El pasado mes de enero dediqué una de las primeras entradas de este blog a mi admirada Betty Joan Perske, conocida artísticamente como Lauren Bacall, y decía al finalizar: “Sería deseable que, antes de que esta gran Dama del Cine, que ya ha cumplido los 84 años, nos deje para siempre, recibiese en vida el merecido homenaje que se le debe por sus compañeros de profesión”.
Pues bien, el pasado sábado 14 de noviembre le fue entregado a Lauren Bacall el Oscar honorífico a toda su carrera, en esa nueva modalidad llamada Governors Awards, en una ceremonia celebrada en el Hollywood & Highland Center de Los Ángeles.
Junto a ella fueron también premiados otros dos nombres importantísimos de la industria cinematográfica, que merecerían post aparte, como son el productor y director Roger Corman y el director de fotografía Gordon Willis.
Es de agradecer que, finalmente, la Academia de las Artes y Ciencias Cinematográficas de Hollywood se haya decidido a ofrecer un reconocimiento público a esta estupenda actriz. Eso sí, el premio llega tarde y mal.
En lugar de realizar la entrega dentro de la Gala anual, que tendrá lugar esta vez el domingo 7 de marzo de 2010 en el Teatro Kodak de Los Ángeles, en lo que siempre suele ser uno de los momentos más emotivos de la noche y que es contemplado en directo por millones de personas, en esta ocasión se ha llevado a cabo en una ceremonia no televisada, casi a escondidas, con la presencia de compañeros y amigos, pero que más parecía una cena de jubilación con regalo de reloj de oro, anécdotas laborales y corbata atada a la frente, que la entrega de un Oscar de Hollywood a toda una leyenda del cine en reconocimiento a su intachable carrera.
Es verdad que casi ninguno (Woody Allen, George C. Scott, Marlon Brando…) de los que se dedican a este mundo le hace ascos al dorado hombrecillo, pero todos sabemos que los premios Oscar son ya más un símbolo y un elemento publicitario que un auténtico indicador de los trabajos más valiosos del año. Siempre es difícil, si no imposible, determinar quién lo ha hecho mejor que ninguno, valorando trabajos muy distintos, con la presión de las distribuidoras para publicitar sus filmes y con otras muchas guerras internas y oscuras razones que mueven este negocio.
Históricamente se han cometido vergonzosas injusticias que luego el tiempo ha puesto en su sitio, y que vistas ahora, en la distancia, sólo provocan la risa. Hay cientos donde elegir, pero baste recordar que “Rocky” le ganó el Oscar a la mejor película a “Taxi Driver”, “Ordinary People” (Gente Corriente) a “Raging Bull” (Toro Salvaje), “Kramer vs. Kramer” a “Apocalypse Now”, o “El mayor espectáculo del mundo” a “The Quiet Man” (El hombre tranquilo).
Pero si algún Oscar tiene sentido es, precisamente, el que se otorga a veteranos profesionales como reconocimiento a toda una carrera, sobre todo en aquellos casos en que no han sido premiados anteriormente por ningún trabajo en concreto. Ya no se trata de decir quién lo ha hecho mejor, sino de agradecer su colaboración a la industria del cine a aquellas personas que han dedicado su vida al noble arte de hacer películas. Por eso, sacar este momento de la Gala principal me parece un insulto que no tiene justificación.
Ahora bien, ellos se lo pierden. En este caso hubiese sido Lauren Bacall quien hubiera dado prestigio a la Gala de la Academia, no al revés.
Bien visto, lo mejor que puede hacer ese día la Bacall es verlo desde casa y reírse de esos colegas mediocres que hoy van de grandes actores y no son más que bolas de botox cacareantes.
Y a la Academia que le den, Betty. Si quieren algo más, ya sabes, que silben, que silben…
video de zegoar
Pues bien, el pasado sábado 14 de noviembre le fue entregado a Lauren Bacall el Oscar honorífico a toda su carrera, en esa nueva modalidad llamada Governors Awards, en una ceremonia celebrada en el Hollywood & Highland Center de Los Ángeles.
Junto a ella fueron también premiados otros dos nombres importantísimos de la industria cinematográfica, que merecerían post aparte, como son el productor y director Roger Corman y el director de fotografía Gordon Willis.
Es de agradecer que, finalmente, la Academia de las Artes y Ciencias Cinematográficas de Hollywood se haya decidido a ofrecer un reconocimiento público a esta estupenda actriz. Eso sí, el premio llega tarde y mal.
En lugar de realizar la entrega dentro de la Gala anual, que tendrá lugar esta vez el domingo 7 de marzo de 2010 en el Teatro Kodak de Los Ángeles, en lo que siempre suele ser uno de los momentos más emotivos de la noche y que es contemplado en directo por millones de personas, en esta ocasión se ha llevado a cabo en una ceremonia no televisada, casi a escondidas, con la presencia de compañeros y amigos, pero que más parecía una cena de jubilación con regalo de reloj de oro, anécdotas laborales y corbata atada a la frente, que la entrega de un Oscar de Hollywood a toda una leyenda del cine en reconocimiento a su intachable carrera.
Es verdad que casi ninguno (Woody Allen, George C. Scott, Marlon Brando…) de los que se dedican a este mundo le hace ascos al dorado hombrecillo, pero todos sabemos que los premios Oscar son ya más un símbolo y un elemento publicitario que un auténtico indicador de los trabajos más valiosos del año. Siempre es difícil, si no imposible, determinar quién lo ha hecho mejor que ninguno, valorando trabajos muy distintos, con la presión de las distribuidoras para publicitar sus filmes y con otras muchas guerras internas y oscuras razones que mueven este negocio.
Históricamente se han cometido vergonzosas injusticias que luego el tiempo ha puesto en su sitio, y que vistas ahora, en la distancia, sólo provocan la risa. Hay cientos donde elegir, pero baste recordar que “Rocky” le ganó el Oscar a la mejor película a “Taxi Driver”, “Ordinary People” (Gente Corriente) a “Raging Bull” (Toro Salvaje), “Kramer vs. Kramer” a “Apocalypse Now”, o “El mayor espectáculo del mundo” a “The Quiet Man” (El hombre tranquilo).
Pero si algún Oscar tiene sentido es, precisamente, el que se otorga a veteranos profesionales como reconocimiento a toda una carrera, sobre todo en aquellos casos en que no han sido premiados anteriormente por ningún trabajo en concreto. Ya no se trata de decir quién lo ha hecho mejor, sino de agradecer su colaboración a la industria del cine a aquellas personas que han dedicado su vida al noble arte de hacer películas. Por eso, sacar este momento de la Gala principal me parece un insulto que no tiene justificación.
Ahora bien, ellos se lo pierden. En este caso hubiese sido Lauren Bacall quien hubiera dado prestigio a la Gala de la Academia, no al revés.
Bien visto, lo mejor que puede hacer ese día la Bacall es verlo desde casa y reírse de esos colegas mediocres que hoy van de grandes actores y no son más que bolas de botox cacareantes.
Y a la Academia que le den, Betty. Si quieren algo más, ya sabes, que silben, que silben…
video de zegoar
Me encanta Lauren Bacall como actriz y como mujer. Tiene un estilo y una clase muy especial,
ResponderEliminardiferente.
Y esa forma de mirar tan seductora con esos ojos claros que parece que te van a fulminar con la mirada.
Un merecidisimo reconocimiento a su carrera.Me sumo a las felicitaciones sinceras que haya recibido.
Pues coincidimos en nuestra admiración por la Bacall, Tag. Una gran actriz de las que enamoraban a la cámara y llenaban la pantalla con su presencia, pese a no ser la típica belleza exhuberante; y una mujer que a sus 85 años sigue manteniendo la dignidad y la clase que siempre tuvo.
ResponderEliminar"Slim" la llamaba su marido Bogart y era uno de los paradigmas de la belleza estilizada que tras una apariencia exquisita esconde un gracioso descaro.
ResponderEliminarPrecioso post, Atticus. Un homenaje que critica con toda la razón ese extraño sistema de conceder los Óscar. recuerdo que cuando se lo dieron a Henry Fonda en la ceremonia oficial y también por el conjunto de su carrera, el hombre se dijo que muy mal debía de andar su salud...
Siempre ha sido una gran actriz, una mujer bellísima y elegante, y entornaba los ojos sin que pareciera que le estaba dando un mareo..Me encanta!
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