El pasado sábado falleció en Los Ángeles uno de los grandes nombres de la música cinematográfica, Maurice Jarre. El Festival de Berlín tuvo tiempo, el mes de febrero pasado, de entregarle un Oso de Oro por el conjunto de su carrera, momento al que pertenece la fotografía que encabeza este post.
Maurice-Alexis Jarre nació en Lyon (Francia), pero se instaló a mediados de los sesenta en Estados Unidos y se nacionalizó norteamericano. Cursó estudios musicales desde muy joven, surgiendo su vocación, según contó él mismo, tras escuchar una grabación de la Segunda Rapsodia Húngara de Liszt por Léopold Stokowski.
Sus inicios en la música los hizo como percusionista y en 1946 formó un dúo con el compositor Pierre Boulez para una compañía teatral.
Maurice-Alexis Jarre nació en Lyon (Francia), pero se instaló a mediados de los sesenta en Estados Unidos y se nacionalizó norteamericano. Cursó estudios musicales desde muy joven, surgiendo su vocación, según contó él mismo, tras escuchar una grabación de la Segunda Rapsodia Húngara de Liszt por Léopold Stokowski.
Sus inicios en la música los hizo como percusionista y en 1946 formó un dúo con el compositor Pierre Boulez para una compañía teatral.
Un día el joven director francés Georges Franju asistió a uno de sus conciertos y le propuso poner música a su documental “Hôtel des Invalides”. Así se introdujo Maurice en el mundo del cine, componiendo diversas partituras, más alimenticias que brillantes.
En 1961 cambiaría su vida para siempre cuando el productor Sam Spiegel le propuso escribir la banda sonora para la película “Lawrence de Arabia” que dirigía David Lean. Según cuenta el propio Jarre, la idea inicial de Spiegel era que dos compositores clásicos de peso llevaran la parte central del score, Aram Khatchaturian, se encargaría de las melodías árabes y Benjamín Britten lo haría de las británicas, dejando para Jarre la coordinación y engarce del conjunto. Spiegel comentó con gran pesar a Jarre que, finalmente, ni Khatchaturian ni Britten podrían colaborar, para regocijo de Maurice que consiguió hacerse con la totalidad del encargo, y asombrar a David Lean con su propuesta musical que incluía el uso del Ondas Martenot, un artilugio precursor del sintetizador, formado por un teclado, un altavoz y un generador de baja frecuencia, que dotaba a su composición de unos sonidos muy peculiares.
Le dieron 6 escasas semanas de plazo para componer más de dos horas de música, por lo que Jarre tuvo que administrar su tiempo esas seis semanas descansando 15 minutos cada 5 horas, pero el resultado final valió la pena, Maurice Jarre logró una extraordinaria partitura que ha pasado a los anales de la historia de la música cinematográfica y que le valdría su primer Oscar, compitiendo, curiosamente, con el score de Elmer Bernstein para “Matar a un ruiseñor”.
Su colaboración con David Lean sería realmente fructífera, escribiendo las bandas sonoras de las cuatro últimas películas del director británico, y obteniendo el Oscar por tres de ellas, “Lawrence de Arabia” (1962), “Doctor Zhivago” (1965) y “Pasaje a la India” (1984), tan sólo quedó sin recompensa su también excelente trabajo para “La hija de Ryan” (1970).
Aquí os dejo el Tema de Adela de “Pasaje a la India”, su último Oscar:
Y aquí los archiconocidos acordes de "Doctor Zhivago":
Su prolífica carrera, donde firmó más de 160 trabajos para el cine, está repleta de melodías realmente inolvidables.
video de bobbengan
video de freeasabirdd
Y aquí los archiconocidos acordes de "Doctor Zhivago":
Su prolífica carrera, donde firmó más de 160 trabajos para el cine, está repleta de melodías realmente inolvidables.
Por ejemplo, el conocido Vals de la banda de “Arde París?” (1966):
O la espléndida música que complementa a la perfección esa maravilla construida por John Huston llamada “El Hombre que pudo Reinar” (1975), donde Jarre añadió a la Sinfónica de Londres la presencia de 6 músicos indios con instrumentos propios:
Otros conocidas y exitosas partituras de Jarre han sido: “El día más largo “ (1962), “El Tren” (1964), “La caída de los dioses” (1969), “Topaz” (1969), “Jesús de Nazareth” (1977), “El tambor de hojalata” (1979), “El león del desierto” (1981), “Sin Salida” (1987), “Atracción Fatal” (1987), “Gorilas en la niebla” (1988) , “Ghost” (1990) o “Un paseo por las nubes” (1994).
Sus detractores le critican su fácil tendencia al empalago, su gusto por la orquesta a todo volumen y, sobre todo a partir de los años 80, la introducción del uso del sintetizador en sus obras, entre ellas en cuatro colaboraciones con el director australiano Peter Weir: “El año que vivimos peligrosamente” (1982), “Único Testigo” (1985), “La costa de los mosquitos” (1986) y “El club de los poetas muertos” (1989). En cualquier caso, estamos hablando de unos trabajos de una calidad incuestionable, gustos aparte.
A continuación podemos escuchar el tema Kwan’s Sacrifice de la banda sonora de “El año que vivimos peligrosamente”:
En los últimos años volvió a cánones más clásicos, por ejemplo en “La escalera de Jacob”, un score que no es de los más conocidos de Jarre, pero que me ha parecido siempre interesante, con ese piano con reminiscencias a Satie y sus Gnossiennes, desarrollando a lo largo de la banda sonora unos temas que transmiten la inquietud y angustia de los protagonistas con unas orquestaciones poderosas:
O la espléndida música que complementa a la perfección esa maravilla construida por John Huston llamada “El Hombre que pudo Reinar” (1975), donde Jarre añadió a la Sinfónica de Londres la presencia de 6 músicos indios con instrumentos propios:
Otros conocidas y exitosas partituras de Jarre han sido: “El día más largo “ (1962), “El Tren” (1964), “La caída de los dioses” (1969), “Topaz” (1969), “Jesús de Nazareth” (1977), “El tambor de hojalata” (1979), “El león del desierto” (1981), “Sin Salida” (1987), “Atracción Fatal” (1987), “Gorilas en la niebla” (1988) , “Ghost” (1990) o “Un paseo por las nubes” (1994).
Sus detractores le critican su fácil tendencia al empalago, su gusto por la orquesta a todo volumen y, sobre todo a partir de los años 80, la introducción del uso del sintetizador en sus obras, entre ellas en cuatro colaboraciones con el director australiano Peter Weir: “El año que vivimos peligrosamente” (1982), “Único Testigo” (1985), “La costa de los mosquitos” (1986) y “El club de los poetas muertos” (1989). En cualquier caso, estamos hablando de unos trabajos de una calidad incuestionable, gustos aparte.
A continuación podemos escuchar el tema Kwan’s Sacrifice de la banda sonora de “El año que vivimos peligrosamente”:
En los últimos años volvió a cánones más clásicos, por ejemplo en “La escalera de Jacob”, un score que no es de los más conocidos de Jarre, pero que me ha parecido siempre interesante, con ese piano con reminiscencias a Satie y sus Gnossiennes, desarrollando a lo largo de la banda sonora unos temas que transmiten la inquietud y angustia de los protagonistas con unas orquestaciones poderosas:
video de bobbengan
Para finalizar este humilde homenaje, os dejo con la música de su primer gran éxito, “Lawrence de Arabia”, en un video en el que es el propio Maurice Jarre quien dirige la orquesta, con motivo de un homenaje a David Lean. Es una perfecta muestra de su concepto de la música épica, que ha conseguido traspasar la pantalla y que quedará para siempre asociada a la fuerza física del inmenso desierto.
video de freeasabirdd
...te estaba esperando y con él, el tema de Lara, pleno al 15 con un estupendo y amplio documentado homenaje, cuantos buenos momentos desde aquel Lawrence, sigo leyendo y escuchando.
ResponderEliminarSaludos
¡Que pena! Hoy lo he leído en el periódico. Cuando alguien hace lo que hoy has hecho tu, te das cuenta de cuantas cosas maravillosas ha creado una persona a lo largo de toda una vida. Muchas gracias.
ResponderEliminarNos deja unas melodias inolvidables, a mi me gusta mucho tambien, ademas de las mas conocidas, la de "Un paseo por las nubes" que la tacharon de pastelito demasiado azucarado, pero para una pelicula tan romantica ¿que querian, un rock?
ResponderEliminarNos has hecho una selección de sus exitos excelente, Atticus. Un buen homenaje.
Gracias por vuestros comentarios, Alfredo, María Teresa y Tag. Realmente ves el listado de trabajos de este hombre y se te ponen los pelos de punta. Tiene su mérito ser tan prolífico y además mantener una calidad y un sello propio.
ResponderEliminarTag, la banda sonora de “Un paseo por las nubes” es otra muestra del Jarre más intimista, alejado de los sintetizadores, que vuelve a la orquesta “a toda caña” y con guiños recurrentes al ambiente latino en que se desarrolla el film con la presencia de trompetas y guitarra española. Para mi gusto se pasa un poquito de repetitivo en los leit motiv, y le echa demasiado almíbar al pastel, pero como bien dices, para almíbar el de la película. Eso sí, tiene toda la fuerza del “toque Jarre” y no deja de ser una obra de mucho talento.
Uno de los grandes compositores de bandas sonoras... la mayoría de sus composiciones son maravillosas, una gran pérdida y un estupendo post, Atticus.
ResponderEliminarYo tenía previsto un homenaje. ¿Para qué? solamente hay que poner un link a tu blog y a disfrutar!.
ResponderEliminarGracias por este bellísimo recordatorio.