El pasado lunes tuvo lugar en la sala Martín i Soler del Palau de les Arts de Valencia la primera de las dos funciones (la siguiente será el día 10) de la cita de este año con los jóvenes artistas que ultiman su formación musical en el Centre de Perfeccionament Plácido Domingo. En este caso se ha elegido para ello la celebérrima ópera de Wolfgang Amadeus Mozart "Le nozze di Figaro" ("Las bodas de Fígaro", que no “La Noche de Figaro” como me espetó sin rubor alguno una amable señorita de las taquillas del teatro valenciano).
En la parte positiva hay que empezar reseñando que por vez primera esta temporada se han agotado las localidades. Es verdad que el aforo de la Martín i Soler es muy inferior al de la sala principal, pero desde hace una semana ya no había entradas disponibles y eso es una buena noticia. En primera fila se encontraban varios cargos de Les Arts, entre ellos la Intendente Helga Schmidt (por cierto con el mismo atuendo de siempre, que digo yo que en ropa no debe gastarse precisamente el abultado sueldo).
También estaba Justo Romero, a quien se denomina “dramaturgo del Palau de les Arts”, pero cuya ocupación estos últimos años, huérfanos de libretos, comentarios en los programas y actividades complementarias, es un enigma mayor que las líneas de Nazca. En esta ocasión Romero también firmaba como “comisario” de la exposición Detalls Magistrals, ubicada en el foyer, y que no es sino una recopilación de fotografías de los ensayos de esta producción, junto a otras cuantas de una histórica representación en La Scala con Mirella Freni y Wladimiro Ganzarolli (esposo de Helga Schmidt, fallecido el año pasado).
Este estreno suponía el debut del legendario bajo-barítono italiano Ruggero Raimondi al frente del Centro de Perfeccionamiento, tras haber sustituido a Alberto Zedda. Raimondi, como director de interpretación y escena del Centro, ha sido el encargado de la dirección escénica de la producción presentada, que contaba además con el apoyo del vestuario de Begoña del Valle y la iluminación de Antonio Castro.
La escenografía apenas consistía en unos cuantos elementos rescatados probablemente de anteriores producciones: un tendedero en el primer acto, un biombo y una chaise longue en el segundo, unas cuantas sillas en el tercero y un seto en el último. Con estos escasos, pero eficaces, elementos para ubicar la acción, el trabajo de Raimondi se ha centrado por completo en la dirección de actores y el movimiento escénico, y el resultado obtenido a mí me ha parecido magnífico.
Siempre que existe una buena comprensión del libreto y un trabajo serio en la faceta dramática, la austeridad escenográfica no tiene por qué lastrar el conjunto. Raimondi en este caso ha trabajado fundamentalmente la expresividad de los intérpretes, tanto en el plano vocal como en su gestualidad, donde se pudieron ver muchos detalles que reforzaban los perfiles de los personajes y facilitaban el seguimiento de la acción. Se ha sabido potenciar además la vertiente cómica del libreto sin caer en la exageración y, como decía, el resultado obtenido me parece muy positivo.
La dirección musical corrió a cargo de Andrea Battistoni, quien también debutaba al frente de la Orquestra de la Comunitat Valenciana. El joven director italiano llevó a cabo un trabajo de batuta enérgico, muy vivaz, con tempi por momentos apresurados en exceso, echándose en falta una mayor minuciosidad y reposo, sobre todo en los fragmentos más líricos. En general la labor de Battistoni me pareció más rutinaria que brillante. Durante toda la obra, el foso estuvo plenamente al servicio de los cantantes, ocupando un segundo plano demasiado evidente y sólo en instantes puntuales despuntaba el auténtico potencial de la agrupación orquestal, con algunos sonidos exquisitos comandados por el auténtico terciopelo que brotaba de los violines.
Álvaro Octavio en la flauta, Cristopher Bouwman al oboe, Joan Enric Lluna al clarinete y Francisco Cerpa en el fagot destacaban en una última fila de la orquesta que cumplió con calidad excelente en todas sus intervenciones. También pudo destacar el polaco Rafal Jezierski al cello.
Tengo que hacer constar respecto a la Orquesta algo que me llamó la atención y es que vi a varios de sus componentes, en distintos momentos, bostezando, con la mirada perdida y con una importante sensación de aburrimiento. Cosa que no es nada habitual en estos músicos.
El Coro del Centro de Perfeccionamiento rindió a un gran nivel, tanto en lo que respecta al comportamiento escénico como prestando siempre el soporte vocal adecuado.
El bajo milanés Andrea Mastroni, en el papel de Figaro, fue el único de los cantantes que no pertenecía al Centro de Perfeccionamiento y la verdad es que estuvo muy por encima del resto de sus compañeros. Posee Mastroni una voz grave y profunda de muy bello color, riqueza tímbrica y sobrado volumen. Lástima que en los extremos de la tesitura el instrumento pierda consistencia y sobre todo en la zona aguda presente serias carencias. Sus mejores prestaciones vocales tuvieron lugar en el acto cuarto, sobre todo en el recitativo y aria “Tutto è disposto… Aprite un po' quegli' occhi”, donde ofreció algunos detalles de buen bajo mozartiano, y aunque tuvo alguna dificultad con el fiato, supo resolverla con inteligencia ajustando el fraseo.
En lo que respecta al resto de solistas, todos ellos integrantes del Centre de Perfeccionament Plácido Domingo, lo primero que se debe destacar es su gran entrega vocal y escénica. En su faceta de actores estuvieron todos espléndidos, cuidando el lenguaje gestual y moviéndose en escena con gran soltura y naturalidad, dibujando con sutileza los perfiles de sus personajes.
En el plano vocal ya hubo un poco de todo. Los que seguís este blog sabéis que cuando hago las crónicas de estas funciones de los alumnos del Centro de Perfeccionamiento evito incidir en los aspectos negativos de los jóvenes cantantes. Y así lo haré también en esta ocasión, obviando cualquier comentario crítico, deseando que vayan evolucionando en su preparación y ajustando sus voces a sus posibilidades reales, aunque algunos de los que pudierais estar presentes en esta función concluyáis, con razón, que soy demasiado blando.
Helen Kearns fue una Susanna pizpireta y con gran desparpajo escénico que en lo vocal destacó sobre todo en el aria del cuarto acto “Deh, vieni, non tardar” donde apuntó algunos matices con sensibilidad.
Isaac Galán, como El Conde, me gustó más que en otras ocasiones, y Diana Mian, en el rol de La Condesa, brilló especialmente en los recitativos, estando mejor en “Dove sono i bei momento” que en “Porgi, amor, qualche ristoro” y toda la noche cuidó el uso de reguladores y las medias voces con mucho gusto.
Me agradó especialmente la Barbarina de Brigitta Simon y también presentaron detalles interesantes Alessia Nadin, como Cherubino, y Jesús Álvarez como Don Curzio, éste último con unos incomprensibles zapatones 7 tallas más grandes que la suya.
Mario Cerdá (Don Basilio) lució un atractivo timbre ligero, y de la Marcellina de Adriana Di Paola poco más podría decir aparte de que tiene unos ojos muy bonitos.
Pero como decía antes, lo que debe destacarse es la gran entrega de todos los cantantes y su enorme implicación dramática, que compensaba las limitaciones vocales que pudieran presentar. Y así lo entendió el público que llenaba la sala que premió a todos los intérpretes con cálidas ovaciones que fueron especialmente sonoras para Diana Mian.
No quisiera finalizar sin hacer otra de mis famosas quejas que acaban flotando en el éter sin que nadie haga ni puñetero caso. En esta ocasión mi protesta va dirigida al servicio de taxis a la salida de las representaciones en Les Arts. Yo no suelo ir en este transporte público, pero constato día tras día como pasan muchos minutos desde que finalizan las funciones hasta que empiezan a aparecer taxis por allí y, poco más tarde, cuando no queda ya nadie por los alrededores, las colas de taxistas charlando y echándose un cigarrito a la puerta de Les Arts superan la docena. Pero en fin, se ve que el fubol y Valencia son asín.
Es que Las Noches de Fígaro son así, Figaro qua, Figaro là,. Figaro su, Figaro giù y nunca aparecen los taxis cuando los necesitas.
ResponderEliminarEs la primera vez que discrepo de tu crónica Atticus. Esa bazofia llamada "puesta en escena" perpetrada por el Sr Raimondi no se merece más de estas pocas palabras que escribo. Es lo más "amateur" que he podido ver en Les Arts. Con todo respeto a lo "amateur" que con toda certeza es superior a lo que he padecido en Les Arts el día del estreno.
ResponderEliminarLa ausencia total de dirección de actores, de lectura dramática o de concepción escénica me dejó de mármol. Pobres cantantes perdidos sin saber que hacer durante toda la ópera. Sólo se salvaron quienes ya tenían algún bagage escénico. Nunca he visto tanta vulgaridad en tan bella ópera. Tampoco hablaré de los cantantes, ya que como bien dices, están ultimando su formación, pero ya que han traído de fuera a un Figaro, por lo menos que tuviese la "vocalitá" del personaje. No es que sufriera en los agudos, es que sencillamente no los tenía. Y tuve que tragarme esos "falsetones" ridículos en todos sus agudos.
Ni qué decir de la "exposición" tramada por el "comisario" (sic) dramaturgo (??) sin función de nuestro querido Palau de les Arts. Con la que está cayendo, esos carteles y trípticos en "technicolor" es un insulto, mientras planean despedir a los trabajadores por reajustes. Una vergüenza! Muchos trabajadores del Palau están también muy indignados con esta falta de escrúpulo, incluso he visto a dos o tres de ellos comentando en voz alta en la entrada misma del teatro.
Como ciudadano, melómano y abonado, estoy indignado con esta tomadura de pelo en toda regla y me solidarizo con los trabajadores del Palau. Qué alguien haga algo!!
Compré las entradas por teléfono y la señorita que me atendió dijo que eran para "Las bodas de Figaro" (como yo las había pedido) y rectificó: "Perdón, las noches de Fígaro". Supongo que cuando los contratan no les preguntan nada sobre ópera (¿para qué?).
ResponderEliminarEfectivamente creo que eres muy amable en tu crítica. Una cosa es no sacar defectos y otra es encontrar virtudes imaginarias (o así me lo parecen a mí).
La orquesta me decepcionó muchísimo. Creo que son músicos de la Oprquesta de la C. V. pero sonaron a veces como si fueran de la Banda Municipal. ¡Qué decepción!
Sí que estoy de acuerdo en que los cantantes actuaron muy bien, pero cantar...
La exposición mejor ni comentarla. Una docena de fotos de los ensayos sin más explicación.
No pude evitar comparar esta representación con la que hizo el Taller de Ópera en el Palau de la Música hace ya unos cuantos años. Con una exposición en la que se explicaba el diseño de vestuario, la escenificación, etc. Hemos pasado de aquella representación que me encantó a esta que me decepcionó totalmente.
Estimado Atticus:
ResponderEliminarAunque veo que otros colaboradores de tu blog discrepan abiertamente de tu crítica, yo que también estuve, estoy muy de acuerdo en todo lo que dices y no coincido con las otras muy respetables opiniones. Con independencia del placer de ver a Ruggero Raimondi en Les Arts, algo tendremos cuando figuras que han marcado una época vienen con frecuencia por aquí y espero que no sea sólo el sueldo, creo que su trabajo fue excelente. Desde el primer momento insistió que el decorado iba a ser mínimo para centrarse en que los cantantes dieran todo de sí desde el punto de vista vocal, interpretativo y psicológico. Y creo que lo consiguió plenamente. La dirección de actores me pareció francamente buena así como la lectura que hizo de "La nozze di Figaro". Encontré muy acelerado a Andrea Battistoni (además de gordo a sus 23 años) y la orquesta lo notó y no sonó como acostumbra. Sin embargo, estuvo muy pendiente de los cantantes. No ví nada raro en ningún músico, pero te confieso que tampoco me fijé mucho en ellos. En cuanto a las voces me gustaron más las de ellas que las de ellos. Creo que Dian Mian, para mí la mejor, Helen Kearns y Alessia Nadin, estuvieron muy por encima de Andrea Mastroni, Isaac Galán y Leonard Bernad. Pero coincido plenamente contigo que hay que ser indulgente con gente tan joven, que está aprendiendo y que tiene que mejorar. Y mejorar se hace estudiando y cantando. Fui con un grupo de amigos y lo pasamos muy bien. ¿Qué más podemos pedir por 22,75€ por entrada que nos cobraron?. En cuanto a la exposición o lo que fuera que había en el hall, tampoco creo que costara tanto dinero, pero cada uno lo valora como quiere. El cartel anunciador era el mismo que cuando se representó esta ópera en la Sala Principal la segunda temporada. Me alegré del lleno absoluto, como en la función del día 10 que también está todo vendido. El Palau podía tomar nota y repetir a lo largo del año estas funciones con gente muy joven y precio muy barato. Por cierto, me parece mucho más criticable que todo lo que se critica que la Sra. Consellera de Cultura llegara tarde como hizo. Su obligación, y para eso le pagamos todos los valencianos, es llegar a tiempo y cumplir adecuadamente con todos sus compromisos, le guste o no, y la ópera la conoce poco y le gusta menos. Pero como nadie le ha obligado a ser Consellera de Cultura, que cumpla con sus obligaciones y sea puntual o si lo prefiere, que vuelva a presentar telediarios, que tan digno y bien pagado están un trabajo como el otro. Este retraso provocó un considerable enfado en la Dirección del Palau, especialmente en Dña. Helga Schmidt.
Como verás las opiniones son como los colores, unas veces coincides y otras no, y si no, mira los dos comentarios que te dejé sobre "La Cenerentola" donde discrepaba bastante de tu crónica. Lo interesante es esto: el debate. Yo aprendo mucho de todos y disfruto cuando hay muchos comentarios, coincidan o no con mi opinión.
Gracias Atticus por tu crónica y gracias a cuantos hoy discrepais de mi opinión. Quizá opinemos lo mismo en otra representación.
Un cordial saludo a todos.
Un aficionado a la ópera.
Si estuviese en Valencia, seguramente me habría escapado para ver una de las funciones, pero teniendo que desplazarme me voy a conformar con tu crónica. Como solemos coincidir bastante en nuestras apreciaciones, me hago una idea de como estuvo la cosa.
ResponderEliminarMaac: Las noches de Figaro son así... mucho coche oficial y poco taxi.
ResponderEliminarIllicopresto: La verdad es que de tu comentario comparto todo cuanto dices, salvo lo referente al trabajo de Raimondi. Yo no vi a los intérpretes perdidos en escena, excepto a aquellos que en esta faceta son peores, pero sí que me dio la impresión que había un importante trabajo de dirección de actores detrás y un concepto de dramaturgia. Otra cosa es que luego guste más o menos el resultado.
César: A mí no me sonó la orquesta a banda, ni mucho menos. Es obvio que una orquesta de reducidas dimensiones, como era el caso, y en un teatro más pequeño, suena diferente, pero yo no creo que los músicos estuviesen desafortunados.
Exactamente lo mismo que cuentas de la señorita que te atendió al teléfono fue lo que me ocurrió a mí. Primero empezó dicendo: "las bodas de..." y rectificó: "ah, no, perdón, las noches de Figaro".
Aficionado a la ópera: Coincidimos respecto al trabajo escénico.
Battistoni estuvo efectivamente más pendiente del escenario que del foso, lo cual puede entenderse como normal tratándose de una representación del alumnos del Centro.
Cuando se ha criticado el derroche en la exposición creo que venía más referido el comentario a los trípticos en color, con dos párrafos escasos de obviedades escritos por Romero, bilingües, eso sí, para que ocupe más.
Sería preferible que hicieran programas de mano con más información, aunque los cobren, que estas bobadas en papel del caro, sobre todo cuando estás mandando al 7 por cien de tu plantilla al paro.
Titus: Sí, ya te puedes imaginar... No te equivocas. Creo que tú hubieras sido más duro.
Aldo Heo iba a ser en un principio el Figaro de estas funciones.
ResponderEliminarGracias por la crónica, estimado Atticus y de paso aprovecho para informaros que hace unas semanas escuché en el concurso de canto Jacinto Guerrero a una soprano peruana, de nombre Ximena Patricia Agurto, que cantó muy bien la escena del flautino de la Lucia y un fragmento de zarzuela. La van a incorporar al Centre, estad atentos.
Arian, tienes razón. Aldo Heo iba a ser el Fígaro, pero al sr. raimondi le pareció que un asiático no podía ser Fígaro y lo sustituyó por el infumable Andrea Mastroni. Igualmente había un doble cast, pero el sr raimondi y sobretodo su señora esposa que vino en el "pack raimondi" como asistente, decidió después de numeritos y rabietas varias hacerlo con un solo cast. Con esta actitud estúpida, nos ha privado de ver a Ilona Mataradze como Susanna y a Jesús Álvarez como Don Basilio. No entiendo porque nadie dice nada ni cuenta los malos tratos y humillación que sufrieron todos los alumnos del centre. Miedo a represalias quizá? Sé que gran parte de los alumnos del Centre leen este blog. A ver si uno de ellos se anima a contarnos con detalles, aunque sea anónimamente. Alguien tiene que ponerle freno a estas estrellas en fin de carrera que se creen que por tener nombre pueden tratar y "destratar" a jóvenes cantantes. Todo esto pagado a precio de oro con nuestros bolsillos. Basta ya!
ResponderEliminarTenorino:
ResponderEliminarLo que cuentas es inadmisible. Estoy contigo que alguien debía contar la verdad y poner coto a tanto desenfreno. Por un lado parece que la presencia de Raimondi es un lujo para Valencia y luego resulta que es un desbarajuste, ya que hago lo que me dá la gana. Y encima, como me temía pagado a precio de oro. Ilona Mataradze se merecía cantar Susana y no veo por qué Aldo Heo no puede ser "Figaro". Peor que el que cantó seguro que no iba a hacer y a estas alturas ser racista me parece demencial. De Jesús Alvarez no tengo referencia alguna y no puedo opinar. Gracias por denunciar. Es lo que debemos hacer cuando tenemos conocimiento de cosas que no deben suceder. El blog no sólo debe ser para comentar los espectáculos, si no también para que las cosas se hagan bien. Y solo denunciando lo conseguiremos.
Un aficionado a la ópera
A mí sí me habían comentado la semana pasada que el comportamiento de Raimondi parece que estaba siendo bastante dictatorial, pero no creí que la cosa fuera tan grave como comentáis.
ResponderEliminarSi fuera cierto que se nos ha privado del Figaro de Aldo Heo, un estupendo barítono del Centre, por ser asiático, debería ser motivo de cese fulminante de quien haya tomado la decisión y de quien lo haya consentido. Yo, perdonadme, me resisto a creer que este haya sido el motivo. Si asi fuese, a lo mejor habría que recordar al señor Raimondi que él entonces no debería haber debutado en La Scala, ya que interpretó el papel de Timur (de Turandot) sin ser tártaro.
La Susanna de Mataradze y el Basilio de Álvarez hubieran sido una buena alternativa, sin duda, a la que ofrecieron.
Si la parejita Raimondi viene con estos humos, mala cosa. Para dictadores ya tenemos a Helga.
Arian: De Ximena ya me habían hablado, y muy bien. Esperaremos a escucharla por aquí.
"ROMÉO ET JULIETTE" de Hector Berlioz
ResponderEliminarEl pasado Jueves tuve la oportunidad de asistir en el ¿Auditorio? del Palau de Les Arts a la sinfonía dramática, que no ópera como se anuncia por ahí, "Roméo et Juliette". Dirigió la orquesta brillantemente Valery Gergiev quien, salvo algún pequeño desajuste al principio, consecuencia quizá de no haber ensayado mucho, y el exceso de volumen en la escena final, hizo una lectura precisa y detallada de la difícil partitura de Berlioz, logrando momentos de gran belleza y que la Orquesta de la Comunidad Valenciana sonara como lo que es: una de las mejores formaciones existentes en la actualidad. Gran noche de la Orquesta, como he indicado, que sigue sonando de maravilla, aunque no esté Maazel. El Coro volvió a estar a grandísima altura, lo que ya no es novedad. Fenomenal actuación la suya. Los papeles solistas los interpretaron Ekaterina Gubanova ("Juliette") mezzosoprano rusa de voz oscura y timbre un poco metálico. Cantó bien y con gusto, pero su voz delata su procedencia. Gran sorpresa, ya que no le había escuchado nunca, el tenor estadounidense Kenneth Tarver,("Roméo"), un magnífico tenor lírico ligero, de precioso timbre y dicción. Con una voz muy clara y sumo gusto en su manejo, cantó muy bien su breve papel. Me gustaría verle en un primer papel de una ópera. Me encantó. El papel más largo("Pére Laurence")le corresppondió al bajo ruso Mijaíl Petrenko, de voz grave y potente. Cantó bien, pero fue tapado por los muchos decibelios de Gergiev en la escena final, lo que deslució un poco su actuación. En resumen, una gran sinfonía dramática. Lástima que el aforo sólo se llenara en un 70% siendo generoso. Quizá no fuera la mejor fecha, pero no nos favorece mucho para la ¿próxima temporada?.
Un aficionado a la ópera
Yo, lejos de Valencia te leo escribas de lo que escribas ya que, en broma o en serio, siempre vale la pena.
ResponderEliminarLe nozze...no es mi Mozart preferido pero estoy segura de que si ahora decidiera escucharla me parecería maravillosa. Siempre he estado muy apegada al Don Giovanni y a La Flauta Mágica prescindiendo o casi del resto de óperas del genio de Salzburgo.
Es un detalle muy delicado por tu parte no cebarte en los del Centre de Perfeccionament. Te sabes afilado y te controlas. Otra cosa será cuando hayan terminado el perfeccionament y vuelvas a escucharlos.
¡Saludos Atticus!
Aficionado a la ópera: Gracias por dejar tu visión de "Romeo y Julieta", con la que coincido bastante.
ResponderEliminarYo he publicado ya post al respecto.
Glória: No tengo yo tan claro que si escucharas la versión de Les Arts llegaras a calificarla de maravillosa... y hasta ahí puedo leer.
maac, sácame de mi craso error y salva tu imagen diciendo que lo de que "Figaro qua, Figaro là,. Figaro su, Figaro giù" sale en "Las Noches de Fígaro" lo has puesto en broma. Porque si es así, ¿eres de la corriente humorística del otro que puso en youtube que Greensleeves lo compuso Mozart, quizás del que le atribuyó el canon de "Pachabel" -e incluso puso número de opus? Estoy intrigada :)
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