“El Descendimiento” – Roger Van der Weyden – Museo del Prado (Madrid)
Cualquier excusa puede valer para traer de nuevo al blog una de mis obras pictóricas favoritas, como es ese magistral Descendimiento de Van der Weyden, y un poco de buena música. Y en esta ocasión la excusa es perfecta, porque ya ha llegado otra vez la Semana Santa. Torrijas, procesiones, monas de Pascua y películas de romanos a cascoporro, nos vuelven a recordar la ansiada llegada de la primavera.
En el terreno musical, aparte de las Pasiones varias, una de las obras que aparecen puntualmente a su cita con estas fechas es el “Stabat Mater”, en cualquiera de sus múltiples versiones. La secuencia mariana de origen medieval que comienza con las palabras “Estaba la Madre dolorosa junto a la cruz llorando”, ha conocido centenares de adaptaciones musicales y prácticamente no hay compositor que se precie que no tenga su particular versión musicada de esos versos. La más popular, y una de las más bellas, posiblemente sea la que escribió Pergolesi. También son muy célebres las compuestas por Vivaldi, Scarlatti, Haydn, Rossini, Verdi o Dvorak.
Pero hoy la que traigo aquí es la de Francis Poulenc (1899-1963), otro
de los autores que acude también con cierta asiduidad a este blog, y que compuso en 1950 su “Stabat Mater”. Fue la primera obra religiosa con orquesta completa que escribió el compositor francés. El 13 de febrero de 1949 fallecía repentinamente en París su amigo Christian Bérard, famoso diseñador, pintor y escenógrafo, responsable entre otras obras del vestuario y decorados de la mítica película de Jean Cocteau “La Bella y la Bestia” (1945), y una figura enormemente relevante en el mundillo artístico parisino de aquellos años.
de los autores que acude también con cierta asiduidad a este blog, y que compuso en 1950 su “Stabat Mater”. Fue la primera obra religiosa con orquesta completa que escribió el compositor francés. El 13 de febrero de 1949 fallecía repentinamente en París su amigo Christian Bérard, famoso diseñador, pintor y escenógrafo, responsable entre otras obras del vestuario y decorados de la mítica película de Jean Cocteau “La Bella y la Bestia” (1945), y una figura enormemente relevante en el mundillo artístico parisino de aquellos años.
Poulenc, profundamente afectado por el suceso, pensó en escribir un Réquiem a su memoria, pero, como él mismo declaró, le pareció “demasiado ostentoso” y optó por componer su propio “Stabat Mater”, como oración para encomendar el alma de su amigo a la Virgen negra de Rocamadour, por la que sentía gran devoción. En apenas dos meses completó Poulenc su obra, escrita para orquesta, coro mixto y soprano solista, y la estrenaría el 13 de junio de 1951 en el Festival de Estrasburgo.
Poulenc divide la obra en doce secciones, otorgando al coro un papel
preeminente, y a lo largo de su desarrollo observamos el gran contraste entre todas ellas, con fragmentos cargados de religiosidad y elevado misticismo, junto a otros de enorme fuerza dramática o incluso algunos que, escuchados de forma independiente, no nos hacen pensar que estamos ante una composición religiosa. En cualquier caso, lo principal es que se trata de una obra de gran belleza, donde Poulenc alcanza un importante grado de madurez compositiva, y cuya línea melódica y depuración estilística ya apunta claramente, y nos recuerda, a su futura obra maestra operística “Diálogos de Carmelitas”, que compondría apenas tres años más tarde.
preeminente, y a lo largo de su desarrollo observamos el gran contraste entre todas ellas, con fragmentos cargados de religiosidad y elevado misticismo, junto a otros de enorme fuerza dramática o incluso algunos que, escuchados de forma independiente, no nos hacen pensar que estamos ante una composición religiosa. En cualquier caso, lo principal es que se trata de una obra de gran belleza, donde Poulenc alcanza un importante grado de madurez compositiva, y cuya línea melódica y depuración estilística ya apunta claramente, y nos recuerda, a su futura obra maestra operística “Diálogos de Carmelitas”, que compondría apenas tres años más tarde.
Pues nada más, aquí os dejo este “Stabat Mater” de Francis Poulenc en una de las escasas versiones completas que circulan por internet y que corre a cargo del Monteverdi Ensemble, el Monteverdichor de Würzburg, la soprano (o lo que sea) Christine Wolff y la dirección de Matthias Beckert, y os deseo a todos/as una muy buena Pascua:
video de MonteverdiChor
video de MonteverdiChor
Fascinante, me encantaría poderla escuchar en directo, gracias por el regalo. Y un día de estos tendré que ponerme con "Diálogos de Carmelitas"
ResponderEliminarGracias a ti por la visita. ya contarás tu experiencia Carmelitana. A mí es una ópera que me fascina.
EliminarUn abrazo
De Francis Poulenc solo conocía unas bagatelas para piano y me pareció una musica frivola e intrascendente. Cuando llegó a mis oidos la musica del Stabat Mater me quedé de piedra: la aparente simplicidad de sus melodías y sus sutiles armonías esconden una profundidad enorme creando un clima sonoro de piedad que me sorprendió.
ResponderEliminarY cuando escuche por primera vez su opera Dialogos de carmelitas, basada en al obra de teatro de Bernanos, cai rendido: toda la obra es un crescendo dramatico hasta culminar en la escena final del martirio mientras cantan la Salve. Conmovedora. Como me gustaría verla algun día representada.
Diálogos de Carmelitas es una de las óperas más importantes del siglo XX. Y su escena final creo que es difícilmente superable.
EliminarSi tienes ocasión de verla en directo con una buena orquesta, no lo dudes.