“Le Sommeil” (El Sueño) – Gustave Courbet – 1866 – Musée du Petit Palais - Paris
Gabriel Fauré es una de las grandes figuras de la música francesa, de cuyos valores fue un firme defensor en un momento histórico en que la influencia alemana, especialmente wagneriana, dominaba Europa. En un primer momento, su música es claramente hija del Romanticismo, pero poco a poco irá creando un estilo propio, haciendo evolucionar la música de su país hacia nuevos horizontes, anticipando el impresionismo musical y a figuras como Debussy o Ravel, que culminarán definitivamente la identidad de la música francesa del siglo XX.
Fauré destacó especialmente en el campo de la música más intimista, como las obras para piano o de cámara, pero sobre todo en sus mélodies o canciones, de la cual es considerado como el maestro.
Dentro de ellas, quizás la más conocida sea “Aprés un reve”, compuesta en 1877 sobre un poema de su amigo, el poeta y profesor de canto Romain Bussine, quien a su vez realizó la trascripción de un antiguo poema toscano anónimo.
Se trata de una melodía para voz y piano que forma parte de la Opus 7 del autor, junto con otras dos canciones, “Hymne” y “Barcarolle”. La obra desprende tristeza y melancolía y requiere una interpretación llena de sensibilidad.
Aprés un reve
Dans un sommeil que charmait ton image
je rêvais le bonheur, ardent mirage;
tes yeux étaient plus doux, ta voix pure et sonore,
tu rayonnais comme un ciel éclairé par l'aurore.
Tu m'appelais et je quittais la terre
pour m'enfuir avec toi vers la lumière;
les cieux pour nous, entr'ouvraient leurs nues,
splendeurs inconnues, lueurs divines entrevues...
Hélas! Hélas!, triste réveil des songes!
Je t'appelle, ô nuit, rends-moi tes mensonges;
reviens, reviens radieuse,
reviens, ô nuit mystérieuse!
Después de un sueño
Mientras dormía, atesorando tu imagen,
soñé la dicha, un espejismo ardiente:
Tus ojos eran más dulces, tu voz pura y sonora,
brillabas como un cielo en la claridad de la aurora.
Tú me llamabas y yo dejaba la tierra
para escapar contigo hacia la luz;
los cielos para nosotros entreabrieron sus nubes,
esplendores desconocidos, divinos claroscuros…
¡Ay! ¡Ay! ¡Triste despertar de los sueños!
Te llamo, oh noche, devuélveme tus engaños,
¡regresa, regresa radiante,
regresa, oh noche misteriosa!
Actualmente se pueden encontrar por la red infinidad de versiones de esta obra, para todo tipo de voces e instrumentos. He decidido traer hoy aquí algunas de ellas.
Para empezar la escucharemos en la voz de una soprano, en este caso la francesa Veronique Gens, acompañada al piano por Roger Vignoles:
A continuación, es una mezzosoprano, Nathalie Stutzmann, quien nos seduce con su bellísima voz:
Y es ahora un barítono, el francés Gérard Souzay, quien nos presenta su versión del tema:
Ahora podemos oírla en la voz del tenor sueco Nicolai Gedda, acompañado al piano por Aldo Cioccolini:
Por último, de las infinitas versiones instrumentales que he encontrado (hasta para ocarina), he decidido finalizar con esta para violoncelo en la interpretación del gran Mstilav Rostropovich, acompañado al piano por Alexander Dedukhin:
¡Bueno, bueno, que belleza! Gracias, Has puesto unas versiones muy bien escogidas, porque los intérpretes son tan diferentes que casi no son comparables..digo casi, porque inevitablemente comparo, y me quedo con la versión de Nathalie Stutzmann y después con la versión para cello y piano, me ha parecido hermosísima.
ResponderEliminarFantásticas las versiones. A mí me gusta mucho la versión de Ninon Vallin, tiene algo especial y creo que es la falta de afectación, esta en youtube creo que en reproducción directa del vinilo:
ResponderEliminarhttp://www.youtube.com/watch?v=5Rf5up2ob9k
La versión de Ninon Vallin es magnífica, Maac. La había tenido en cuenta para incluirla, pero el sonido era horripilante y al final te hacía casi sufrir más que disfrutar.
ResponderEliminarAlgo parecido me ocurrió con la versión para cello, la de Misha me gusta mucho, pero había un video de Pau Casals (del mismo usuario de youtube que el de Vallin) con una interpretación extraordinaria, pero un sonido fatal.
Yo he de reconocer también, Mª Teresa, mi debilidad por Stutzmann.
Stutzmann y Souzay son especialistas y se nota, pero Gedda es un crack, cantaba de todo y siempre bien. Me quedo con su versión.
ResponderEliminar¡Bravo Atticus! Una de mis seis mil canciones predilectas. nunca me avergüenza decir -no es una confesión- que la descubrí a travñes de Barbra Streissand y su vinilo "Classical Barbra" donde había una hermosa antología de canciones que Streissand versionaba con desigual fortuna. Ha llovido tanto desde entonces que he aprendido a escucharla de mil maneras mejores pero le debo la primera.
ResponderEliminarEn mi casa suena mucho la de Gens si bien las demás que has puesto son todas muy interesantes así como la crónica que nos haces con un poco de historia de este bellísimo "Aprés un rêve".
À bientôt!
"Seis mil canciones predilectas"... realmente acertar contigo no tiene mérito, Glòria...
ResponderEliminarÀ bientôt!
Sí, Atticus. Ya lo creo que tiene mérito. Hay millones de "cosas" que se cantan y rechazo y entre éllas se incluyen, claro está, un montón de los llamados "clásicos".
ResponderEliminarO sea que diste en el blanco con "Après un rêve" y no lo hubieras dado, por ejemplo, con "J'aime les militaires" que sin que me disguste me parece del todo prescindible.
Gracias por permitirme esta sentida manifestación en favor del discriminador musical que me acompaña casi siempre.
Excelencia en todo! Me gusta más Natalie Stutzmann. Y de las interpretaciones para Chello que he escuchado, esta es la mejor con Rostropovich. Se me hace más intensamente melancólico
ResponderEliminarrealmente me cuesta comprender la sensibilidad celestial de este genio del corazon ,que a uno lo hace soñar y volar por las nubes pero respaldado por la inteligencia..grande GABRIEL FAURE.
ResponderEliminarsoy joel fernando zuñiga de CHILE
EliminarTotalmente de acuerdo contigo respecto a la genialidad de Fauré, auténtica medicina para el alma.
EliminarGracias por tu comentario Joel