“Los Oprichniki” – Nikolai Nevrev – Museo Nacional de Bellas Artes de Kirguizistán
La palabra Oprichnik (en plural Oprichniki) designa a la tropa de élite que fue creada hacia 1565 por el Zar Ivan IV de Rusia, más conocido como Iván el Terrible. Esta guardia personal fue tristemente famosa por la crueldad mostrada con la población, cumpliendo ciegamente las órdenes del Zar, por brutales e injustas que estas fuesen. La lealtad de los Oprichniki era asegurada a su vez por Iván IV sometiendo a sus hombres a terribles castigos y ejecutando cruelmente a todo aquel que sospechaba que podía traicionarle.
Paradójicamente, los Oprichniki vivían aparentemente como monjes, con un estricto ascetismo y muchos de ellos en comunidades similares a los monasterios, siempre, eso sí, próximos a la residencia del Zar. La hazaña más triste que ha pasado a la historia de estos monjes guerreros, fue la masacre de la ciudad de Nóvgorod, en 1570, cuando, tras tomar la ciudad por órdenes del Zar, ejercieron una salvaje represión, asesinando y torturando a más de 3.000 personas.
En algunas regiones de Rusia todavía se conserva el terror hacia la figura del Oprichnik, que es nombrado allí a los niños como en otros lugares hacemos con "El Coco" o "El hombre del saco".
"Oprichnik" es también el título de una ópera compuesta por Piotr Ilich Tchaikovsky entre 1870 y 1872. Para su creación aprovechó gran parte de la música de otra ópera que escribió unos años antes, "Voyevoda" (Sueño en el Volga), cuyo manuscrito destruyó tras incorporar esos fragmentos de la partitura en el acto primero de "Oprichnik". También es obra del propio Tchaikovsky el libreto, para el que se basó en el drama "Oprichniki" (Los Oprichnik) del escritor ruso Ivan Lazhechnikov.
La trama se desarrolla en Rusia, en el siglo XVI, durante el reinado del Zar Ivan IV, en pleno periodo de represión a través de sus guardias Oprichniki. Andrei y Natalya son dos jóvenes enamorados que ven frustradas sus expectativas cuando el padre de ella, responsable de la muerte del padre de Andrei y de dejarle en la pobreza a él y a su madre, la promete en matrimonio con un anciano. Andrei decide entonces alistarse en los Oprichniki para que a través del Zar pueda obtener justicia.
La ópera fue estrenada en el Teatro Mariinsky de San Petersburgo el 24 de abril de 1874, y Tchaikovsky se la dedicó a uno de los hijos del Zar Nicolás I, el Gran Duque Konstantin Nikolaevich Romanov, un melómano apasionado que además tocaba el violonchelo.
"Oprichnik" es una ópera que apenas se representa, y menos aún fuera de Rusia. Sin embargo, hay un fragmento que en ocasiones sí suele incorporarse a recitales o grabaciones. Se trata del Arioso de Natalya, "Poslyshalis' mne budto golosa" (Me pareció oír voces). Pertenece al final del acto I y en él la protagonista nos canta la añoranza de su amado y su deseo incontenible de estar junto a él. El compositor nos narra aquí musicalmente, con mano maestra, las pasiones que envuelven a Natalya, en un fragmento en el que vislumbramos a Tchaikovsky en estado puro, desbordando romanticismo y belleza melódica.
Tras el post que dediqué recientemente a la soprano rusa Galina Vishnevskaya, fallecida el pasado mes de diciembre, no han sido pocos los lectores del blog que me han manifestado haber quedado conquistados con su voz y expresividad y me han pedido que la traiga más a menudo al blog. Así que, dicho y hecho, pocas elecciones mejores puede haber para escuchar el Arioso de Natalya, de la ópera "Oprichnik", que interpretaciones como la que nos brinda aquí la gran Galina Vishnevskaya, acompañada por la Orquesta del teatro Bolshoi dirigida por Boris Khaikin:
video de ManricoV
video de ManricoV
Me pareció oír voces y ruidos de pasos.
Quizás fuese Andrei,
pero no hay nadie.
Estoy aquí sola con mi tristeza y melancolía,
con este inmenso dolor,
como si una serpiente me hubiese mordido
con su veneno en mi corazón.
¡Si pudiera verte, querido!
¡Ah, no tardes, amado mío!
Mi adorado amigo.
Ah, incansable viento,
lleva a mi amigo, a través de las montañas,
la noticia de mi amor y mis suspiros,
cuéntale cómo sufro y languidezco
cómo languidezco día y noche
por el deseo...
Día y noche por el deseo.
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