“La Adoración de los Reyes Magos” – Peter Paul Rubens – Museo del Prado (Madrid)
Pese a que los tiempos que corren no son precisamente propicios para las testas coronadas y aunque la maldita crisis nos siga asfixiando, un año más parece que los magos de oriente, que cada vez demuestran ser más magos, conseguirán, pese a todo, hacer aflorar la ilusión en las caras de los más pequeños.
Como el autor de este blog ni es rey, ni mago, ni tiene presupuesto ni fuerzas para emular a los tres orientales repartidores de juguetes (me refiero a Melchor, Gaspar y Baltasar, no a la familia china del bazar de la esquina); os vais a tener que conformar con un regalo mucho más modesto, en el que he querido reunir a tres reyes de la composición que siempre consiguen hacer brotar la magia con su música. Además, los tres están de celebraciones centenarias y bicentenarias este año que acaba de comenzar y, aunque dentro de doce meses alguno posiblemente esté ya de ellos hasta el mismo gorro, creo que nunca hay excusa mala para escuchar música de Richard Wagner, Giuseppe Verdi o Benjamin Britten.
Por eso, aunque los tres sean conocidos sobre todo por su extraordinaria producción operística, ya que este año seguramente tendremos numerosas ocasiones de disfrutar de sus óperas, hoy he querido traer una muestra de la música de cada uno de ellos en otro terreno diferente, como es el de la canción.
La aportación al género por parte de Richard Wagner (1813-1883) tiene su indiscutible exponente en los maravillosos Wesendonck Lieder. Como es sabido, fueron compuestos por Wagner entre 1857 y 1858, al tiempo que trabajaba en la partitura del primer acto de “La Valquiria”, sobre cinco poemas escritos por Mathilde Wesendonck, esposa de Otto Wesendonck, mecenas del compositor. Si la relación entre Mathilde y Richard fue puramente platónica o llegó a mayores, ni lo sabemos ni nos importa demasiado, lo realmente trascendente no es lo que inspiró estas páginas sino la belleza inigualable que surgiría de las mismas.
La última de las canciones del ciclo es “Traüme” (Sueños), un título muy apropiado para la noche de hoy. Fue subtitulada por el propio Wagner como “Estudio para Tristan e Isolda” y su melodía será claramente identificable en el segundo acto de esta ópera. Compuesta originalmente para voz y piano, Wagner orquestó la pieza para ser interpretada un 23 de diciembre bajo la ventana de Mathilde Wesendonck como regalo de cumpleaños.
Aquí podemos escucharla en la voz de la legendaria Kirsten Flagstad, acompañada por la Filarmónica de Viena dirigida por el no menos legendario Hans Knappertsbusch:
video de violinthief
video de violinthief
Dime ¿qué sueños maravillosos
retienen prisionera a mi alma,
sin desaparecer, como pompas de jabón,
en una nada desolada?
Sueños que a cada hora
de cada día florecen más hermosos.
Y que, con sus prefiguraciones del Cielo,
pasan felizmente a través de mi espíritu.
Sueños que, como rayos de gloria,
penetran en el alma
para pintar en ella una imagen eterna:
¡el olvido de todo! ¡el recuerdo único!
Sueños parecidos al sol de la primavera
cuyos besos hacen brotar las flores entre la nieve
y que, con una inimaginable felicidad,
acogen al nuevo día.
Y creciendo, y floreciendo,
y soñando, exhalan su perfume,
y se marchitan, dulcemente, sobre tu pecho
para descender después al sepulcro.
Las incursiones de Giuseppe Verdi (1813-1901) fuera del terreno puramente operístico no son demasiadas, aunque alguna creación, como el “Réquiem”, constituyan auténticas obras maestras. La mayoría de las canciones escritas por Verdi pertenecen sobre todo a su inicial etapa compositiva, antes del estreno de sus primeras óperas. Hoy traigo al blog una de esas creaciones de juventud, la canción La Seduzione, que fue escrita por Verdi a partir del texto que le facilitase Luigi Balestra, quien ejercía como médico en Buseto y que era amigo del compositor desde los años de infancia. La composición está fechada en 1839, mismo año en que se representaría en Milán su debut en el campo operístico, ”Oberto conde de San Bonifacio”. Aquí podemos escucharla en una de las voces más verdianas que ha habido, la del tenor Carlo Bergonzi, acompañado al piano por Vincenzo Scalera:
video de LaArsinoelV
video de LaArsinoelV
Era bella como un ángel del cielo,
inocente en la flor de la edad,
y el primer pálpito de amor
un cruel le encendió en el corazón.
Inexperta, confió en las promesas,
se entregó al amante desleal.
¡Fue seducida! Y el anillo nupcial,
pobrecilla, en vano imploró.
A la infamia arrojada, al desprecio,
nueve lunas gimió traicionada;
luego, consumida de dolor su vida,
rogó venia al cruel y expiró.
Y el fruto de la vil traición
en el sepulcro colocó junto a ella;
no puso allí una cruz, un ciprés,
ni una piedra su nombre llevó.
El compositor británico Benjamin Britten (1913-1976) sí frecuentó con mayor asiduidad el género de la canción y cuenta en su producción con algunos ciclos francamente notables, como “Les Illuminations”, probablemente el más célebre de todos. Yo he traído hoy una pieza perteneciente a otro ciclo menos conocido, el dedicado a “Los sonetos sagrados de John Donne”, compuesto por nueve canciones escritas por Britten en el verano de 1945 tras su regreso a Inglaterra después de una gira de conciertos con el violinista Yehudi Menuhin por Alemania, donde ofrecieron el consuelo de su arte a los presos recién liberados de los campos de exterminio.
Los textos del poeta inglés John Donne tienen un carácter profundamente íntimo y melancólico y fueron escritos tras la muerte de su esposa en 1617. De entre las canciones que componen el ciclo he elegido esta preciosa “Since she whom i loved” (Desde que ella, la que yo amaba) en la interpretación del tenor londinense Ian Bostridge acompañado al piano por Graham Johnson:
video de PakoChile
video de PakoChile
Pues nada más, tan sólo quiero desearos a todos que disfrutéis de un buen día de reyes y que si Sus Majestades de Oriente tienen a bien pasar por vuestras casas, os dejen alguna cosilla, o al menos que no hagan como otros colegas suyos de corona y se os lleven lo poco que tengáis.
Es noche de Reyes y como eché la carta a tiempo me quedo con ese Verdi, que me pone los pelos de punta y me deja un sabor a noche plena.
ResponderEliminarAbrazos
Me alegro que disfrutes del regalo. Grande el señor Verdi hasta en sus creaciones menores.
EliminarUn abrazo
Gracias, Rey Atticus, un precioso paquetito BVW, y este Britten, me ha dejado los tentáculos rizados.
ResponderEliminarSe sigue considerando a Britten un compositor "difícil", sin embargo, cuando le da por conmover, no hay quien se resista.
EliminarGracias a tí, Kalamar, por portarte tan bien este año.