Tras 20 años de carrera haciendo un cine muy personal, en el que las reflexiones sobre la venganza y la violencia siempre han ocupado un lugar principal (“Oldboy”, “Symphaty for Mr. Vengeance”), el director surcoreano Park Chan-Wook, como tantos otros antes que él, se ha dejado seducir por la todopoderosa industria de Hollywood y ha estrenado “Stoker”, una producción estadounidense con mediáticos protagonistas, como Nicole Kidman, y una importante campaña de promoción detrás.
No voy a ocultar que, con esas premisas y pese a reconocerme seguidor fiel de la filmografía de Chan-Wook, acudí a ver “Stoker” con bastante desconfianza y esperando encontrarme con una obra menor, en la que se apreciasen ciertos rasgos identificativos de su cine, pero sometida a los dictados de los discutibles criterios de la industria norteamericana. Y no ha sido así. Al menos no del todo.
Si algo no se le puede cuestionar a “Stoker” es su originalidad, característica común a casi todas las películas de este genial director surcoreano. No negaré que “Oldboy” o, en general, la trilogía de la venganza, quizás desprendan una mayor frescura y autenticidad creativa, pero creo que “Stoker” es una obra muy relevante cuya visión me atrevo a recomendar. Posiblemente no sea una película apta para todos los paladares, pese a que la crudeza o las dosis de violencia son mínimas en esta ocasión, pero los que amamos la magia visual del arte cinematográfico, no podemos dejar de disfrutar ante trabajos como este.
Esta vez Chan-Wook cuenta con un guión del actor Wenworth Miller (Michael Scofield en la serie “Prison Break”) en el que se nos narra la peculiar visión del mundo de India Stoker (Mia Wasikowska), una joven solitaria e introvertida que tan sólo mantiene una estrecha relación con su padre (Dermot Mulroney). La muerte de éste el día del 18 cumpleaños de India y la llegada de Tío Charlie (Matthew Goode), un hermano de su padre del que nadie parecía conocer su existencia, con intención de quedarse a vivir un tiempo con India y su madre (Nicole Kidman), despertará ocultas tensiones sexuales e irá demostrando a India que quizás tenga más en común con el tío Charlie de lo que pensaba.
Con esos mimbres, Chan-Wook construye, con sorprendente meticulosidad y pulcritud, un turbador drama gótico familiar en el que la atmósfera desasosegante que destila desde el primer fotograma nos va atrapando hipnóticamente, mientras la tensión va creciendo de forma progresiva, dejándonos paladear un sentido del ritmo cinematográfico ejemplar que no decae un solo segundo, como si ese metrónomo sobre el piano de los Stoker guiase también milimétricamente el magnífico pulso narrativo de Chan-Wook.
Unas notables interpretaciones del trío protagonista contribuyen a dotar al film de la atmósfera requerida. Especialmente destacable resulta el trabajo de Mia Wasikowska, sabiendo transmitir a la perfección todos los recovecos del personaje, con unas miradas y silencios antológicos. Igualmente reseñable es el juego de miradas e inquietantes sonrisas del guaperas Matthew Goode. Y Nicole Kidman hace también una labor meritoria, aunque sus últimas interpretaciones están demasiado condicionadas por esa rigidez e inexpresividad que le está ocasionando el exceso de bótox y un recauchutado general que la está mutando poco a poco en una peculiar Nancy Lomana.
Papel esencial juega asimismo la banda sonora de Clint Mansell, medida y de puntuación precisa, que cuenta además con el lujo de las aportaciones que hace al film el compositor Philip Glass. Y también quiero llamar la atención de forma especial sobre los efectos de sonido, en una película donde los ruidos y silencios tienen tanta importancia.
Pero si algo hay especialmente relevante en el cine de Chan Wook es su cuidado estilismo visual, la magia que se desprende de cada uno de los estudiadísimos planos, de esos subyugantes encuadres y movimientos de cámara, de la bellísima fotografía y de una utilización magistral de la luz y el color (¡esos amarillos y rojos!) o de la profundidad de campo. La cinta deja en nuestra memoria algunas imágenes inolvidables, como la fusión del pelo cepillado de Nicole Kidman con la maleza ondulante, el cinturón saliendo de las trabillas del pantalón como una cobra a punto de lanzar el picotazo mortal, el sacapuntas afilando el lápiz manchado de sangre o ese momento cumbre de la película con el tío y la sobrina tocando el piano a cuatro manos, en un acercamiento de increíble carga sexual narrado sin palabras ni contacto físico, sino representado por la aproximación de las notas musicales y su progresivo crescendo.
No creo que sea casualidad que la familia protagonista se apellide Stoker, como el autor de “Drácula”, o que el enigmático tío sea Tío Charlie, en una nada disimulada alusión al personaje protagonista de “La sombra de una duda”, de Alfred Hitchcock. Otra referencia al cine de Hitchcock, en concreto a “Psicosis”, lo encontramos en esa lámpara que se hace oscilar cada vez que India baja al sótano (por cierto, ¿es que nadie limpia el polvo en ese sótano?).
No son estos los únicos guiños cinematográficos, hay algunos más, entre ellos (al menos a mí así me lo pareció) que el Tío Charlie silbe “Stride la vampa” de “Il Trovatore” verdiano, posiblemente homenajeando a otro legendario asesino cinematográfico, el que encarnaba Peter Lorre en la estupenda película de Fritz Lang “M. El vampiro de Düsseldorf”, y que silbaba “En la gruta del rey de la montaña” del Peer Gynt de Edvard Grieg.
En la parte negativa de este último trabajo de Chan-Wook señalaría una cierta decepción en el desenlace, con ese empeño por tener que explicarnos por qué ha pasado todo, cuando quizás una mayor ambigüedad se hubiese ajustado mucho mejor al tono general del film.
En cualquier caso, considero que, en medio del raquitismo intelectual que caracteriza los estrenos que llegan últimamente a las escasas salas de cine que todavía nos quedan, es de agradecer la aparición de obras como “Stoker”, estéticamente tan bellas, tan inteligentes y personales. Tan personales como esos títulos de crédito finales saliendo en dirección contraria a la habitual…
video de FoxCineSp
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