fama, convirtiéndose en la mejor estrella que ha tenido Broadway, pero nunca pudo evitar la amargura de ir por debajo de Ginger Rogers, en la marquesina del teatro Alvyn. Tanto es así que cuando les ofrecieron a ambas estrenar "Mame", aunque Ethel Merman debía ser Vera Charles quiso ir por delante de la Rogers(la protagonista, Mame Dennis). No llegaron a un acuerdo y los roles fueron a parar a Angela Lanbury y Beatrice Arthur, convirtiéndolas en dos nuevos mitos de Broadway.
En el foso de la orquesta del estreno de "Girl cracy" estaban Red Nichols, Glenn Miller, Benny Goodman y Gene Krupa, entre otros futuros extraordinarios solistas y directores de banda. Nada menos!
La Farrell ha dado pie a múltiples posts y aún dará para muchos más, pues un auténtico pozo lleno de sorpresas, todas agradables y sensacionales.
COLBRAN
Ya llevo tiempo saboreando a la Farrell y cuanto más saboreo, más me satisface.
ResponderEliminarEs normal que como cantante de ópera me guste, la voz era sensacional y la interprete, mayúscula, pero cuando me deslumbra es cuando cuelga el habito de soprano dramática y se nos viste de vocalista, entonces literalmente me puede.
Me estoy haciendo neo-farrelliana después de que dediquéis material tan bueno en vuestros blogs. Me encanta haga lo que haga. Mis preguntas: no subió a la escena para cantar Wagner, ¿lo hizo para otras óperas? Joaquim, ¿cuándo el duo con Sinatra que prometiste?
ResponderEliminarEstoy de acuerdo contigo, Colbran, en que es difícil cantar "But not for me" como lo hizo Judy Garland.
ResponderEliminarInteresantísima la historia que cuentas de Rogers y Merman, y ¡vaya foso el del estreno!.
Joaquim, comparto tu rendición ante la Farrell vocalista.
Kalamar, Farrell sí cantó en escena otras óperas (Cavalleria Rusticana, Il Trovatore, Medea, la Forza del Destino, Gioconda, Andrea Chenier, etc. -e incluso una Atlántida de Falla-) lo que, si no me equivoco, no hizo fue cantar ópera escenificada en teatros fuera de USA.
Como tantas otras grandes artistas, descubrí a Farrell gracias a Joaquim y a Colbran. Les di las gracias en su momento y se las vuelvo a dar ahora porqué me acercaron a una cantante extraordinaria y, como bien dices, Atticus, intérprete mimética donde las haya, distinta la soprano operística de la cantante de blues y siempre grande.
ResponderEliminarValentine es una de mis canciones y la interpretación de Farrell es, prácticamente, la que prefiero.
Gracias por este post excelente, tan en tu estilo.
Solo tengo un CD de EF. "Sings Verdi". Es excepcional bajo mi modesto punto de vista. NO será una verdiana de manual pero no anda lejos.
ResponderEliminarBienvenido al blog, Gonzalo.
ResponderEliminarEl CD de Farrell cantando Verdi es una joyita. Cantando así, conmoviendo de esa forma con su voz ¿para qué hacen falta manuales que nos digan lo que es estrictamente ortodoxo?.
Gracias por tu comentario