jueves, 28 de abril de 2011

"MEFISTOFELE" (Arrigo Boito) - Palau de les Arts - 27/04/11


Ayer se estrenó en el mal llamado Auditorio del Palau de les Arts la última ópera de la temporada valenciana, con la versión en concierto de la obra de Arrigo Boito “Mefistofele”, una página que no es de las más habituales en el repertorio de los principales teatros operísticos, pero que tiene un indudable interés musical, con algunos momentos bellísimos.

Las óperas en versión concierto no son precisamente santo de mi devoción. El componente escénico es parte fundamental de una ópera, aunque resulte fallido, y cuando éste es suprimido, al resultado final, aunque sea muy positivo como es el caso de ayer, a mí me cuesta seguirle llamando ópera. Es otra cosa. Hay quien defiende que prefiere estas versiones en concierto que algunas puestas en escena que destrozan el libreto. Pero no es mi caso.

Asumo que los tiempos de crisis que vivimos requieren ajustes y que una forma de rebajar costes en este campo es recurrir a este tipo de representaciones. Lo acepto, pero inevitablemente mi interés decae. Y mucho me temo que esto sólo es el principio y las óperas en versión concierto aumentarán la próxima temporada (sí, esa que aquí sigue sin desvelarse oficialmente, cuando en todos los teatros decentes del mundo hace ya tiempo que se han anunciado con todo tipo de detalles sobre obras, fechas e intérpretes).

A falta de escenografía, en esta ocasión se intentó ambientar un poco la cosa con una permanente salida de humo y mediante juegos de luces bastante elementales (tonalidades rojas en los pasajes diabólicos y azules y blancas en los celestiales).

El director italiano Nicola Luisotti, al frente de la Orquestra de la Comunitat Valenciana, llevó a cabo una lectura extraordinaria de la partitura. Supo extraer, con hondura, toda la riqueza orquestal concebida por Boito y cuidar los matices con pulcritud, dirigiendo con precisión y enérgico brío. Tan enérgico que, en un momento dado, la batuta salió disparada, sin que afortunadamente sacase el ojo a ningún músico. Ildar Abdrazakov la recogió y se la entregó, volviendo a tirarla al suelo el director, no sé si en esta ocasión intencionadamente o no.

Esta es una obra en la que si orquesta y coro funcionan, el éxito final está casi garantizado. Y en este caso la orquesta, sabiamente conducida por Luisotti, funcionó a la perfección en todas sus secciones, y el coro estuvo inmenso.

Y es que el gran protagonista de la velada fue sin duda alguna el Cor de la Generalitat, que ha puesto un broche de oro a la temporada con su soberbia actuación en esta partitura tan exigente, en la que consiguieron brillar de forma incontestable. Su primera intervención, entrando en piano en “Ave signor”, fue auténticamente sublime, como grandioso y sin fisuras resultó el impresionante final. Los niños de la Escolania de la Mare de Déu dels Desamparats no estuvieron al mismo nivel, aunque nada hay que objetar a su actuación.

En cuanto a los solistas, el bajo Ildar Abdrazakov, un habitual del MET neoyorquino, fue un destacado Mefistofele. Me gustó bastante. Quizás se echó en falta una mayor contundencia, sobre todo en la zona más grave, costándole sobrepasar a la orquesta, especialmente en sus últimas frases de la noche donde no sé si cantaba o se limitó a mover la boca, porque fue implacablemente tapado por el torrente sonoro coral y orquestal. Pero el ruso canta con muchísimo gusto, con una cálida voz, de bello color y nobleza tímbrica, y en “Son espíritu che nega” estuvo fantástico, con poderío.

El papel de Faust fue asumido por el tenor mejicano Ramón Vargas que repetía protagonismo en Les Arts tras su reciente éxito en “L’Elisir d’Amore” y tengo que decir que no estuvo tan brillante como en aquella ocasión. Yo salí con el convencimiento de que, además de que este papel le va menos a su vocalidad, posiblemente ayer no estuviese en perfecto estado de salud. Desde luego empezó bastante inseguro y su "Dai campi dai prati" fue francamente mejorable, mostrando algunos apuros para alcanzar y proyectar los agudos. También parecía un poco frío y falto de expresividad. De todas formas en la segunda mitad de la ópera mejoró ostensiblemente. Mostró una mayor implicación dramática, la voz corría mucho mejor y nos obsequió algunos instantes mágicos, como un muy notable "Giunto, sul'passo estremo" y un bellísimo dúo “Lontano, lontano” donde derrochó elegancia canora.

La, hasta ahora completamente desconocida para mí, soprano canadiense Yannick-Muriel Noah, como Margherita, fue una de las triunfadoras de la noche. Sé que voy a ir contracorriente de la mayoría de opiniones, pero tengo que decir que no me acabó de convencer. Su voz oscura sonaba demasiado entubada y en ocasiones daba la impresión de que le hubiesen colocado una sobrasada entera en la campanilla. Reconozco que entrega no le faltó. Lució volumen, potencia y claridad en los agudos, buen fiato, se adornó con valentía esbozando algunas medias voces y filados muy aceptables, y estuvo siempre inmersa en el papel, con gran expresividad dramática. Pero cuando una voz no te emociona, no hay nada que hacer, y a mí la Noah me dejó completamente frío. Posiblemente fuese problema mío, pero no puedo decir otra cosa.

La venezolana Lucrezia García, en el papel de Elena, tampoco me gustó. Mucho más limitada técnicamente que Noah, no pudo controlar el enorme volumen de su voz. Se mostró potentísima en los agudos, pero estos eran abiertos y chillados. Y su brusco cambio de color en los diferentes registros afeaba muchísimo la línea de canto.

Los papeles de Marta y Pantalis, poco dados al lucimiento, fueron interpretados con brillantez por la joven mezzosoprano mallorquina María Luisa Corbacho que volvía a Les Arts después de habernos dejado la pasada temporada algunas excelentes impresiones en “Cavalleria Rusticana”, “La Traviata” o “La Vida Breve”.

El tenor ilicitano Javier Agulló también intervino en dos roles, como Wagner y Nereo, que tampoco ofrecen mucho margen para destacar, y también lo hizo cumpliendo con enorme corrección. Dio la sensación de empezar algo nervioso, pero no deslució en absoluto en su dúo con Vargas del acto I.

El público, que superaba los tres cuartos de entrada pese a la coincidencia con semifinal futbolera, y entre quienes se pudo ver al maestro Alberto Zedda, respondió con fuertes aplausos al buen espectáculo ofrecido, resultando especialmente sonora la ovación para los miembros del Cor de la Generalitat y Nicola Luisotti.

No quisiera cerrar esta reseña sin referirme una vez más a ese engendro estéticamente atractivo y acústicamente deleznable que osaron denominar Auditorio en el Palau de les Arts. Que digo yo que si le hubiesen llamado Juan Manuel, el nombre le hubiese ido mejor.

Aunque respecto a los primeros años se ha mejorado algo, sigue siendo absolutamente impresentable la acústica de este recinto, fruto del onanismo arquitectónico disfuncional del señor Calatrava, que para mí que debe ser el tercero de los hermanos humoristas, porque lo que nos hace reír el jodío cada vez que vamos no tiene precio.

Ayer comentábamos algunos amigos la necesidad de que esta castaña de Auditorio deje de utilizarse para menesteres musicales y se le dé cualquier otra utilidad. Se apuntó que podría destinarse a almacén (de escenografías, de facturas de trajes, de zapatos de Mairén…); o a “ballenográfico”, aprovechando su similitud con el interior de una ballena, y Helga podría incluso servir de Pinocho; o a piscina climatizada (para rentabilizar las inundaciones); o a Falla de Sección Especial para pegarle fuego en 2012… en fin, no sé… Se abre un concurso de ideas y se admiten propuestas.

Os recomiendo leer las crónicas y comentarios de Titus y Maac.

12 comentarios:

  1. Gracias por la crónica, Atticus, no estoy nada de acuerdo respecto a lo de Noah. Me gustó mucho aunque es cierto que desde el punto de vista dramático su interpretación quedó algo plana, pero la chica canta bien y eso hoy en día es mucho.

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  2. Exceptuando nuestra opinión sobre la soprano canadiense con nombre de tenista francés, estamos básicamente de acuerdo en todo, sólo que tú lo cuentas mucho mejor.

    De las ideas que apuntas para reutilizar el Auditorio Juan Manuel, me quedo con la del ballenario. Podían regalar una visita al comprar una entrada para el Oceanogràfic, y que reciban a los visitantes Helga vestida de Pinocho y Calatrava vestido del profeta Jonás.

    Que ustedes lo pasen bien en la tierra de Zitronella.

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  3. Gracias Atticus por la crónica.
    Oye, ¿Si la acústica es tan mala, porqué no utilizan la sala principal, aun siendo en versión de concierto?.
    ¿No se quejan los cantantes o los músicos?
    Puestos a buscarle usos, podrían montar una macro cafetería para las tertulias de los entreactos,

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  4. Yo el escenario lo convertía en piscina y ponía grandes toboganes para aprovechar la pendiente, de paso para las remontadas se podrían utilizar los cuatro macroascensores laterales. Sería un buen parque acuático, además el Palau de les Arts siempre ha tenido una atracción especial por el agua. Aprovecharía para encargarle a Calatrava una espectacular pasarela desde el Oceanográfico -tendría que ir por encima del jamonero y el ágora- que fuera otro gran remate inútil en la Ciudad de las Artes y las Ciencias y que sirviera para conectarla arquitectónicamente con el Oceanográfico.

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  5. Con respecto a lo que sucedió con la batuta, decir que al regogérsela Ildar, la volvió a lanzar al suelo, esta vez intencionadamente, al disponer de otra de reserva, facilitada instantes antes por el primer cellista. A ambos le agradeció el gesto con una sonrisa, propia de él.

    Muchas gracias por la crítica.

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  6. ostras, Atticus, acabo de escribir en can Maac hablando de ballenas. Realmente lo parece. Y con tanta pendiente se podría montar un parque temático bíblico!
    Me alegro de que tengáis tan buen nivel coral, que por aquí andamos sedientos.

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  7. Hola a todos. Estoy de acuerdo contigo respecto a los solistas, aunque desde el coro no siempre se aprecia todo correctamente.
    La anécdota de la batuta fue así: después de perderla el chelo del primer atril le pasó otra de reserva que tenía preparada. Mientras tanto el solista se la recogió del suelo y se la pudo en el atril, encima de la partitura. Y como le molestaba para pasar las páginas la lanzó al suelo. Eso fue todo.

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  8. Maac: Es verdad que la Noah no cantó mal, pero su voz no me gusta.
    Juan Manuel como parque acuático me parece una idea genial. Ahora, eso de otro remate inútil en la CAC va a ser complicado, yo creo que ya no caben más.

    Titus: Tu idea para el ballenario Juan Manuel me parece estupenda, con esa pareja recibiendo a los visitantes, pero ¿dónde rábanos encontramos unos pantaloncitos cortos con tirantes tamaño Helga?.
    Gracias por tus buenos deseos, daremos recuerdos de tu parte a Zitronella y Clementina.

    Joaquim: Eso mismo nos preguntamos todos ¿por qué no se hacen estas versiones concierto en la Sala Principal?. Supongo que para luego presumir de que sí tienen uso todas las múltiples e inutilizadas salas del complejo calatravil.
    Lo de una cafetería en condiciones tampoco es mala idea.

    Kalamar: La verdad es que de Coro vamos bien. De Auditorio, no tanto. Como Arca de Noé tampoco estaría mal, animales irracionales para llenarlo hay unos cuantos.

    Anonimos: Gracias por vuestras precisiones sobre el incidente de la batuta. Y si pertenecéis al Coro, recibid mi más sincera felicitación.

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  9. Atticus, aunque no me atrae nada la idea de escuchar la ópera-oratorio en el ballenato, leída tu crónica no puedo perdérmela, a riesgo de no oír nada si el 50% sólo da de mitad de la sala para atrás. Me alegro muchísimo del éxito del coro y orquesta que bien merecido lo tienen y espero una recuperación vocal de Vargas para hoy, ya que aquella furtiva lacrima será siempre inolvidable.
    Ah!! y no vais desencaminados con lo de la piscina y las alegorías marinas que os sugiere el auditorio. Durante la construcción del "coliseo" siempre se habló de que había proyectada una piscina para los trabajadores del lugar... y de piscina a ballenato, pues no va mucho...

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  10. Mimenor espero que nos cuentes que tal ha ido la función de hoy en el ballenato Juan Manuel.
    Ojalá Vargas tenga mejor día que en el estreno.

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  11. ... el ballenato Juanma se ha quedado la mar de agusto haciendo de las suyas, y lo peor, que no tiene remedio. Excepción hecha del pppp inicial, impresionante intervención del coro, la batuta, excesiva pero muy atractiva, no supo encontrar el balance que contrarestara los desequilibrios que ocasiona la sala. Una orquesta inconmensurable que se zampaba todo lo que encontraba a su paso. Afortunadamente a partir del tercer tercio y tras la preciosa y bien cantada aria de Margherita todo el equipo consiguió el equilibrio casi perfecto llevándonos a un final de antología, a costa de la hermosa voz de Abdrazakov. En todo lo demás estoy de acuerdo con vosotros. Creo que el escollo de Vargas es superable con un estudio más profundo de la obra. No sé si ya la había debutado, pero parece que estaba en ello. Al final una buena noche de ópera que pudo haber sido perfecta en cualquier otra ubicación. Bravísimo por los coros y la orquesta y bienvenido Luissotti.

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  12. Jajajaja muy buenas propuestas para dar utilidad a las salas. Ya que tenemos un buen "jamonero" a escasos metros, propongo montar un secadero de embutidos.

    En cuanto a la cuestión musical, decir que por una vez no me ha importado que se tratara de una ópera en versión concierto. Al contrario, esta circunstancia me ha permitido concentrarme más en la música y las voces, que pese a las horas bajas del señor Vargas, en general no me disgustaron del todo (soy poco entendido)

    Lo que desde luego sé reconocer es que tenemos la gran suerte de disfrutar de una orquesta (casi siempre) de 10, al igual que el Coro de la Generalitat.

    Por cierto, muy buena crítica. Un saludo

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