No es precisamente muy habitual que uno regrese, después de haber asistido a un espectáculo operístico, con la sensación de que todo ha salido redondo, y sin que tenga argumentos para realizar el más mínimo reproche a ninguno de los intervinientes. Y eso, precisamente, es lo que ocurrió 
anoche en el Auditorio de Castellón.
Se representaba, en versión concierto, la ópera de Antonio Vivaldi, “Ottone in Villa”, a cargo de Il Giardino Armonico dirigidos por su titular Giovanni Antonini, y con la participación, como solistas vocales, de Sonia Prina (Ottone), Veronica Cangemi (Cleonilla), Julia Lezhneva (Caio Silio), Roberta Invernizzi (Tullia/Ostilio) y Topi Lehtipuu (Decio).
En principio no tenía pensado escribir sobre esta función, de la cual podéis obtener extensa información en las estupendas crónicas que ya han escrito Titus y Maac, pero la excelencia de lo vivido anoche creo que merece al menos una reseña por mi parte. Me parece lo mínimo que puedo hacer para agradecer a los artistas que ayer se subieron al escenario, la enorme satisfacción que supuso el escucharles. Todos ellos, sin excepción, ofrecieron un rendimiento y una adecuación estilística inmejorables.
Giovanni Antonini condujo la obra con su acostumbrado brío
saltarín y tarareador, ofreciendo una lectura cargada de dinamismo, sin perder en ningún momento la tensión dramática y con una riqueza cromática inusitada, sin que se dejase por extraer de la partitura ni el más mínimo matiz, combinando sabiamente la ligereza y frescura de los pasajes más desenfadados, con el recogimiento y profundidad de aquellos más líricos.
Es justo destacar entre los músicos de Il Giardino Armonico la exhibición al violín de Stefano Barneschi.
Sonia Prina tiene una voz cálida, con un registro medio y grave de indiscutible belleza, a la que sólo le faltó mostrar
más rotundidad en los descensos a las zonas más bajas, donde presentó algún problema de proyección. Su control y ejecución de las agilidades, sin embargo, fue impresionante.
La argentina Veronica Cangemi derrochó expresividad, vocal y gestual, y su comportamiento en los recitativos fue magistral.
Roberta Invernizzi demostró tener oficio y dominar la técnica, esbozando un fraseo elegante y sutil, cargado de expresividad, moviéndose con comodidad en todos los registros.
El tenor Topi Lehtipuu contó con el hándicap de un papel sin demasiadas oportunidades para el lucimiento, pero, en sus escasas intervenciones, me sorprendió la refulgente belleza de su timbre rico en armónicos, y la seguridad y consistencia de la emisión.
La jovencísima Julia Lezhneva asombró también por la belleza de su voz de gran
extensión, volumen, flexibilidad y color. Articuló con maestría las coloraturas y las compaginó en el aria que cierra el primer acto, “Gelosia, tu gia rendi l'alma mia”, con unos pianísimos maravillosos y sostenidos hasta lo imposible. Ciertamente estamos ante una cantante con unas perspectivas de futuro más que halagüeñas.
El único punto negro de la noche estuvo en la pésima acústica del mal llamado Auditorio, existiendo zonas del recinto donde el sonido llegaba completamente distorsionado.
El escaso público, que lamentablemente no llenaba ni la mitad del recinto, ovacionó con justicia y entusiasmo a todos los intérpretes, que realmente consiguieron emocionar a los asistentes.
El próximo sábado en el Auditorio de Valladolid se llevará a cabo la grabación en disco de esta ópera con el mismo elenco. Ya espero ansioso su salida a la venta.
video de biurofestiwalowe
anoche en el Auditorio de Castellón.Se representaba, en versión concierto, la ópera de Antonio Vivaldi, “Ottone in Villa”, a cargo de Il Giardino Armonico dirigidos por su titular Giovanni Antonini, y con la participación, como solistas vocales, de Sonia Prina (Ottone), Veronica Cangemi (Cleonilla), Julia Lezhneva (Caio Silio), Roberta Invernizzi (Tullia/Ostilio) y Topi Lehtipuu (Decio).
En principio no tenía pensado escribir sobre esta función, de la cual podéis obtener extensa información en las estupendas crónicas que ya han escrito Titus y Maac, pero la excelencia de lo vivido anoche creo que merece al menos una reseña por mi parte. Me parece lo mínimo que puedo hacer para agradecer a los artistas que ayer se subieron al escenario, la enorme satisfacción que supuso el escucharles. Todos ellos, sin excepción, ofrecieron un rendimiento y una adecuación estilística inmejorables.
Giovanni Antonini condujo la obra con su acostumbrado brío
saltarín y tarareador, ofreciendo una lectura cargada de dinamismo, sin perder en ningún momento la tensión dramática y con una riqueza cromática inusitada, sin que se dejase por extraer de la partitura ni el más mínimo matiz, combinando sabiamente la ligereza y frescura de los pasajes más desenfadados, con el recogimiento y profundidad de aquellos más líricos.Es justo destacar entre los músicos de Il Giardino Armonico la exhibición al violín de Stefano Barneschi.
Sonia Prina tiene una voz cálida, con un registro medio y grave de indiscutible belleza, a la que sólo le faltó mostrar
más rotundidad en los descensos a las zonas más bajas, donde presentó algún problema de proyección. Su control y ejecución de las agilidades, sin embargo, fue impresionante.La argentina Veronica Cangemi derrochó expresividad, vocal y gestual, y su comportamiento en los recitativos fue magistral.
Roberta Invernizzi demostró tener oficio y dominar la técnica, esbozando un fraseo elegante y sutil, cargado de expresividad, moviéndose con comodidad en todos los registros.
El tenor Topi Lehtipuu contó con el hándicap de un papel sin demasiadas oportunidades para el lucimiento, pero, en sus escasas intervenciones, me sorprendió la refulgente belleza de su timbre rico en armónicos, y la seguridad y consistencia de la emisión.
La jovencísima Julia Lezhneva asombró también por la belleza de su voz de gran
extensión, volumen, flexibilidad y color. Articuló con maestría las coloraturas y las compaginó en el aria que cierra el primer acto, “Gelosia, tu gia rendi l'alma mia”, con unos pianísimos maravillosos y sostenidos hasta lo imposible. Ciertamente estamos ante una cantante con unas perspectivas de futuro más que halagüeñas.El único punto negro de la noche estuvo en la pésima acústica del mal llamado Auditorio, existiendo zonas del recinto donde el sonido llegaba completamente distorsionado.
El escaso público, que lamentablemente no llenaba ni la mitad del recinto, ovacionó con justicia y entusiasmo a todos los intérpretes, que realmente consiguieron emocionar a los asistentes.
El próximo sábado en el Auditorio de Valladolid se llevará a cabo la grabación en disco de esta ópera con el mismo elenco. Ya espero ansioso su salida a la venta.
video de biurofestiwalowe
Entradas
Yo también estoy esperando que salgan los enlaces de la grabación. Huy, perdón, quería decir que salga el disco a la venta, me ha traicionado el subconsciente. No, en serio, por discos como este vale la pena rascarse el bolsillo.
ResponderEliminarCuidado con el subconsciente que se te ve el parche...
ResponderEliminarEstoy de acuerdo en que esta gente se merece que nos rasquemos el bolsillo.
Por cierto, Imperator. Si te fijas en el video que he puesto de una actuación de estos intérpretes hace unos días en Polonia... ¡¡llevaban todos la misma ropa!!, incluída la mesonera Lezhneva Condemorr...
ResponderEliminarHabrá que rascarse el bolsillo a ver si se puede comprar algo menos indigno la chiquilla...
Sí, sí, hagamos una colecta para comprarle algo en el Zara a la pobre chica.
ResponderEliminarTuve la suerte de asistir a ver este Ottone y si bien la joven Lezhneva me causó gran impresión no pude evitar imaginarme lo que la Invernizzi hubiese podido hacer con el personaje de Caio tal como Antonini había planeado cuando decidió aceptar este proyecto, ojalá en otra ocasión Invernizzi encarne este rol. Me ha gustado mucho Prina, el Tenor y como dije antes esta chica Lezhneva, el punto más flojo de la noche fué cangemi, mucha expresividad, sí, pero el timbre era muy poco seductor para su personaje y estuvo bastante imprecisa en los pasajes de coloratura, originalmente Antonini quería a la Piau en este papel, ahí otra hubiese sido la historia.
ResponderEliminarBienvenida, Marta.
ResponderEliminarCoincido contigo en que Piau hubiese sido una excepcional elección para el papel que finalmente cantó Cangemi.
Lo que no tengo tan claro es si Invernizzi, a quien admiro y que me parece una cantante estupenda, hubiera podido superar el rendimiento de Lezhneva, a quien encontré perfecta.
En cualquier caso lo que es evidente es que disfrutamos de una noche barroca fantástica.
Gracias por tu comentario.
Este fue un concierto estupendo, aunque la acústica del auditorio no fuese la mejor, el nivel de los solistas fue más que bueno. Debo decir que estoy de acuerdo con Marta respecto a lo de Invernizzi como Caio, no dudo que hubiese superado a Lezhneva, que estuvo maravillosa, pero he visto a Invernizzi en otras ocasiones cantar arias virtuosas con un estilo de ensueño y una bravura apabullante, en 2006 la vi cantar en Essen, Alemania un recital de arias virtuosas de Handel y Vivaldi, que incluía música de La Fida Ninfa y Catone in Utica entre otras y realmente fue algo de otro mundo, también la he visto como Carità en el oratorio San Filippo Neri de Scarlatti donde deslumbró en arias tremendamente exigentes, sin duda ayudó a Lezhneva que Invernizzi estuviese en un rol sin muchas oportunidades de lucimiento que si no..
ResponderEliminarEn cuanto a Cangemi, creo que es una cantante extraordinaria como Invernizzi pero sé que últimamente no esta pasando por un buen momento vocal, pese a lo cual salvó su personaje con gran dignidad en este Ottone, espero que se recupere pronto sin llegar a ninguna cirugía. Lamento haberme extendido tanto en este comentario, gracias Atticus por la reseña.
Vaya, todos los palos van para Cangemi, yo creo que estuvo más que correcta. Respecto a lo de Invernizzi por Lezhneva creo que en coloratura no tenía nada que hacer, en expresvidad es posible. Lo de Piau estoy de acuerdo que hubiera sido el no va más.
ResponderEliminarNo tienes nada que lamentar, Héctor. Se agradece la extensión cuando el comentario es tan elocuente y fundamentado como el tuyo.
ResponderEliminarYo opino como maac. La expresividad fue el punto más flojo de Lezhneva y ahí sí que Invernizzi se la podría haber comido con patatas panaderas. En estilo, la experiencia de Invernizzi podría jugar también a su favor. Pero la maestría de Lezhneva en las agilidades y su perfección técnica en emisión y proyección, pienso que es difícilmente superable.
A favor de Lezhneva jugo también el factor sorpresa. Muchos, aun habiéndola visto en videos, quedamos sorprendidos de la enorme calidad y profesionalidad de una chica tan joven y con un material canoro que si lo cuida puede tener una exitosa carrera por delante.
De cualquier modo, ya quisiera yo poder disfrutar pronto de otro concierto de este nivel, y si es con Invernizzi de protagonista, mejor.
Amigos, aprovecho esta reseña para invitarlos a firmar la siguiente peticion que apunta a la realización de un disco dedicado a Handel y Vivaldi con la soprano Roberta Invernizzi, este pedido ya cuenta con más de 660 adhesiones, apoyen esta causa,ya que la propia señora Invernizzi nos informó su beneplacito
ResponderEliminarhttp://www.gopetition.com/petitions/handel-vivaldi-album-with-roberta-invernizzi.html
muchas gracias por este espacio
El vestido de la Cangemi estaba más para el puticlub que para una opera!
ResponderEliminar