Esta mañana han comparecido en
rueda de prensa en el Palau de les Arts, la secretaria autonómica de Cultura y
Deporte de la Generalitat, Raquel Tamarit, el presidente del Patronato
de Les Arts, Pablo Font de Mora y el director artístico, Jesús
Iglesias Noriega, para hacer público el anuncio de los espectáculos que,
con el permiso de pandemias, huelgas o incidencias varias, están destinados a
componer la temporada operística valenciana 2021/2022. De paso, se ha hecho
público lo que ya venía rumoreándose insistentemente desde hace meses, como es
la designación del norteamericano James Gaffigan como nuevo director
titular de la Orquestra de la Comunitat Valenciana para los próximos
cuatro años, algo que, como ya he comentado numerosas veces en este blog, no me
alegra especialmente, pero de esto ya habrá tiempo de hablar.
Quiero empezar agradeciendo
de nuevo, pública y expresamente, el esfuerzo que se sigue haciendo desde Les
Arts para continuar ofreciendo una programación variada y de calidad, pese a
las restricciones derivadas de la emergencia sanitaria que, aunque muchos no se
lo crean, seguimos viviendo. Su comportamiento durante
este pasado año, manteniendo el teatro abierto y adaptándose a las muy
cambiantes circunstancias, ha resultado realmente ejemplar dentro del panorama
nacional e internacional, y la programación que se ha ofrecido en medio del
caos general ha sido muy relevante, aunque haya sido permanentemente ignorada
por los medios oficiales que, sin embargo, están luego pendientes de la más
mínima ventosidad que se expulsa en Madrid o Barcelona.
Para esta nueva temporada que
se ha presentado hoy se mantiene una programación suficientemente variada que
puede atraer a distintos tipos de público, con alguna cosa especialmente
interesante a priori, como la representación por primera vez en la historia de Les
Arts de una ópera de Alban Berg. En total, como ocurriese el pasado año,
se anuncian cinco óperas en la sala principal, dos de menor formato en la
Martin y Soler, una ópera semiescenificada, el Réquiem escenificado y una zarzuela. Aparte de eso, se ofrece la habitual
programación sinfónica y de lied. Y, además, el barroco y la música antigua cobran
un especial protagonismo a partir de esta temporada (permitidme que
personalmente no tire cohetes por la noticia, aunque reconozca que es un
acierto) con la creación de un ciclo específico.
La temporada se abrirá el 30
de septiembre con el espectáculo que estaba destinado a inaugurar el pasado
ejercicio pero que, como consecuencia de las garantías sanitarias que exigía la
situación de la pandemia en aquellos momentos, finalmente fue suspendido. Se
trata del famosísimo Requiem
de W.A. Mozart, que llegará al escenario de la sala principal de Les
Arts, además del ya indicado 30 de septiembre, los días 2, 3, 6, 8 y 10 de
octubre, en una peculiar versión escenificada que cuenta con la dirección
escénica de Romeo Castellucci. Es una coproducción del Palau de les Arts
con Adelaide Festival, Theatre Basel, el festival de Aix-en-Provence, Wiener
Festwochen y La Monnaie. La dirección de la Orquestra de la Comunitat Valenciana
correrá a cargo del hoy nombrado como nuevo director titular, el norteamericano
James Gaffigan, y los solistas anunciados son Elena Tsallgova
(soprano), Sara Mingardo (Contralto), Sebastian Kohlhepp (tenor)
y Nahuel Di Pierro (bajo); contando también con la imprescindible
participación del Cor de la Generalitat. Esperemos que esta vez la
situación sanitaria no impida la celebración del espectáculo.
En el tiempo que lleva Jesús Iglesias al frente de la
dirección artística de Les Arts, parece haberse instaurado que todas las
temporadas cuenten con una ópera en versión concierto o semiescenificada en la
sala principal, con orquestas externas y batutas de prestigio. Esta vez, para
el día 24 de octubre, se anuncia una única función de Parténope, de Georg Friedrich Händel, con el regreso a Valencia de la Orquesta Les Arts
Florissants y William Christie a la batuta, tras su exitosa La
finta giardiniera que nos ofrecieran en 2019. Buena noticia esta
vuelta de William Christie, aunque haya de ser con una ópera
barroca de esas que tan poco me estimulan. Entre las voces se anuncian las de Ana
Vieira Leita, Hugh Cutting, Alberto Miguélez Rouco, Jacob
Lawrence, Helen Charlton y Matthieu Walendzik.
El hueco reservado a la
zarzuela la próxima temporada tiene asignadas cuatro funciones, en la sala
principal, los días 3, 5, 7 y 10 de noviembre, para uno de los títulos
emblemáticos del género, Doña Francisquita, de Amadeo Vives, que vendrá servida en una
producción del Teatro de La Zarzuela, con dirección de escena de Luis
Pasqual, que cuando se estrenó en Madrid originó una considerable polémica
y algunas críticas feroces. La dirección musical se ha encomendado al alcoyano Jordi
Bernàcer y entre las voces destacan los nombres de Ruth Iniesta, María José Suárez, Ismael Jordi,
Ana Ibarra o Albert Casals, entre otros.
Los días 12, 18 y 20 de
noviembre, el protagonismo recaerá en los alumnos del Centre de
Perfeccionament ese que ya no lleva el nombre de un cantante que venía
todos los años a Valencia y fue muy famoso, pero que ahora parece que no haya
existido nunca, para llevar a escena una nueva producción del Palau de les Arts,
en coproducción con el Festival de Ópera de Oviedo, de toda una rareza, Un
avvertimento ai gelosi, de Manuel García.
La dirección escénica contará como responsable con Barbara Lluch y en la
dirección musical y piano se anuncia el nombre de Rubén Fernández Aguirre.
Los días 10, 13, 16, 17, 19 y 22 de
diciembre se podrá ver la primera ópera de la temporada en la sala principal,
con la reposición de la Madama Butterfly, de Giacomo Puccini,
con dirección de escena de Emilio López,
que ya pudimos ver en 2017. La dirección musical correrá a cargo de Antonio
Fogliani, y el papel femenino protagonista será interpretado por la destacada
soprano letona Marina Rebeka. En
el resto de voces anunciadas hay nombres como Piero Pretti, Cristina
Faus, Àngel Òdena o Jorge Rodríguez-Norton. Van
ya cuatro Butterfly desde que inició
Les Arts su actividad, lo cual me parece algo excesivo. Está claro que es el
título programado para conseguir el tirón de público más numeroso y está
destinado a que se agoten las localidades disponibles para las seis funciones
previstas, pero hay otros títulos puccinianos que aún no han pisado el coliseo
del Jardín del Turia o que se han visto menos veces y que probablemente
obtuvieran la misma respuesta popular sin machacar al abonado fiel.
Los días 20,
23, 26, 28 y 31 de enero de 2022, podremos disfrutar de un hueco para la
ópera francesa, con el estreno de la célebre Los cuentos de Hoffmann
de Offenbach, en una producción de la Semperoper de Dresde que contará
con el atractivo de la dirección musical de Marc Minkowski. La dirección
escénica es obra del alemán Johannes Erath y es bastante probable que no
deje indiferente a nadie. Entre los solistas anunciados destaca el reto asumido
por la soprano sudafricana Pretty Yende, una cantante que es ya toda una habitual en los principales teatros
internacionales, especialmente el Met neoyorquino, y que interpretará
los cuatro papeles femeninos de Olimpia,
Antonia, Giulietta y Stella. El
personaje de Hoffmann estará
encarnado por el buen tenor estadounidense John
Osborn.
Una de las primeras víctimas operísticas
de la pandemia en este teatro fue el Ariodante
de Georg Friedrich Händel, previsto para representarse en abril de 2020
y que obviamente hubo de cancelarse. Ahora se anuncian de nuevo tres únicas
funciones de esta joyita barroca para los próximos 1, 4 y 6 de marzo. Es
innegable que estamos ante una de las obras más relevantes del género y que
cuenta con algunos de los fragmentos más bellos y conocidos surgidos del genio
de Händel. Se presenta con la coproducción que estaba prevista para 2020
del Festival d’Aix-en-Provence, la Dutch National Opera, la
Canadian Opera y la Lyric Opera de Chicago, con dirección de escena de Richard
Jones. El director musical será el italiano Andrea Marcon y entre las voces principales se anuncian las de Sandrine Piau, Luca
Tittoto, David Hansen, Jane Archibald y Christophe
Dumaux entre otras. Ya sabéis que la
ópera barroca no es precisamente lo que más disfruto, pero me parece casi una
exigencia que el barroco cuente con un hueco reservado en su programación
anual. Lo que ocurre es que en este caso pasamos de la nada a tener dos óperas
de Händel en la misma temporada. Es esta otra de las cosas que se me
escapan...
Los días 3, 9 y 13 de
marzo, la ópera volverá a la sala Martín y Soler y a los alumnos del Centre
de Perfeccionament ese que ya no lleva el nombre de un cantante que venía
todos los años a Valencia y fue muy famoso, pero que ahora parece que no haya
existido nunca, con Trouble in Tahiti, de Leonard Bernstein, una propuesta que resultaba
muy interesante de entrada, pero que al haberse programado de forma
independiente como ópera en un acto y no integrada en la posterior ópera de Bernstein, A quiet place, como así
hiciera el compositor, pienso que pierde parte de su atractivo, lo que se une a
haberse aparcado en la Martin y Soler y con alumnos del Centre. Pero, sea como
fuere, no deja de ser una propuesta original e interesante. Se trata de una
producción de la Dutch National Opera con dirección de escena de Ted Huffmann y dirección musical de Jordi Francés.
El 31 de marzo se estrenará Macbeth, de Giuseppe Verdi, en
una producción de la Royal Danish Opera de la que se anuncian cinco funciones
más los días 3, 5, 8 y 10 de abril. La dirección musical correrá a cargo de Michele
Mariotti y la escénica es obra de Benedict Andrews. No acaba de
entenderse que con relevantes títulos verdianos pendientes de pisar por primera
vez el escenario de Les Arts, se opte por repetir Macbeth, una obra que ya tuvimos aquí en 2015, aunque es verdad que
fuese con ese barítono sui generis que se llama Plácido Domingo. Uy,
perdón, que he mencionado al innombrable… No obstante, esta cita es una de las
que de entrada genera un mayor interés si se confirma la pareja protagonista
formada por el grandísimo Carlos Álvarez, y la magnífica soprano Anna
Pirozzi.
La temporada finalizará con la programación los días 26, 29 y 31 de mayo y 3 y 5 de junio
de 2021, del espectáculo que más me
motiva de la temporada y constituye la
primera representación de una ópera de Alban Berg en el coliseo de Calatrava,
y que es esa obra maestra titulada Wozzeck.
La dirección musical correrá a cargo del nuevo director titular de nuestra
orquesta, James Gaffigan; mientras que la escénica es responsabilidad del
alemán Andreas Kriegenburg, en una producción de la Bayerische
Staatsoper. Contará con un reparto muy interesante liderado por el estupendo barítono
Peter Mattei, quien estará acompañado por Christopher Ventris y
por la magnífica Eva-Maria Westbroek que retorna a Les Arts tras
habernos dejado absolutamente traspuestos con aquella Sieglinde que nunca olvidaremos. Dicho esto, me llama la atención
que, después de pasar todos estos años sin programar a Berg, se elija
estrenar este Wozzeck, el mismo año
que esta ópera se va a representar en el Liceu. Es evidente que la coordinación
entre los teatros españoles es nula y todos salen perdiendo con ello,
especialmente con un título como este, que no es habitual, y que muchos
aficionados optaríamos por viajar para verlo.
Pues hasta
aquí el programa operístico previsto. En cuanto al apartado
sinfónico, que sigue recluyéndose incomprensiblemente en ese disparate acústico
mal llamado Auditori, se anuncian nombres como los de Gustavo Gimeno, Josep Pons, Juanjo Mena, Mark Elder, Ricardo Minasi y el
nuevo titular de nuestra orquesta, James Gaffigan, que parece estar dispuesto a ofrecer un programa dedicado a Rodrigo,
Dvorak y Ravel. Por su parte, en el rincón reservado al lied, otro de los grandes aciertos de la gestión
de estos últimos años, encontramos citas absolutamente imprescindibles con las
voces de Mariane Crebassa, Leo Nucci, Erwin Schrott, Joyce
di Donato, Lisette Oropesa, Matthias Goerne, Benjamin
Bernheim y Jakub Józef Orliński.
También el
ballet sigue teniendo su hueco en la programación, lo cual me parece fenomenal.
Pero lo que no me parece tan bien es que nos lo tengamos que chupar un año más en
el abono por la absurda imposición de Les Arts. Sólo pido, una vez más, que piensen
seriamente en generar un mini abono específico de ballet para quien quiera
asistir al espectáculo danzarín, seguro que éxito tiene; pero por favor no nos
obliguen a los abonados operísticos a tener que vernos incluido en el abono una
de esas funciones para dejar luego el asiento vacío, en lugar de estar
disponible para los verdaderos aficionados que los hay y muchos.
Podéis
consultar toda la programación con detalle en la web de Les Arts.
Cuando el año pasado, en un
momento mucho más incierto que el actual respecto al devenir de la pandemia de
COVID-19, se anunció la temporada que está ahora a punto de finalizar,
manifesté mi apoyo a la decisión de los gestores del teatro de llevar a cabo
esa programación y no arredrarse frente a las adversas circunstancias. Creo que
la gestión realizada en ese sentido ha sido, como dije antes, ejemplar. Y creo
que la presentación de esta temporada y su composición responde al mismo
espíritu. Cosa distinta es que a mí, personalmente, me motive bastante menos
que la anterior, pero le reconozco su calidad y el mérito que tiene poder
enhebrar en estos momentos un cartel de estas características.
Ojalá este buen hacer en el
apartado de la programación artística se extienda a otras facetas donde, en este
tramo final de temporada sobre todo, Les Arts ha vuelto a mostrar su peor cara:
su fea respuesta y falta de empatía ante la convocatoria de huelga del Cor
de la Generalitat; el desprecio hacia el abonado cambiando unilateralmente
los programas sin explicación ni ofrecer la devolución de las entradas hasta
que no trascendió el malestar generalizado de muchos aficionados; los rumores
de amenazas de sanciones a los músicos que lucieron en el concierto del día 18
de junio unas chapas del Cor como gesto de apoyo; las noticias sobre
sanciones a delegados sindicales por hacer su trabajo de información a los
trabajadores; la subida de precios de las localidades para el año que viene a
escondidillas… En fin, demasiados temas abiertos que esperemos se vayan
enderezando y, entre todos, público, teatro, trabajadores y artistas, logremos reforzar
y que no se vaya a pique este importante proyecto cultural.
Imagino que ni el director
artístico ni el presidente del Patronato leerán esto, ya que parece que han decidido bloquearme
en redes sociales desde mis críticas a la actuación de Les Arts respecto a la
cancelación de la Novena. Qué le
vamos a hacer. Mi único propósito cuando critico es procurar forzar
el que se rectifiquen los errores o el que, al menos, se escuchen otros puntos
de vista, pero ya sabemos que hay quien prefiere no tener alrededor más que a
quien les halague las orejas. Allá cada cual.